Carta desde Europa
Dos presidentes y una presidenta

El “sofagate” o cómo legitimar desde las presidencias de la Unión Europea al régimen de Recep Tayyip Erdoğan.
Erdogan 1
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Foto: R4BIA.com
Wolfgang Streeck

Director emérito del Max Planck Institute for the Study of Societies de Colonia.

Todos sus artículos en El Salto.

22 abr 2021 05:55

La Unión Europea tiene cinco presidentes/presidentas: uno del Consejo Europeo, otra de la Comisión Europea, otro más del Parlamento Europeo, otra aun del Banco Central y otro finalmente del Tribunal de Justicia Europeo. (Cuenta también con un número elevado de vicepresidentes y vicepresidentas; después de todo, estamos hablando de veintisiete Estados miembros). Recientemente, con el coronavirus o sin él, dos de los presidentes de Europa, la de la Comisión y el del Consejo, viajaron juntos para encontrar a otro presidente, el único existente en Turquía, viaje que generó un escándalo sobre el que merece la pena reflexionar con cierta calma para comprender mejor esta extraña bestia que es la Unión Europea y sus modus operandi.

En estos días, cuando se reúnen los presidentes, se toman fotografías y esta vez no fue una excepción. Las fotografías, sin embargo, pueden adquirir vida propia. Lo que vimos en ellas fue al máximo dirigente turco sentándose en una silla junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, un antiguo primer ministro belga, que a su vez se sentaba a su lado en otra silla situándose a su derecha, mientras ambos sonreían satisfechos a la cámara. A su izquierda y a su derecha vimos dos sofás, dos sofás situados uno enfrente del otro, uno ocupado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el otro, frente a ella, ocupado por el ministro de Asuntos Exteriores turco. Apenas publicada la fotografía, el asunto fue denominado por la prensa el “Sofagate”, que es como debe denominarse hoy en día todo escándalo que se precie, incorporando a su denominación el sufijo “gate”.

¿Cuál fue el escándalo? La respuesta era obvia: Erdoğan, el misógino turco, había humillado a nuestra otra presidenta por ser mujer. Von der Leyen debería haber tenido otra silla no un sofá, una silla situada tal vez al otro lado de Erdoğan. Así, los dos presidentes europeos se habrían situado a ambos lados del único presidente turco, mientras el ministro turco de Asuntos Exteriores podría haber asistido a la escena desde su sofá observando un sofá vacío al otro lado de la sala. Los miembros del Parlamento europeo, no teniendo nada mejor que hacer en plena pandemia, convocaron un debate y el nuevo presidente Draghi tildó a Erdoğan de “dictador”, recibiendo el aplauso de la totalidad de los liberales proeuropeos de izquierda pertrechados de un pensamiento de derecha. Los ánimos se caldearon todavía más cuando se publicaron las fotografías no oficiales, quién sabe procedentes de dónde, que mostraban a los presidentes y a la presidenta entrando en el salón dispuesto para su encuentro y en las que se observaba a Michel avanzando hasta el final de la sala para sentarse en una de las sillas, para después estirar sus piernas y esbozar una amplia sonrisa provocativamente hacia von der Leyen, quien primero efectúa un gesto de consternación y después, con una resignada sonrisa, se sienta en el sofá situado a la izquierda. (No hace mucho ella, o quien quiera que hubiera estado en su lugar, podría haber desafiado en duelo a Michel).

Obviamente, esto exigía un “discurso”, como se dice hoy en día. Aunque Michel hizo saber que se hallaba realmente disgustado y que ya no conciliaría el sueño, tal era la intensidad de su vergüenza, resulta que el asunto tenía su prehistoria. Evidentemente, los presidentes europeos tienen sus correspondientes gabinetes independientes y parece que se habían producido dos visitas previas de estos a Turquía con el fin de preparar el terreno para la gran reunión presidencial. También se hallaba implicado el embajador de la Unión Europea ante Turquía, que resulta ser un diplomático alemán (la Unión Europea tiene su propio servicio diplomático; de nuevo, se trata de veintisiete países miembros). El gabinete de von der Leyen parece que pudo inspeccionar la sala en la que se serviría la excelente cena a los tres presidentes tras su previa jornada de trabajo. El gabinete descubrió que las sillas en las que se sentarían Erdoğan y Michel eran de mayor tamaño que la que correspondería a von der Leyen, lo cual tal vez no se debiera tan solo al hecho de que ella es menos corpulenta que los otros dos presidentes. En cualquier caso, su gabinete pidió al Estado turco que proporcionará sillas igualmente pequeñas para los tres en pro de la igualdad de género.

