Tecnología
Francesca Bria: “Los datos son una infraestructura pública más, como el agua, la electricidad o el transporte”

Uno de los cruces de caminos de nuestro tiempo es el que separa la propiedad de los datos de sus dueños y de quienes se benefician de ellos. Francesca Bria aboga por tomarlos como bienes comunes como forma de construcción democrática.

Francesca Bria
Francesca Bria, durante la entrevista. Victor Serri

Francesca Bria (Roma, 1977), comisionada de Tecnología e innovación digital en el Ayuntamiento de Barcelona, trabaja desde 2016 con el equipo de Ada Colau para mejorar la protección de datos de la ciudadanía, fomentar la democracia participativa en el entorno digital y establecer un modelo de ciudad en el que las personas estén en el centro. Experta y asesora en políticas de estrategia digital, Bria es fundadora de Decode, una plataforma interdisciplinar europea que intenta devolver la soberanía digital a la ciudadanía ofreciendo las herramientas necesarias para que los ciudadanos puedan decidir qué información quieren mantener privada y qué información quieren que sea pública.

Se trata de salir de un modelo extractivista de datos —el que tenemos actualmente— en el que el acceso, el control y el uso de datos da ganancias a las grandes corporaciones a un modelo en el cual los datos sean considerados un bien común y solo se puedan usar en pro del beneficio público y las mejoras sociales. El control de los datos por parte de las empresas no solo erosiona el concepto de privacidad —lo que pone en peligro su seguridad—, sino que crea desigualdades económicas entre la población y va en detrimento de las instituciones y los servicios públicos.

En este contexto, Francesca Bria repiensa el concepto de “smart city” con el objetivo de poner la tecnología y los datos al servicio de la ciudadanía. Lo hace a través de tres ejes: la transformación digital, la innovación y el empoderamiento digitales.

¿Qué es la soberanía digital y por qué es importante?
La soberanía digital es la habilidad de la gente para determinar la dirección de las innovaciones tecnológicas y establecer sus propias prioridades. Esto significa salir del escenario actual del monopolio de las big tech, que tienen un poder de mercado ilimitado en estos momentos. Por un lado, hablamos de las empresas de Silicon Valley, en Estados Unidos, como Facebook, Amazon, Apple o Google, y, por otro, de las corporaciones tecnológicas chinas, que cada vez están más presentes en nuestro día a día, como Alibaba o Huawei. Estas compañías, todas combinadas, tienen un valor en el mercado de tres trillones de dólares, de los cuales un trillón se gestiona offshore, es decir, en paraísos fiscales. Los dividendos no se reinvierten en economía real ni se distribuye para crear nuevas riquezas o puestos de trabajo que puedan beneficiar a toda la población, sino que solo las compañías se enriquecen.

Cuando hablamos de recuperar la soberanía digital hablamos de recuperar independencia. Si miramos la situación, nos daremos cuenta de que Europa queda totalmente fuera del tablero de juego: no tenemos una industria tecnológica basada en Europa que haya demostrado que otro tipo de modelo tecnológico, algo que no sea la pura vigilancia capitalista, es posible. La gente no es consciente de los beneficios que estas big tech obtienen a partir de la observación y la monitorización de nuestro comportamiento. Europa debería demostrar que otro modelo, uno en el que los intereses de la gente estén en el centro y se respeten sus derechos, es posible.

¿Y en este contexto, cómo se puede trabajar desde las municipalidades para recuperar la soberanía digital?
La ciudadanía debería participar de manera democrática en establecer sus propias prioridades y decidir en qué dirección tiene que ir la revolución tecnológica. Tiene que haber más democratización de la inteligencia artificial y de la gestión de datos, ya que es un derecho del ciudadano asentar las bases del contrato tecnológico. Lo que estamos intentando hacer, a grandes rasgos, es intentar girar la tortilla y hacer trabajar la tecnología a favor de una vivienda más accesible, la movilidad sostenible o la transición energética, entre otros.

