Culturas
“La pasión no basta para vivir dignamente, el capitalismo alimenta la responsabilidad individual del artista”

“Ura jaten”, la primera obra de Maddi Goikoetxea, saca a relucir datos preocupantes sobre la situación en el ámbito teatral y cultural.
Maddi Goikoetxea
Maddi Goikoetxea en Donostia, firmando ejemplares de su libro 'Ura jaten'. Itzel Yessenia Castro
17 ene 2024 05:03

Maddi Goikoetxea Juanena siempre ha trabajado en torno al teatro y conoce perfectamente la realidad del oficio. Ha trabajado durante mucho tiempo como actriz, profesora, arteterapeuta y mediadora, como muestra de que siempre tuvo clara su vocación, y con curiosidad por los diferentes ámbitos del sector. Su labor periodística en los últimos años le ha llevado a hacer crítica teatral en Ehaze y Berria. Para este análisis de la profesión, parte de la elaboración de un directorio de escuelas y centros de formación con la asociación EHAZE, preocupada por la paridad y lo sospechoso de los datos que de el se derivaron. Conociendo el trabajo desde dentro, y tratando de indagar más, ha recurrido a la investigación en este documento compuesto por entrevistas.

Editado por Susa, con el título poético y sugerente “Ura jaten” [comiendo agua], el libro recoge trece entrevistas realizadas en euskera. Son perfiles muy variados los que aparecen en el mismo: actores, profesores, personal de mediación o gestión cultural... y de toda Euskal Herria. Así, se recorren diferentes realidades: rurales o urbanas, del norte o del sur... Pero siempre todos ellos cruzados con el mismo paradigma: la precarización, la falta de prestigio y los dramas de sobrevivir en la industria. El trabajo también ha servido para acotar y establecer estos últimos conceptos. De hecho, la dignidad, la precariedad o el prestigio pueden ser conceptos que a menudo se mezclan. También tienen cabida otras cuestiones importantes como el euskera y la identidad nacional, la brecha de género o la distancia con las administraciones.

Literatura
MADDI GOIKOETXEA “Kultur-industria berez ez da prekarioa, ez gara utopia batez ari”
“Ura jaten”, Maddi Goikoetxearen lehen lanak, antzerki eta kultur arloko egoeraren inguruko datu kezkagarriak azaleratu ditu. Ostegun honetan, azaroak 7, Durangoko Azokan aurkeztuko da.

Como es natural, una investigación de este tipo sólo establece el punto de partida necesario, por ejemplo a través de las preguntas que se han planteado en esta entrevista. Sin embargo, el trabajo de Goikoetxea es muy interesante para establecer una tendencia conceptual y una situación legítima y sincera de la cuestión. Las confesiones recogidas en el libro las dan voces experimentadas como las de Ander Lipus, Amancay Gaztañaga, Koldo Celestino o Amaia Gabilondo. Además de conocer a los principales integrantes de la escena, a través de trayectorias personales y experiencias se refleja la situación del teatro vasco y algunas denuncias con un punto de vista crítico. Además, se habla mucho no sólo del teatro, sino de la cultura cultural, por lo que es un documento muy recomendable para conocer la realidad cultural de una manera sincera y para tener en cuenta las dificultades que se viven en ella. Gracias a esta primera piedra combatiendo la ignorancia, el teatro, y el trabajo cultural, en general, dejemos de comer agua.

A veces nos obsesionamos en demostrar la tesis a la hora de llevar a cabo un trabajo así incidiendo en las conversaciones... ¿Cómo ha sido el punto de partida o la intención del libro?
El libro tiene su base en otra investigación. A través de la asociación EHAZE creé un directorio de escuelas de teatro vascas o centros de formación, un mapa así. Para ello tomé en consideración a toda Euskal Herria, incluyendo Navarra e Iparralde. Según los datos que obtuve me resultó muy evidente la precariedad que tenemos en el sector y lo que me sorprendió especialmente fue que, a pesar de ser diferentes agentes y situaciones, todos comparten las mismas dificultades y obstáculos: incertidumbre, salarios y condiciones laborales precarias, dependencia administrativa... Tuvimos entonces el impulso de investigar más a fondo sobre esto, y con este propósito emprendí las conversaciones. Al final, estas entrevistas se han convertido en un libro.

