Coronavirus
Pandemia y republicanismo: una práctica experimental de la libertad política

Analizamos la experiencia de vínculos políticos comunitarios que se puede dar en el contexto de la crisis actual, poniendo especial atención en el concepto de libertad y sus diversas interpretaciones.

La Maja
Lamaja.com (Autor: Juan Casbas)
Profesora de Filosofía
17 abr 2020 10:00

Si Hannah Arendt tuvo una obsesión a lo largo de toda su trayectoria intelectual esta fue, sin duda, la de restablecer el ámbito de lo político; ámbito que no puede pensarse si no se pone en primer término la noción de libertad y, más concretamente, una forma olvidada de libertad que la autora designa unas veces como libertad pública y otras como libertad política, aunque en ambos casos se apunta a la misma idea. Es evidente que si Arendt está haciendo uso del verbo restablecer se deberá suponer que lo político es un espacio perdido, como señala en su obra, a raíz de la emergencia de un nuevo dominio, el espacio de lo social, en el que la economía se despliega hasta eclipsar el carácter específicamente político que, en otros tiempos, había tenido el espacio público; la autora se refiere, en este caso, a la polis ateniense. Libertad y política están ligadas en el pensamiento de Hannah Arendt, por lo que no puede restablecerse el espacio político si no se ejerce la libertad pública.

Con el liberalismo económico y político, la libertad pasa a considerarse el mayor tesoro del ser humano; hasta el punto de acabar imponiéndose como el mayor credo de la Modernidad, que será mantenido y ampliado por las políticas neoliberales actuales. Sin embargo, la libertad que promueve el liberalismo no es, desde luego, la libertad de la polis ateniense. No es una libertad pública, sino que es una libertad vinculada al ámbito privado, centrada en el individuo; es una libertad individual.

Esta noción liberal, que entiende la libertad como la realización del deseo subjetivo, no es un invento del liberalismo. Hunde sus raíces en un tiempo anterior, en una coyuntura cristina y moralista, concretamente en las enseñanzas de Pablo de Tarso. Es San Pablo quien rompe con la tradición de la Grecia clásica e inaugura una nueva forma de comprender la libertad, al vincularla con el interior del ser humano, con sus pasiones, con sus deseos personales, expresándose a través de la voluntad por medio de una fórmula fundamental que dice yo quiero. Frente al universo interno del querer, el mundo externo se presenta como límite bajo el imperativo del tú debes. En este giro hacia la interioridad, la libertad queda reducida a un irresoluble conflicto entre el querer y el deber, que acaba traduciéndose en lo que puedo o no puedo hacer. Esta comprensión de la libertad, como sinónimo del deseo personal y de la voluntad individual, será asumida y santificada por el liberalismo y, por supuesto, por nuestras actuales políticas neoliberales, solo que con una reformulación clave: hacer del querer individual una máxima sagrada que no debe ser negada en ningún caso. Ante este esquema toda ley, norma, Estado, decreto que niegue aquello que deseamos, será identificado instantáneamente como un elemento represivo que debe anularse. Este será el mayor dogma liberal que podemos ver desplegado en su conocida, aunque ingenua y falsa, fobia al Estado.

La libertad es uno de los mayores caballos de batalla que ronda nuestras cabezas en estos días de confinamiento y vigilancia tecnológica.

La libertad es, desde luego, uno de los mayores caballos de batalla que ronda nuestras cabezas en estos días de confinamiento y vigilancia tecnológica. Encerrados, oímos el eco de ciertos análisis que nos advierten del peligro que entraña que la ciudadanía haya aceptado de manera acrítica la cesión de todas sus libertades a cambio de seguridad, e inclusive se nos plantea este momento como un tiempo que podría ser incompatible con el ejercicio de la democracia. Dóciles, hemos rechazado salir a pasear por el parque de enfrente de casa, disfrutar por la montaña en primavera, abrazar a nuestros seres queridos, quedar con nuestros amigos en la plazuela que vemos desde la ventana, darnos un baño en el mar o permitir que los niños salgan a correr. Nos preguntamos por la magnitud de la prohibición, exagerada y peligrosa para ciertos intelectuales, y más si observamos que en el espacio público no hay nadie, que está desierto, por lo que no llegamos a entender por qué no se me permite salir a mí cuando, al estar solo, es difícil que pueda perjudicar a alguien.

