Palestina
“Israel mete en la cárcel a todo aquel que haga resistencia no violenta”

Ahmed, un joven palestino que ha pasado su vida entre Andalucía y Jenín, donde no ha podido volver desde los 13 años, explica cómo vive desde la diáspora el genocidio contra su pueblo y reflexiona sobre cómo se lee la situación desde Europa.
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Ahmed, joven palestino residente en Andalucía, en su casa. Foto: Pedro Martín Moreno.
27 dic 2023 06:00

“Ahmed”, otro nombre del profeta Mahoma, “aquél que lo porta bendice las casas”, este es el pseudónimo que ha elegido mi entrevistado. Hablar de orígenes con él es hablar de Palestina y meterte de lleno en el genocidio que lleva sacudiendo el territorio desde mitades del siglo XX. Pero este no es un conflicto del pasado, tras el 7 de octubre, como respuesta al ataque de Hamás, el ejército israelí ha masacrado indiscriminadamente Gaza. Son casi dos millones de desplazados según la ONU y más de 21.000 muertos según el Ministerio de Sanidad gazatí. Después del alto al fuego los israelís han continuado con el genocidio al pueblo palestino, desoyendo la condena internacional. Y yo llamo a Ahmed, palestino y politólogo de 28 años, para hablar de todo lo que está sucediendo.

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“Háblame de tu familia Ahmed”, le pido. Me cuenta que su padre emigró de Jenín, una ciudad palestina en la zona norte de Cisjordania, en 1980. “Mi padre tenía solo 18 años y quería un futuro mejor, y en Jenín las cosas no estaban muy bien en ese momento”. Entonces llega a Andalucía con la esperanza de estudiar medicina, aprende español y consigue aprobar la selectividad. Pese a conseguir entrar en la carrera, se queda sin financiación y vuelve a Palestina. En ese retorno, durante un viaje de verano a Arabia Saudí, conoce a su mujer, profesora, y cuando consiguen los recursos para volver a España hacen sus maletas y vienen hacía aquí. Momento en el que nace Ahmed.

Entre Andalucía y Jenín, Ahmed ha pasado su infancia y preadolescencia: “mi primer recuerdo de Palestina es en un autobús, con cuatro o cinco años, con la policía israelí registrando el vehículo”, “¿y el último?”, le pregunto, “yo fui por última vez a Palestina con 13 años, y de esos tiempos tengo un recuerdo más tranquilo y feliz, tomando té en la casa familiar “. Toda su familia materna sigue en Jenín y parte de su familia paterna también. Esta ciudad tiene un campo de refugiados en el que residen unas 14.000 personas, por este motivo los israelíes lo han convertido en un campo de batalla y, desde el 7 de octubre, lo es aun más.

Los titulares de estas semanas no dejan de hablar de Jenín como una zona de guerra con hospitales rodeados, repleta de drones y de bombardeos. Para él que se hable de Jenín en los medios no es algo nuevo, Ahmed me cuenta que la televisión era el epicentro de su casa: “recuerdo que estaba siempre encendida y que oía hablar de bombardeos”. También se acuerda de las constantes llamadas a su familia que “estaban relacionadas con muertes, encarcelamientos... sobre todo durante la segunda Intifada en 2002”.

“Hay en mí una gran capacidad identitaria de reconocer rápidamente las problemáticas que hay en la sociedad, precisamente por toda la injusta historia de Palestina”

Me habla de niñez y adolescencia, pero ahora quiero preguntarle cómo vive su condición de palestino en la adultez. Lo tiene claro: “a nivel emocional hay en mí una gran capacidad identitaria de reconocer rápidamente las problemáticas que hay en la sociedad, precisamente por toda la injusta historia de Palestina”. Todos estos acontecimientos “plantaron la semilla” para que este joven empezara a ser consciente de lo que pasaba en su tierra. Tras unos segundos de silencio me confiesa que “todos estos recuerdos se han aferrado muy fuerte al Ahmed con el que hablas ahora mismo”. Él deja de poder visitar Palestina, pero llega a la Universidad y decide estudiar Ciencias Políticas, para poder formarse y seguir concienciando sobre lo que pasa en su país desde aquí.

