La impunidad de la extrema derecha se traduce en violencia el 9 d'Octubre

Entre 200 y 300 neonazis reventaron la manifestación del 9 de Octubre en Valencia ante la pasividad de los agentes de la Policía Nacional.

Extrema derecha en Valencia
Eva Máñez Grupos de extrema derecha se enfrentan con los manifestantes.
10 oct 2017 11:46

La clásica celebración de la Diada Nacional Valenciana, conocida también como 9 d'octubre, derivó ayer por la tarde en una embestida por parte de la extrema derecha hacia los diversos colectivos y personas de la izquierda independentista valenciana. La cita, convocada por la Comissió 9 d'Octubre –en la que participan partidos políticos como Compromís, Podemos, Izquierda Unida o PSOE, además de organizaciones culturales, sociales y políticas– bajo el lema "Sí al valencià", proclamaba la defensa de la lengua valenciana.

A la convocatoria de la tradicional manifestación también acudieron organizaciones juveniles como Endavant-OSAN y Arran, bajo el lema "Independència, Socialisme i Feminisme" (Independencia, Socialismo y Feminismo), el Sindicat d'Estudiants del Països Catalans (SEPC), la Coordinadora Obrera Sindical (COS), la organización antirrepresiva Alerta Solidària y las CUP. Todos se congregaron a las 18h en las intermediaciones de la Plaza de San Agustín para dar comienzo a una marcha que se diluyó tras los ataques violentos de los ultras y neonazis que fueron a reventar el acto.

Minutos antes de la convocatoria, ya se respiraba un ambiente tenso y poco habitual por las calles del centro de València. En San Agustín se aunaron sobre las 17h entre 200 y 300 manifestantes ultras, para esperar la llegada de manifestantes de izquierdas. Conforme se acercaba la hora de la convocatoria, una amorfa masa de gente en la que se distinguian tanto banderas esteladas como rojigualdas recorría la calle Colón. Gritos de ¡Arriba España! se mezclaban con melodías de dolçainas. Pero los sindicatos y organizaciones independentistas fueron poco a poco marginados de la multitud mediante un cordón policial que se dispuso entorno a la iglesia de San Agustín y Santa Catalina.

Alrededor de 20 furgones de la policía nacional separaban a los manifestantes de la izquierda independentista del resto, que caminaba ya en dirección de la marcha cuyo permiso había sido concedido a la Comissió 9 d'octubre. Fue en este momento cuando la extrema derecha aprovechó para arremeter contra las personas que allí se encontraban: insultos, amenazas e intentos de agresiones se perpetraron impunemente delante de la mirada de un numeroso despliegue policial, que permanecía pasivo ante los ataques.

No se llevó a cabo ninguna detención ni identificación a los agresores, que incluso se ensañaron directamente con los agentes antidisturbios de la Policía Nacional que conformaban el cordón policial. Fue en uno de esos momentos en el que la tensión se transformó en violencia física y los agresores se abalanzaron a la multitud congregada.

Los antidisturbios reaccionaron con cargas policiales sin distinguir ya entre atacantes y personas atacadas y la gente, presa del pánico, empezó a correr para evitar ser golpeada a base de asta de bandera y porra. En unos segundos, las patadas, puñetazos, empujones y zancadillas se emprendían hacía todo el que pasaba y las agresiones se llevaban a cabo en grupo, a menudo por la espalda y hacia personas que estaban solas.

Grupos de neonazis se enfrentan a los manifestantes. Foto de Eva Máñez.

Con los disturbios, los colectivos que forman parte de la Izquierda Independentista desconvocaron la manifestación, que sí mantuvieron el resto de organizaciones. Mucha gente que respaldaba esta convocatoria se vio obligada a irse por temor a ser agredida, pero otras manifestantes que esperaron ver cómo se desarrollaban los hechos quedaron acorraladas y la Policía Nacional volvió a formar un cordón, que esta vez, se movia a tiempo que lo hacia la manifestación. Durante el recorrido no cesaron las vejaciones, insultos, amenazas y agresiones hacia quienes habían acudido a la convocatoria de la izquierda independentista. No obstante, los agentes no intervinieron para frenar los ataques de los ultras y siguió sin llevarse a cabo ninguna identificación, ni dentención.