En el libro hay una gran variedad de entrevistados, ¿cómo los seleccionaste? Al ser tantos, ¿cómo los has organizado? A veces da la sensación de que se puede saltar de uno a otro.
Me parecía importante reflejar la diversidad de agentes que actúan en el ámbito teatral. A la hora de hacer la selección he querido formar una imagen que represente esa diversidad: en cuanto a territorialidad, he elegido al menos un agente de cada provincia; y en cuanto al trabajo, he tenido en cuenta diferentes perfiles: gente conocida y anónima, compañías de teatro con veinte años de trayectoria y profesores de teatro autónomos, espacios de creación, escuelas más institucionales o formales, etc.
“La situación política está directamente relacionada con la situación cultural que vivimos”

No lo incluiría en el género de ensayo, pero más de uno puede considerar necesario el interés en el teatro para leerlo. ¿Para quién está escrito?
Creo que cualquiera que esté interesado en el tema podría leerlo, pero me parece especialmente apropiado para quienes trabajan en el ámbito de las artes escénicas o en el ámbito cultural. También me resulta muy útil para la administración dirigida a la gestión cultural, porque estamos hablando de una situación que la interpela.

¿Precariedad o precarización? ¿Alguien precariza la industria o es así por naturaleza? Evocar la dictadura en este sentido no es ninguna broma, ya que es la base de las políticas culturales contemporáneas. ¿La vocación o la pasión se toma como excusa para justificarlo todo en todo esto?
Sin duda, precarización. La industria cultural en sí misma no es precaria, y eso ya lo han demostrado varios países, no estamos hablando de una utopía. Lo que pasa es que para eso hay que tener como base un modelo de sociedad de cultura sana... ¿Qué podríamos esperar de una sociedad que vive hasta hace pocas décadas una dictadura de 40 años? La situación política está directamente relacionada con la situación cultural que vivimos.

Tener vocación y pasión no es suficiente para trabajar y vivir de una manera digna, pero hay una creencia que lo alimenta, que reconoce toda la responsabilidad a los creadores culturales o a los artistas, en un sentido individual: el “sueño americano” del capitalismo. Como bien explica Remedios Zafra en su libro Frágiles, esto provoca la autoexplotación.

¿No es otra excusa ver lo bueno de la precariedad? ¿Una forma de sobrevivir?
Sí, más que para justificar la precariedad, diría que es una estrategia para sobrevivir de la mejor manera posible. En este sentido, tiene un punto resiliente. Con Garazi López de Armentia -impulsora de la Sala Baratza de Gasteiz- trabajé largo y tendido al respecto. Ella ha aprovechado la incomodidad que supone trabajar en una situación precarizada para desarrollar herramientas propias, reforzar su autonomía, pensar alternativas... Y eso me parece admirable.

¿El punto de vista social es la raíz de todo? ¿Por qué hay que justificar este tipo de profesiones?
Una cultura empobrecida provoca una sociedad empobrecida, interactúan y se reflejan. Y es que la cultura es la identidad de una sociedad: el trabajo que se realiza en el ámbito cultural reflexiona sobre la situación de una sociedad y contribuye a su evolución.

Últimamente la pandemia nos ha enseñado que necesitamos ese espíritu reflexivo, que igual nos tenemos que sentar a analizar de vez en cuando cómo vivimos, y a decidir si queremos seguir así o no. Desgraciadamente, creo que se nos ha pasado con rapidez esa conciencia post-pandemia.

Creo que el acceso a la cultura debería estar a la par del derecho a una vivienda digna, a la educación o a la salud”

¿No estamos siempre pidiendo esa justificación o supervivencia a las instituciones o administraciones? ¿Qué papel debería desempeñar un Estado “paternalista” que siempre va tarde o por detrás?
Aunque pienso que el Estado tiene una gran responsabilidad, no creo que su intervención deba ser total y única: eso sería muy peligroso porque provocaría una dependencia total. En cualquier caso, no quisiera equiparar la cultura a cualquier otra “industria”, sujeta a las leyes del mercado. Es un tema complejo. Creo que para impulsar un funcionamiento sano y rico del ámbito cultural debería haber circuitos o plataformas que interactuen y pongan a trabajar conjuntamente a los agentes culturales. El Estado debería proteger e impulsar estas estructuras sin condicionar su autonomía.