Nada se conoce, sin embargo, sobre lo que hicieron las dos delegaciones exploratorias y el embajador europeo respecto al estatus relativo del presidente y la presidenta europeos. Quizá se mostraron cuidadosos, todos ellos, de no tocar esta cuestión sensible y, por el contrario, se atuvieron al manual diplomático que la Unión Europea proporciona a terceros países en caso de que estos se interesen por el mismo. En este se afirma que el presidente o presidenta del Consejo Europeo ha de ser considerado igual a un Jefe de Estado, mientras que el presidente o presidenta de la Comisión es comparable a un Primer Ministro. Existe cierta lógica en ello, porque el presidente o presidenta de la Comisión Europea es nombrado por el Consejo Europeo y no a la inversa. Esa lógica, por supuesto, no goza de popularidad en el Parlamento Europeo, lo cual puede explicar por qué el citado manual es tan poco conocido y por qué este se mostró tan excitado por el incidente del Sofagate.

Hasta aquí todo claro. Sin embargo, cuanto más reflexionamos sobre el asunto, más extraña se antoja esta historia. En primer lugar, ¿dónde estaba el Alto Representante de la Unión para los Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad (¡eso es un cargo!), un español llamado Josep Borrell? ¿No debería haber estado también allí? De hecho, podría haberse sentado en el sofá de von der Leyen, mirando a los ojos al ministro turco de Asuntos Exteriores, como habría sido lógico en su caso y, por supuesto, como lo habría sido para su colega turco, dado que ambos se habrían encontrado en una situación de reciprocidad. Conviene no olvidar que Borrell había visitado recientemente Rusia, sin contar con ningún presidente europeo en su séquito, en el contexto de las crecientes tensiones surgidas entre ambos países tras la toma de posesión de Biden como presidente de Estados Unidos. El viaje resulto ser un desastre, porque la Unión Europea y Alemania habían hecho saber previamente que no pondrían fin a las sanciones impuestas por la invasión rusa de Crimea y que incluso contemplaban la posibilidad de imponer otras por el caso Navalny. Borrell, habiendo sido humillado por su contraparte rusa, o así se nos hizo saber, parece haber sido relegado a un segundo plano, si no apartado para siempre de sus funciones. Así pues, ¿tal vez había dos presidentes europeos en Ankara simplemente para que el ministro de Asuntos Exteriores turco no tuviera frente a él un sofá vacío (y que quizá von der Leyen tuviera que llenar un hueco que de otra forma hubiera sido un agujero negro asimétrico)?

Dos presidentes y quizá un poco más de dinero, ahora que Erdoğan lo necesita y que el Next Generation EU ha aprendido cómo crearlo de la nada, son lo menos que Europa puede ofrecerle por su asistencia

Esto parece inverosímil, aunque con la Unión Europea no podemos dejar de considerar en ciertas ocasiones escenarios extremos. Después de todo, lo que debe ser explicado en este caso no es únicamente por qué dos presidentes (un presidente y una presidenta en realidad) viajaron a Ankara, sino por qué viajo allí presidente o presidenta alguno de la Unión Europea. (¿No tiene el Alto Representante para los Asuntos Exteriores etcétera, etcétera un vicerrepresentante?).

Si asumimos que el viaje dual a Ankara no fue tan solo una distracción de las duras condiciones del confinamiento belga, podríamos, pues, albergar la sospecha de que la demostración de fuerza diplomática quería disculparse y pedir perdón por las duras palabras pronunciadas por la Unión Europea días antes, cuando el primer ministro Erdoğan se convirtió en el presidente Erdoğan y poco después en el dictador Erdoğan, esto es, que la visita ambicionaba señalar el comienzo de otra maravillosa relación de amistad. Una razón por la que la Unión Europea consideraría ello deseable sería la importante función que Erdoğan no ha dejado de desempeñar en pro de la paz y la tranquilidad domésticas de la UE, que le ha permitido en última instancia, mantener un régimen liberal de inmigración y asilo que agrade a determinados votantes sin tener que implementarlo realmente para agradar de este modo a otros.

Erdoğan realiza esta tarea manteniendo a millones de refugiados retenidos en Turquía, fundamentalmente sirios, expulsados de sus hogares por una guerra civil interminable prolongada por la demanda de «Occidente» de un «cambio de régimen», que es incapaz de imponer; por este servicio Turquía percibe, según se dice, la cifra de tres millardos de euros anuales. Si Erdoğan cesara de efectuar este trabajo, cientos de miles de refugiados, sirios y de otras procedencias, pedirían que se demostrase efectivamente la supuesta generosidad europea, esto es, alemana, y forzarían a los gobiernos europeos y a la Unión Europea bien a enfrentarse a la revuelta de la derecha, de incierto resultado político, provocada por el sustancial incremento de refugiados y solicitantes de asilo; o bien a aceptar el envite de la izquierda liberal de emprender una batalla por la reforma realista del actual régimen legal vigente en materia de refugio y asilo, en absoluto realista, políticamente insostenible y únicamente en vigor para señalar la supuesta virtud europea tanto en el exterior como en el interior, dado que tan solo existe formalmente porque se aplica de modo homeopático y no de forma masiva como correspondería, porque únicamente beneficia a un contingente reducidísimo de quienes tendrían derecho al mismo, dada la catastrófica situación de los derechos humanos en el hinterland europeo en buena parte provocada por la desastrosa propia política exterior europea en Oriente Próximo, en el Magreb y en el África subsahariana.