Después, los grupos de extrema derecha y los neonazis y ultras de los Yomus acudieron al Parterre y se aglutinaron entorno a la estatua de Jaume I, que es el lugar dónde tradicionalmente concluye la marcha del 9 de octubre. Esto obligó a desviar el recorrido de la multitud hacia el río para evitar más incidentes.

Una vez se acabó la manifestación, seguí la alerta ante posibles ataques neonazis hacia los sectores de la izquierda. Algunas personas advirtieron que un grupo de unos setenta ultras, aun envalentonados por los hechos que habían tenido lugar por la tarde, se dirigía por la noche al barrio de Benimaclet desde la Avenida de Aragón y los mensajes de alarma no cesaron hasta después de varias horas.

Neonazis agreden a un fotoperiodista de 'El País'. Foto de Eva Máñez.

Agresiones a periodistas

Pero no solamente sufrieron agresiones las personas que acudieron a la parte de la manifestaión dónde se reunió la Izquierda Independentista valenciana. Como se puede comprobar en vídeos que circulan por Twitter, los ultras españolistas también arremetieron contra periodistas y fotógrafas. A un fotoperiodista de El País le propinaron varios golpes y le rompieron la cámara y el stand del periódico La Jornada también fue un blanco para estos grupos violentos. Según explica a El Salto Joan Canela, periodista de este último medio, varios trabajadores de este periódico habían colocado una mesa con ejemplares y estaban haciendo difusión junto a otros periódicos nacionales sobre la manifestación, cuando de repente llegaron cientos de individuos con intención de destruir cualquier atisbo de "catalanismo". "Un tipo, especialmente, vio que el periódico era en valenciano. Por eso, le pareció sospechoso y animó al resto a destruirnos el material", asegura Canela, quien explica que pudieron salvar algunos ejemplares gracias a la llegada de un numeroso grupo de antifascistas que contuvieron a los ultras.

Miquel Ramos, periodista valenciano, también sufrió ataques de los sectores más fanáticos de la manifestación. "Amenazaron a un montón de gente. A mi también me amenazaron, me intentaron pegar, me echaron un vaso de té caliente en la cara, etc", explica a El Salto. Ramos confirma que va a denunciar los hechos a través de la Unión de Periodistas. "Todos los agresores están identificados en cientos de imágenes que han circulado por las redes sociales y en los medios", concluye tras resaltar que durante la manifestación los agentes de policía no detuvieron a ninguno de los agresores.

Cargando valoraciones...
Ver comentarios 4
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

Cristóbal Montoro
Varios ayuntamientos perdieron más de 10 millones de euros en impuestos locales por el Caso Montoro
Entre el Impuesto a las Actividades Económicas y la rebaja en el Impuesto Especial sobre la electricidad, las gasísticas dejaron de pagar más de 50 millones.
Catalunya
Catalunya
‘Esas Latinas’, la defensa del catalán y de las personas migrantes
Una obra de teatro protagonizada por mujeres migrantes latinoamericanas ha sacudido la opinión pública catalana durante la pasada semana. Los debates sobre la lengua han sucumbido ante la preeminencia del racismo estructural.
València
Excluyen a una activista de la amnistía porque su caso sucedió en València
Aunque la Ley de Amnistía no hace ninguna referencia al ámbito territorial de aplicación de la misma, la Audiencia de València considera que no aplica fuera de Catalunya.
Energía
Podemos deja en manos del PP la aprobación del ‘decreto antiapagones’ del Gobierno
La formación morada considera que el decreto no toca los intereses del oligopolio y por ello votará en contra del fomento de la electrificación del sistema, su mayor supervisión por parte de la CNMC o de algunas demandas históricas del autoconsumo.
Sevilla
Salvar el Guadalquivir: Ecologistas y población se rebelan para evitar los vertidos de las minas de Sevilla
Más de mil personas se manifiestan contra los vertidos de millones de litros de agua contaminada al Guadalquivir de las nuevas minas de Aznalcóllar y Gerena
Galicia
Un grupo de periodistas y fotógrafos se lanzan a documentar los vacíos del rural gallego para que no se olvide
Tras el éxito de la exposición itinerante ‘Habitar o baleiro’, el fotoperiodista Brais Lorenzo y la periodista Cláudia Morán arrancan el proceso de grabación de una pieza documental junto con la productora Metropolis.coop.
Palestina
Genocidio
Israel secuestra al doctor Marwan Al-Hams, responsable de los hospitales de campaña de Gaza
La UNRWA aporta nuevos detalles sobre el ataque de tanques y francotiradores a la multitud que esperaba alimentos en Gaza el domingo. Una de cada tres personas lleva días sin comer.
Museos
Pablo Martínez
“No se puede descolonizar los museos de uno en uno, hay que hacerlo en conjunto”
El libro ‘En busca del pueblo’ construye una Historia del Arte desde abajo a partir de los objetos de la cultura popular. En este aquelarre animista se invoca a los espectros de todos los que continúan ausentes en los museos de Madrid.
Justicia
El futuro de Daniel, el hijo menor de Juana Rivas, vuelve a manos de la justicia española
La Audiencia Provincial de Granada tramita de urgencia el recurso de Rivas contra la entrega de Daniel mañana martes. El Tribunal Constitucional también agiliza la petición de Rivas de una medida cautelar que proteja al menor
Crisis climática
¿Es posible el bienestar humano en un planeta finito? Sí, pero con “cambios extraordinarios”
El modelo económico dominante está desestabilizando las sociedades y el planeta, advierten especialistas en economía sustentable. Aclaran, no obstante, que el “catastrofismo” es evitable y que el bienestar a finales de siglo todavía es posible.

