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Coronavirus
Uganda afronta el coronavirus con una sanidad débil y una población empobrecida
El virus llegó al continente africano a finales de febrero y Nigeria fue el primer país de África Sursahariana en confirmar un caso. El continente ya registra más 1.400 personas infectadas en 43 de los 55 países.
El nuevo coronavirus SARS-Cov-2 que surgió en la ciudad China de Wuhan en diciembre de 2019 no ha parado de cruzar fronteras y, este sábado 21 de marzo, el Ministerio de Sanidad de Uganda confirmó su primer caso en Entebbe, una de las principales ciudades del país y donde se encuentra el aeropuerto internacional. Se trata de un hombre ugandés de 36 años que llegó desde Dubái en un vuelo con 84 personas más y al que, dado que presentaba fiebre en el aeropuerto, decidieron poner en cuarentena. El lunes, las autoridades confirmaron otros ocho positivos, todos ciudadanos de nacionalidad ugandesa procedentes de Emiratos Árabes Unidos.
La Organización Mundial de la Salud categorizó el covid19 de pandemia el pasado 11 de marzo. Con más de 380.000 infectados en 185 países y más de 16.000 personas fallecidas en todo el mundo, el virus llegó al continente africano a finales de febrero y Nigeria fue el primer país de África Sursahariana en confirmar el primer caso. El continente ya registra más 1.400 personas infectadas en 43 de los 55 países. A lo largo de la semana pasada, países vecinos empezaron a reportar sus casos de personas infectadas, como Kenia, con 16 casos; Ruanda, con 36; República Democrática del Congo, con 36 o Tanzania con 12.
El presidente Yoweri Museveni dirigió un mensaje a todo el país el pasado miércoles para explicar las medidas que se iban a tomar para prevenir la propagación del virus en el país. No obstante, estas no fueron suficientes y el domingo volvió a dirigirse a la población para presentar medidas más restrictivas. Los representantes de los distintos distritos en el parlamento siguen sin considerarlas suficientes y reclaman una gestión más transversal para proteger a la población no solo sanitariamente, sino también económica y políticamente.
En el parlamento, no consideran suficientes las medidas tomadas por el presidente Museveni y reclaman proteger a la población no solo sanitariamente, sino también económica y políticamente.
Desde el viernes 20 de marzo y durante un mes, todos los centros educativos cerraron sus puertas. Además, las grandes aglomeraciones estarán prohibidas o restringidas, como los servicios religiosos, encuentros políticos o culturales, bodas o funerales multitudinarios, clubs de ocio nocturno, bares, cines, conciertos y competiciones deportivas. Los mercados seguirán en funcionamiento siempre que se faciliten instalaciones de saneamiento adecuadas. El mandatario también expresa su preocupación acerca de la peligrosidad del transporte público, recomienda a los ugandeses no viajar y les pide que se queden en casa.
Finalmente, el domingo 22 de marzo decidió aplicar un cierre total de fronteras y nadie podrá entrar ni salir del país, excepto transportistas que lleguen con mercancías. Las personas que habían entrado en el país antes del cierre están obligadas a pasar cuarentenas obligatorias en hoteles que tienen que costearse ellos mismos.
En 2019, tras el brote de Ébola en el este de República Democrática del Congo, Uganda también tomó medidas muy restrictivas y cerró las fronteras. Se registraron tres casos de una misma familia que habían viajado desde el país vecino, pero las autoridades sanitarias ugandesas desarrollaron un rápido y eficaz trabajo para evitar su propagación.
“Las instalaciones sanitarias de nuestro país son insuficientes. Si el virus se propaga seguro que va a morir mucha gente. Las pruebas y los equipos médicos solo se encuentran en la capital”
“Las instalaciones sanitarias de nuestro país son insuficientes. Si el virus se propaga seguro que va a morir mucha gente. Las pruebas y los equipos médicos solo se encuentran en la capital del país, mientras que en otras partes la única medida que se puede implementar es la de lavarse las manos”, alerta Njuba Annet, coordinadora de proyectos de PECA Women and Children Foundation. Según datos de Unicef, en Uganda, el 79 por ciento de la población usa fuentes mejoradas de agua potable y solo el 19 por ciento tiene acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento.
Stella Kulabira, coordinadora de Mupenzi Foundation y directora de un orfanato, también señala la debilidad del sistema sanitario: “Uganda no está preparada para afrontar la llegada del coronavirus. Nuestros hospitales están siempre saturados con un gran número de pacientes”. Kulabira valora que las medidas que está tomando el país son más restrictivas que en Europa porque la prevención es la mejor cura y si el virus infecta la perla de África, la situación va a ser devastadora.
Todas las medidas preventivas y de contención que se están tomando alrededor del mundo van a tener graves consecuencias económicas para los países y la población, pero la repercusión va a ser aún más demoledora en Uganda y otros países africanos en los que el estado del bienestar es inexistente.
“La población de Uganda no está preparada porque la mayoría de la gente sobrevive a través de actividades que les proporcionan ingresos diarios y no un salario mensual. Si les pides que se queden en casa durante una cuarentena significa que sus familias pasaran hambre durante un tiempo y no podrán pagar los alquileres y las facturas”, explica Deborah Mutesi, presidenta de WIPE Uganda (Iniciativa de Mujeres para la Erradicación de la Pobreza, en sus siglas en inglés). La población ugandesa no tiene la capacidad económica para poder almacenar comida para una cuarentena, por lo que el virus puede llegar a matar indirectamente a muchas personas.
La población ugandesa no tiene la capacidad económica para poder almacenar comida para una cuarentena, por lo que el virus puede llegar a matar indirectamente a muchas personas
Las medidas tomadas por el gobierno ya han empezado a repercutir en el día a día y en la economía del país. Los precios de los alimentos se están ya incrementando y, aunque el presidente del país ha amenazado con cancelar licencias de venta si estas prácticas continúan, la pobreza va a tener que hacer frente a una de sus caras más amargas. Con cifras que pueden alcanzar el 30 por ciento en las zonas rurales, de niños y niñas que caen víctimas de trabajo infantil y los abusos, Kulabira considera que con el cierre de escuelas no se va a poder garantizar la seguridad de los menores del país.
Además, Mutesi apunta que la violencia va a aflorar en todas sus formas: “No estamos preparados ni económica, ni social, ni políticamente. El gobierno no ha hecho suficiente para sensibilizar a la población acerca de la enfermedad y no se han tomado todas las medidas posibles. El agua, necesaria para la higiene, la controla el gobierno y de momento no le van a perdonar la factura a nadie”, explica. La única esperanza del país es que, con la llegada del virus y tras haber presenciado lo sucedido en los países europeos, Uganda pueda estar más preparada.