Laboral
Represión sindical en los centros de llamadas en Marruecos

Con 120.000 personas trabajando en el sector, Marruecos se ha convertido en un polo de atracción para las multinacionales que ofrecen servicios de atención al cliente, sobre todo en lengua francesa, pero también castellana. Multinacionales que ignoran los derechos sindicales en el país.
Sitel Marruecos
Sede de Sitel en Rabat Ricard González
Rabat
2 feb 2023 06:00

Cuando un grupo de 18 empleados de las oficinas en Rabat de la multinacional SITEL, una compañía estadounidense de servicios de atención al cliente, informaron a sus superiores de que querían crear una sección sindical, ya imaginaban que se iban a enfrentar a problemas, pero no que alcanzarían la dimensión actual. “Sabíamos que la decisión nos generaría problemas, pero es nuestro derecho y no queríamos renunciar”, comenta convencido Benabdallah Baddredine, un licenciado en Informática de 40 años. Desde entonces, ha pasado ya más de un año, y la batalla entre SITEL y un grupo de aguerridos trabajadores se ha enconado, atrayendo la atención de la mayor central sindical de Marruecos, los medios de comunicación e incluso el Parlamento.

En las semanas siguientes a la declaración de la intención de sindicarse bajo el paragüas de la mayor central del país, la Unión Marroquí de Trabajadores (UMT), progresivamente 15 de los 18 trabajadores fueron despedidos de forma improcedente y sin pasar por ningún procedimiento sancionador. No se les informó del porqué, ni se les permitió defenderse. “Fue una venganza por el hecho de habernos constituido en sindicato”, explica Baddredine, que es uno de los tres empleados del grupo de “los 18” todavía en nómina de SITEL, que emplea a 1.300 personas en su sede en la capital marroquí, y a unas 2.000 en todo el país.

“En Marruecos, es habitual que las compañías privadas, tanto nacionales como multinacionales, se nieguen a permitir la creación de sindicatos independientes. Ni tan siquiera el hecho de ser un delegado sindical protege a un trabajador del despido”

“En Marruecos, es habitual que las compañías privadas, tanto nacionales como multinacionales, se nieguen a permitir la creación de sindicatos independientes. Ni tan siquiera el hecho de ser un delegado sindical protege a un trabajador del despido”, asevera Khadija Riady, expresidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, la más combativa ONG de este tipo en el país. En parte, ello explica la bajísima tasa de sindicación en Marruecos, que no supera el 6%. Además, durante los últimos años, se ha producido una creciente fragmentación de los mayores sindicados marroquíes, la UMT y la CDT, fruto de la creación de sindicatos amarillos cuya única razón de ser es debilitar el movimiento obrero.

Aunque no ha perdido su empleo, Baddredine hace ya meses que sufre el acoso de sus jefes, que en un primer momento intentaron comprarlo ofreciéndole un ascenso a cambio de renunciar a su aspiración sindical. Pero él lo rechazó, y prefirió lanzar una campaña para lograr la readmisión de sus compañeros. “Hemos organizado ya dos concentraciones frente a la sede de la compañía, y también buscado la mediación de diversas instituciones públicas. En una de ellas, los representantes de la compañía ni se dignaron a venir”, comenta este hombre de cabello corto y ojos claros. La perspectiva de ser finalmente despedido, no le preocupa. En el sector, los salarios base a penas están por encima del salario mínimo -unos 4.000 dirhams o 380 euros-, y las primas por objetivos representan a menudo un tercio del sueldo final.

Sitel Marruecos 1
Concentración frente a la sede de la multinacional.

Lo que no esperaban los responsables de SITEL al inicio del conflicto es que el “grupo de los 18” iban a saber recurrir a todos los resortes a su alcance, incluido el apoyo público de varios diputados en el Parlamento nacional pertenecientes a partidos de izquierda, recogido en la prensa marroquí. Además, su conflicto fue incluido en el informe sobre violaciones a la libertad sindical de la Confederación Internacional de Sindicatos para el año 2022. Habiendo alcanzado tal repercusión el caso, los dirigentes de SITEL ya han cambiado de actitud, y ya acuden a las reuniones de mediación. No obstante, se niegan a readmitir a los empleados despedidos, temerosos quizás de que ello podría sentar un precedente.