El origen del conflicto y los puntos claves

Estos son los orígenes de Ahmed, pero también quiero preguntarle, como politólogo y como palestino, cuáles cree que son los orígenes del conflicto entre Palestina e Israel. “Son presiones de la propia democracia liberal capitalista y sobre todo intentos de arreglo con el Holocausto judío, aunque no puedo hablar de origen sin mencionar la Declaración de Balfour de 1917”, responde. El Holocausto es el inicio del problema palestino, sobre todo en lo referente al territorio, remarca Ahmed, pero él situaría el origen del conflicto entre la Declaración de Balfour y la resolución 181 de la ONU en 1947, que, aunque no diera el “disparo inicial”, también considera clave.

En la Declaración de Balfour el gobierno británico reconoció el derecho del pueblo judío de fundar en Palestina un hogar nacional. A su vez, en la resolución 181 de la ONU, establecieron la división de Palestina en un Estado Judío, un Estado Árabe y una zona bajo régimen internacional particular. Si estos acontecimientos son esenciales para entender el origen, ¿cuáles son el resto de puntos claves para que una persona, que desconoce las circunstancias históricas, pueda entender el conflicto palestino-israelí?. Para Ahmed son dos: “en primer lugar, entender qué es y cómo funciona el sionismo y en segundo lugar es vital aprender la historia de las masacres y genocidios que ha cometido Israel”.

Sin embargo, mi entrevistado admite que es pesimista en este sentido, ya que “por desgracia las capas sociales del primer mundo no están teniendo esa capacidad de lectura, porque mucha gente no sabe la historia de Palestina y, por mucho que quieras informarte a través de los medios de comunicación, estos están controlados por las élites, que defienden la figura del estado sionista de Israel”.

“El problema está con los sionistas, no con los judíos”

“Ahmed”, lo interpelo, “y ¿qué le contestarías a alguien que te pregunta dónde irían los israelíes si Palestina recuperara su territorio original?”. Me contesta que él no cree que a los palestinos les importe que un judío comparta territorio con ellos, y que “esto es un hecho demostrable, histórico y que no conlleva problemas”. Que el conflicto “está con los llamados sionistas, que se adhieren a los valores del sionismo, y estos no son compatibles, en muchos sentidos, con la idea nacional de Palestina ni con los valores humanos palestinos”. El sionismo tiene un plan posterior que es el plan de la Gran Israel, que incluye territorios vecinos como Iraq, Siria y parte de Arabia Saudí, y dentro de este plan, opina Ahmed, “no cabe una real convivencia”. Así que el problema, me repite, “está con los sionistas, no con los judíos”.

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A propósito del judaísmo, se ha debatido mucho históricamente sobre si el conflicto palestino-israelí es de tipo religioso o entre sociedades. Ahmed, por su parte, considera que “es un conflicto en el que intervienen muchas variables”. “Yo no creo que sea meramente religioso, porque por ejemplo se ha demostrado que hay bastante gas en la costa de Gaza”. Tampoco es un conflicto “meramente por recursos”, continúa, “ya que sabemos que geográfica y geopolíticamente es muy importante mantener al estado sionista como defensa de occidente, al igual que se ha hecho en Grecia, que funciona como barrera contra el islam y la identidad islámica para Europa y para Occidente en general”.

Con motivo de la liberación de las personas retenidas por parte de Hamás, aprovecho para preguntarle si cree que Palestina tiene otras formas de hacer frente a la ocupación. “Hay múltiples formas de cambio, me indica Ahmed, “como la resistencia no armada”, pero nos insta a comprobar “el recorrido histórico de estas formas no violentas y el poco efecto que tienen”. Según mi entrevistado esto se debe a que Israel “mete en la cárcel a todo aquél que haga resistencia no violenta”. Además, el Estado israelí “durante los años 70 y 80 fueron los primeros en financiar a Hamás para dividir a la Organización de Liberación Palestina u OLP y conseguir más control sobre el territorio”.

“Yo le propongo a la gente que se pregunte: ‘¿por qué surge Hamás?, ¿cuál es el motivo que los lleva a actuar así? o ¿cuánto están sufriendo en Palestina?’”

