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Opinión
La vida al desconcierto
Qué desconcertante todo. La vida en general. La vida que se escurre por las rendijas, en cualquier rincón del planeta, por entre los dedos de cada día, esperando que los opuestos se unan, para cerrar el círculo.
Qué desconcertante comprobar cómo después de tantos años se pierde uno en la comprensión de lo que es la vida. Lo que uno no se espera. Cuando le ha dado la vuelta a casi todo y esta como al principio, sin saber nada, sin saber por dónde ir, ni hacia dónde tirar, ni en que creer a ciencia cierta.
Qué desconcertante, impredecible, cuánto de incierta se nos presenta la vida. Casi 60 años sobre este mundo, y pese a creer, desde muy atrás, que sabía quién era, que me conocía, que he ido madurando con el paso de los años, y a estas alturas, va a ser que no. No sé ni donde me hallo ahora, en qué lugar de mi mente y del Universo. ¿Acaso se alzan voces asegurando que ellos sí que saben dónde están? ¿A dónde han llegado? ¿Hacia dónde quieren ir? No me lo creo. Creo que no tienen ni idea, igual que yo, solo que ellos no se dan ni cuenta.
Sobre todo, cuidado con los negacionistas, con los conspiranoicos, con los apocalípticos
Yo, rotundamente no. Es más, es ahora, casi a los 60, cuando más cuenta me doy que no sé nada, a estas alturas de mi vida. Y cabe pensar, que el sabio consejo de los años, que deben darte serenidad y sabiduría, deberían templar esta inquietud, que no nace de la nada. Nace de constatar con incredulidad cuánto estoy viendo, en este tiempo que nos ha tocado vivir.
Nace esta incredulidad, por ejemplo, de ver, cómo el grueso de la sociedad, desde los más jóvenes hasta los mayores, están dejándose seducir por una legión de ‘medios audiovisuales’, de una mayor inmediatez, a golpe de clic, vía internet.
A sabiendas de que nuestras creencias están mediatizadas por las mentiras que se vierten en los medios de comunicación sin pudor alguno, por los contenidos digitales y audiovisuales que escupen sin cesar una propaganda efímera de un bienestar basado en la inmediatez (¿y luego qué?), por la invasión con una propaganda a favor de un consumo desaforado sin control alguno y sin pensar en las consecuencias de tales conductas de consumo, invadidos por los falsos realities que las nuevas televisiones se encargan de mostrarnos en esta sociedad del show, de enseñarlo todo, sin cabida al misterio. Ahora, además de todo esto, las gentes hemos dado entrada también, a otra serie de creencias, vía esas plataformas web llamada redes sociales, a una serie de opiniones como digo, dando paso a contenidos de lo más variado, desde disertaciones sobre la salud en tiempos de pandemia, hasta cursillos acelerados para salvarse del fin del mundo. Y todo aparentemente sin control (lo que tampoco es del todo verdad).
Con la plataforma YouTube y con whatsapp, esta casa que es nuestro mundo se ha vuelto una casa de locos
Y en especial quiero destacar los canales de YouTube (que vendría a ser como la nueva televisión del actual siglo XXI) y whatsapp, que es el servicio de mensajería, por donde viajan todos esos contenidos audiovisuales.
En este punto, me detengo en este escrito, porque si bien es cierto, que los grandes medios de comunicación tradicionales, ha conformado y mucho, nuestras opiniones, nuestras creencias, nuestra visión de la realidad, nuestra percepción del mundo en el que estamos inmersos, no es menos cierto que el fenómeno que se viene dando, ya desde hace dos décadas, con la plataforma YouTube, y con whatsapp, es que esta casa, este mundo, este planeta en el que viajamos de prestados por el Universo conocido, se ha vuelto la casa de los locos. ¡De todos los locos! (ya que yo me incluyo también).
Todo el mundo se ha soltado la melena y han dicho para sí, ¿y por qué no? Porque yo no y tú sí. Y así, todo lo que se nos ocurra y se nos pase por la cabeza, sea noticiable o no, sea de importancia o no, sea una chorrada o no, sea de contenido verdaderamente contrastado por diversas fuentes, tenga base científica, se ajuste a la verdad, o sea una estupidez, todo, absolutamente todo tiene cabida en esas plataformas webs.
Pero lo más preocupante para mí, y los más delirante es que, todas aquellas personas, que buscando encontrar otras fuentes de información, no tradicionales, a sabiendas de que nos mienten desde hace tiempo, que nos engañan y que no hay manera de contradecirlas abiertamente, una gran mayoría de personas, se han pasado, en esa búsqueda de información alternativa, a dar crédito sin el menor atisbo de duda, a todos aquellos contenidos que en su búsqueda, caen en sus manos, son visionados por sus retinas, o escuchados por sus oídos; otorgándoles todo el crédito como si de la verdad absoluta se tratara.
De tal suerte que un paseo por estas ¿redes sociales? nos hace asombrarnos y quedarnos atónitos, ante tanta locura, ante tanto disparate, ante tanto imbécil diciendo cualquier majaronería que se le ocurra y venga en gana, y lo que es peor, vertiendo en la Red, por donde ‘viaja’ hoy todo, toda una serie de ocurrencias, sin el más mínimo control. Faltando a la verdad a sabiendas, y otorgando carta de crédito absoluto a ‘memeces’. En contra de otros contenidos, también audio visuales, también elaborados, contrastados, con mucho esfuerzo, con mucha dedicación, a veces sin muchos medios, pero de un alto interés para el conjunto de la sociedad.
Teniendo que competir estos contenidos, con una maraña de imbecilidades, que ensucian la red, dificultando, por tanto, el acceso a una información digna, veraz, contrastada, de verdadero interés para la humanidad. Que aporta y no resta, que suma belleza a la vida, que nos hacen ser amor, más empáticos, más comprensivos, que no alienten el odio y la mentira.
Y quiero concluir por donde empecé, por cerrar el círculo, y no desalentar con estas palabras de un casi viejo, a los muchos jóvenes y no tan jóvenes, que ‘producen’ contenido de calidad y suben a su canal de YouTube y que luego comparten por whatsapp. Pero por favor, sed cuidadosos al dar crédito al primer youtuber que se os cruce por el camino. Cuidado en dar crédito a ‘charlatanes’ de todo pelo, y sin pelo también. Cuidado con aquellas informaciones que aseguran y dan por cierto cosas sobre personas, sobre gobiernos, sobre salud, sobre ciencia, sobre ecología, sobre economía, sobre política. Pero, sobre todo, cuidado con los negacionistas, con los conspiranoicos, con los apocalípticos.
Porque ellos sí que están inyectando miedo en la sociedad y propiciando un caos que vete tú a saber a quién beneficia.
Así que queridos, queridas, no os creáis lo primero que os llegue por whatsapp. No os creáis todo lo que veáis por YouTube. Que no todo es cierto. Es más, por desgracia viaja hoy día una gran cantidad de información que directamente es mentira. Y porque aparezca en las pantallitas de vuestros teléfonos móviles, no tienen por qué ser cierto, ni ser una verdad incontestable. Puede haber sido manipulado intencionadamente, para hacerte creer una realidad que no es tal (como la matrix), que solo es fruto de la imaginación de algunos, interesados en sembrar el caos, la duda, la confusión y el miedo.
¡Cuidarse! Cuidémonos entre todes y no demos pábulo a los bulos.