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Luego de que los primeros resultados de las elecciones primarias dieran como ganador al ultraconservador Javier Milei del partido La libertad Avanza, la cultura popular se organizó: la militancia es acto que pide el cuerpo.
Al día siguiente de ese domingo electoral, los grupos de Whatsapp empezaron a sonar: “¿Cuándo nos juntamos?”, escribió esta cronista a Verónica Gago, feminista e integrante de Ni Una Menos. Esa misma semana empezaron a circular flyers de científicos para concentrarse en el Ministerio de Ciencia y Tecnología. La Asamblea General de Cineastas Argentinos organizó reuniones por zoom. Una vez más, se desempolvaba lo que se guardó en los años del macrismo (2015-2019) para reformular nuevas consignas y frenar una ultraderecha desconocida para las nuevas generaciones.
Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel tienen como plan de ajuste la eliminación de diez ministerios nacionales —Argentina tiene un total de 18— incluidos el Ministerio de Cultura, Ministerio de Género y Diversidades, Ministerio de Ciencia, Ministerio de Derechos Humanos y más. Además, propone recortar el presupuesto que se le otorga al CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), lo que significa dejar de financiar a más de 12.000 becarios y 13.000 investigadores científicos y técnicos, según cifras del Ministerio de Economía de la Nación. No se trata solamente del recorte económico, lo que está en juego en estas próximas elecciones del domingo 22 de octubre son los derechos fundamentales de la democracia argentina: educación, salud, transporte y miles de programas sociales culturales gratuitos.
Lo que está en juego en estas próximas elecciones del domingo 22 de octubre son los derechos fundamentales de la democracia argentina: educación, salud, transporte y miles de programas sociales culturales gratuitos
El Centro Cultural Kirchner es un edificio público con una estructura de más de 1.400 metros cuadrados de superficie y una infraestructura a la altura de los centros culturales más importantes del mundo, todas sus actividades culturales son gratuitas y recibe 1,5 millones de personas al año. Natalia Uccello, coordinadora de programación, cuenta: “Nosotros trabajamos proyectando este espacio como un lugar de encuentro entre el público y los artistas y desde estos encuentros se puede generar diversas reflexiones, aperturas, diálogos lo que nos permite a cada uno de nosotros pensarnos como individuo. Esta crisis que estamos viviendo, que también sucede en otros lugares del mundo, tiene que ver con un desconocimiento profundo sobre la importancia de la cultura y de que sea accesible para cualquier persona, sin importar su clase social. A modo personal, mi reflexión es que uno de los errores fue la comunicación, evidentemente no supimos contar cómo se trabaja, se crean y se gestionan las políticas públicas gratuitas que el Estado, en este caso Cultura brinda a la sociedad. La única forma de defender lo que está en juego es conociéndolo”.
En la cuerda floja, los derechos
Agosto es uno de los meses más fríos en Argentina, anochece temprano y los feminismos están reunidos en asamblea en el sindicato de la UTEP: hay sillas, un cielo abierto y la palabra que circula entre más de 30 personas que pidieron hablar. Se reflexiona sobre la libertad, hay discusiones sobre la devaluación de los salarios llevada a cabo por la deuda millonaria que el país tiene con el FMI, y se pone en palabras que el voto femenino es clave para frenar la derecha. “Se trata de que todas hablen, que circule la palabra, porque creemos que es allí donde se forma una conciencia política”, dice Luci Cavallero, socióloga y parte de la organización de esa asamblea, a Lala Pasquinelli, fundadora del proyecto artivista y feminista “Mujeres Que No Fueron Tapa”.