El caso de SITEL, no es aislado en un sector, el de los centros de llamadas, que ha experimentado una remarcable efervescencia en los últimos años. Y es que desde hace más de una década, Marruecos se ha convertido en un polo de atracción para las multinacionales que ofrecen servicios de atención al cliente, sobre todo en lengua francesa, pero también castellana. En total, se calcula que el sector emplea a unas 120.000 personas. Aunque las multinacionales conocen bien los derechos sindicales recogidos en las convenciones internacionales, y los aplican escrupulosamente en sus países matriz, se empeñan en ignorarlos en Marruecos.

“Estas multinacionales no quieren que haya sindicatos independientes. A menudo, cuando un grupo de trabajadores declara su intención de establecer una sección sindical, empiezan las represalias”, critica Ayoub Saoud, secretario general de la FNCAMO, la federación sindical del sector a nivel nacional. Él mismo lo ha vivido en sus propias carnes. Fue despedido de forma improcedente junto con otros siete delegados sindicales después de participar en una huelga el 21 de abril de 2022. Poco después de aquella jornada reivindicativa, un buen día los siete líderes sindicales se encontraron con un dispositivo formado por una veintena de agentes de seguridad privada que les impidieron acceder a su puesto de trabajo. Después de meses de lucha y gracias a la solidaridad de sus compañeros, que incluyó una jornada de huelga, fueron readmitidos.

El artículo 288 del Código Penal, heredado del periodo colonial, establece penas de hasta tres años de cárcel para toda persona que obstaculice el derecho de trabajo, un acto definido vagamente

El derecho a la huelga está amparado en la Constitución, pero ello no impide que a menudo los huelguistas sufran represalias que pueden llegar hasta el encarcelamiento. El artículo 288 del Código Penal, heredado del periodo colonial, establece penas de hasta tres años de cárcel para toda persona que obstaculice el derecho de trabajo, un acto definido vagamente. Aunque los sindicatos han exigido muchas veces su derogación, ha sido en vano.

Política
Reunión de alto nivel Marruecos y España, una amistad bajo sospecha
El giro del Gobierno de Pedro Sánchez en la relación con Marruecos a partir de mayo de 2022 ha sido la motivación para la primera cumbre de los dos gobiernos desde 2015. Es poco probable que los temas más candentes de las relaciones entre ambos países entren en la agenda oficial.

“Las acciones de las multinacionales violan muchas veces el Estatuto de los Trabajadores de Marruecos, son manifiestamente ilegales, pero el Estado es incapaz de hacerlas cumplir”, denuncia Saoud, de 36 años, y con más de diez años experiencia en los centros de llamadas. La cantidad y autoridad de los inspectores de trabajo es a todas luces insuficiente, por lo que muchas veces los pleitos no llegan ni a los tribunales. Y cuando lo hacen, la empresa prefiere pagar unas irrisorias multas en lugar de readmitir a los empleados. “Que son 30.000 dirhams [3.200 euros] para estas compañías!”, exclama. Además, asegura que las compañías del sector se coordinan, y que circulan entre ellas “listas negras” de los trabajadores despedidos por su activismo sindical.

Para Saoud, un elemento clave en las diversas victorias logradas por los sindicatos es la coordinación y apoyo de sus homólogos en países occidentales, sobre todo aquellos donde  tienen la sede las empresas que subcontratan el servicio de los centros de llamadas a multinacionales del sector como SITEL.“Nos proporcionan formación y consejos, pero sobre todo, presionan a las matrices de las compañías en un momento en el que se está hablando mucho de la responsabilidad corporativa en toda la cadena de producción”, asevera el líder sindical.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Historia
Anticolonialismo Cuando la figura de Abd-el-Krim sobrevoló América Latina
A lo largo del siglo XX, las relaciones entre el pueblo rifeño del norte de África y América Latina fueron escasas, pero estuvieron marcadas por las luchas de liberación nacional y los intentos de derrotar al colonialismo en ambos continentes.
Marruecos
Terremoto de Marruecos Cinco meses tras el terremoto la gente del Atlas marroquí se pregunta: ¿cómo se empieza una vida de nuevo?
Mientras el turismo sigue alimentando ciudades como Marrakech, miles de personas sobreviven en tiendas de campaña enfrentándose al frío, con cicatrices ocultas y sus vidas tambaleándose entre el trauma y la resiliencia.
Marruecos
Terremoto en Marruecos La solidaridad del pueblo marroquí sustituye a un gobierno incapaz ante las consecuencias del terremoto
Decenas de caravanas con ayuda humanitaria salen de las principales ciudades marroquíes hacia las aldeas del Atlas afectadas por el terremoto.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sumar pisa el acelerador y se anima al choque con Sánchez
En el grupo parlamentario están decididos a aprovechar la crisis de los “días de reflexión” para marcar perfil propio y recobrar iniciativa con medidas de agenda “social y democratizadora”.
Sanidad pública
Sanidad Pública Madrid ha aumentado un 140% el presupuesto dedicado a privatizaciones sanitarias en la última década
Catalunya lidera el porcentaje de gasto en conciertos, con un 22,6%, seguida de Madrid, con un 12,3%, mientras el nuevo proyecto de ley no blinda los contratos con entes privados.
Migración
Migración y Asilo La Europa Fortaleza ya está en marcha en Líbano
Líbano devuelve 200 refugiados a Siria en el primer retorno supuestamente voluntario desde que Von der Leyen anunciara el pacto anti-inmigración con Beirut.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Entrevista La Poderío
Cristina Consuegra “La cultura es aquello que te posiciona contra la barbarie”
A Cristina Consuegra es difícil encajarla en una cosa. Consuegra es un torbellino de colores que lo lleva to' palante. Lo mismo organiza un festival de cine de índole nacional en los barrios, que la escuchas en la radio, por citar algo. Consuegra es mucha Cristina y Cristina es demasiada Consuegra.
Opinión
Geopolítica El efecto mariposa en la geopolítica de nuestro tiempo
El planeta se encuentra inmerso en cuatro encrucijadas, cada una de las cuales por sí misma, tiene la potencia para dislocar el mundo que conocimos.

