Precariedad laboral
Los investigadores denuncian que algunas universidades se quedan con parte de su salario

El sindicato CNT interpone una denuncia contra la UNED sobre la cuota patronal que extraen del salario de los postdoctorales de programas subvencionados por el Ministerio. Creen que es un hecho que ocurre en muchas universidades.
UNED - 6
Fallada de la Universidad a Distancia, UNED. David F. Sabadell
15 ene 2024 05:00

“Te subvencionan el contrato y las universidades se quedan una parte de ese presupuesto, como si fueran patronal”, explica Mario Aragón, portavoz de CNT Comarcal Sur a El Salto. El sindicato ha interpuesto una demanda contra la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), aunque advierte que hay muchos más casos en otras universidades españolas. “La situación surge a raíz de una práctica ilegal en la gestión de condiciones de las ayudas para la recualificación del sistema universitario español”, explican y concreta que esta práctica consiste en emplear parte del sueldo bruto del trabajador para pagar la cuota patronal, es decirlos impuestos que cualquier empresa paga por tener un trabajador contratado. “Se venía advirtiendo desde 2022, cuando una asamblea de investigadores e investigadoras del programa Margarita Salas se reunió con la vicerrectora de Investigación y el vicerrector de Personal Docente de la UNED”, comenta Aragón, que insiste en que sus demandas fueron desoídas por parte del centro educativo. Este, indican desde el sindicato, se encuentra actualmente “bajo el escrutinio por una inspección de trabajo independiente” y el juicio se llevará a cabo el próximo mes de junio.

“Una de las principales críticas de las asociaciones y sindicatos de investigadores en España es la falta de estabilidad laboral”, un investigador postdoctoral de la UNED, y miembro de la Sección Sindical de la CNT-UNED. “Los contratos temporales y la precariedad en el empleo —prosigue— dificultan la planificación a largo plazo de investigaciones, desincentivan la inversión en formación continua y afectan negativamente la productividad. Las asociaciones abogan por la implementación de medidas que garanticen contratos estables, fomentando así la continuidad en la investigación y el desarrollo de carreras científicas sólidas”. Con este objetivo nacen las ayudas de recualificación que son objeto de queja y denuncia ahora. “Es una iniciativa del ex ministro de Universidades, Manuel Castells, que decidió que parte de los fondos Next Generation 2022-2024 debían ser destinados a recualificar el sistema de Recursos Humanos en la universidad pública española, para poder internacionalizarse, atraer talento y competir con otros países”, recuerdan.

Unas universidades asumen el coste, otras no

El problema, para el sindicato, es que cada universidad ha interpretado el real decreto que explica cada programa de una manera diferente. “Algunas universidades como la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) no recortaron tanto el salario, otras como la Universidad Politécnica de Madrid pagaron la cuota patronal o la Universidad de Salamanca terminó cediendo en la negociación y también pagó la cuota patronal” indica el investigador postdoctoral de CNT, que vigila de cerca los programas Margarita Salas y María Zambrano. Uno de los investigadores postdoctorales que forman parte del primer programa, Javier Orihuel, explica que los Margarita Salas “están dirigidos a jóvenes doctores y por lo tanto son contratos postdoctorales. El término ‘jóvenes doctores’ no hace referencia necesariamente a la edad sino al tiempo transcurrido desde la lectura de la tesis, que no debe ser superior a dos años”. Por contra, los María Zambrano, están dirigidos a investigadores con un recorrido internacional y tienen como objetivo que vuelvan a España a seguir con su carrera. Ninguno de los dos programas tiene limitaciones ni en la edad ni en el sector a investigar.

Otras ayudas postdoctorales, nacionales e internacionales, además del sueldo pagan parte de los gastos asociados al trabajo de investigación. Estas no contemplan esto

Cuando los investigadores sospechan que estas irregularidades se están produciendo en más universidades que las denunciadas se apoyan en los datos, ya que los programas se reparten mucho en todas las universidades. Solo el Margarita Salas tiene su presupuesto en 47 centros españoles, pero las universidades que más presupuesto han recibido en tres años para esta recualificación han sido la Universidad Complutense de Madrid (con 25.546.374 euros y, al menos, 180 plazas), la Universidad de Barcelona ( 20.160.033 de euros con 144 plazas), seguidas de la Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid o la Universidad de Sevilla, según detalla el BOE. “Esto se traduce en pagar el sueldo del investigador/a mientras trabaja y se continúa formando en centros de investigación nacionales. Otras ayudas postdoctorales, nacionales e internacionales, además del sueldo pagan parte de los gastos asociados al trabajo de investigación. Estas no contemplan esto. En principio la ayuda Margarita Salas logra este objetivo básico, pero de una manera un tanto pobre”, comenta este investigador.

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Sin vacuna contra la precariedad en la ciencia

La carrera para la prevención del covid-19 ha puesto en evidencia la importancia de la investigación y desarrollo, pero en España la inversión pública en I+D+i ha caído un 30% en diez años. ¿Cómo se construye, a quién afecta y en qué se traduce esta falta de financiación?

