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El Salto
Vente con nosotras
Hay momentos en la historia, puntos de inflexión, que dan a luz sentires colectivos. Nosotros que no excluyen sino que abrigan. Nosotras de contornos porosos que acogen a quienes se sienten concernidas por las mismas incertidumbres, indignadas por las mismas injusticias, igualmente hambrientas de un cambio que lo revierta todo.
Hay accidentes en la historia que dejan al descubierto todas las fisuras. Expuestas a las miradas todas las trampas, nos embarga una parálisis de clarividencia a priori inútil. Convertir esa conciencia en motor y no en miedo, es el mecanismo que ha puesto históricamente en marcha todas las cosas interesantes que nos han pasado como especie. Y es algo que precisa de un nosotros poroso, entretejido de empatía, un nosotras del que nos sintamos parte. Porque nadie avanza solo.
Estos tiempos que imponen prudencia y distancia suponen el mejor momento para estar más cerca que nunca. Cerca en lo que vivimos y nos agita, juntos para pensar en otras posibilidades de existencia. Resulta extraño, pero es así, este año os hemos sentido más próximas y próximos que nunca antes. Mientras se ponen en marcha las lógicas alterizadoras, y se crean divisiones entre sanos y enfermos, gente decente o irresponsable, nosotras hemos sentido que habitábamos un nosotros ensanchado por la experiencia colectiva, un nosotras vibrante de la necesidad de denunciar lo inadmisible y pensar otros mañana, un común del que escribimos y para el que escribimos.
No concebimos otro modo de funcionar que este. Ponemos en práctica en lo micro lo que queremos en lo macro para todas y todos
En el Salto no te explicamos el mundo desde un atril, no disputamos tu atención con fuegos artificiales, no militamos por ningún dogma. Estamos más bien a tu lado, contándote las cosas que consideramos importantes, considerando importantes las cosas que tú quieras contarnos. No necesitamos bajar a las calles, explorar los barrios, documentar las resistencias, nunca nos fuimos de allí, ¿qué otra cosa podría ser más importante? Ya nos tienes haciendo resistencia a un modelo de comunicación que arrasa con lo pequeño y obliga a los medios a mal vivir, mal pagar, o malvenderse.
No somos grandes estrellas, ni aclamados líderes de opinión. Solo gente corriente haciendo periodismo. Somos lo que contamos que somos: un medio independiente, asambleario, horizontal. Tiene sus pros y sus contras. Sus lentitudes y frustraciones, sus imperfecciones e incluso desvaríos. Pero no concebimos otro modo de funcionar que este. Ponemos en práctica en lo micro lo que queremos en lo macro para todas y todos.
Lo que queremos para todas y todos es el baremo, de hecho, por eso no podemos dejar de ser críticos con todas las políticas que se alejan de ello. Críticas somos en relación a los marcos que nos fijamos, y no a lo que nos dicten los tiempos que es posible o imposible, fundamental o accesorio. Sabemos que no hay nada más político que jerarquizar urgencias. Renunciamos a los marcos impuestos del menosmalismo, sabemos que el sentido común, la moderación y el realismo suelen ser los sustantivos con los que se sedimenta y justifica un statu quo que jode siempre a los mismos y beneficia a los otros. Sabemos que mientras hablamos de alianzas y coaliciones, broncas en el parlamento o encontronazos entre partidos, persisten los mismos conflictos de siempre, en sordina, eclipsados entre el jaleo y el histrionismo. El conflicto capital vida, el conflicto entre la acumulación extractivista y el derecho a una existencia digna. Esos, son los conflictos de fondo, las placas tectónicas estructurales que agitan nuestras coyunturales crisis, las que están en nuestro punto de mira.
Tenemos la única certeza de que esto que hacemos, el Salto, lo hacemos para empujar junto a ti, hacia una vida que merezca la pena ser vivida
Pero no tenemos claro cómo se hace, tenemos siempre más preguntas que respuestas y nos gusta más escuchar que enunciar. Por eso encontrarás en nuestras páginas textos diversos, algunos te podrán irritar, incluso cabrearte. Y lo sentiremos, nos interrogaremos en colectivo si hemos cometido algún error de valoración, si la hemos cagado como medio. Pero entendemos que la polifonía es necesaria para pensar, que existe el derecho a equivocarse, que la duda posibilita diálogos, y el diálogo inteligencia colectiva. Y consideramos, sobre todo, que las certezas demasiado blindadas acaban deviniendo en trincheras tras las que disparar al enemigo.
Nosotras mismas somos plurales, con trayectorias y miradas políticas distintas, con procedencias y edades diversas. De esto se nutren también los temas que elegimos y las miradas que ofrecemos. Somos porosas como el nosotras que aspiramos a habitar, como el nosotros del que hablamos y al que hablamos. Un nosotros en el que estás tú. La conciencia colectiva de que esto ha de cambiar, aunque no sepamos del todo cómo, y la única certeza de que esto que hacemos, el Salto, lo hacemos para empujar junto a ti, hacia una vida que merezca la pena ser vivida.
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Os conozco dede hace mucho tiempo pero hay que reconocer que habéis pasado de las buenas intenciones y el "querer", a los hechos y el "poder" . Sois sin duda el proyecto de comunicación independiente más sólido que existe a día de hoy. Enhorabuena.
Lo de la calidad de El salto estoy de acuerdo, aunque se nota que algunas veces falla, sobre todo en las ediciones territoriales, aparte de en estos territorios tb notarse mucho que algunos lo tienen tomado ciertas corrientes ideológicas con un evidente partidismo y subjetivismo. En cuanto a los contenidos, hay cuestiones muy interesantes pero tb se echa de menos romper el círculo militante, de tratar temas que interesen más al conjunto de la población
Tengo otros medios favoritos pero reconozco que El Salto me engancha cada vez que entro por la calidad de sus artículos. Se puede estar de acuerdo o no, pero el buen hacer se nota. Eso debería tener un valor para cualquier lector, opines como opines, seas pepero o trostkista-maoista-liberal-progresista. Gracias.