“Libertad es que tu vieja haya podido jubilarse” es una de las consignas del feminismo popular en contestación al nombre del partido de Milei La Libertad Avanza
Luego de algunas asambleas, y de pactar salir a la calle el 28 de septiembre por el día internacional del acceso al aborto, se diagramó una serie de consignas sobre derechos adquiridos feministas que están en juego si llegase a ganar la ultraderecha. “Cortos, contundentes y de varios colores”, se dice. El partido ultraconservador La Libertad Avanza tomó la palabra libertad y la direccionó hacia su proyecto de políticas liberales, por eso el feminismo del campo popular usó como campaña para el 28 de septiembre esta palabra. “Libertad es que tu vieja haya podido jubilarse”, decían, una consigna clave ya que durante 2006 uno de los primeros derechos que el gobierno kirchnerista otorgó a las mujeres sin aportes laborales fue precisamente la jubilación para trabajadoras del hogar. “Libertad es que el 80 % de las infancias que sufrieron abusos sexuales pudieron contarlos gracias a la ESI” (Ley de Educación Sexual Integral, sancionada durante el 2006). “La libertad es que la educación sea un derecho de todes y no un privilegio de los ricos que la pueden pagar”. Afiches multicolores que se multiplicaron con nuevas consignas donde cada colectivo feminista que se sumaba para salir a marchar lo rediseñó con su propio reclamo a defender.
Así lo hizo el Colectivo de Cineasta de la Argentina, con un total de 70 integrantes que incluye a La Asamblea Audiovisual Abierta en defensa del cine, la cultura y la educación, con la consigna “El cine argentino nos une”. En Argentina, existe el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que es un ente autárquico, público no estatal, que funciona en el ámbito del Ministerio de Cultura de la Nación. Fue creado para promover, fomentar, fortalecer y regular la producción audiovisual argentina. El partido de Milei anunció que lo eliminaría. Esta Asamblea, que se armó durante el Gobierno macrista se está movilizando a lo largo y ancho del país: proyecciones de películas nacionales en escuelas y centro culturales, y también, acciones a partir de la participación récord de presencia de películas argentinas en festivales internacionales, como las 25 presentadas en el Festival de San Sebastián.
Andrea Testa, directora de cine e integrante de la Asamblea, señala: “El INCAA permite que haya una diversidad cultural real y su presencia hace que el acceso a los fondos sea democrático. La red de cines que existe en Argentina y que dependen del Instituto genera que no solamente se proyecten grandes producciones, sino también, películas independientes. La sociedad argentina tiene que comprender que los y las trabajadoras de la industria del cine generamos contenidos que se comercializan en las plataformas, y esa riqueza debe ser reinvertida en el Instituto. Nuestro colectivo de cineasta está integrado por directores, guionistas técnicos, actores, actrices que necesitan del INCAA, como también de fondos internacionales”.
Venta, dolarización, la derecha liquida todo
Javier Milei tiene una larga lista de lo que haría con la gestión del Estado nacional. Encandila en su mayoría a los varones y jóvenes y, a través de ideas como la supuesta libre elección de opción educativa, plantea que la educación en Argentina debería funcionar con un sistema de vouchers [vales] con créditos, que se contrapone con la histórica Ley de Educación Nacional que establece que la educación es un bien público y un derecho que el Estado debe garantizar.
El Grupo Centauro es una voluntad colectiva de operaciones peronistas integrado por pensadores, militantes, docentes y artistas que se organizó en los últimos meses para denunciar las posibles políticas liberales e impulsar la candidatura presidencial del actual Ministro de Economía, Sergio Massa (Frente Unión por la Patria). Centauro está llevando a cabo intervenciones urbanas en las que cuelgan carteles de venta en los edificios educativos públicos (hospitales públicos, museos, universidades) de la Ciudad de Buenos Aires.
Santiago González Casares, integrante de este colectivo y docente universitario de filosofía expresa que “frente a las propuestas de venta que propone Milei sobre la Salud, la Educación y la Cultura, decidimos hacer esta acción de colocar en edificios públicos activos el cartel de ‘Milei Propiedades / SE VENDE. Últimos días. Desahucio inmediato’. Creemos que en esta leyenda se juega el símbolo de muchos años de lucha. Al ver el cartel, algunas personas se lo toman con preocupación y humor, pero otras creen que la venta es verídica”.
Para estas personas, tal vez, juntar dinero para el pago de su alquiler, por ejemplo si se hace al contado, significa reunir una pila de billetes que no caben en un monedero. En la actualidad la Argentina tiene un índice inflacionario del 103% anual según el índice del precio al consumidor (IPC) realizado por el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos). “Hacemos cuentas todo el día”, “no nos da el cuerpo para tanto”, “llegamos hasta el 15 del mes”, “malabares” y un sin fin de lunfardo para explicar las mil teorías económicas para sobrevivir.
