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Ayuntamiento de Madrid
Tórrido verano ‘ppopular’
¿Cómo ha sido el verano? Caliente, sofocante, canicular o, el adjetivo que considero mejor se adecúa, tórrido. La mayoría de noches entre los meses de julio y agosto han sido tropicales, con temperaturas muy por encima de los 26 grados. El mercurio de mi piso ha basculado entre los 29 y los 33 grados a la hora de dormir en estos dos meses.
No vamos a negarlo, ha hecho mucho calor, y no lo dice el termómetro del pingüino que en mi casa nos hemos podido permitir –soportar el calor o no es también una cuestión de clase–, lo dice la AEMET, lo dice el reciente estudio Urban Heat Snapshot, lo dijo la Universidad Autónoma de Madrid en 2016, lo dice el IPCC, cuyo grupo de trabajo centrado en la región mediterránea nos sitúa como el punto más sensible del cambio climático; y, ya puestos, hasta lo dijo Al Gore veinte años atrás.
Hace un tiempo abrasador y la ciudad de Madrid no está preparada para soportar temperaturas extremas. Si Filomena paralizó la ciudad durante más de una semana, ¿cuánto han aumentado los fallecimientos en Madrid teniendo en cuenta que el citado informe cifra la mortalidad por calor en 2022 en 11.000 personas en todo el país? La ciudad no ha sido preparada y, más allá de las grandes masas arbóreas históricas de Casa de Campo, El Pardo, Parque del Oeste o El Retiro, ¿qué oasis climáticos tiene la capital del Reino?
En distrito Centro los podemos contar con los dedos de la mano, más cuando el planteamiento urbanístico realizado durante los últimos años ha sido el del asfalto, el granito y la plaza desnuda. Volviendo al estudio Urban Heat Snapshot que ha identificado la Plaza del Rastrillo en el barrio de Malasaña como el punto más cálido de la ciudad, ¿con cuánta vegetación cuenta? Apenas un 3% de la misma, incluyendo un parque infantil, también asfaltado, sin sombras y en el que difícilmente se verán niños, porque la propia plaza retiene el calor y lo expulsa durante el resto del día.
Más allá de los árboles, que bien sabemos no crecen de una legislatura a otra, ¿cuántos arbustos, plantas o flores tiene el barrio de Lavapiés?
Mi pregunta ahora es, ¿cuál es la superficie vegetal de Arturo Barea, o de las recién estrenadas Plaza de La Corrala, Ministriles y Vara del Rey? Más allá de los árboles, que bien sabemos no crecen de una legislatura a otra, ¿cuántos arbustos, plantas o flores tiene el barrio de Lavapiés? ¿Qué actuaciones realizó el anterior concejal presidente de Centro para promover los oasis climáticos en el distrito? Arrasó el Jardín Vecinal Gloria Fuertes (Plaza Lavapiés) el 2 de septiembre de 2022, puso plantas en Tirso De Molina que han muerto, ha dejado un desierto en la entrada del Polideportivo (privado) de La Cebada, espacios yermos y áridos que contrastan con el florido distrito de Barrio Salamanca, que estuvo regido por el mismo José Fernández. Dirán los malpensados, entre los que me incluyo, que bien parece una estrategia del Partido Popular para ahuyentar a las vecinas y vecinos que resistimos en Centro y así poder seguir vendiendo el casco histórico de Madrid por partes a tiendas de souvenires sin alma, establecimientos de venta de alcohol 24 horas, rentistas de viviendas turísticas e infames hoteles cápsula.
Continúo planteando preguntas, ¿qué actuaciones prevé el actual concejal presidente, Carlos Segura, para que el Distrito posea más espacios verdes? ¿Cuál es su consideración acerca de la destrucción de los parques de La Cornisa, Atenas o la pobre ejecución del Plan Alcorques Cero por parte de su antecesor? ¿De qué manera va a promover las iniciativas vecinales dentro de la REDH Madrid o incluso el 'muro vegetal’ de la Asociación de Comerciantes de Lavapiés?
Siendo ya innegables los efectos del cambio climático, no existe por parte del Ayuntamiento de Madrid ninguna excusa para continuar con su política de tierra quemada
Siendo ya innegables los efectos del cambio climático, no existe por parte del Ayuntamiento de Madrid ninguna excusa para continuar con su política de tierra quemada. Para mantener su plan de tala de árboles para ampliar la línea 11 de Metro, para continuar asfaltando con materiales de pobrísima calidad las calles residenciales del Centro, para hacer parques de zahorra que no van a permitir el drenaje del agua ni el crecimiento de plantas –con riesgo de envenenamiento de niños– o permitir que la población de sombrillas sea muy superior a la de árboles en Centro.
Espero que este verano tórrido, y que ha tenido un demoledor efecto isla de calor en Centro, le haya demostrado a nuestro recién estrenado concejal presidente y vecino de la calle Echegaray lo importante que es apostar por los espacios verdes, por un modelo de ciudad diferente al del asfalto, el cemento y la plaza dura. Por que haya parques, jardineras, árboles en los alcorques y edificios públicos con cubiertas vegetales y con una política pública detrás dirigida a mitigar los episodios de calor y frío extremo fruto del cambio climático del capitalceno.