Últimas

El Salto n.79
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Ya está disponible el número 79 de nuestra revista, en el que destacamos la investigación y el rechazo social que encuentra el proyecto de macrocelulosa de la multinacional Altri.
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Extremadura
¿Qué está pasando con el hidrógeno verde en Extremadura?
Ante la expansión de numerosos proyectos de producción de hidrógeno verde, Eugenio Romero realiza desde Extremadura un análisis exhaustivo acerca de su desarrollo y las principales afecciones sobre el territorio.
València
La presión vecinal frena 24 bajos turísticos ilegales en Patraix (València)
Los vecinos del Residencial Nicet logran que se abra expediente a 24 apartamentos inscritos como turísticos pese a no tener luz, agua ni permiso vecinal.
Racismo
Miles de personas por todo el Estado se concentran contra la ola racista de Torre Pacheco
Convocados por diversas asociaciones antirracistas y colectivos sociales, varios miles de personas se concentraron este sábado por todo el Estado español en respuesta a las agresiones de ultras en la Región de Murcia.
Opinión
Entre neonazis y el momento posfascista
La ofensiva del nacionalismo racista, antisemita y fascistoide se combina con las odas al mercado versus ‘lo público’ del giro reaccionario de esta etapa posfordista y tecnologizada.
Más noticias
Galicia
Las embarazadas de Ourense exigen dar a luz con seguridad mientras la Xunta maniobra para trasladar el paritorio
Demandan que se detenga el traslado a la ubicación temporal y que el Sergas tenga en cuenta sus demandas.
Análisis
La descentralización de la guerra y el fin de la Agenda de Paz Internacional
El hecho de que desde 2017 no se hayan aprobado nuevas operaciones de mantenimiento de la paz por parte de ONU pone de manifiesto que la Agenda de Paz Internacional está en retirada.

Recomendadas

Crisis climática
Friederike Otto
“La industria fósil tiene un lobby; los trabajadores que mueren bajo el sol no”
La climatóloga alemana y cofundadora del World Weather Attribution (WWA) lanza un nuevo libro que pone el foco en quienes sufren, mueren, o pierden por la emergencia climática; víctimas, en su mayoría, aún invisibles para el mundo.
Memoria histórica
Tantos muertos que nos faltan
La jornada de Puertas Abiertas en el cementerio de Benacazón (Sevilla) muestra el hallazgo de los trabajos en curso: una fosa con 17 asesinados en la Guerra Civil y otra similar
Extrema derecha
Nuria Alabao
“Frente a la lógica reaccionaria que explota el odio, una política cara a cara y apoyo mutuo”
La periodista analiza en su primer libro, ‘Las guerras de género. La política sexual de las derechas radicales’, los elementos centrales de este movimiento ultraconservador global.
Siria
Wael Tarbieh
“Israel hace que tu vida sea un infierno para que huyas por tu cuenta”
El ejército israelí, que ocupa los Altos del Golan desde 1967, amplía la ocupación a nuevos territorios sirios. Grupos locales denuncian que los soldados israelíes echan a la población civil de sus pueblos.
Comentarios 4

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...