Opinión
El tiempo pasa y la historia sigue, sin poesía: el exterminio en Gaza continúa

Somos testigos de la perpetración del exterminio de la población que posibilite e implique la expulsión final de los sobrevivientes, mientras ‘la neolengua del Gran Hermano’ domina la escena del castigo.
Manifestación en Vigo contra el genocidio en Gaza y en apoyo al pueblo palestino  - 1
Manifestación en Vigo contra la masacre israelí en Gaza. Miguel Núñez
1 feb 2024 06:00

El mes de enero transcurrió como comenzó, un invierno que llegó como se marchó el otoño del pasado año: continúa, incesante, el exterminio de Israel en Gaza. Conmocionados e indignadas frente al crimen de lesa humanidad salimos a las calles de nuestras ciudades el 20 de enero. Y, así, transcurrió, el pasado sábado 27, la manifestación estatal de Madrid. 

En nuestras mentes se agolparon de nuevo, desde estas tierras que quedan al oeste de la Franja, las imágenes de las que somos testigos. A la distancia, inmersas en nuestras realidades y cotidianidades, giramos por momentos la mirada hacia el dolor y el horror que nos llega, en fragmentos, día tras día, del lugar donde la humanidad, una vez más, queda petrificada frente a sí misma: Palestina.

Giramos por momentos la mirada hacia el dolor y el horror que nos llega, en fragmentos, del lugar donde la humanidad, una vez más, queda petrificada frente a sí misma: Palestina

Las imágenes enmudecen. Mutismo antes de la emoción, que sube desde el centro del cuerpo; lágrimas en los mismos ojos que miran; el incipiente llanto quebrado en la garganta, y la ‘digna rabia’ —la que hace 30 años nos nombraron y enseñaron, en su forma, los zapatistas desde Chiapas—. Pienso, entre el rosario de imágenes brutales que retiene mi mente en estos cuatro meses de exterminio sufrido por los gazatíes, en un vídeo de dos semanas atrás, cuando comenzaban las vistas del juicio por la acusación de genocidio interpuesta por Sudáfrica en La Haya y los bombardeos de USA —y compañía—, en el Mar Rojo, se cernían sobre Yemen. 

Aquellas imágenes en movimiento que reflejaban el hambre de palestinos y palestinas, en multitud, sobre la playa: se les ve corriendo súbitamente, dispersos; oyes los sonidos de los disparos y se despliegan en la huida, sin rumbo fijo, en distintas direcciones; las balas silban a discreción en la inmensidad de la costa; el cielo, alto, queda lejos, pero en la panorámica se ve una sola escena en la que es posible percibir que el aire, traicionero, puede esconder una trayectoria letal en cualquier resquicio de movimiento, mientras el mar, de frente, es también testigo.

Argentina
De Argentina a España De España a Argentina: la neurosis de la extrema derecha
Entre el ultraliberalismo autoritario de Milei y las neurosis disolutivas de la caverna españolista, las posiciones de extrema derecha ganan posiciones.

Estas imágenes, de nuevo dantescas, que recogen otra situación límite de las sufridas incesantemente por más de dos millones de personas, y sintetizan la impotencia que nos circunda, atravesaron nuestras retinas al cumplirse cien días de la constante destrucción, del asedio y de los incesantes bombardeos israelíes contra todo aquello que esté sobre la tierra de la Franja —incluidos, por supuesto, los seis hospitales atacados en el norte, el centro y el sur de Gaza—.

Fue un vídeo que vino acompañado en esos días por un despliegue agudo del desorientador cinismo de la posverdad y la adulteración de las palabras (del lenguaje que nos contiene). Como si el Ministerio de la Verdad del Gran Hermano (1984) hubiera esparcido la neolengua que Orwell reflejó en aquel escrito, tras haber sido testigo frontal de su propia época. 

Imágenes, de nuevo dantescas, que recogen otra situación límite de todas las sufridas por más de dos millones de personas, y sintetizan la impotencia que nos circunda, atraviesan nuestras retinas 

En las sesiones del intento sudafricano —con la denuncia por genocidio a Israel ante la Corte Internacional de Justicia— de un alto el fuego por vía judicial —que el tribunal no falló en su sentencia provisional del mismo día de la conmemoración del Holocausto, el viernes 26 de enero—, los abogados del Estado perpetrador devolvieron la acusación de ‘genocidio’ a ‘sus enemigos’ por serlo, y negaron sus crímenes en las masacres continuadas apropiándose del concepto, como si sólo su confesionalidad fuera susceptible de sufrirlo e indemne de ejecutarlo.