Con Erdoğan como robusto portero nombrado por Angela Merkel en 2016 actuando como presidenta de facto de la Unión Europea, la «cara amable» de (Merkel) Europa puede ser salvada sin tener que ser nada más que eso: una cara. Dos presidentes y quizá un poco más de dinero, ahora que Erdoğan lo necesita y que el Next Generation EU ha aprendido cómo crearlo de la nada, son lo menos que Europa puede ofrecerle por su asistencia, a modo de garantía en el año en el que su vieja aliada, Angela Merkel, se supone que se encamina hacia su retiro.

Quien se quedó sin sofá alguno ese fatídico día fue Osman Kavala, un rico ciudadano turco que dedica su fortuna a proyectos culturales, políticos y educativos en su país. Kavala se considera a sí mismo como un constructor de puentes entre Turquía y Europa occidental, trabajando con socios turcos y europeos por la democracia en su país y en pro del cultivo de relaciones pacíficas con sus vecinos europeos. Desde octubre de 2017 ha gastado su tiempo encarcelado en situación de aislamiento, acusado originalmente de haber incitado tres años antes las manifestaciones del Parque de Gezi. En 2019 fue finalmente juzgado y en febrero de 2020 absuelto de todos sus cargos. Cuando estaba a punto de abandonar los juzgados, fue arrestado de nuevo, esta vez por su supuesta implicación en el denominado golpe de Gülen acaecido en 2016. Los jueces que le absolvieron se hallan ahora bajo investigación por supuesta colaboración terrorista. En diciembre de 2020, cuatro meses antes del viaje de los dos presidentes europeos a Turquía, comenzó su segundo juicio. Los fiscales solicitan cadena perpetua por participar en el citado golpe y una pena adicional de veinte años por espionaje. La absolución anterior fue revocada y el caso será juzgado de nuevo. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos y otros organismos europeos, incluido el Parlamento, han exigido en repetidas ocasiones la inmediata puesta en libertad de Kavala sin éxito alguno. En realidad, el colega presidencial de Michel y de von der Leyen ha declarado públicamente varias veces culpable a Kavala.

Preguntas: ¿No podrían haber condicionado los dos presidentes europeos su presencia en el comedor de Erdoğan a la puesta en libertad de Kavala? ¿Cómo pudo desplazar el Sofagate al Kavalgate como el escándalo público europeo de la semana? ¿Y por qué «Europa», tal y como se personifica en estos momentos en la Unión Europea, impone sanciones a Putin por el caso Navalny, mientras concede a Erdoğan la visita simultánea de dos presidentes, un presidente y una presidenta, a pesar de Kavala?

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Carta desde Europa
Carta desde Europa De la integración a la cooperación: menos Europa para más Europa
Las clases políticas nacionales se aferran a la Unión Europea porque han aprendido a utilizarla como escenario para la prosecución de sus intereses nacionales.
Carta desde Europa
Carta desde Europa Los peligros de la lealtad inquebrantable a Estados Unidos
La vía para que Alemania se asegure la paz en lugar de la guerra es liberarse del control geoestratégico de Estados Unidos.
Carta desde Europa
Carta desde Europa La Unión Europea, la OTAN y el próximo nuevo orden mundial
La invasión rusa de Ucrania parece haber respondido a la cuestión del orden europeo posneoliberal resucitando el modelo de la Guerra Fría, considerado obsoleto desde hace mucho tiempo: una Europa unida liderada por Estados Unidos.
Policía
Espionaje político Juancar, otro policía infiltrado en los movimientos sociales de Madrid
El Salto desvela la identidad del agente policial Carlos P.M., que pasó dos años infiltrado en movimientos sociales de Madrid bajo la falsa identidad de un joven estudiante.
Videovigilancia
Derechos y libertades Videovigilancia algorítmica en nombre de la seguridad de los Juegos Olímpicos de París
Aunque las autoridades francesas aseguran que no se utilizará el reconocimiento facial durante los Juegos Olímpicos de París, existe el temor de que el uso de la videovigilancia algorítmica se convierta en permanente.
Opinión
Opinión Infiltrados en la democracia
Un nuevo caso de infiltración policial subraya la permanencia de una serie de prácticas que amenazan derechos fundamentales y tienen potencial delictivo.
Análisis
Análisis Israel nunca tuvo derecho a existir
Sobre Israel hay quienes se sobresaltan al escuchar que no tiene derecho a existir. Inmediatamente le atenazan décadas de falsos axiomas y propaganda de occidente para sostener su colonia en Palestina.
Sanidad
Sanidad Universal El Gobierno aprueba un proyecto de ley para volver a la sanidad universal
La norma, que deberá atravesar el trámite parlamentario para su aprobación, pretende retornar a la situación anterior a 2012, cuando Rajoy eliminó la universalidad en la atención sanitaria.
Industria armamentística
Industria armamentística La Junta de Andalucía reúne en Sevilla a 250 empresas armamentísticas cómplices con el genocidio en Palestina
La Junta de Andalucía organiza la Aerospace and Defense Meetings ADM 2024 en Sevilla que congregará a cientos de empresas armamentísticas en pleno genocidio de Israel contra el pueblo palestino y en un contexto de rearme en la UE
Catalunya
Catalunya El Senado veta la Amnistía y la Audiencia Nacional intenta que los imputados de Tsunami abandonen el exilio
El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, les ha llamado a declarar desde Barcelona el 22 de mayo, antes de que se apruebe la ley. Les imputa terrorismo, un delito por el que no podrían ser amnistiados.
Genocidio
Human Rights Watch Israel ha lanzado al menos ocho ataques sin aviso previo contra organizaciones humanitarias
La organización no gubernamental Human Rights Watch acusa a Israel de atacar centros y convoys de ayuda humanitaria y advierte a los países que suministran armas a las FDI que eso contraviene el derecho internacional.