Últimas

Cómic
Cómic ‘Grandville’, de ucronías antropomórficas y viñetas ‘steampunk’ victorianas
‘Grandville’, el cómic creado por Bryan Talbot, situó París en una realidad alternativa donde es la ciudad más grande de un mundo poblado por animales, y advirtió del riesgo de creer que los horrores pasados no se repetirán.
LGTBIfobia
Lesbicidio Cientos de personas en vigilia ante la embajada argentina: “Fue lesbicidio”
Una vigilia en el centro de Madrid señala la responsabilidad del gobierno de Milei en el asesinato de tres mujeres lesbianas en Buenos Aires que fueron quemadas vivas el pasado 6 de mayo: “Es el responsable”.
Palestina
Acampadas pro palestinas La acampada de la Universitat de València cambia de estrategia
La asamblea anuncia que levanta la ocupación permanente de un espacio del campus y que seguirán realizando acciones de protesta.
Movimientos sociales
Opinión Garanticemos la autonomía de los movimientos
Hay que establecer unas relaciones sanas de respeto mutuo y de no injerencia con los partidos y sindicatos que postulan un cambio social profundo
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Sidecar
Sidecar Fantasmas de 1968
Las universidades estadounidenses se han transformado paulatinamente en organizaciones policiales y carcelarias público-privadas, que responden ante los benefactores y los políticos, no ante los estudiantes ni el profesorado.
Neocolonialismo
Francia El níquel, la batería detrás del proyecto de recolonización de Macron en Nueva Caledonia
Las protestas de la población canaca se producen contra una reforma electoral que beneficiará aún más a los colonos asentados recientemente en la isla. De fondo están los beneficios de la minería de níquel, que la metrópolis quiere acaparar.
Literatura
Día das Letras Galegas As poetas queer ante Luísa Villalta: “A poesía é unha ferramenta para poder cambiar o espazo que habitamos”
Afra Torrado, Cinthia Romero e Lara Boubeta, tres poetas disidentes galegas, xúntanse para reflexionar sobre o seu vínculo coa poesía, a importancia de referentes na literatura e a implicación que ten o Día das Letras Galegas.

Recomendadas

LGTBIAQ+
Lesbofobia El triple lesbicidio en Argentina evidencia el impacto de los discursos de odio
La escasa repercusión mediática de un brutal feminicidio de tres mujeres lesbianas en una pensión de Buenos Aires alerta sobre la normalización de los discursos estigmatizantes.
Cuidados
Darcy Lockman “Antes de los niños no hay mucho que hacer y la desigualdad se tolera más fácilmente”
La psicóloga explica con datos en ‘Toda la rabia’ por qué la crianza intensifica la desigualdad en las parejas pese a todos los incentivos para que los hombres cuiden.
Instituciones culturales
Descolonizar el museo Colombia pide a España que devuelva el Tesoro de los Quimbayas
El Ministerio de Cultura de Colombia solicita formalmente el retorno de la colección Quimbaya que se encuentra en el Museo de América en Madrid.