We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Videojuegos
El videojuego como procomún
Con los datos se puede jugar y se pueden generar historias con las que capturar la atención del público mientras se comparte una información de utilidad pública. Es un ejercicio de empoderamiento. No olvidemos que quien controla los datos controla una porción importante de nuestras vidas.
Recientemente vio la luz el "Atlas de utopías", un proyecto promovido por el Transnational Institute donde se mapean 32 proyectos en 19 países que, según recoge su web, «están creando soluciones radicales a las crisis sistémicas de carácter económico social y ecológico de nuestro planeta». Las experiencias mostradas en este atlas, englobadas en el proyecto Ciudades Transformadoras, se clasifican en los ámbitos del agua, energía y vivienda.
Entre las propuestas del atlas relacionadas con vivienda se encuentra 'Juegos del Común', proyecto de ArsGames que utiliza dinámicas de juego para impulsar el empoderamiento ciudadano y los datos abiertos. Esta iniciativa consta de cuatro prototipos de juegos y un servicio en línea que brinda acceso a datos abierto sobre los efectos que tiene el turismo en la vivienda (tema de máxima actualidad que copa informativos a día de hoy y que quizás hubiésemos debido “jugar” antes), prototipos que buscan fomentar la reflexión basada en datos reales del Ayuntamiento de Barcelona y el procesamiento de estos datos.
En palabras de Lorena Zárate, evaluadora de Ciudades Transformadoras, «el hecho de que esta iniciativa [Juegos del Común] vincule explícitamente a especialistas en diseño de videojuegos y a activistas de los derechos humanos en pos de un objetivo común es estimulante y se debería emular en otros lugares. Al mismo tiempo, el uso de datos oficiales con fines sociopolíticos arroja una luz muy oportuna sobre los debates actuales en torno al mantra de la "ciudad inteligente" que están intentando imponer las asociaciones público-privadas en todo el mundo».
Así pues, esta propuesta de ArsGames pone el foco en la importancia de los datos, los cuales hemos visto, durante los últimos 15 años, cómo se han convertido en uno de los bienes comerciales más apetecibles y a la vez en el bien que más se está produciendo. Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp y todas las grandes corporaciones que nos “regalan” a diario sus cómodas herramientas basan su modelo económico en los datos. Nuestros datos. Teraflops viajan a diario en nuestras redes sumándose a ese conjunto enorme que llamamos “big data”. Quien controla los datos controla una porción importante de nuestras vidas, de la economía y de la capacidad de tomar decisiones de acuerdo al análisis algorítmico de estos flujos.
Se demuestra así la necesidad de una política de datos que apueste por cimentar un modelo de gobierno abierto a través de la construcción y gestión de los recursos comunes por medio de la institución pública, entendiendo ésta no sólo como el Estado, sino abriendo espacios de interlocución con el tercer sector, las cooperativas y la colaboración ciudadana. Los datos tienen que circular libremente en las redes y para hacerlo posible es necesario respetar los principios propios del “conocimiento abierto”, práctica de creación cultural surgida desde y en las redes digitales y que establece diferentes principios, entre los cuales se encuentran los de acceso, redistribución, reúso, integridad y atribución, principios que garanticen de forma equitativa tanto quien produce los datos como quien los recibe. Su circulación, además, genera nuevas posibilidades creativas, de producción y de reúso por parte de la sociedad al tiempo que contribuye a un nuevo ecosistema informativo que pone la propiedad ciudadana de los datos en la centralidad del proceso.
'Juegos del Común' contribuye, así pues, a imaginar formas creativas que sepan apoyar el desarrollo de juegos con licencias abiertas, fomentando la creación de juegos que tengan un mercado más allá del comercio basado en la escasez. Al investigar sobre las razones que llevan a la mayoría de creadores de juegos a usar licencias cerradas, podemos encontrarnos con que la falta de viabilidad económica de otros modelos es la razón principal para que se siga reproduciendo ese modelo. Desde ahí, y observando el estado de la industria, queda patente la falta de opciones cooperativistas, sumado además a que la dimensión asociativa se cuenta con los dedos de la mano. Otros sectores creativos sí han dado vida a nuevas formas de creación y producción a partir de modelos más abiertos y asequibles que contemplan o bien un retorno social o bien una redistribución más justa de las ganancias.