¿Por qué no hay interés desde las administraciones? En el libro se habla del miedo a las sociedades críticas. También de que les impulsa la ignorancia. ¿Esa gran palabra de cultura favorece el acceso?
Las administraciones en general no están suficientemente sensibilizadas por la falta de interés real en el ámbito cultural. Su lógica de actuación es muy distinta, y eso no es más que un reflejo de nuestro modelo social: la vida de los ciudadanos -una vida digna y feliz- no está en el centro.

La cultura se considera una gran palabra por ciertas actitudes ligadas a ella: utilizamos la creencia de que la cultura sólo es cuestión de “intelectuales”, lo que le ha dado un aire elitista. Es cierto que no todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos y oportunidades, y creo que el acceso a la cultura debería estar a la par del derecho a una vivienda digna, a la educación o a la salud. La gente tiene hambre de cultura y al sistema capitalista le conviene que siga siendo así porque no quiere impulsar una ciudadanía crítica.

En Euskal Herria predomina el provincialismo: aunque vivimos en un pueblo pequeño, cada uno está en su rincón”

Se establecen muchas dicotomías a lo largo de las conversaciones: hego e ipar Euskal Herria, el núcleo urbano y rural... ¿Vivimos en una realidad tan polarizada? ¿Se produce interacción? ¿Faltan grises? ¿Cómo afecta esto a la escena?
Entre Hego e Ipar Euskal Herria hay una división notable por la situación institucional. En comparación con el sur, en Iparralde son auténticamente privilegiados por el sistema de intermitencia. Sin embargo, como me comentó Amaia Gabilondo en Garaion Sorgingunea -un espacio de creación en Gasteiz-, en Euskal Herria predomina el “provincialismo”: aunque vivamos en un pueblo pequeño, uno depende de la Diputación Foral. No hay conciencia de un todo entre administraciones, falta intercambio y compenetración general: no sólo por parte de las administraciones, sino entre asociaciones y agentes. Eso nos quita fuerza y oportunidades y empobrece la escena.

El euskera y la identidad nacional también tienen un espacio destacado. ¿Dirías que influye en la precariedad y el prestigio? ¿Como?
Las creaciones vascas, por ser en una lengua minorizada, se enfrentan a un obstáculo adicional en el camino de la obtención de prestigio que las hace aún más precarias. Ixabel Etxeberria -la Escuela de Teatro de Urruña- explica bien la falta de apoyo que tienen por parte de las instituciones de Iparralde. Sin embargo, la situación en Hegoalde no es tan diferente: Ander Lipus -compañía de teatro Artedrama- destaca que no se puede dar el mismo trato a las compañías que producen en castellano o en euskera. De hecho, los primeros pueden girar por todo el estado y los segundos, en cambio, no. También reivindica la posibilidad de llevar el euskera fuera de Euskal Herria, como se hace con otras muchas lenguas utilizando subtítulos, por ejemplo.

Has entrevistado a mujeres muy importantes, ¿en qué consiste la “Triple Carambola” que Eneritz Artetxe define magníficamente? ¿Qué efecto tiene?
Artetxe habla del triple condicionamiento que supone ser creadora, vasca y mujer. Ya hemos hablado de los dos primeros condicionantes, a los que se añade el género en la “Triple Carambola”.

Al final habéis hablado de cultura más que de teatro en las entrevistas, como reconoces en el último capítulo. El prestigio depende a veces del puesto de trabajo, ¿está ligado a la visibilidad?
Sí, claro, hay mucha diferencia entre los trabajadores del ámbito cultural y yo no soy experta para hablar de todos ellos. En cuanto al prestigio, la brecha también es evidente, y como has señalado, quizás los más prestigiosos sean los más espectaculares: por ejemplo, los actores o periodistas que trabajan en televisión.

Necesitamos una toma de conciencia para cambiar el punto de vista de la ciudadanía hacia el valor de la cultura y reivindicar el derecho a vivir y disfrutar de la cultura”

¿Cómo debería ser el mundo teatral del futuro para transformar esta realidad?
El mundo del teatro del futuro exige una gestión cultural diferente por parte de la administración: deberían reconocer responsabilidad y poder de decisión a los agentes culturales, que son los que están trabajando en él y conocen mejor la situación. Por otro lado, es imprescindible una compenetración entre los agentes culturales para poder aunar fuerzas y alimentarse mutuamente. También a nivel social necesitamos una toma de conciencia: cambiar el punto de vista de la ciudadanía hacia la cultura, tomar conciencia de su valor y reivindicar el derecho a vivir y disfrutar de la cultura.