Pero lo cierto es que este índice inflacionario destapa el pasado: en 1974, bajo la presidencia de Isabel de Perón, se desató el Rodrigazo, llamado así por el nombre del Ministro de Economía Celestino Rodrigo, cuyas medidas económicas dispararon la inflación, que pasó del 24% anual 1974 al 182% en 1975. Esta crisis económica generó la primera huelga que la CGT (Conferencia General de Trabajadores) llevó a cabo durante un gobierno peronista.
Luego, en 1989 con el gobierno democrático de Ricardo Alfonsín, la Argentina alcanzó la hiperinflación, con un récord histórico que llegó a 3.079% anual y de 2.314% al año siguiente. Durante la presidencia de Carlos Menen, en marzo de 1991 se llevó a cabo la Ley de convertibilidad del austral (moneda argentina en ese momento) donde su Ministro de Economía, Domingo Cavallo, dijo la famosa frase “un peso un dólar”, en alusión a la forzada igualdad cambiaria. La inflación llegó a cero, pero el costo fue altísimo: desempleo, ventas de recursos estatales y la mayor crisis económica que generó que durante el 2001 los bancos se quedaran con los ahorros de las personas (conocido popularmente como “corralito”).
El plan económico que quiere llevar a cabo el partido ultraconservador es dolarizar la economía argentina. Por eso, Prensa Libertad, una imprenta tipográfica de trabajo analógico llevada adelante por Federico Cinetti, suele generar acciones en la vía pública y carteles que entrecruzan la política con la poesía. Lo lúdico, en las crisis socioeconómicas, puede ser una bocanada de aire fresco. En este marco, Federico saca andar su “bicimprenta” a la vía pública y decide imprimir sobre billetes de pesos argentinos la frase “un dólar, un salario”, o “dólar Milei”.
“Hay una larga tradición que tiene la imprenta con lo político y el soporte es la coyuntura, en el contexto actual electoral estoy haciendo acciones sobre billetes. Lo pensé así a partir de las discusiones que se están dando sobre el valor del dinero y sobre la moneda local. En Argentina, es muy popular que los billetes estén escritos, y como acción política esto tiene una circulación transversal de gran alcance”, dice Federico.
¿Cómo está la calle?
En Buenos Aires, Salta, Misiones, Tucumán, la calle —escenario de los agites más históricos de Argentina— el Grupo Indisciplinadxs, integrado por personas de distintas edades, docentes, militantes, guionistas, comunicadores, cineastas, eligió como acción la entrevista individual callejera. El disparador es una pregunta popular sobre un club de fútbol local y su deuda, donde la mayoría dio respuestas correctas, luego se paso a la política (“¿Sabes quien contrajo la deuda de la Argentina con el FMI? ¿Macri, Cristina Kirchner o Alberto Fernández ?”), para sorpresa de muchos la respuesta mayoritaria fue incorrecta, dejando en evidencia el calado del discurso de derecha que señala como responsable del endeudamiento a su fuerza política opositora, siendo lo contrario: la deuda fue contraída por el gobierno de Mauricio Macri.
Javier Lattuada, parte de este colectivo, señala que todas estas acciones, de pura militancia, son gestionadas económicamente por ellos mismos. “Algunos de nosotros trabajamos en comunicación política. Creemos que era importante llevar a cabo una campaña de comunicación no oficial, alejándonos de formatos tradicionales y rígidos. Además de estas entrevistas, hacemos pequeños cortos, distopías, y los contenidos que hacemos los arrojamos en todos los soportes de redes sociales que existen. No le damos mucha importancia a cómo deberían funcionar según los algoritmos, pero vemos que funcionan y seguimos”, explica. En efecto es así, porque algunos candidatos presidenciales redifundieron estos videos, sorprendidos de la desinformación que las personas estaban teniendo.
“Al fin y al cabo, lo que importa es el contenido”, reflexiona Javier. Algunos temas que este grupo abordó y que evidencian los malos entendidos están en debate electoral, como la libre circulación de armas, la venta de órganos y la privatización del espacio público. “Lo que terminamos dándonos cuenta a partir de estas entrevistas en la calle, es que el sistema político progresista no supo palpar las demandas de la sociedad, al contrario de lo que pasó en años anteriores en América Latina —donde surgieron varios gobiernos progresistas—, ahora, las nuevas derechas saben captar los mensajes que circulan por las redes sociales y operan desde ahí”, señala Lattuada.
