Turquía
Erdogan ha ganado

Crónica de las elecciones en Turquía.

Erdogan
Elecciones en Turquía Pablo Fernández

@EconoCabreado

Coordinador de la sección de economía

17 abr 2017 16:40

Comenzaba el escrutinio. Los primeros resultados arrojaban más de un 60% de votos al Evet –’sí’– a la campaña lanzada por Erdogan, que ostentó el poder ejecutivo como primer ministro de Turquía de 2002 a 2015, y desde ese año presidente, una figura en teoría neutral. ¿La contienda? Transformar Turquía, una República parlamentaria, en una presidencialista, lo que significaría varias cosas. En primer lugar, la eliminación de la figura del primer ministro, recayendo sobre el presidente el poder ejecutivo y buena parte del legislativo. En segundo lugar, que el presidente nombre a cuatro de los 13 jueces del máximo tribunal, además de a los ministros y altos funcionarios. Por último, que Erdogan podrá estar en el poder hasta 2029.

Hasta 18 cambios. Pero los datos llegaban desde el este de Anatolia, donde el partido al que pertenecía Erdogan, el AKP (Partido por la Justicia y el Desarrollo), partido gobernante, tiene buena parte de sus feudos. El Hayır –’no’– avanzaba posiciones a la par que el escrutinio. Era una carrera contrarreloj. Con el 90% de las papeletas contadas, el Evet tendría un 52% y el Hayır un 48%. Pero entre medias había un millón de votos. Por cada minuto que pasaba, unos confirmaban su alegría, y otros perdían la esperanza.

Al 99%, el ‘sí’ tenía el 51,21% y el ‘no’ el 48,79%. No quedaba más, Erdogan había ganado. Como presidente, aunará la práctica totalidad de los poderes. El CHP (Partido Republicano de Turquía), principal partido de oposición, anunciaba que impugnaría entre un 37% y un 60% de las papeletas, ya que se utilizaron bastantes sin ser selladas por la Junta Electoral. Pero la norma fue cambiada en el mismo día. “¿Eso es legal?”, pregunta un chico. “Que más da”, responden. Erdogan había ganado.

Estambul en metamorfosis

Burda. Burada. Burası. Buraya. El idioma turco tiene varias palabras para indicar la localización y el sujeto. Tal vez fueran útiles en la Guerra de Independencia que creó el Estado nacional turco de las ruinas del Imperio Otomano hace tan sólo 100 años. Había que saber bien quién era el enemigo y quién el amigo. Con ellas, Atatürk, padre de los turcos, fundaba un Estado laico y homogeneizaba, por primera vez, la tierra de Anatolia. Esas mismas palabras, todas, podrían usarse para indicar los enormes carteles con el Evet y la cara de Erdogan. Omnipresentes. Y con los medios de comunicación tomados por el Gobierno, al ‘no’ sólo le quedaba la campaña puerta a puerta.

A pesar de ello, Estambul se levantaba para el día clave con el ‘no’ aventajando levemente en las encuestas. Como si quisieran salir de la noche, los colegios electorales a la par que el sol amanecía. El día anterior, la policía turca arrestaba a 49 supuestos miembros del Estado Islámico que planearían atentar en Estambul. Erdogan había llegado al cargo de primer ministro aprovechando la inestabilidad del país y una crisis económica. Quince años después, su arma era la misma. Prometer seguridad y estabilidad. “Acabaremos con el terrorismo”, no paró de repetir Erdogan. Se refería al Estado Islámico pero, sobre todo, al PKK kurdo, con el que libra una interminable guerra en el este del país.

Comenzaban las primeras horas del día. Estambul se levantaba despejado y agradable. Numerosos policías poblaban sus calles, tónica habitual desde que Erdogan declaró el Estado de Emergencia hace diez meses, tras el golpe militar del 15 de julio. Que Kemal Kılıçdaroğlu, líder del CHP opositor, dijera que había sido “un golpe controlado” le había costado varios puntos al ‘no’. Incapaces de hacer frente a la popular figura de Erdogan, en vez de confrontarlo, basaron su campaña en el futuro.