Culturas
La clase obrera de la cultura en la era Amazon

En el acto de entrega de la cartera, el ministro de Cultura saliente, José Guirao, le dijo a su sucesor en el cargo, José Manuel Rodríguez Uribes, que “los ministros, los concejales y los consejeros no hacemos la cultura, la hacen los creadores y los ciudadanos”. El problema es en qué condiciones se realiza en un mundo dominado por corporaciones gigantes que imponen sus normas, como Amazon y Google.

Literatura
“Kultur-industria berez ez da prekarioa, ez gara utopia batez ari”

“Ura jaten”, Maddi Goikoetxearen lehen lanak, antzerki eta kultur arloko egoeraren inguruko datu kezkagarriak azaleratu ditu. Ostegun honetan, azaroak 7, Durangoko Azokan aurkeztuko da.
Maddi Goikoetxea
Maddi Goikoetxea Donostian 'Ura jaten' liburua sinatzen. Itzel Yessenia Castro
7 dic 2023 06:00

Maddi Goikoetxea Juanenak beti egin du antzerkiaren inguruan lan, eta ondo baino hobeto ezagutzen du ogibidearen errealitatea. Aktore, irakasle, ateterapeuta eta bitartekaritza lanetan ibili da luzez, bokazioa beti argi duenaren erakusle, eta sektorearen arlo ezberdinetan han-hemenka jakin minez. Azken urteetan burutu duen kazetaritza lana medio, antzerki-kritika egiten du Ehaze eta Berrian. Lanbidea errotik aztertzeko, EHAZE elkartearekin egindako eskolen eta formakuntza guneen direktorioa hartu du abiapuntutzat, bertatik eratorri ziren datuen parekotasun eta susmagarritasunak kezkatuta. Barneko lana hurbiletik ezagututa, eta gehiago arakatu nahian, iritzia baino ikerketa baliatu du elkarrizketaz osatutako lan dokumental honetan. Ostegun honetan, azaroak 7, arratsaldeko 16.00etan, Durangoko Azokako Ahotsenea topalekuan bere liburu berria aurkeztuko du.

Susak argitaratua, Ura jaten titulu poetiko eta iradokigarriarekin, euskaraz egindako hamahiru  elkarrizketa biltzen ditu liburuak. Askotarikoak dira bertan agertzen direnak: aktoreak, irakasleak, mediazio edo kultura kudeaketako langileak eta abar, Euskal Herri osokoak. Hala, errealitate ezberdinak zeharkatzen dira: landa eremu edo hirikoak, iparralde edo hegoaldekoak… Baina, beti ere, guztiak paradigma berdinak zeharkatuta: prekarizazioa, prestigio falta eta bertan bizirauteko komeriak. Azken kontzeptu hauek mugatu eta ezartzeko ere balio izan du lanak. Izan ere, duintasuna, prekarietatea edo prestigioa askotan nahasten diren kontzeptuak izan daitezke. Bestelako afera garrantzitsuek ere lekua dute, hala nola Euskarak eta nazio-identitateak, genero-arrakalak edota administrazioekiko urruntasunak.

Normala denez, horrelako ikerketa batek hasierako puntu beharrezkoa besterik ez du ezartzen, elkarrizketa honetan plazaratu diren galderen bitartez, adibidez. Haatik, Goikoetxearen lana arras interesgarria da joera kontzeptuala eta auziaren egoera zilegi eta zintzo bat ezartzeko. Liburuan biltzen diren aitorpenak eskarmentudun ahotsek ematen dituzte: Ander Lipus, Amancay Gaztañaga, Koldo Zelestino edo Amaia Gabilondorenak bezalakoak. Eszenako partaide nagusiak ezagutzeko paradaz gain, ibilbide pertsonal eta esperientzien bitartez euskal antzerkiaren egoera ezin hobeko islatzen da, eta ikuspuntu kritikoarekin zenbait salaketa ere. Gainera, antzerkiaz ez ezik, kultura lanari buruz asko solasten da, beraz dokumentu oso gomendagarria da kultur errealitatea era zintzoan ezagutzeko eta bertan bizi diren zailtasunak aintzat hartzeko. Lehen harri honi esker, ezjakintasuna borrokatuz, antzerki, eta kultura langileok, orokorrean, ura jateari utz diezaiogun.