Últimas

Palestina
Movimiento BDS Archivada la denuncia por una acción de boicot a McDonald's
Un juzgado de Madrid considera que en el despliegue de la pancarta “Ahora sí, boicot McDonald's. Llámame McGenocidio” no existió delito.
Sidecar
Sidecar Un régimen de guerra global
Los conflictos armados están atrayendo a algunos de los actores más poderosos de la escena internacional, lo cual invoca el espectro de la escalada nuclear.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Gobierno amplía la moratoria hipotecaria unas horas antes de su vencimiento
Cuando faltaban unas horas para el fin de la moratoria hipotecaria que beneficia a 30.000 familias, el Consejo de Ministros aprueba su prórroga hasta 2028. La PAH anuncia que seguirá luchando por una “solución definitiva”.
Sidecar
Sidecar Problema Trump
Los críticos siempre han tratado a Trump como un desgracia que hay que deplorar, más que como un problema que hay que resolver.
Crisis climática
Industria y crisis climática La transición de la industria del acero choca con los límites del hidrógeno verde
La industria siderúrgica debe reducir en un 93% sus emisiones para que el aumento de la temperatura global se mantenga un 1,5º C por debajo de los niveles preindustriales. Y el hidrógeno verde no es suficiente para transformar la industria del acero.
Más noticias
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Un vídeo muestra las técnicas violentas de las agencias de desocupación
Una grabación realizada con móvil muestra la utilización de técnicas de violencia física por parte de trabajadores de una empresa de desocupación, un sector que ha escapado hasta ahora de la regulación y cuenta con la complicidad de la Policía.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Elecciones
Elecciones catalanas El triunfo de Sánchez e Illa en el embrollo catalán
Los socialistas derrotan con claridad al independentismo, pero lo tendrán complicado para formar gobierno y la derechización de la política catalana no es una buena noticia para el PSOE.

Recomendadas

Genocidio
Movilizaciones Estudiantes por Palestina, el “no en nuestro nombre” global
Las acampadas se extienden por todo el mundo. La represión de algunas de ellas no consiguen limitar el alcance de una forma de protesta que desafía a los Estados y que Israel considera una amenaza que pone en riesgo su impunidad.
Ocupación israelí
Guerra contra Gaza Crece el debate en EE UU por su responsabilidad en la masacre de Gaza
Un informe del Departamento de Estado admite por primera vez que las bombas de 900 kg suministradas por EE UU se han podido utilizar de forma indiscriminada contra civiles.
Salud
Salud perinatal Susana Carmona: “No encuentro nada más feminista que estudiar lo que pasa en nuestros cuerpos”
La psicóloga clínica Susana Carmona recoge en ‘Neuromaternal’ casi todo lo que la neurociencia puede enseñar sobre las madres. Por ejemplo que la maternidad, como la adolescencia, es una época de neuroplasticidad y de adaptación.
Palestina
Noura Erakat “Nuestra lucha por salvarnos como palestinos es también una lucha para salvar el mundo”
La organizadora y abogada defensora de la Campaña en Estados Unidos por el fin de la ocupación israelí Noura Erakat respondió a las preguntas de Olga Rodríguez para la entrevista de la revista trimestral de primavera de El Salto.