No queremos que la tecnología solo sirva para convertir la ciudad en un producto de marketing, sino que la queremos poner al servicio de la ciudadanía. Este enfoque de una ciudad para la ciudadanía parte de la base del incremento de la participación ciudadana en la toma de decisiones. La democratización tecnológica es uno de los pilares centrales del programa del Ayuntamiento de Barcelona y la agenda social de Ada Colau.

¿Qué iniciativas concretas se están llevando a cabo?
A través de diferentes proyectos y plataformas estamos trabajando para repensar las relaciones entre la ciudadanía y el gobierno municipal, por eso hemos articulado un proceso participativo con un componente ético destacado y con una plataforma que es Barcelona Decidim, entre otras cosas. También estamos apostando por el código abierto y la publicación de datos anonimizados y encriptados para que se puedan visualizar con el objetivo de fomentar la transparencia.

Uno de los proyectos más importantes que hemos llevado a cabo desde el Ayuntamiento de Barcelona es destinar el 80% del presupuesto destinado a tecnología a hacerla de acceso abierto. Por ejemplo, a todos los contratos que se generan desde el Ayuntamiento de Barcelona se les añade una cláusula relacionada con la soberanía digital. Eso quiere decir que si el Ayuntamiento firma un contrato público con Vodafone, cuando se termine el contrato, la compañía está obligada a retornar todos los datos recabados durante el ejercicio. Lo que hacemos con esos datos es anonimizarlos, encriptarlos y ponerlos a disposición de la ciudadanía. De esta manera, los desarrolladores o los periodistas de datos pueden tener acceso a toda esa información y poner en marcha propuestas al servicio de la ciudad.

Más poder para la gente significa menos poder para las instituciones. ¿Cómo se encuentra el equilibrio?
Más poder para la gente es menos poder para los burócratas. Hay que redefinir las instituciones y el poder, y desterrar la idea de que el poder trabaja para las élites. Las ciudades del futuro van en esa dirección: crear comunidades alrededor de los proyectos que se desarrollan desde los ayuntamientos para que la ciudadanía sepa que todos los procesos son transparentes. La soberanía digital es comprender que los datos son la materia prima de la economía digital. Y, para nosotros, los datos son una infraestructura pública más, como el agua, la electricidad o el transporte. Es por este motivo que creo firmemente que debería pertenecer a los ciudadanos y no a las grandes corporaciones. La encriptación es un derecho humano y, como vivimos en una sociedad digital, debería estar garantizada.

Usted es una de las fundadoras de Decode. ¿En qué consiste la iniciativa?
Decode es un proyecto que pretende descentralizar las infraestructuras de los datos mediante el blockchain y la encriptación para dar más seguridad a los datos con el objetivo de que no puedan ser manipulados por terceros. Finalmente, son los ciudadanos los que deciden qué información quieren mantener privada y qué información quieren que sea pública según las condiciones que ellos decidan.

¿Cómo por ejemplo?
Quizás los ciudadanos quieran mantener visible sus datos de movilidad para ayudar a que los ayuntamientos sepan de las necesidades de la ciudadanía, pero no quieren compartirlo con Uber. O quieren compartir sus datos médicos con su médico, pero no con las compañías aseguradoras. Ahora precisamente en Barcelona estamos llevando a cabo un proyecto piloto con Fab Lab Barcelona que se llama Smart Citizen que consiste en poner sensores en algunas casas para que la gente pueda medir la calidad del aire y los niveles de contaminación. Estos datos, sin embargo, no se compartirán con todo el mundo: solo con quien el ciudadano decida. Quizás se quieran compartir con la comunidad o con el Ayuntamiento, pero no con empresas privadas. Y esto es el futuro.

¿Cómo se comunica todo eso con una parte de la población que cree que la democracia es votar una vez cada cuatro años?
El objetivo de todas estas acciones es también fomentar una cultura democrática participativa y hacer que el ciudadano se implique en las decisiones que se toman en su ciudad. Y una de las alternativas es la participación democrática digital, que a la vez nos sirve para luchar contra el populismo de la extrema derecha.