Es quizá humanamente inevitable que estos pensamientos se paseen, incluso con frecuencia, por nuestra mente en estos momentos. Sin embargo, debemos ser capaces de reconocer que en ellos anida la forma de libertad que acabamos de exponer, la libertad liberal, esa libertad que como decíamos, se fija en lo que uno quiere, se centra en el yo, y entiende al ser humano como un individuo solitario, aislado de los demás, como un átomo de interés, como un sujeto competitivo que no pertenece a ninguna comunidad ni establece vínculos con otros. Este sujeto que no entiende por qué no puede salir si afuera no hay nadie, está tan centrado en sí mismo que ni siquiera se da cuenta de que no hay nadie ahí fuera porque todos están encerrados en sus casas y que salir supondría volver a ver playas abarrotadas de personas, parques llenos de niños, bares llenos de abrazos o montañas plagadas de excursionistas, porque todos ellos, todos nosotros ―como tú también― deseamos salir.

Tanto en esa actitud, como en las críticas que nos advierten del peligro que entraña el haber cedido nuestras libertades, subyace una misma visión, una visión unidimensional de la libertad que cree que más allá del individuo la libertad se extingue. Empero, tal como nos recuerda Hannah Arendt en su obra, existe otra cara de la libertad, que también es soberana pero que va más allá del pellejo del yo: la libertad política que se alza como opuesta a la libertad liberal, pues en ningún caso se vincula ni con el individuo ni con sus deseos personales. La libertad política solo puede ejercerse en la participación colectiva de una ciudadanía plural implicada en un proyecto común, y cuyo objetivo son los intereses de todo el conjunto. Su voluntad es siempre la expresión de un nosotros interconectado que, activamente, recupera el sentido de una política participativa, y que es capaz de poner entre paréntesis la libertad personal poniéndose al servicio de los otros, de todos aquellos que no conocemos, de nuestros opositores, de los más vulnerables, así como de todos a los que amamos. Decía Hannah Arendt que la libertad política se presenta como “la capacidad para interrumpir una secuencia de eventos que hubieran seguido un curso a no ser por la iniciativa y la acción”. Eso estamos haciendo hoy toda una ciudadanía vinculada en un decreto. Alejándonos de la visión liberal que vería en el decreto un ataque, y acercándonos a una posición republicana como la que Jean-Jaques Rousseau muestra en El contrato social (1762), las leyes no constituyen la limitación de la libertad; por el contrario, en las leyes se ampara la voluntad general que protege a la sociedad civil y, a su vez, intensifica la libertad del ser humano elevándolo al rango de la ciudadanía.

La libertad política solo puede ejercerse en la participación colectiva de una ciudadanía plural implicada en un proyecto común, y cuyo objetivo son los intereses de todo el conjunto.

Ante una pandemia como la que estamos viviendo, la respuesta individualista no traerá una solución. La manida e interesada libertad liberal se ahoga ante la respuesta de una libertad republicana, colectiva, comprometida, solidaria. Mientras la pandemia amenaza, si bien hemos cedido nuestra libertad privada de manera dócil, hemos sido valientes al experimentar una libertad pública, comunitaria que es, por definición, antiliberal.

Una libertad que se acerca a un republicanismo cívico, para hacer frente a las posiciones liberales. Tales posiciones se acercan a peligrosos discursos de corte darwinista, en los que la desigualdad que impulsa la lucha por la supervivencia se acaba traduciendo en la aceptación global de una sociedad competitiva en la que se acepta que los menos adaptados mueran. Es el ejercicio de la libertad colectiva la que impide que esos supuestos inadaptados, o digamos mejor, todas aquellas personas que le sobran a la economía, sobrevivan, recordando que el derecho a la vida es anterior al deseo y a la libertad de elección privadamente interesada.

Es evidente que no vivimos bajo un orden político republicano, pero también lo es que por primera vez, nosotros, los contemporáneos, nos conectamos con una forma de libertad que es capaz de restablecer un espacio político participativo y comunitario, haciendo frente así al interés económico que se expresa en el individualismo moderno.

Desde la perspectiva arendtiana, decidir quedarse en casa es mucho más que un eslogan; es una práctica política de primer orden, que nos brinda la posibilidad de experimentar una libertad republicana. Y, aunque es cierto que estamos confinados y que la libertad individual no se despliega, esto no significa que no seamos libres. De hecho, atendiendo a la filosofía de Arendt cabe preguntarse si no somos, en este momento, más libres que nunca.

Archivado en: Filosofía Coronavirus
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Pop
El Salto Radio Podcast | Disputar la nostalgia
La nostalgia tiene mala prensa entre la izquierda, como la tenía para la productividad capitalista antes del descubrimiento de que te la pueden vender con palomitas.
Pensamiento
Pensamiento Un estoicismo “chill de cojones”
Frente a un “neoestoicismo” impostado de masculinidades frágiles, burpees y narcisismo funcional al neoliberalismo, un repaso necesario y una reivindicación del ideal estoico y sus motores éticos.
#57725
20/4/2020 9:22

Joder, es que no entiende ni a Darwin, darwinismo no es darwinismo social.