En Taksim, donde en 2013 miles de personas acamparon contra un autoritarismo creciente, ahora se ven los ojos de una mujer con un helado que se hace un selfie. Los ojos, porque es lo único que deja visible el burka negro. El turismo árabe crece a pasos vertiginosos en favor del europeo. Lo que antes había sido un islamismo que, entre otras cosas, impulsaba un proceso de paz con la guerrilla kurda del PKK, ahora era un “las mujeres que no tienen hijos están incompletas”. Palabra del presidente. La religión al servicio del poder.

Las gaviotas volaban como si nada estuviera pasando, y los pescadores pescaban en las contaminadas aguas del Bósforo, que separan lo que se considera artificalmente como Europa y como Asia. Pero en el sur, en la provincia de Muğla, había un pequeño terremoto. Algo pasaba. En el extranjero ya habían votado, con un resultado abrumador hacia el Evet. “Quiero una Turquía fuerte”, dice Sami. La contienda con Europa, especialmente con Alemania y Holanda, le daba otros puntos a Erdogan, en clave nacionalista. Un yo dentro frente a un otro fuera. Lo mismo ocurría con la extrema derecha islamófoba holandesa.

“Dormí apenas dos horas, me encuentro mal, ¡pero estoy lleno de esperanza!”, dice un joven opositor. “Esta vez sí podemos ganar a Erdogan”, dice otro. “Eso decimos siempre”. Y es que Turquía es un país conservador, a pesar de la hegemonía que tenían los laicos, progresistas y liberales. Y desde que llegaron al poder eran intratables. El rural y el interior de Anatolia se sintió siempre olvidado frente al Egeo que miraba con orgullo hacia Europa.

Quedan dos horas para el cierre de los colegios electorales. La agencia Anadolu, estatal y controlada, era la única con facultades para ofrecer datos. Se lanzó un intento en Twitter, con el hastag #HappySunday, de mediar entre ambos bandos. Pero en los momentos decisorios hay que tomar partido. En Diyarbakır, capital oficiosa del Kurdistán turco –y cuyo centro ha sido destruido por la guerra– una discusión acababa en un tiroteo que dejaba dos muertos. Entre ambos bandos compartían familia.

Comenzaba el atardecer, que traía una calma muy tensa. Durante la campaña, el ‘sí’ y el ‘no’ mezclaban espacios. Ahora había silencio. El mismo por el cual mucha gente pide que no aparezcan sus nombres. El HDP (Partido Democrático de los Pueblos), partido de izquierdas nacido en el Kurdistán, denunciaba irregularidades. “Hasta un 3-4% de los votos”, dirían después. Además, poca campaña habían podido hacer, con 174 militantes en huelga de hambre en las cárceles turcas. En ellas se encontraban, también, sus líderes, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdağ.

Comenzaba la cuenta atrás. Los minutos decidían, posiblemente, los siguientes años en Anatolia. Llegaba la siguiente noche, el resto ya era historia. El silencio se convertía en ruido, las banderas turcas flameaban en los coches que celebraba el resultado. Incluso alguna bandera de Atatürk, lo cual eliminaba la contraposición del Atatürk laico al Erdogan islamista. Lo superaba. Hasta que hubo un último, o penúltimo, grito. Binali Yıldırım, el primer ministro que más contento se queda por quedarse sin trabajo, confirmaba la victoria del ‘sí’, y con el pucherazo ondeando, se empezaron a formar pequeñas manifiestaciones en los barrios izquierdistas.