Hay gente que está desencantada con sus gobernantes, que se ha quedado fuera del sistema económico, que no puede llegar a final de mes. Es importante para nosotros trabajar con toda esta gente, fomentar la democracia participativa entre ellos y abrir espacios para su emancipación política y para que haya justicia social y igualdad. Creo que la democracia participativa es la alternativa al populismo de la extrema derecha. Tenemos que reclamar un verdadero Estado del bienestar y hacerlo innovando: usado la tecnología y los datos para repensar los servicios que desde las municipalidades se quieren ofrecer para luego llevarlo al ámbito nacional y europeo.

Ahora están saliendo a la luz muchos escándalos como el robo de datos, la manipulación de datos en contexto electoral, como en Brasil o Estados Unidos, y es muy visible el poder que tienen todas estas corporaciones, por eso es importante proponer un modelo distinto de tecnología descentralizada y controlada por el usuario.

¿Cuáles son los escenarios que prevé para las ciudades del futuro? ¿Cuál sería para usted el escenario utópico y el distópico?
La gran batalla política consiste en la repolitización de la tecnología, es decir, la transformación de la economía, el poder global y la tecnología para proponer un nuevo modelo que pueda beneficiar a todos y no solo a unos cuantos, como pasa actualmente. El modelo distópico es lo que tenemos actualmente. La alternativa es un modelo de ciudad que ponga los derechos digitales de su ciudadanía en el centro y que democratice la tecnología.

Los datos son un bien común que deben ser propiedad de los ciudadanos. Mucha de la información de los ciudadanos que hoy en día circula libremente debería ser privada y no accesible a las compañías. Debería haber reglas y deberían proceder de la Unión Europea, que es la encargada de proponer un modelo alternativo a Silicon Valley o la vigilancia del modelo chino. Este último modelo controla los comportamientos sociales de la ciudadanía y establece un sistema de buen ciudadano/mal ciudadano a partir de sus consumos. Si eres un mal ciudadano, no puedes acceder a préstamos hipotecarios o acceder a otros servicios. Esto es un escenario distópico, pero ya está ocurriendo en China. En el futuro me gustaría ver un marco legal que preserve los derechos digitales en un contexto de Estado del bienestar con servicios públicos adaptados a la nueva era digital.

¿Se muestra optimista?
Sí, porque el peor escenario es el que tenemos ahora.

Archivado en: Tecnología
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Neocolonialismo
Extractivismo Tecno-colonialismo
El tecno-colonialismo es difuso, sus fronteras se nos escapan de entre los dedos al igual que sus “gobernantes”, de hecho los tecno-colonos operan en la sombra.
Urbanismo
Traducción En contra de la ciudad inteligente (I)
Las ciudades inteligentes, precursoras y paradigmas del tipo de entorno urbano que podríamos habitar en un futuro no muy lejano.
Palestina
Genocidio España reconoce el Estado palestino y reafirma su amistad con Israel a pesar del genocidio en Gaza
Pese a que el gesto de España, Irlanda y Noruega ha sido bienvenido por las autoridades palestinas, la última semana ha puesto en evidencia la voluntad sionista de arrasar con cualquier posibilidad de un Estado palestino real.
Sumar
Propuesta de Sumar España es uno de los siete países de la Unión Europea sin prestaciones universales para la crianza
Todos los países del norte y el centro de la Europa de los 27 tienen ayudas para la crianza, que van desde los casi 50 euros mensuales en Eslovaquia, Letonia y Bulgaria a la 'Kindergeld' de Alemania (250 euros) y los 373 euros de los Países Bajos.
Bebés robados
Bebés Robados La ley de bebés robados vuelve al Congreso por tercera vez
Siete años después de su primera entrada en la cámara, la propuesta de ley para la investigación del robo de bebés durante el franquismo y los primeros años de la democracia será tramitada de nuevo gracias a la lucha de las asociaciones.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Genocidio
Genocidio La Unión Europea convocará a Israel para evaluar el acuerdo preferencial por la violación de derechos humanos
El Consejo de la Unión Europea envía una señal de advertencia al régimen de Netanyahu después de que la Corte Internacional de Justicia pidiera el fin inmediato de la campaña de exterminio en Rafah.
Ocupación israelí
Genocidio en Gaza Israel desobedece a la CIJ y provoca una nueva masacre en un campo de refugiados de Gaza
Tres días después de que la Corte Internacional de Justicia ordenase a Tel Aviv detener los ataques, el ejército de Israel bombardea una “zona humanitaria” y asesina al menos a 50 palestinos.
Opinión
Opinión Brutalismo supremacista libertariano
Reflexiones sobre la cumbre de Madrid en la que se reunieron los líderes mundiales del capitalismo gore y formación del Anthropos 2.0.
Actualidad LGTBIQ+
Derechos LGTBI+ Las asociaciones LGTBI+ dejan la organización del Gay Games en València
La Fundació València Diversitat, Lambda, Avegal y Dracs acusan a PP y Vox de secuestrar el proyecto y de aplicar políticas de recorte de derechos LGTBIQ+.