Batzuetan horrelako lan bat burutzerako orduan tesia frogatzeko obsesioa hartzen dugu elkarrizketetan eraginez... Zelakoa izan da liburuaren abiapuntua edo intentzioa?
Liburuak beste ikerketa batean du oinarria. EHAZE elkartearen bitartez euskal antzerki eskolen edo formakuntza-guneen direktorio bat osatu nuen, halako mapa bat. Euskal Herri osoa hartu nuen aintzat horretarako, Nafarroa eta Iparraldea barne. Jaso nituen datuen arabera oso nabarmena egin zitzaidan sektorean dugun prekarietatea, eta bereziki harritu ninduena zera izan zen: eragile eta egoera ezberdinak izanik ere, denek zailtasun eta oztopo berberak konpartitzen dituztela: ziurgabetasuna, soldata eta lan-baldintza kaskarrak, administrazioarekiko dependentzia… Honen inguruan sakonkiago ikertzeko bulkada izan genuen orduan, eta asmo horrekin ekin nion elkarrizketak egiteari. Azkenean, elkarrizketok liburu bihurtu dira.

“Ziurgabetasuna, soldata eta lan-baldintza kaskarrak eta administrazioarekiko dependentzia dira sektorean ditugun oztopo nagusiak”

Askotariko elkarrizketatuak daude liburuan, nola aukeratu zenituen? Hainbeste izanda, nola antolatu dituzu? Batzuetan ematen du batetik bestera salto egin daitekeela.
Antzerki arloan jarduten duten eragileen aniztasuna islatzea garrantzitsua iruditzen zitzaidan. Aukeraketa egiteko orduan, aniztasun hori islatuko duen irudi bat osatu nahi izan dut: lurraldetasunari dagokionez, probintzia bakoitzetik gutxienez eragile bat aukeratu dut; eta lanari dagokionez, profil ezberdinak kontuan izan ditut: jende ezaguna eta anonimoa, hogei urteko ibilbidea duten antzerki konpainiak eta antzerki irakasle autonomoak, sorkuntza espazioak, eskola instituzional edo formalagoak, eta abar.

Literatura
Literatura vasca Escritoras vascas: revolverse en el margen (¿y salir de él?)
La hipótesis es ahora una pregunta: ¿están abandonando las escritoras vascas la periferia para tomar, poco a poco, el centro? Un monográfico a cargo del Grupo de Investigación LAIDA, especializado en literatura e identidad en el contexto de Euskal Herria, analiza esta posibilidad.

Norentzat idatzia da?
Gaiaren inguruan interesa duen edonork irakurri dezakeela uste dut, baina bereziki aproposa iruditzen zait arte eszenikoen baitan edo kultur arloan lan egiten dutenentzat. Kultur-kudeaketara zuzendutako administrazioarentzat ere oso baliagarria egiten zait, hura interpelatzen duen egoera batez ari baikara.

Prekarietatea edo prekarizazioa? Norbaitek prekarizatzen du industria edo berez horrelakoa da? Zentzu horretan diktadura gogora ekartzea ez da txantxa, izan ere, kultur politika garaikideen oinarria da. Bokazio edo pasioa guzti honetan dena justifikatzeko aitzakitzat hartzen da?
Dudarik gabe, prekarizazioa. Kultur-industria berez ez da prekarioa, eta hori dagoeneko hainbat herrialdek demostratu dute, ez gara utopia batez ari. Kontua da horretarako gizarte eredu baten oinarri izan behar dela kultura osasuntsu bat… Zer espero genezake orain dela hamarkada gutxi arte 40 urteko diktadura bat bizi duen gizarte batetik? Egoera politikoa zuzenki lotuta dago bizi dugun kultur egoerarekin.