Contraargumentan, de hecho, haberlo sufrido por los muertos y violaciones del 7 de octubre, al tratarse del asesinato más cuantioso de población judía desde ‘la solución final’ nazi. Adulteraron de esta manera el inenarrable contenido encerrado en ‘Shoah’, violentando los hechos y sufrimientos que este concepto implica, que la palabra contiene; los vividos por las personas que perecieron en las cámaras de gas y padecieron la ‘deshumanización’ terrible del ‘lager’; las borran. 

Con estas apropiaciones y argumentos, con esta suerte de neolengua argumental, las están borrando perversamente mediante el sufrimiento de los heridos y los muertos que fueron asesinados por su ocupación y participación activa o pasiva en el régimen de apartheid israelí. Y despojan al resto de los pueblos de la humanidad de las violencias genocidas sufridas. Se exoneran, a su vez, de todas las violencias perpetradas, y sufrimientos infundidos, que son negados e instrumentalizados en nombre de una ‘esencia’ que se fundamenta en último término en creencias religiosas, pero sin dejar de enarbolar que representan los derechos nacidos y defendidos en la revolución francesa, frente a ‘la barbarie’.

El ministro de finanzas israelí, Bezalel Smotrich, despidió 2023 asegurando que su país debería trabajar para que casi toda la población palestina de Gaza abandone la franja mediante “la emigración”

Pero nosotras vimos en los primeros días del año, a la luz de las declaraciones de algunos ministros israelíes, cómo continúa la ejecución de una masacre sistémica de eliminación que permita la ocupación efectiva de Gaza. Es decir, vemos, somos testigos de la perpetración del exterminio que posibilite e implique la expulsión final de los sobrevivientes.

Porque por mucho que argumente Israel en el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) —apropiándose de ser el único pueblo sobre el que se puede cometer genocidio en esta deformación infame, paralela al peligroso y vergonzoso hecho de querer transformar el ‘antisemitismo’ en toda crítica a las acciones del Estado de Israel, burlando de nuevo el dolor histórico implicado, el de todas las comunidades judías a lo largo de los siglos que es, de esta forma, puesto al servicio de una ‘banalización’ en función de los intereses coyunturales del Estado israelí— cuando Itamar Ben-Gvir (ministro de seguridad nacional de Israel) aseguró el 1 de enero que la salida de los palestinos de Gaza y el restablecimiento de asentamientos israelíes en el territorio es “una solución correcta, justa, moral y humana”, volvieron a nuestra memoria las afirmaciones del Estado egipcio los días siguientes al ataque de Hamás, casi cuatro meses atrás, sobre los servicios de inteligencia del Mossad y el conocimiento del plan de incursión en ‘el país inexpugnable’.

“Esta es una oportunidad para desarrollar un proyecto que anime a los residentes de Gaza a emigrar a países de todo el mundo”, prosiguió el ministro de seguridad israelí en una reunión de su partido, el ultranacionalista Otzma Yehudit (Poder Judío). Sus comentarios se producían un día después de que el ministro de finanzas israelí, Bezalel Smotrich, despidiera el 2023 asegurando que su país debería trabajar para que casi toda la población palestina de Gaza abandone la franja mediante la “emigración”, para luego establecer asentamientos israelíes en ese territorio. 

Con estas declaraciones, ante las primeras reacciones verbales de los norteamericanos frente a declaraciones israelíes en tres meses de exterminio —mientras bombardeaban Yemen, junto a los británicos y otros otanistas, en otra de sus operaciones en Oriente Próximo, ‘Guardián de la prosperidad’; después de haber asegurado que la denuncia de Sudáfrica por genocidio era “infundada”, lo que fue desmentido por las consideraciones del tribunal; y antes de retirar el dinero para la UNRWA como parte de la respuesta de Israel al fallo de la Corte Internacional—, Smotrich, el ministro israelí de economía, aclaró: “Estados Unidos es nuestro mejor amigo, pero antes que nada, haremos lo que sea bueno para el Estado de Israel: la emigración de cientos de miles de Gaza permitirá que los residentes (de la zona fronteriza) vuelvan a casa y vivan”. 