0
2
#57724
20/4/2020 9:20

Cúmulo de argumentos progreliberales sin mucho fundamento. Me puede usted decir que participación política colectiva hay en un confinamiento? Dónde se da el conflicto político y de intereses ecónomicos que existe en nuestra sociedad? El estado de alarma es una herramienta de control social y político, no sanitario. Usted tiene chalet con jardín o vive en una habitación? Usted tiene descendencia o no? Tiene algún tipo de enfermedad mental o no? Vive usted con quien la pega o no? Está catalogada su existencia como ilegal o no? Conserva su trabajo ono? Si lo conserva, le obligan a ir a trabajar en condiciones inseguras? Vive en una residencia de ancianos o en un pueblo con ningún caso a kilómetros a la redonda? En definitiva tiene usted empatía y conociemiento por las realidades de las demás personas? No lo parece. En fin, la tábula rasa y la estandarización de realidades es la autopista al autoritarismo. La burda y falsaria dicotomía de o estado de alarma o caos es vergonzosa y demuestra lo idiota de la izquierda estatista. El problema es que lo pagaremos todos.

4
1
#57959
21/4/2020 22:16

¡Exacto! Y Podemos cómplice. Especialmente zafio ha sido este complot contra la libertad en España, indigno de un partido de izquierda. Se trata de mostrar las libertades cívicas y los valores republicanos colectivos como "egoístas", "liberales", o "individualistas". Como si de algo enfermizo se tratara. Se ha desatado a la fuerza reaccionaria del Estado, para así de paso reconducirla a su conveniencia. Gracias.

1
0
#57363
17/4/2020 16:32

Interesante y fundado artículo. Sobre el asunto clave en estos días. Asunto libertario sobre el que la izquierda marxista más rígida (la mayor parte de nuestra izquierda) pasa sin hacer ruido. Cuando la Guardia Civil merodea por la calle a la caza de fugitivos, entonces no hay ningún tipo de libertad. Ninguno. Los valores de responsabilidad y solidaridad, de libertad colectiva o de conciencia social, se tornan así irrelevantes. Lo que está ocurriendo es escandaloso y, especialmente contraproducente por estar Podemos en el gobierno. Podría hablar mucho más pero no soy una persona importante. Gracias.

8
4
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
Crisis climática
Parlamento Ciudadano Climático Un jurado popular ciudadano para combatir la crisis climática y el retroceso democrático
En un momento crítico para la democracia y la acción climática, cinco organizaciones medioambientales reunieron en el Congreso de los Diputados a científicos, actores sociales y asambleístas para impulsar un Parlamento Ciudadano Climático Permanente.
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
La Unidad de Acción de Madrid convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Ayuntamiento de Madrid
Convenio colectivo Las cuidadoras ganan a Almeida: Madrid anuncia nuevos pliegos con la subida salarial pactada
Las trabajadoras de cuidados seguirán en huelga dado que “no hay nada tangible”. El anuncio afectaría a 12.000 personas empleadas por el Ayuntamiento, pero no a las 2.000 trabajadoras más convocadas a la huelga que trabajan para la Comunidad.

Últimas

Cine
El Salto recomienda Diez películas y series en Filmin para acercarse a la diversidad de Andalucía
Una selección realizada por la periodista de El Salto Aurora Báez Boza sobre las mejores películas y series para descubrir las diversidades que habitan dentro de Andalucía
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Sin materiales, sin protección adecuada y sin financiación: los bomberos de Madrid denuncian “abandono”
La contaminación de los equipos de protección de cinco bomberos en un incendio en una nave de reciclaje hace levantar de nuevo la voz de los sindicatos, que ya tienen denunciada ante el TSJ de Madrid, la falta de financiación.
Opinión
Opinión No es Poder Popular todo lo que reluce
VV.AA.
No hay alternativa capaz de cambiar este sistema que no hable claramente de socialismo y de clase trabajadora
Lavapiés
Madrid Lavapiés gana un asalto a la organización fascista Hacer Nación
La empresa en la que se iban a organizar unas jornadas con figuras de la extrema derecha europea ha confirmado que comunicó a Hacer Nación que no le cedía su espacio.
Más noticias
Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Cultura y resistencia desde América del sur
Cuatro historias sonoras de experiencias creativas y comunitarias en algunas ciudades de Perú, Argentina y Paraguay

Recomendadas

Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.
Redes sociales
Nuevas normas Meta abraza el discurso de odio y desafía la normativa anti discriminación
La plataforma de Mark Zuckerberg anunció cambios en sus normas: cuando empiecen a aplicarse, los comentarios misóginos y LGTBIAQ+fobos no violarán su política, pero existen herramientas para denunciar el discurso de odio.