Feminismos
¿Sueñan las feministas con una justicia autónoma?

El estado de rebelión consiste en no pedir ni esperar derechos, sino en tomarlos. ¿Seremos capaces de solventar que la justicia somos nosotras, esa otra mitad de la humanidad, sin convertirla en una justicia paralela, insana, revanchista?

Gabriela Wiener
28 jun 2018 06:49

Antonio Manuel Guerrero Escudero, Jesús Escudero, José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo y Ángel Boza. Cinco nombres. Que suenan a nada y suenan a todo, y parecen el mismo, un solo nombre, un solo hombre: el hombre. Dos se llaman Jesús, dos se llaman Ángel, dos se apellidan Escudero. No quiero olvidar sus nombres, que no se escabullan detrás del genérico Manada.

Pero si así fuera, hay que tener muy claro que la Manada no son solo cinco, tampoco son los 21 del chat de WhatsApp. La Manada es violación expandida y connivencia. Son miles de hombres practicando un equivalente invertido y perverso de la promesa de sororidad feminista, hombres que no se conocen y, sin embargo, son sus escuderos, porque se cubren en sus mutuos abusos, trabajan para convertir cada día a los victimarios en ángeles, en jesucristos cruficados por las mujeres demonios.

Son parte de la Manada los jueces que los liberaron por leguleyadas y cuatro duros, contra todo sentido común, contra toda empatía y de espaldas al clamor de las mujeres que vienen exigiendo un posicionamiento claro del sistema jurídico contra el machismo. Una vez más se han negado a romper el pacto masculino de impunidad, se ha vuelto a comprobar en manos de quiénes están nuestras vidas. De ahora en adelante tenemos más nombres propios para responsabilizar. Gracias, Ricardo González. Gracias, Raquel Fernandino. Gracias a vosotros, más “ángeles” violadores actuarán en la seguridad de que en la justicia española encontrarán su escudo.

Nos follamos la primera sentencia y no debemos esperar nada ya de la sentencia firme. Aún está tibia la sentencia en contra de los derechos de Juana Rivas. ¿De qué nos sorprendemos? Hay una dolorosa coherencia en todo esto. Por eso llevamos tiempo hablando de la posibilidad de una justicia feminista autónoma con la boca pequeña, porque al primer abordaje se acusa a las mujeres del ojo por ojo, de vendetta, de querer cargarse el derecho, de negar el debido proceso. Y sin embargo, esa justicia se ha activado, está en los límites de todo lo que conocemos, es indómita, pero empieza a dar resultados y es imparable, pese a sus excesos. Tiene que ver con lo que cada mujer valora como justiciero, con el camino que emprende cada una para buscar reparación, aunque no la crean, aunque, como a la víctima de la Manada, la revuelquen hasta la náusea.

El estado de rebelión —lo saben quienes llevan tiempo en otras trincheras de lucha— consiste en no pedir ni esperar derechos, sino en tomarlos. Me pregunto, ya que somos capaces de voltear la semántica de las opresiones —“la manada somos nosotras”, “la calle también es nuestra”—, ¿seremos capaces de solventar que la justicia somos nosotras, esa otra mitad de la humanidad, sin convertirla en una justicia paralela, insana, revanchista?

Cuando digo que la justicia feminista autónoma está en marcha y va a seguir perfeccionándose, sofisticándose, me refiero a que está vigente el proceso de construir instancias desde el feminismo y hacia las mujeres que de verdad salvaguarden la integridad de las supervivientes. Por ejemplo, sigue viento en popa la práctica de visibilizar abusos a través de testimonios que despiertan otros testimonios y forman cardúmenes de testimonios contra determinados abusadores, un hilo del que tirar y un primer paso para la denuncia pública y, al menos, el castigo social. Cada vez hay menos miedo. Siguen engordando las listas negras, que son algo que desde hace mucho corren subrepticiamente en los canales feministas. Queremos saber quiénes son para no toparnos con ellos. Nos cuidamos. Hacemos circular las fotos de los cinco ángeles de la violación y el escrache no va a parar hasta que vuelvan a sus celdas.

En Bolivia, María Galindo, con Mujeres Creando, ya lleva algunos años publicando la lista de padres irresponsables en la que ha estado el propio Evo. La vergüenza de aparecer en la lista ha obligado a muchos a hacerse cargo. Justicia autónoma, lo llaman. Organicemos grupos territoriales, como los que paran desahucios, redes de alerta que puedan impedir una agresión, que puedan intervenir en el entorno directo del agresor, en su barrio, en su trabajo, en su familia. ¿Y ellos? ¿Por qué no los vemos multiplicando sin cesar grupos de rehabilitación, de trabajo, de gestión de la masculinidad? Son pocos los que son organizados por ellos mismos. Pero algo se asoma por presión de los feminismos: mi amigo Marco Avilés acaba de crear con éxito el grupo “El arte de lavar tus propios calzoncillos”, que va a extenderse a varios barrios de Lima, Perú. ¿Dónde están esos grupos en España?