Últimas

Mugimendu Sozialista
Mugimendu Sozialista Bernardo Atxaga y Joseba Sarrionandia censuran el veto a GKS en las txosnas de Bilbao y Gasteiz
Los escritores se adhieren a una lista de 150 artistas, entre los que están Fermin Muguruza o Itziar Ituño, para reclamar que “la participación en las fiestas populares sea un derecho universal”
Sidecar
Sidecar Nación favorecida: anatomía del vínculo anglo-estadounidense
El lento crecimiento económico de la economía británica registrado desde 2008 contrasta con el vertiginoso aumento de los beneficios obtenidos en el país por las empresas tecnológicas estadounidenses.
Más noticias
Investigación
Investigación Un cargo de Sumar se llevó seis millones para gestionar una residencia pública con una empresa con cinco días de antigüedad
Una de las personas clave de Yolanda Díaz en Galicia, Iván Olmos, recibió de su madre la concesión tras ganar un concurso millonario del Ayuntamiento de Verín (PSOE) al que solo se presentó ella para gestionar un centro de día durante 15 años.
Memoria histórica
Laura Muñoz Encinar “La arqueología es un escenario para discutir temas conflictivos en la memoria colectiva”
Laura Muñoz Encinar, arqueóloga forense y antropóloga, dirige ‘Des-Alambrar’, un proyecto pionero que investiga los campos de concentración franquistas a través del estudio arqueológico y las huellas que quedan de su pasado.
Fútbol
Bilbao El buen fútbol: el que gana y sana
53.479 aficionadas abarrotaron San Mamés. Lejos quedan los 1.200 aficionados que acudieron a la primera final europea que el equipo jugó o los documentales que prefería emitir la televisión antes que retransmitir un partido del equipo femenino.
Tribuna
Tribuna No es suficiente (la CRUE ante el genocidio)
No quedan universidades en Gaza y va quedando menos credibilidad académica en las instituciones que no se atreven a posicionarse más que emitiendo tibios comunicados llenos de ambivalencia y paternalismo.

Recomendadas

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial IA y crisis climática: las grandes tecnológicas escogen España para instalar sus gigantescos centros de datos
El boom de la IA ha disparado las necesidades de computación de los centros de datos y su consumo de agua. Las grandes tecnológicas buscan nuevas regiones para instalarlos. España entre ellos.
Unión Europea
Fronteras La ultraderecha prepara su asalto al Parlamento Europeo capitalizando el discurso antiinmigración
Las encuestan apuntan a una mayor representación en la Eurocámara de los dos espacios políticos de extrema derecha, mientras los países que demandan un endurecimiento del Pacto de Migración y Asilo son mayoría.
Memoria histórica
Eduardo Pérez “Quería recordar a las mejores generaciones que han pasado por España”
El periodista Eduardo Pérez, colaborador habitual de El Salto, firma ‘Contigo empezó todo’ un libro que rescata 30 momentos estelares de la otra historia de España, olvidada, silenciada y vilipendiada por el relato oficial.
Albania
Turistificación La otra cara de la Riviera Albanesa
La apuesta del Gobierno albanés de poner el futuro económico en manos del sector turístico está llevando a una masificación del sector que se traduce en la degradación del medio ambiente y un fuerte encarecimiento de la vivienda.