Desde este paradigma, desde este horizonte, 'Juegos del Común' nace y se desarrolla incidiendo en el concepto de procomún. Parte del videojuego como un recurso colectivo que lejos de ser sólo un producto industrial es un lenguaje para la reflexión y el crecimiento. Estamos viviendo un proceso de cambio importante para este medio que poco a poco se dirige hacia una madurez de formato y de contenido incluyendo cada vez más la diversidad. Para preservar y fomentar esta diversidad será necesario enfrentarse con el problema de las licencias y de la distribución. Muy pocos son los juegos que se liberan bajo licencias abiertas y que permiten estudiar el código, reutilizar su música o las imágenes y, en general, aprender de un proceso de creación previo. Con respecto a otros sectores industriales que también están centrados en el desarrollo de software, el del videojuego es algo peculiar. La industria del desarrollo web, por ejemplo, vierte la propia capacidad de reacción a las necesidades del mercado en la misma posibilidad de copiar, pegar, modificar código informático escrito por otros... La normalidad en este sector industrial es mirar el código fuente y no reinventar la rueda, es decir, no volver a escribir algo si ya alguna otra persona, en algún momento, lo implementó con el mismo lenguaje que se está usando.
En cambio, la industria del videojuego funciona de forma igual y contraria. Se reinventa la rueda constantemente, se escriben una y otra vez las mismas funciones para el cálculo de las físicas, para la cuenta de los niveles o para cualquier otro apartado que hemos visto ya en muchos de los juegos que jugamos. Es una industria creativa que se basa en la repetición de mecánicas consolidadas y de personajes reconocibles. Es necesario romper este mecanismo, un mecanismo que comporta una dificultad de acceso a esos actores que podrían aportar cambio y contenido innovador al medio y que, debido a la escasez artificial del medio, no se atreven a emprender ninguna aventura. El uso de licencias abiertas en el ámbito de los videojuegos es cada vez más necesario a la hora de hacer frente a un cambio de paradigma en el lenguaje videolúdico y a la vez para experimentar con nuevas prácticas creativas.
Con los datos, como demuestran estos 'Juegos del Común', se puede jugar y se pueden generar historias con las que capturar la atención del público mientras que se está compartiendo una información de utilidad pública. Pueden ser una forma novedosa de visualizar los datos para generar dinámicas de juego sencillas e interesantes, contemplando la dimensión lúdica (tan importante en los procesos educativos y formativos del ser humano). Con los datos se puede jugar y se pueden generar historias que pueden capturar la atención del público mientras que se está compartiendo una información de utilidad pública. Crear un juego basado en datos abiertos puede aumentar el nivel de acceso y de atención sobre los mismos destacando alguna información importante mientras que se usan esos datos para generar dinámicas de juego sencillas e interesantes. Ya existen algunos ejemplos de juegos que utilizan datos, como Marvellous Ultimate Appliances u Open Data Monopoly. Ambos casos demuestran que es posible usar el videojuego para conocer conjuntos de datos de interés público que, por sí solos, no llamarían la atención de muchas personas.
Recoge el “Atlas de utopías” esta inspiradora cita del cineasta Fernando Birri:
La utopía yace en el horizonte. Cuando me acerco dos pasos, retrocede otros dos. Si procedo diez pasos hacia adelante, rápidamente se desliza diez pasos adelante. No importa lo lejos que vaya, nunca puedo alcanzarla. ¿Cuál es, entonces, el propósito de la utopía? Es hacernos avanzar
Así pues, invitamos al juego como una forma novedosa de visualizar los datos, contemplándolos (desde la dimensión lúdica, esa que, insistimos, es tan importante en los procesos educativos y formativos de los seres humanos) con el mero y único propósito de "hacernos avanzar".