Peligroso y vergonzoso hecho de querer transformar en ‘antisemitismo’ toda crítica a las acciones del Estado de Israel, burlando de nuevo el dolor histórico implicado

Prosiguió con su cínico y criminal discurso de “fomento de la emigración voluntaria" de los palestinos durante los primeros días del nuevo año: “Más del 70% de la opinión pública israelí apoya la solución humanitaria de fomentar la emigración voluntaria de los árabes de Gaza y su absorción en otros países”, escribió en X el miércoles 3 de enero. Sus palabras nos volvieron a recordar el impacto sorpresivo, el shock en el que estaban los israelíes, por la posibilidad de la matanza realizada por Hamás, en uno de los Estados más militarizados y con la inteligencia estatal más desarrollada del mundo.

Hace un mes que el 2023 se fue, pero el continuum de esta historia desgarradora unifica el tiempo de la infamia. Fue en octubre cuando comenzaron a ondear las banderas palestinas en las calles de este país, mientras nadie hacía nada por parar el exterminio y conseguir un alto el fuego, lo cual es otro criminal continuum. De hecho, octubre terminó con la dimisión del director de la oficina de Nueva York del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, mientras enero concluye con la colaboración activa en el genocidio, según el fallo de la CIJ acerca de la ayuda humanitaria para “prevenirlo”, al suprimir los recursos económicos a la UNRWA. Fue en octubre, y después cada mes, cuando se constató una vez más que Naciones Unidas era papel mojado frente a la fuerza y las dinámicas militares, de la geopolítica y economía internacionales. Con esa desgarradora realidad, conocida y sufrida históricamente por el pueblo palestino, arrancaba noviembre. 

Fue un noviembre en el que siguieron las manifestaciones y muestras de apoyo popular a Palestina en Europa, pese a las vergonzosas y preocupantes prohibiciones desplegadas, desde el primer momento, en varias de las principales democracias liberales del viejo continente. Gobiernos electos por el luchado y peleado sufragio universal que se miran en espejos rotos cuando de colonialismos, vasallajes, ‘seguridad nacional’ y ‘leyes anti-terroristas’ se trata. Espeluznantes prohibiciones que ejemplifican una nueva complicidad histórica con una matanza masiva y continuada, en esta ocasión, como en otras, ejecutada sobre una población concentrada densamente en un gran gueto, amurallado desde hace décadas.

Hoy, en los últimos días del cuarto mes de exterminio sobre la población gazatí, los bombardeos diarios dejaron atrás un mes de octubre grabado a fuego en nuestras retinas, y dieron paso a un noviembre, un diciembre y un enero en el que las cifras de la destrucción y la eliminación sistemática de la población en la Franja arrojan más de 26.500 asesinados, a los que se suman una estancada cifra de más de 7.000 desaparecidos y miles de muertos más por la destrucción y el asedio mantenido en el tiempo, sin olvidar el azote del frío, cuyas cifras no conocemos. 

Los abogados del Estado perpetrador devolvieron la acusación de ‘genocidio’ a ‘sus enemigos’ por serlo, y negaron sus crímenes en las masacres continuadas apropiándose del concepto

Ante el horror, las palabras desaparecen. Lo expresó Theodor Adorno al conocerse públicamente ‘la solución final de la cuestión judía’ del régimen nacionalsocialista, tras la II Guerra Mundial: “no hay poesía después de Auschwitz”. En la actualidad retorcida, heredera de otras violencias desplegadas en el nacimiento del Estado de Israel, parte de los descendientes de aquellos que fueron víctima neurálgica de esa estructura de eliminación sistémica consideran que su Estado puede exterminar y expulsar a otro pueblo, siendo ellos las únicas víctimas susceptibles de sufrir el exterminio sistemático en una historia que ha vuelto a ‘matar la poesía’. 

Lo cierto es que los hechos en Gaza, con diferente metodología, dejan a este siglo con aquel semblante de horror que atravesó al pasado en el momento en que la verdad salió a la luz —tras la derrota de los fascismos que lo hizo posible, no lo olvidemos—. Estamos frente a otro horror inenarrable que, no obstante, los sobrevivientes volverán a narrar bajo el mismo ‘deber de Memoria’, para quien quiera ser capaz de escuchar y pensar ante el sufrimiento colectivo en la historia humana; hoy, ayer y mañana, con la poesía resucitada, pronta a volver a ser asesinada. 