“¿Tú consideras que Hamás es un grupo terrorista?”, ante esta pregunta Ahmed me contesta rotundamente; “hay que contextualizar antes de llamar terrorista a gente que lleva más de 15 años encerrada en 300 km cuadrados con más de 2,5 millones de personas”. “Yo le propongo a la gente que se pregunte: ‘¿por qué surge Hamás?, ¿cuál es el motivo que los lleva a actuar así? o ¿cuánto están sufriendo en Palestina?’”. “Y es verdad que Hamás ha cometido actos que no están bajo la cautela de los Derechos Humanos y que ha fracasado en proteger a los civiles en este genocidio”, me confiesa, “así que condeno a Hamás por el ataque a civiles el 7 de octubre, pero no condeno a Hamás por levantarse contra Israel, porque no puedo condenar a quien encabeza la lucha por la libertad”. Y silencio.

Ahmed me insiste en que le gustaría vernos en persona y poder continuar la entrevista en su ciudad. Pasados unos días lo hago, acabo de llegar a su casa y saca un poco de tiempo, aunque está trabajando. Nos ponemos a hablar de la vida, de cómo estamos... su hogar te transporta a Palestina. Una kufia reina el salón, junto a un mapa de tela del antiguo territorio palestino. El comedor está decorado con dibujos e ilustraciones sobre conciencia de clase y otros muchos retazos de su país. Me trae dos libretas de su habitación, con una letra rápida y fina, “son mis diarios, puede que te sirva algo de aquí”. Hace años se puso a hacer entrevistas a todos los palestinos que conoce, para saber sus opiniones sobre el conflicto.

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Me enseña el nuevo libro que se ha comprado, sobre cómo “el ejército israelí se apropió de la teoría crítica posmoderna y reinventó la guerra en los territorios ocupados” y le pregunto cómo se informa él de lo que sucede en Palestina. “Mediante periodistas árabes en Telegram y en la plataforma X pero, sobre todo, leyendo mucho”. “Cómo te dije el otro día, leer historia es esencial para entender lo que está sucediendo”.

Sobre si a raíz de la gran cobertura en los medios de esta limpieza étnica, nuestra sociedad es más consciente de lo que sucede en Palestina, contesta: “Sí, algo más, pero en España tenemos el Mediterráneo pegado a nosotros, que es el cementerio más grande del mundo, y muy poca gente está realmente concienciada de lo que supone que vivamos con millones de muertos en nuestras costas”. Y silencio de nuevo. “¿Y qué me dices del reconocimiento del Estado Palestino por parte del gobierno español, o de la oposición al cese de la ayuda humanitaria?” le inquiero. “Suena muy bonito, pero incluso siendo realidad la solución de dos estados que propone Sánchez con dos versiones totalmente nacionalistas no van a confluir”.

“El derecho internacional lleva siendo un problema para la sociedad palestina desde 1917”. Las grandes élites llevan desde entonces sin dejar que el derecho internacional “sea justo y equitativo”

Para acabar, hablemos de la solución a este conflicto, le propongo: ¿Se debe apelar al derecho internacional para frenar esta masacre?. Se ríe: “El derecho internacional querida amiga... este lleva siendo un problema para la sociedad palestina desde 1917”. Las grandes élites llevan desde entonces sin dejar que el derecho internacional “sea justo y equitativo”, indica Ahmed. Y continúa: “Puedes tomar como ejemplo que los palestinos éramos dos tercios de la población del país y en la Resolución 181 de la ONU, a los judíos, siendo el tercio restante, les dieron el 56% del territorio”. Ahmed considera que siempre que las élites se mantengan la solución no va a pasar por el derecho internacional. La resolución del conflicto es, expresándolo con palabras de Ahmed, “una paradoja”. Los palestinos podrían aceptar una vida con una amplía población judía, de hecho, a mi entrevistado le gustaría que esto pasase. No puedo no dudar de esto después de todo lo que me ha explicado, “¿cómo sería posible que estuvieran a gusto los palestinos, Ahmed, después de todo el daño que han sufrido?”. Él lo tiene claro: “Si se rechaza ese sionismo, si se aporta mucho a nivel educativo puede que sí se pueda. Yo creo que la mayoría de palestinos solo quiere tener una vida normal”.

Archivado en: Israel Palestina
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