La Argentina vive demasiada incertidumbre, hay angustia, preocupación y alerta por lo que sucederá en las próximas elecciones, pero lo que nunca falta es el tejido social que se organiza para resistir
Como se dijo al comienzo de esta nota, las personas que investigan diversos temas sobre las Ciencias Sociales y Humanísticas también están en estado de alerta. No es para menos, ya que Victoria Villarruel, actual candidata a vicepresidenta de Javier Milei, expresó en un programa de televisión: “Nosotros lo que queremos es que el CONICET, o como se llame cuando seamos gobierno, investigue las ciencias duras: investigar el ano de Batman, las canciones de Ricardo Arjona no es ciencia y no es algo que el pueblo argentino tenga que pagar”. Algo parecido sucedió en 1994 cuando el Ministro de Economía mandó a lavar los platos a la demógrafa e investigadora Susana Torrado, cuando en una entrevista por la radio dio el índice de desempleo.
Luego de esos dichos, el campo popular de los científicos dio clases en Plaza de Mayo con la consigna “Enseñándole al Ministro”. Agustina Zeitlin es antropóloga y becaria doctoral del CONICET en la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales. Su tema de investigación son las trayectorias de formación doctoral, sus posibilidades de inserción laboral y las dinámicas políticas en la investigación científica. “Históricamente las ciencias duras contaron con un prestigio mayor y siempre el financiamiento estuvo asegurado, sin embargo darle valor a las Ciencias humanísticas y sociales siempre depende de la lucha que los y las investigadores/as supieron dar. En Argentina, no solamente tenemos que conservar el presupuesto destinado, sino que hay que aumentarlo. Recientemente se legisló la Ley de financiamiento de la Ciencia y la Tecnología, que tiene como objetivo el aumento progresivo y sostenido del presupuesto anual nacional destinado a la función ciencia y técnica, por su capacidad estratégica para el desarrollo económico, social y ambiental, lo que dio cierta tranquilidad. Nuestro país recién en el 2003 se empezó a proponer una jerarquización de la ciencia nacional que, además, permita proponer diagnósticos nacionales y reales” dice.
Es un largo camino, compañera
Argentina es un país que en las calles se respira política. En Buenos Aires, convivimos diariamente junto a marchas, asambleas, acciones y reuniones barriales, es en esta cotidianidad donde emergen los grupos y las acciones colectivas.
Esa es un poco la historia de Mujeres. Lorena Bossi, una de las integrantes, dice “Nosotras hicimos muchas acciones y de maneras distintas. No trabajamos en base a la coyuntura, sino que nuestras consignas y objetos, traspasan lo coyuntural e intervienen en la subjetividad de la sociedad”.
Agrega Fernanda Carrizo, del mismo colectivo: “Un proyecto fue Heterónoma, afiches en los que hacíamos preguntas en la vía pública: ¿Es usted heterosexual? ¿Cómo se dio cuenta? ¿Cuál cree que es la causa? ¿Cree que tiene cura? ¿Qué haría si su hija le dice que es heterosexual?”. Mujeres Públicas trabajó durante muchos años acciones en relación al aborto, y también sobre cómo las políticas liberales afectan a las mujeres. “Cuando nosotras arrancamos, en los discursos políticos no estaban incluidas las mujeres, y por ende las medidas que se tomaban no nos incluían”, dice Magdalena Pagano. Durante 2018 en Argentina se llevó a cabo el W20 y G20 y Mujeres Públicas generó acciones y afiches en torno a la palabra ‘demasiado’: “Demasiado precarizada”, “Demasiado endeudada”, “Demasiado flexibilizada” y una gran bandera color rojo y blanco con la misma palabra que luego volvió a salir en septiembre del 2022, cuando sucedió el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Una bandera que en la actualidad está guardada, pero que, señalan, dependiendo de quién sea el próximo presidente, volverá a salir.
Son días en donde la Argentina vive demasiada incertidumbre, hay angustia, preocupación y alerta por lo que sucederá en las próximas elecciones, pero lo que nunca falta es el tejido social que se organiza para resistir. Porque son las luchas populares las que marcarán la agenda de los próximos gobiernos.
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