En Şişli, Cihangir y Sarıyer empezaba a resonar “esto no ha terminado. La lucha continúa”. Pero, sobre todo, en Kadikoy y Besiktas donde varios grupos de manifestantes recorren las calles cacerolas en mano mostrando su desacuerdo con el resultado al grito de “Erdogan dictador”. Aunque predomina la gente joven, varias personas mayores también golpean cacerolas e incluso se puede ver una mujer con la cabeza tapada que tira del brazo de un niño que corea los mismos cánticos que escucha.

La improvisada asamblea en uno de los parques del barrio decide cortar la calle y que la protesta continúe por la carretera. Muchos de los coches y taxis, lejos de enfadarse por el atasco, se unen a la protesta tocando de manera continua sus bocinas. “No nos aceptan y no nos quieren ver. El resultado del referéndum es un duro golpe para nuestro colectivo y nuestros derechos”, explica con rabia un chico que ondea la bandera LGTBI, otro de los colectivos representados en la protesta.

El grupo se para de golpe en una esquina, una muralla de antidisturbios con cascos y máscaras de gas sella la calle por la que la protesta pretendía avanzar. La juventud turca demuestra serenidad y que su protesta es pacífica. “Claro que tenemos miedo a la policía”, dice uno de los chicos, “pero es nuestro deber estar aquí”. El grupo sigue con sus cánticos frente a la policía, pero entraba la noche, y no había fuerzas para llevar la contienda más allá. Las protestas se disolvían con la promesa de encontrarse al día siguiente. Erdogan había ganado. “Miles dejarán el país. ¿Qué nos va a quedar?”, susurra otro opositor.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Palestina
Genocidio en Gaza La Flotilla de la Libertad acusa a Israel de parar su salida con una nueva maniobra de presión
Los esfuerzos de Israel para impedir la partida del barco Adkeniz con destino a Gaza ponen otra traba que puede ser definitiva para el destino de una misión que pretende romper el bloqueo marítimo sobre Gaza.
Palestina
Palestina La Flotilla hacia Gaza anuncia un retraso de la salida de los barcos de ayuda
La organización refiere presiones internacionales para que no se lleve a cabo una misión que pretende entregar 5.500 toneladas de alimentos y productos de primera necesidad a la población atrapada en el territorio palestino.
Palestina
Palestina La Flotilla de la Libertad se manifiesta en Estambul para acelerar su salida a Gaza
Miles de personas se manifiestan en la capital turca en apoyo al movimiento que quiere trasladar cinco mil toneladas de alimentos a Palestina.
Investigación
Investigación Diez millones a dedo en cinco años: así pagaron Feijóo y Rueda la lealtad de la prensa afín con dinero público
Desde ‘La Voz de Galicia’ hasta el canal de extrema derecha de Javier Negre, los últimos dos presidentes de la Xunta de Galicia han repartido entre la prensa más acrítica con la gestión de sus gobiernos al menos 3.686 contratos sin concurso previo.
Educación pública
Huelga de profesorado 30.000 profesores de la Escuela Pública madrileña echan un pulso a Ayuso en el primer día de huelga
Cerca de 30.000 profesores y profesoras han marchado la tarde del miércoles como colofón a la primera jornada de huelga, de las dos convocadas para este mes. La próxima cita será el 21 de mayo.
Palestina
Universidades Estudiantes de la Universidad de Alicante acampan para pedir el final del genocidio
Comienzan la acampada con una jornada en la que han realizado charlas, asambleas y un taller de pancartas en el campus de San Vicent del Raspeig.
Análisis
Análisis Del Black Lives Matter a la lucha por Palestina: la internacionalización del antirracismo
No se entiende un posicionamiento tan claro desde el centro del imperialismo como es el de las acampadas, sin ponerle una genealogía de lucha, de construcción de pedagogía, de resistencia y confrontación por parte de las poblaciones racializadas.
Genocidio
Genocidio Boicot a Eurovisión: porque las canciones no tapan genocidios
El próximo 11 de mayo se celebra el clásico Festival de Eurovisión, esta vez en la ciudad sueca de Malmö, en el que participa un país investigado actualmente por genocidio y que desde hace décadas comete crímenes contra la humanidad.
Genocidio
Genocidio Los Gobiernos europeos reprimen las muestras de apoyo a Palestina ante la inminente masacre de Rafah
Estados Unidos suspende por el momento la entrega de bombas a Israel ante la perspectiva del arrasamiento de Rafah. La UE organiza un seminario con el ministro de Exteriores y sus gobiernos reprimen las muestras de apoyo a Palestina.
Opinión
Opinión ¿Por qué lo hacen?
Los estudiantes que ocupan Bolonia y otros lugares no pueden detener el Holocausto. Pero pueden señalar que estamos del lado de los colonizados de todo el mundo y que desertamos de la guerra que los nuevos Hitler nos están imponiendo.