Sabemos que ahora lo urgente es parar el exterminio. Cómo tras la oportunidad perdida del fallo, que tampoco habría sido acatado por Israel de haber intentado ser una herramienta para frenar la matanza incesante de seres humanos, a lo que la Corte renunció; después de la retirada de los fondos a la UNRWA por parte de EEUU y otros miembros como consecuencia ipso facto de la acusación israelí de tener miembros colaboradores con Hamás en el ataque del 7 de octubre, a modo de respuesta inmediata de castigo frente a un fallo judicial que respeta los tiempos israelíes de planificación criminal para Gaza pero señala indicios de genocidio y lo somete a investigación por ese crimen de lesa humanidad, quebrando su argumentario sobre la realidad presente, pasada y futura, sobre lo que son y es el mundo. Una visión que quieren imponer, más allá de la impunidad y el poder material destructivo que tienen sobre la vida de dos millones y medio de personas, así como sobre el territorio en el que los tuvieron encerrados y hacinados durante la última década y media. Las resistencias, tantas veces ejercidas, deberán convocar de nuevo sus lumbres en este nuevo viejo mundo de racismo, clasismo y colonialismo, donde ‘los otros’ pueden ser eliminados. Un mundo de nuevas formas de indiferencia, adulteración y posverdad que, en su fondo, nos recuerdan a las viejas, para quienes no vivan en un presente absoluto de su yo.  

Archivado en: Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sindicatos
Sindicatos Los convenios estatales, autonómicos y provinciales articulan una protección laboral en cascada
CCOO defiende la articulación de los convenios estatales, autonómicos, provinciales y de empresa para dar cobertura a todas las personas trabajadoras de todos los sectores.
Opinión
Opinión La Corte Penal Internacional insta a emitir órdenes para que el mundo se haga antisemita
El régimen de Tel Aviv tiene el privilegio de ser el primer Estado “occidental” cuyos dirigentes quedan reducidos al nivel de parias “tercermundistas” como Gadafi, Omar al Bachir, Kambamba, Gbagbo o Milosevic.
Opinión
Precariedad laboral Les vamos a dar unos datos
Facilitar datos es una buena práctica para que se comprendan mejor los discursos, mucho más dependientes de la fluidez oratoria del político de turno y de sus dotes para hacer grandes frases sin decir nada concreto
Elecciones
Elecciones europeas La izquierda lleva sus cuentas pendientes a unas Europeas que ponen a prueba el contraataque de Sánchez
El Partido Popular y Vox plantearán una campaña en clave nacional contra el “sanchismo”. El presidente del Gobierno ha salido reforzado en las encuestas tras las elecciones catalanas pero no superará al PP según una reestimación de datos del CIS.
Genocidio
Genocidio La Corte Internacional de Justicia ordena a Israel detener la ofensiva de Rafah de manera inmediata
El Tribunal de la ONU da un nuevo aviso al Gobierno de Netanyahu y le ordena detener la ofensiva de Rafah ante la constatación de que sus anteriores órdenes no han sido cumplidas.
Palestina
Palestina Cientos de estudiantes toman la Universidad Humboldt de Berlín en apoyo a Gaza
La ocupación de la institución, renombrada “Instituto Jabalia” en honor al campo de refugiados de Gaza, termina con el desalojo de la policía 30 horas después.
Extrema derecha
Opinión “La alianza global de los patriotas” y el oxímoron “anarcocapitalista”
Tanto la extrema derecha de Milei como la de Abascal pueden confluir en que la ‘libertad’ sea reducida sólo al privilegio de acumular, en un ‘fascismo de mercado’.
Arte
Arte El arte visual de Mahmoud Alhaj ilustra la huella de la violencia de Israel en Palestina
El artista Mahmoud Alhaj expone en Barcelona su proyecto ‘Violence 24/7’, una alegoría visual sobre los efectos que la ocupación israelí tiene en los sujetos, la conciencia y la geografía palestina.
Barcelona
Espacio público El Parque de Louis Vuitton y el vecindario fuera del Güell
Cientos de vecinos se manifestaron contra la privatización que el Ayuntamiento de Jaume Collboni ha hecho del parque público más emblemático de Barcelona para acoger un desfile de la marca de lujo francesa que patrocina la Copa América de vela.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Medio ambiente
Estreno 'Altri: a sede insostible’, un documental sobre los futuros efectos de la celulosa proyectada en A Ulloa
Este viernes 24 de mayo, El Salto y Xarda estrenan un proyecto audiovisual sobre cómo una multinacional portuguesa pretende destruir recursos naturales y sociales en el corazón de Galicia con la creación de una pastera diez veces más grande que ENCE.