Bokazioa eta pasioa izatea ez da nahikoa modu duin batean lan egin eta bizitzeko, baina badago hori elikatzen duen uste bat, kultur sortzaileei edo artistei ardura osoa aitortzen diena, zentzu indibidualean aitortu ere: kapitalismoaren “amets amerikarra”, alegia. Remedios Zafrak Fragiles liburuan ondo azaltzen duen moduan, horrek autoesplotazioa eragiten du.

Prekarietatearen alde ona ikustea ez al da beste aitzaki bat? Bizirauteko modu bat?
Bai, prekarietatea justifikatzeko baino, ahalik eta ondoen bizirauteko estrategia bat dela esango nuke. Zentzu horretan, badauka puntu erresilente bat. Garazi Lopez de Armentiarekin -Gasteizko Baratza Aretoaren bultzatzailea- luze aritu nintzen horren inguruan. Egoera prekarizatu batean lan egiteak dakarren deserosotasuna baliatu du, bere kasuan, tresna propioak garatzeko, euren autonomia indartzeko, alternatibak pentsatzeko… Eta hori miresgarria iruditzen zait.

Ikuspuntu soziala da guztiaren erroa? Zergatik justifikatu behar dira horrelako lanbideak?
Kultura pobretu batek gizarte pobretu bat eragiten du, elkar-eragina dute eta elkarren isla dira. Izan ere, kultura da gizarte baten identitatea: kultur arloan egiten den lanak gizarte baten egoeraren inguruan hausnartzen du, eta honen bilakaeran laguntzen.

Azkenaldian pandemiak erakutsi digu izpiritu erreflexibo hori beharrezko dugula, beharbada eseri egin behar garela noizbehinka nola bizi garen aztertzera, eta horrela jarraitu nahi ote dugun erabakitzera. Zoritxarrez, uste dut arinegi pasa zaigula pandemia-osteko kontzientzia hori.

“Kultura pobretu batek gizarte pobretu bat eragiten du, elkar-eragina dute eta elkarren isla dira”

Ez al gaude beti instituzio edo administrazioei justifikazio edo biziraute hori eskatzen? Ze paper bete beharko luke beti berandu edo atzetik doan estatu laguntza “paternalista” batek?
Estatuak ardura handia duela pentsatzen dudan arren, ez dut uste haren interbentzioa totala eta bakarra izan behar denik: hori oso arriskutsua litzateke, erabateko dependentzia eragingo lukeelako. Edonola ere, ez nuke kultura beste edozein “industria”-ren pare jarri nahi, merkatuaren legeei lotuta. Gai konplexua da. Uste dut kultur arloaren funtzionamendu sano eta aberats bat bultzatzeko kultur eragileak saretu eta elkarrekin lanean jartzen dituen zirkuitoak edo plataformak egon beharko litezkeela. Estatuak egitura horiek babestu eta bultzatu beharko lituzke, horien autonomia baldintzatu gabe.

Zergatik ez dago interesik administrazioetatik? Gizarte kritikoei beldurra zaiola aipatzen da liburuan. Baita ezjakintasunak bultzatzen dituela. Kulturaren hitz handi horrek mesede egiten dio sarbideari?
Administrazioek, oro har, ez dute kultur-arloan benetako interesik ez daudelako nahikoa sentsibilizatuta. Euren jarduteko logika oso bestelakoa da, eta hori gure gizarte-ereduaren isla besterik ez da: herritarron bizitza -bizitza duin eta zoriontsu bat- ez dago erdigunean.

Kultura hitz potolotzat hartzen da, hari lotutako zenbait jarreragatik: kultura ‘intelektualen’ kontua bakarrik denaren sinesmena darabilgu, eta horrek kutsu elitista bat eman dio. Egia da herritar guztiok ez ditugula eskubide eta aukera berberak, eta kulturarako sarbideak etxebizitza duinerako, hezkuntzarako edo osasunerako eskubidearen pare egon beharko lukeela uste dut. Kulturaz gose da jendea, eta sistema kapitalistari hala jarraitu dezan komeni zaio, ez duelako herritartasun kritiko bat bultzatu nahi.