Últimas

Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Sphera
Libertades civiles La secuela de un infiltrado
Los nuevos movimientos ecologistas llevan tiempo siendo objeto de vigilancia y criminalización por parte de los cuerpos de seguridad del estado y la judicatura.
Desempleo
Reforma Podemos apoyará el nuevo decreto de subsidio al no incluir el recorte en la cotización para mayores de 52 años
Este acuerdo desatasca la Componente 23 para la recepción de fondos Next Generation y fue tumbado el pasado enero en el Congreso con los votos en contra de Podemos, PP, UPN y Vox.
El Salto Radio
El Salto Radio Roses amb espines: feministes
Encentem una sèrie radiofònica sobre les pioneres del periodisme en català amb la història de Dolors Monserdà, Carme Karr i Llucieta Canyà.
Más noticias
Universidad pública
Acampadas propalestinas “Es nuestro deber señalar la complicidad de nuestras universidades con el genocidio”
Arrancan las acampadas universitarias en Madrid para exigir el fin de las relaciones con Israel y el apoyo a las víctimas del genocidio. Las acciones de protesta están ubicadas en Ciudad Universitaria, centro simbólico de la lucha universitaria.
Elecciones
Elecciones Aliança Catalana: a las puertas del Parlament de Catalunya atizando la xenofobia y escondiendo la ‘estelada’
El partido liderado por Sílvia Orriols llega con una campaña mediática promovida por los principales medios españolistas del Estado, con el discurso antiinmigración como punta de lanza y con el deseo explícito de hacerse con parte del voto de Vox.
Crisis climática
Nuevo hito climático El pasado mes fue el abril más caluroso jamás registrado
Con una temperatura promedio del aire en la superficie de 15,03ºC, el pasado mes fue 0,67ºC más caluroso que el promedio de dicho mes entre los años 1991-2020 y 0,14ºC más que el anterior récord, el de abril de 2016.
Educación pública
Huelga de profesorado La Marea Verde vuelve a vaciar las aulas para tomar las calles de Madrid
Con un seguimiento que supera el 65% la primera jornada de huelga del profesorado madrileño transcurre entre piquetes y marchas por todos los puntos de la Comunidad de Madrid para exigir que se reviertan los recortes.
Sphera
Libertades civiles La secuela de un infiltrado
Los nuevos movimientos ecologistas llevan tiempo siendo objeto de vigilancia y criminalización por parte de los cuerpos de seguridad del estado y la judicatura.

Recomendadas

Cómic
Julie Doucet “Cada cómic es un experimento, no me gusta ceñirme a categorías asignadas por otros”
Julie Doucet, icono del cómic alternativo y feminista de los años 90, publica ‘El río’, su nueva novela gráfica que constituye un hito editorial, dado que llevaba un cuarto de siglo alejada del medio.
Universidad pública
Protestas contra el genocidio El consejero de Educación de Madrid pide sacar “la política” de la facultad de Políticas
La Comunidad de Madrid reacciona contra una declaración universitaria que exige al Santander, con quien la UCM mantiene un convenio, que deje de financiar proyectos contaminantes y a la industria armamentística corresponsable del genocidio en Gaza.