Últimas

Explotación laboral
Derechos laborales Condenan a Marina Beach por despedir a una trabajadora que se quejó por whatsapp
La trabajadora pidió por el grupo de chat de la empresa que cubrieran las necesidades básicas de material que tenían los empleados y fue despedida.
Minería
Mineras contra el territorio La minera que provocó un conflicto en Groenlandia irrumpe con proyectos en Castilla y León y Extremadura
La polémica compañia australiana ETM, protagonista del convulso proyecto de Kvanefjeld (Groenlandia), tras los planes extractivistas de Villasrubias y El Payo (Castilla y León ) y Salvaleón, en la extremeña Sierra de Gata.
Centrales nucleares
Nucleares Cuando una nuclear cierra
El cierre de centrales nucleares es común, con 213 ya cerradas y solo 60 en construcción. Desmantelarlas es complejo, como en Almaraz I, cuyo proceso iniciará antes de 2027.
Sindicatos
Sindicatos Los convenios estatales, autonómicos y provinciales articulan una protección laboral en cascada
CCOO defiende la articulación de los convenios estatales, autonómicos, provinciales y de empresa para dar cobertura a todas las personas trabajadoras de todos los sectores.
Más noticias
Catalunya
Catalunya PSC, Junts, PP y Vox tumban la regulación de los alquileres de temporada en el Parlament catalán
El decreto que regulaba los precios de alquiler de temporada y habitaciones ha estado en vigor menos de un mes. Ha sido la primera votación tras las elecciones del 12 de mayo en Catalunya.
Educación pública
País Valencià La comunidad educativa respalda de forma masiva las manifestaciones por la huelga
Miles de personas secundan las marchas vespertinas y los convocantes de la huelga señalan como éxito el seguimiento en el conjunto del País Valencià.
Especulación inmobiliaria
Especulación inmobiliaria El PSOE retira la Ley del Suelo ante la oposición de sus socios y del PP
La falta de acuerdo con el PP y el voto contrario de Sumar, Podemos, Junts y ERC lleva al gobierno a retirar una reforma que facilita los pelotazos urbanísticos, según las críticas de sus aliados parlamentarios.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Instituciones, fondos buitre e inmobiliarias se dan cita en Madrid en plena crisis de vivienda
Decenas de organizaciones sociales suman sus fuerzas contra la feria inmobiliaria SIMA, un evento que reúne desde el martes a fondos de inversión e instituciones públicas para promocionar el uso de la vivienda como activo financiero.
Seguridad Social
Seguridad Social Las viudas de Orcasitas ya no tendrán deudas con la Seguridad Social
La FRAVM exige al Gobierno central una solución definitiva al problema ya que puede seguir afectando a otras personas de rentas modestas perceptoras de ayudas a la rehabilitación.

Recomendadas

Sanidad pública
Conciliación en entredicho Enfermeras denuncian que hospitales madrileños están bloqueando reducciones de jornada
De cara al próximo verano grandes hospitales de la Comunidad de Madrid están impidiendo que las profesionales del sector de la enfermería acumulen horas para poder librar días enteros, derecho adquirido que va en retroceso.
Fake news
Investigación Así se financia la desinformación en Murcia: ‘OkDiario’ y ‘EsDiario’, los favoritos de López Miras
El Gobierno murciano ha repartido más de 240.000 euros a medios de desinformación en los dos últimos años. De ellos, Eduardo Inda se ha embolsado casi la mitad y EsDiario 54.355 euros.
Cine
Cine y vivienda ¿Dónde están los desahucios en las películas españolas?
Con excepciones señaladas como ‘En los márgenes’ o ‘Antidisturbios’, el conflicto de la vivienda sigue ausente de las ficciones que aspiran a retratar nuestro presente.