COP 23
España, fuera de la alianza contra el carbón
Una veintena de países se compromete a dejar usar carbón para generar electricidad antes de 2030. Las principales economías y países contaminantes se quedan fuera del acuerdo. España no ha querido unirse y Rajoy sigue ausente de la Cumbre del Clima.


“Las empresas que utilizan estos recursos ya no saben de dónde provienen, y no están pagando los beneficios que corresponden”. Las palabras de la ministra de Medio Ambiente de Colombia, y presidenta de la COP16, Susana Muhammad, pronunciadas este 22 de octubre en el pabellón del país anfitrión de la Cumbre de Biodiversidad, se refieren a uno de los temas menos mediáticos de los abordados por la comunidad internacional en materia de biodiversidad: los recursos genéticos.
El segundo día de la Cumbre se centró en esta problemática. El Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal establece entre sus objetivos que “los beneficios monetarios y no monetarios de la utilización de los recursos genéticos y de la información digital sobre secuencias de recursos genético [...] se comparten de manera justa y equitativa, y en particular, cuando corresponda, con los pueblos indígenas y las comunidades locales”.
Para Muhammad, que participó en el panel estratégico sobre el material genético de animales y plantas que se secuencia y se almacena en bases de datos digitales, existe una necesidad de democratizar este conocimiento. Al respecto, Colombia aboga por la creación de un fondo internacional con los datos obtenidos a partir de la información genética para que estos sean compartidos con los países de origen, impulsando la protección de su biodiversidad.
La regulación del acceso a toda esa información es uno de los temas cruciales. Como resaltó Silvia Restrepo, directora del instituto Boyce Thompson en la Universidad de Cornell, “lo que se busca es crear un fondo para la protección de la biodiversidad en los países que son ricos en ella”. La experta remarcó la necesidad de “equilibrar el acceso abierto a estos datos para fomentar la innovación con la justa redistribución de beneficios a los países de origen”.
Además, Restrepo apostó por la creación de un fondo de financiación para asegurar la protección de la biodiversidad en los países ricos en recursos genéticos para garantizar que los beneficios económicos derivados del uso comercial de estos recursos, como el desarrollo de medicamentos o tecnologías basadas en secuencias de ADN, sean compartidos con los países de origen. “Este mecanismo permitiría que actores comerciales contribuyan a la conservación de la biodiversidad, asegurando que las naciones que proveen estos valiosos recursos puedan protegerlos adecuadamente”, indicó.
Entre las preocupaciones de las organizaciones medioambientales se encuentran las llamadas nuevas técnicas genéticas peligrosas. Para Ecologistas en Acción, “deben adoptarse decisiones en el sentido de aplicar el principio de precaución, para controlar o directamente prohibir algunos nuevos desarrollos tecnológicos de alto riesgo, como la biología sintética, los impulsores genéticos, o el uso incontrolado e injusto para las poblaciones indígenas de la información digital sobre secuencias de recursos genéticos”.
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