“Euskal Herrian “probintzialismoa” da nagusi: herri txiki batean bizi garen arren, norbera bere txokoan dago”

Dikotomia asko ezartzen dira elkarrizketetan zehar: Ipar eta Hego Euskal Herria, hiri eta landa gunea... Errealitate hain polarizatu batean bizi gara? Elkar eragina suertatzen da? Grisak falta dira? Zelan eragiten dio horrek eszenari?
Ipar eta hegoaren artean bada zatiketa nabarmen bat, egoera instituzionalagatik. Hegoaldearekin alderatuta, Iparraldean zinez pribilegiatuak dira, intermitentzia sistemagatik. Dena dela, Garaion Sorgingunea-ko Gasteiz ondoko sorkuntza espazio bat Amaia Gabilondok aipatu zidan moduan, Euskal Herrian “probintzialismoa” da nagusi: herri txiki batean bizi garen arren, norbera bere txokoan dago, tokiko foru aldundiaren menpe. Administrazioen artean ez dago osotasun baten kontzientziarik, elkar-trukea eta saretzea falta da oro har: administrazioen aldetik ez ezik, elkarte eta eragileen artekoa. Horrek indarra eta aukerak kentzen dizkigu eta eszena pobretzen du.

Euskarak eta nazio identitateak ere tarte nabarmena dute. Esango zenuke eragina duela prekarietate eta prestigioan? Zein?
Euskal sorkuntzek, hizkuntza minorizatu batean aritzeagatik oztopo gehigarri bati aurre egin behar diote prestigio-lortzearen bidean, are prekariago egiten dituena. Ixabel Etxeberriak -Urruñako Antzerki Eskola- ondo azaltzen du Iparraldeko instituzioen aldetik duten babes-falta. Halere, Hegoaldeko egoera ez da hain ezberdina: Ander Lipusek -Artedrama antzerki konpainia- nabarmentzen duenez, ezin zaie tratu bera eman gazteleraz edo euskaraz ekoizten duten konpainiei. Izan ere, lehenengoek estatu osoan zehar egin dezakete bira, eta bigarrenek, aldiz, ez. Euskara ere Euskal Herritik kanpo eramateko aukera aldarrikatzen du, beste hizkuntza askorekin egiten den bezala azpi-tituluak erabiliz, adibidez.

“Kulturarako sarbideak etxebizitza duinerako, hezkuntzarako edo osasunerako eskubidearen pare egon beharko lukeela uste dut”

Emakume oso garrantzitsuak elkarrizketatu dituzu, Eneritz Artetxek bikainki definitzen duen “karanbola hirukoitza” zertan datza? Ze eragin du? 
Sortzaile, euskaldun eta emakume izateak dakarren baldintzapen hirukoitzaz aritzen da Artetxe. Dagoeneko hitz egin dugu lehenengo bi baldintzapenen inguruan, bada, horri generoa gaineratzen zaio “Karanbola hirukoitza” saiakeran.

Azkenean antzerkiari baino gehiago kulturari buruz hitz egin duzue elkarrizketetan, azkenengo atalean aitortzen duzun bezala. Badaude prestigio handiagoa duten lanpostuak, ikusgarritasunari lotuta dago?
Bai, noski, alde handia dago kultur arloko langileen artean, eta ni ez naiz aditua horiei guztiez hitz egiteko. Prestigioari dagokionez ere arrakala nabarmena da, eta adierazi duzun moduan, beharbada ikusgarrien direnak izan daitezke prestigiotsuenak: esaterako, telebistan lan egiten duten aktore edo kazetariak.

"Gizarte-mailan ere kontzientzia-hartze bat behar dugu: herritarrek kulturarekiko duten ikuspuntua aldatzea, haren balioaz jabetu eta kultura bizi eta gozatzeko eskubidea aldarrikatzea”

Zelakoa izan beharko litzateke etorkizuneko antzerki mundua hau eraldatzeko?
Etorkizuneko antzerki munduak administrazioaren aldetik kultur-kudeaketa ezberdin bat eskatzen du: kultur eragileei ardura eta erabakiak hartzeko boterea aitortu beharko liekete, horiek baitira bertan lanean ari direnak eta egoera hobeto ezagutzen dutenak. Bestalde, ezinbestekoa da kultur eragileen arteko saretze bat, indarrak batu eta elkar elikatu ahal izateko. Gizarte-mailan ere kontzientzia-hartze bat behar dugu: herritarrek kulturarekiko duten ikuspuntua aldatzea, haren balioaz jabetu eta kultura bizi eta gozatzeko eskubidea aldarrikatzea.

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