De 2800 a 1960 euros

“Lo que pasa también es que esas ayudas se habían vendido muy bien, con un gran importe: 2.800 euros mensuales brutos a quienes hicieran movilidad en España y 3.500 a quienes hacían movilidad en el extranjero. Pero al detraer de esta cuantía la cuota patronal —entre el 26 y el 30%, que podría dejar en el salario bruto en 1.960 euros—, se ha perdido una capacidad adquisitiva muy importante”, explican desde CNT, que prosiguen indicando que “gente que iba a EEUU, Suecia, Reino Unido, Francia, etc, acababa casi perdiendo dinero porque iban a destinos cuyo costo de la vida era muy alto”, implicando incluso la renuncia a este contrato. “Cabe añadir, además, que en la convocatoria de 2022 de la UNED se ofertaron 70 ayudas, incrementando el número que había ofertado el año anterior y reduciendo el tiempo de disfrute de tres a dos años. De esas 70 plazas sólo se cubrieron 25. ¿A qué se debe este incremento de plazas y reducción del tiempo de disfrute? ¿Por qué no se ha utilizado ese remanente para correr con los costos de la cuota patronal en lugar de imputárnoslo a nosotros? ¿Dónde ha ido a parar ese dinero, se ha devuelto al Ministerio?“, se pregunta el investigador Javier Orihuel.

Piden que la universidad asuma los gastos de contratación que le corresponden y pagar la cuota patronal sin deducirla del sueldo bruto

Por todo ello, los y las investigadoras se han organizado para reclamar que el importe de las ayudas vaya íntegro a su trabajo. “Los investigadores más jóvenes o noveles —indica Orihuel—, ya que aquí no es cuestión de edad, no queremos ni necesitamos otra cosa más que condiciones laborales más estables. Posiciones en las que el esfuerzo, los resultados y la formación continúen siendo la prioridad, pero con un mayor apoyo para la conciliación entre la vida laboral y personal”. En concreto en este caso, piden que “la universidad asuma los gastos de contratación que le corresponden, pagar la cuota patronal sin deducirla del sueldo bruto que se estipula en las bases de la convocatoria y que no trate de forzar contratos y ampliar el número de investigadores a costa de violar los convenios colectivos y precarizar a los trabajadores”. Algo que desde el sindicato CNT consideran que es factible, ya que cuentan con sentencias de juzgado en este sentido.

Poder volver a España e investigar

Más allá de la gestión de estas ayudas, lo ciento es que se cuenta por decenas las quejas de los y las investigadoras que quieren desarrollar su carrera en España. “Nuestras reivindicaciones actuales no son mucho más distintas de las que nos hemos ido planteando desde la creación de la Federación de Jóvenes Investigadores hace ya 20 años: una carrera investigadora estable, planificada, con garantías y con dignidad”, comenta Cristina Rodríguez Prada, presidenta de la FJI/PRECARIOS. “Es cierto —prosigue— que en estos 20 años ha habido espacio para reformas que han ampliado los derechos laborales del trabajo de investigación. Hablamos del estatuto del personal en investigación en formación; hablamos de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación que, con sus limitaciones y su falta de ejecución real en según qué puntos, apuesta por una mejora de los derechos laborales del personal de investigación. Pero todavía queda todo por hacer, ya que la carrera investigadora presenta retos y limitaciones importantes a nivel socioeconómico y de clase, tanto para entrar como para mantenerse en la misma”.

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Menos excelencia y más trabajo digno en la investigación científica
Al anteproyecto de reforma de la Ley de Ciencia se le puede atribuir un mérito: haber unido en su contra a un amplio abanico de organizaciones, colectivos, asociaciones, federaciones y sindicatos.

En este sentido, desde la organización de jóvenes investigadores recuerdan que la precariedad se da tanto en las primeras etapas como en el posdoctorado. “La financiación destinada a investigación no cubre la demanda de tesis doctorales que se realizan y, por lo tanto, los contratos predoctorales se conceden a los currículums que tengan más méritos”, indica Rodríguez, que completa señalando que esos ‘méritos’ se logran muchas veces con publicaciones, investigaciones o proyectos sin remuneración. “Significa, en último término, trabajo gratis”, puntualiza. Luego, cuando llegan los contratos postdoctorales estos son temporales, con retribuciones mínimas y muy irregulares. Con el objetivo de arrojar transparencia a esta situación, la FJI realiza un estudio anual titulado ¿Cuánto cobra un postdoc en España? donde se aprecian las consecuencias de la falta de regularización. Cosas que provocan la llamada ‘fuga de cerebros’.

"Se puede y se debe hacer ciencia de excelente calidad con base en España y sin tener que rebotar por el extranjero por falta de oportunidades y por un tiempo indefinido”

“Personalmente —explica Javier Orihuel—, acabo de volver de Austria que tiene una inversión importante en ciencia y se nota en las universidades y tengo ofertas para volver como postdoctorado a Estados Unidos. Muchos, aunque no nos importe continuar trabajando de manera internacional e incluso nos guste, valoramos el estilo de vida, las relaciones personales, laborales que establecemos cerca de casa y creemos que se puede y se debe hacer ciencia de excelente calidad con base en España y sin tener que rebotar por el extranjero por falta de oportunidades y por un tiempo indefinido”. Esta situación se refleja en las peticiones de la Federación de Jóvenes Investigadores: “Todo aumento de inversión y de financiación en la investigación es bienvenida. Sin embargo, nos preguntamos adónde podemos llegar con ayudas que son estrictamente coyunturales y temporales al momento en el que se desarrollan (los fondos Next Generation) por la continuidad que se le puede dar a la carrera investigadora de aquellas personas que las disfrutan cuando estas se acaben. Diríamos que tiene un efecto positivo, pero es ‘pan para hoy y hambre para mañana’”.

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