Falta mucho para que este mundo sea un laboratorio abierto de desintoxicación del machismo, del racismo, del clasismo, pero mientras tanto las mujeres viven en una guerra de guerrillas permanente, cambiando la cultura, no con violencia, pero sí removiendo profundamente los cimientos de la casa en la que habita feliz y a sus anchas la Manada. Estamos en ese punto: las feministas llenan las calles, hacen recular, la derecha machuna les hace la pelota, organizan huelgas masivas, sueñan con una justicia autónoma. Y las marroquíes les recuerdan a las que ya se sienten triunfales lo más importante: que esperan ver tantas feministas en los campos de fresas donde a ellas las violan como en la Gran Vía.

Archivado en: La Manada Feminismos
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Feminismos
Economía Feminista Frente a la crisis capitalista Economía Feminista
Coincidiendo con el comienzo del encuentro de Economia Feminista Abya Yala que está teniendo lugar estos días en Argentina, reflexionamos sobre el papel de las Economías feministas en las crisis derivadas del capitaloceno.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Naturae, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Córdoba
Red transfeminista La RATA cordobesa se consolida con un evento en forma de “perolada”
La Red de Autodefensa Transfeminista (RATA) ha organizado el pasado 15 de marzo una jornada de actividades como espacio alternativo ocio, existencia y resistencia en el centro social autogestionado Rey Heredia de Córdoba.
#19626
30/6/2018 16:51

Pues que sueñen con no ser detenidas con el juez torturador al frente de interior.

1
0
Reset_
29/6/2018 3:09

Muy interesante visión y planteamiento... Buscar otros caminos para señalar las contradicciones y los errores. Estar alerta, en guardia, vigilantes para corregir injusticias. Suena como el paralelo y cívico 'Tribunal Permanente de los Pueblos'

0
0
Sevilla
Proyectos estratégicos Ilegalidades pasadas y peligros futuros de la mina que la Unión Europea quiere revivir en Sevilla
Las Cruces tiene un historial de más de 6,5 millones de euros en sanciones e indemnizaciones por extracciones ilegales de agua. El espaldarazo de la UE y del Gobierno al proyecto podría empeorar los vertidos que ya realiza la mina en el Guadalquivir.
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar llegan a un acuerdo para que el SMI no tribute el IRPF
Pese a adelantar la ministra de Trabajo que se habían roto las negociaciones, finalmente las personas que cobren el salario mínimo no tendrán que declarar en 2025.
Comunidad de Madrid
Comunidad de madrid El taxi advierte de que las nuevas licencias a Cabify van a “reventar el mercado”
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid da la razón a las plataformas de VTC y obliga a la Comunidad de Madrid a concederles más de 2500 nuevas licencias en la comunidad.
Comunidad de Madrid
Sanidad Universal Sociedades sanitarias critican el SMS amenazante que el Gobierno de Ayuso está enviando a personas migrantes
Cuatro sociedades científicas denuncian un texto amenazante en el que se indica al destinatario que dispone de 30 días para seguir de alta en la Tarjeta Sanitaria, lo que está generando “incertidumbre” y “desprotección”.
Notas a pie de página
Notas a pie de página Mansiones encantadas y casas sin cocina
La casa encantada como símbolo de la opresión del espacio doméstico recorre la literatura de muchas escritoras. Pero hubo un tiempo en el que algunas feministas trataron de imaginar otro hogar posible, en el que se liberase el trabajo doméstico.

Últimas

Economía
IPC La inflación interanual cae hasta el 2,3% en marzo gracias a las lluvias
Las precipitaciones han reducido el precio de la electricidad.La subyacente también se reduce dos décimas hasta situarse en el 2%.
Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.
Economía
Análisis Europa, ¿última defensora del liberalismo o cómplice de un orden fracasado?
El peligro no proviene únicamente de líderes externos “autoritarios”, sino de la erosión interna de la democracia bajo un sistema que pone al mercado por encima de la gente.
València
València La jueza de Catarroja pide a la Guardia Civil que documente cuántas cámaras hay en el Cecopi
La instructora del caso de la dana ha encargado la elaboración de un informe sobre las instalaciones del Centro de Coordinación de Emergencia (Cecopi).
Más noticias
Madrid
Derecho a la vivienda Consumo abre expediente a Alquiler Seguro por prácticas abusivas contra los inquilinos
La decisión del Ministerio de Pablo Bustinduy, según el Sindicato de Inquilinas, “abre la puerta a la devolución de millones de euros a las inquilinas que reclamen sus derechos”.

Recomendadas

América del Sur
América del Sur La batalla por el litio: pueblos originarios resisten un “genocidio medioambiental y cultural”
Sudamérica se ha convertido en la proveedora mundial de materias primas para la transición energética. Las comunidades afectadas se rebelan ante una actividad que genera desposesión de tierras, contaminación, sequía y conflictos internos.
El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.