Muchas de ellas pararon ayer en Alicante, pero no permanecieron quietas. Las calles se llenaron de ciudadanas y ciudadanos que reivindicaron los derechos de la mujer y la necesidad de igualdad. Aunque la manifestación fue el acto más multitudinario, durante toda la jornada del 8M se sumaron diferentes acciones que dieron como resultado esta jornada feminista.
Alicante se unió ayer. Miles de personas participaron en la jornada del 8 de marzo. El centro de la ciudad se vistió de violeta e inundó las calles de reivindicaciones por la igualdad y la justicia. El plato fuerte fue la manifestación de la tarde, que las estimaciones de la Policía Nacional cifra de unas 40.000 personas. A juzgar por el área ocupada podrían ser muchas más; en cualquier caso, la marcha no fue el único acontecimiento destacable del día. De hecho, el día en sí fue lo destacable.
A primera hora de la mañana, en la Universidad de Alicante –donde la CGT cifró el seguimiento de la huelga en un 90%– la presencia de un piquete restringía la entrada. Mientras tanto, algunas de las estatuas más emblemáticas de Alicante amanecieron con delantales. Varios piquetes informativos se colocaron en lugares estratégicos como el Mercado Central o el Ayuntamiento, en centros de trabajo y en algunos comercios de las zonas más transitadas de la ciudad, tal y como explicaba Vicky Criado de Dones Lliures CGT.
Colectivos feministas como Tutifruti Kombat se organizaron para recordar también a las que faltaban. A media mañana, caminaron deteniéndose en varios hoteles: “Sabemos que hay compañeras a las que han coaccionado para que trabajaran hoy, vamos a ir a que nos escuchen y sepan que conocemos su situación y su precariedad”, declaraba Sonia, integrante de este colectivo. Yolanda García, portavoz de las Kellys Benidorm-Marina Baixa, las acompañaba en alguna de estas acciones reivindicativas.
A las 12 de la mañana organizadores, activistas, representantes políticos y ciudadanía se daban cita en la plaza 25 de Mayo de Alicante. El espacio sencillamente rebosó. La lectura del manifiesto fue aplaudida y varios colectivos tomaron la palabra para recordar los motivos de la huelga en sus cuatro áreas (laboral, educación, cuidados y consumo). También las más pequeñas alzaron la voz.
En la tarde, una hora antes de que se iniciara la manifestación, la Plaza del 25 de mayo ya estaba repleta de gente. Las organizadoras de la manifestación comenzaron a colocar las posiciones; la marcha sería encabezada por el bloque no mixto, tal y como especificaba la convocatoria. Mujeres de todas las edades corearon las diferentes insignias que se repitieron en otras ciudades: “No tenemos miedo”, “las calles, la noche, también son nuestras”, “luego diréis que somos cinco o seis” y un largo etcétera.
La marcha transcurrió con toda la normalidad con la que puede transcurrir algo tan excepcional. Miles de personas estaban haciendo ruido en Alicante. Hubo cacerolas, batucada, megáfonos e incluso fuego. Tampoco faltó espacio y recuerdo para las ausentes. Ni espectáculo: la Muixeranga d’Alacant se alzó en la plaza de la Muntanyeta, lugar en el que finalizaba la marcha tras recorrer la Avenida Alfonso X El Sabio, la de la estación y la de Maissonave.
La jornada concluyó con ambiente festivo. Hacía tiempo que no se veía algo así en la ciudad. Las organizadoras calificaron la huelga y la manifestación de éxito absoluto. Ahora falta seguir haciendo camino y ver en qué se materializa la movilización. En cualquier caso, el antes y el durante del 8M ya es algo histórico.
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