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Desastres naturales
La nieve sepulta el trabajo de la horticultura madrileña
Ha pasado una semana del temporal Filomena y aún es imposible calcular las pérdidas que ha dejado la borrasca de nieve y frío en el sector de la Horticultura en la Comunidad de Madrid. Lejos de los flashes y las portadas mediáticas, el trabajo por recuperar una relativa normalidad se afana lento y marcado por el ritmo del progresivo deshielo de las montañas de nieve que sepultan hierros retorcidos, lonas vencidas y, por supuesto, miles de ejemplares arbóreos que nadie puede asegurar que puedan recuperarse.
Según el presidente de la Sociedad Española de Horticultura y secretario de la Asociación de Jardinería de Madrid y de la Asociación de Horticultura de Madrid, Manuel Silvosa “en Madrid no ha quedado un solo vivero sin afectar. Invernaderos totalmente derrumbados y, sobre todo, los umbráculos, que son todavía más vulnerables”, describe.
Los umbráculos son estructuras por lo general construidas con hierro a las que se le pone encima unas mallas de sombreo para que las plantas que necesitan sombra estén protegidas y que el sol no las queme. En el caso de plantas más delicadas, se las resguarda dentro de plásticos o de umbráculos con tela de protección. “Unos y otros, en todos los viveros de nuestra asociación, han sido derrumbados por el peso de la nieve”, certifica Silvosa.
“Todos los viveros han estado afectados por la nieve, incluso muchos productores de hortaliza. Te hablo del 100% de los viveristas de Madrid. Para poder cuantificar las pérdidas totales habría que preguntar vivero por vivero para ver cada caso individual”, asegura el dirigente. En su empresa familiar, Silvosa Hermanos S.L., “sin haber hecho una evaluación exhaustiva”, estima que “pueden estar entre los doscientos y trescientos mil euros”.
“Calculo que hasta que podamos poner todo un poco en marcha pasará más de un año para volver a una supuesta normalidad”, dice Manuel Silvosa
“Tenemos una sección de unos 7.500 metros cuadrados de los cuales entre umbráculos e invernaderos podemos decir que se han podido derrumbar unos 2.500 metros cuadrados. Especies hay muchísimas porque intentamos tener de todas las variables posibles que te pidan los clientes. El problema está en que cuando quitemos toda la nieve es donde realmente se van a poder valorar los destrozos que ha causado. A día de hoy hay muchas plantas de magnolia, madroños, etc. que son plantas tronchadas por la cantidad de nieve que tenían”, lamenta.
La Asociación de Horticultura de Madrid nuclea a 22 empresas. En la Comunidad hay empresas grandes, que suelen trabajar con los Ayuntamientos, pero no se dedican a cultivo ni tienen viveros, “y luego los viveristas, que somos más empresas familiares, que han pasado de abuelos a padres y ahora a hijas e hijos”, explica Silvosa sobre el perfil de emprendimientos que representa la entidad. Entre ellos, algunos tienen tienda propia y otros distribuyen a puntos de venta de flores y plantas.
En esa amalgama entre cultivos y comercios, la consecuencia prolongada de la nevada parece será diferente según sea el caso. “Pienso que esto va a repercutir más que nada en los viveros, las floristerías en cuanto se despejen las calles y aceras y la gente puedan caminar, van a recuperar más o menos su ritmo de venta. En los viveros primero habrá que adecentar todo lo derruido y calculo que hasta que podamos poner todo un poco en marcha pasará más de un año para volver a una supuesta normalidad. Si podemos tener la capacidad de volverlo a realizar todo a la vez, hay que ver los seguros y si se declara a Madrid como zona catastrófica para que nos puedan ayudar”, concluye.
Javier Corma es otro de los viveristas que ha visto a gran parte de sus instalaciones afectadas, elata que “el panorama es desolador”. La suya, Corma S.C.C.L., es una cooperativa de productores de plantas que en Madrid tiene una delegación en la zona de Pinar de los Reyes, en la que trabajan unas 15 personas. “Somos productores y distribuidores. Lo más grave son dos umbráculos que se nos han caído y todo lo que había debajo de ha perdido. Aparte del cierre, vamos a tener que desmontarlos porque se han quedado totalmente doblados los hierros y eso va a llevar un tiempo en poner todo operativo”, describe.
Hasta que no finalicen los peritajes de las aseguradoras en difícil para ellos hacer estimaciones precisas. No obstante, arriesga que “a lo mejor solo en montaje y desmontaje fácil se pueden ir treinta mil euros en cada umbráculo, más todo lo que había quedado debajo, habrá que ver qué nos cubre el seguro. Realmente es una catástrofe, hay un montón de invernaderos en Madrid, diría que todos, todos los que tienen umbráculos, están por los suelos”, reitera.
Una situación similar se atraviesa en Viveros Jesús, una empresa de tres hectáreas ubicada a la altura del kilómetro 25 de la carretera de Extremadura. “Yo no recuerdo algo de esta magnitud, no lo he visto nunca. El viento muchas veces hace daño también, pero lo que es la nieve nunca. Hubo una nevada terrible hace unos años, pero no fue ni parecida a esta, aquella en dos días desapareció todo. Hoy aquí tenemos 50 o 60 centímetros de nieve”, asegura y muestra algunos vídeos que lo confirman.
La primavera es el momento fuerte de venta en el sector y todas las miradas apuntan a intentar “recuperar lo que se pueda” para esas fechas
“Ha cedido la tela y los hierros han quedado en el suelo retorcidos. Y toda la plantación cubierta de nieve, que cuando se deshiele ya veremos cómo están. Días anteriores ha hecho -11,5 grados a las 10 de la mañana y el día anterior 15 bajo cero, sucede que en esta zona, cuando sales de la A5 [autovía del sureste] y te metes por los caminos la temperatura baja mucho”, explica Jesús.
Por ahora solo están trabajando en quitar la nueve de los pasillos, para poder circular por los caminos internos sin riesgo de patinarse. “Lo demás no se puede tocar porque podemos romper más las plantas de lo que ya las ha dañado el temporal”, justifica. El vivero se encuentra en una zona abierta y con exposición al sol, circunstancia que pese al frío puede acelerar el descongelamiento.
“Pero no creo que la nieve se vaya en menos de 20 días y ahí veremos lo que hay. Algún año hubo heladas fuertes que tocaron bastante las plantas y si no estaban para tirarlas hubo que esperar un año más para recuperarlas, en este caso me temo que va a ser peor”, anticipa Jesús, uno de los responsables del vivero mayorista en el que trabajan siete personas.
En otros viveros, como en el de Manuel Silvosa, hay plantas cubiertas “con 80 centímetros de nieve, de los cuales entre 8 y 10 centímetros es hielo”, afirma, y explica que han intentado “quitar algunas plantas, que son las que tienen forma, digamos las que son un tronco y una bola, intentamos limpiar la bola, pero tampoco puedes hacerlos mucho porque el hielo al estar ya dentro de la hoja, si lo intentas quitar se lleva los tallos. Entonces ya es mejor dejar que venga el deshielo a seguir forzando a la planta para quitársela manualmente”.
La primavera es el momento fuerte de venta en el sector y todas las miradas apuntan a intentar “recuperar lo que se pueda” para esas fechas. Las voces coinciden en que “se va a andar demasiado justo” con los tiempos. Además de las ayudas y la cobertura de los seguros, a días de una borrasca de viento y lluvias, todo hace pensar que también tendrán que seguir pendientes de nuevas circunstancias climatológicas extremas.