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Tribuna
Abrir el aragonés a la sociedad para salvar una de las lenguas más amenazadas de Europa
Apenas 25.000 personas son capaces de hablar en alguna de las variedades del aragonés, una lengua románica que pervive en el norte de Aragón y que está considerada una de las más amenazadas de Europa. Este idioma ha sufrido recientemente nuevos traspiés en su proceso de normalización.
El 28 de junio pasado se publicaba en el Boletín Oficial de Aragón la propuesta gráfica de consenso para la lengua aragonesa. Con ello se mostraban los resultados de un proceso que, a instancias de la Dirección General de Política Lingüística de esa comunidad, trataba de encontrar una solución a los desacuerdos existentes en cuanto a la grafía del aragonés. Un proceso en el que, quienes nos preocupamos por la salud de nuestra lengua, habíamos depositado muchas expectativas.
La ortografía resultante, pese a haber recabado ciertos apoyos, no lo tiene de varias de las asociaciones que estaban llamadas a concurrir. De esta manera, el proceso finaliza sin haber alcanzado un acuerdo que gozase del favor de todos, por lo que esta nueva ortografía probablemente convivirá con las ya precedentes.
Desde Alto Aragón en Común valoramos el aragonés como uno de los elementos más destacados del patrimonio del Alto Aragón, sin embargo, queremos recordar que la situación de la lengua aragonesa en su dominio lingüístico es sumamente precaria. Puesto que las clases en la educación reglada todavía no abarcan la totalidad del territorio altoaragonés donde pervive el idioma; que solo en unos pocos centros se imparte de manera curricular y que en la mayoría de ellos lo hace de manera optativa y extraescolar; que la presencia del aragonés en la etapa Secundaria es completamente anecdótica; que las clases son de entorno a una hora semanal, totalmente insuficiente para que los alumnos adquieran un nivel de conocimiento óptimo y, por último, que los mil niños y niñas que cursan aragonés no reciben suficientes estímulos para seguir haciéndolo, debido a que, entre otros, no existen títulos oficiales que acrediten el nivel de conocimiento de la lengua. Mientras tanto, la ruptura de la transmisión generacional es un hecho prácticamente consumado, al tiempo que las comarcas altoaragonesas siguen despoblándose.
Desde hace casi cuatro décadas, tras la recuperación de la autonomía, los diversos gobiernos de Aragón, exceptuando tímidas excepciones en épocas muy concretas, han desatendido el aragonés
Desde hace casi cuatro décadas, tras la recuperación de la autonomía, los diversos gobiernos de Aragón, exceptuando tímidas excepciones en épocas muy concretas, han desatendido el aragonés. Hoy en día se sigue incumpliendo el Estatuto de Autonomía de Aragón, la Constitución Española y la Carta Europea de Lenguas Minoritarias o Regionales, así como las diversas recomendaciones de la UNESCO dirigidas a la protección de las lenguas más vulnerables.
A pesar de que, desde el punto de vista institucional, en estos últimos años se han tomado medidas muy positivas como el aumento del número de maestros y profesores en las etapas de Primaria y Secundaria, así como la elaboración de sendos currículos, Aragón sigue siendo de lejos, una de las Comunidades Autónomas que menos protección da a sus lenguas propias. Prueba de ello es que la presencia del aragonés y el catalán de Aragón en la administración y en los medios de comunicación públicos es inexistente.
La situación del aragonés es agónica y, queramos o no, el tema gráfico no es el problema más urgente que tieneLa situación del aragonés es agónica y, queramos o no, el tema gráfico no es el problema más urgente que tiene, pero tampoco podemos eternizarnos en su discusión. Pensamos que es importante saber relativizar debates y conflictos pasados y dar pasos adelante que normalicen el uso del aragonés. Una grafía no es un arma para atacar a quién defiende otras ideas, una grafía es un convencionalismo, y, como tal, parte de un acuerdo.
Es por ello, que debemos apostar decididamente por la unidad y el futuro del aragonés, al mismo tiempo que emplazamos a asociaciones, partidos, instituciones y a la sociedad en general a llegar a consensos que faciliten acuerdos.
En todo caso, creemos que cualquier decisión debe apoyarse sobre la realidad directa de nuestros pueblos. Es por ello, que vemos necesario el concurso de diferentes agentes como, entre otros, maestros, escritores, investigadores o activistas locales. Es decir, aquellas personas que mejor conocen las problemáticas de la lengua y que juegan un papel clave en la creación y revitalización del aragonés desde sus comarcas.
Así es que desde Alto Aragón en Común hacemos un llamamiento a estos sectores para que tomen las riendas y se conviertan en protagonistas destacados en el movimiento de dignificación y recuperación del aragonés. Para ello, proponemos la formación de grupos locales, que se puedan replicar en distintos lugares y que tengan unos criterios y objetivos comunes. Grupos que sepan poner en valor todo aquello que nos une, que sepan integrar a distintas sensibilidades y que activen el aragonés desde el ámbito local.
Recordamos, que desde los municipios se pueden redactar ordenanzas que impulsen y fomenten el uso del aragonés. Son la primera etapa dentro del largo camino de normalización del aragonés. Insistimos en que la solución pasa por establecer un gran acuerdo abierto a toda la sociedad, donde quienes mejor conocen las problemáticas del aragonés puedan marcar las prioridades de la lengua, las actuaciones que deben desarrollarse y sobre todo cómo aplicarlas. Estamos plenamente convencidos de que la revitalización del aragonés será obra de sus hablantes desde sus comarcas.
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¡Enhorabuena por la iniciativa! Ojalá este talante cale en otras personas y se pueda salvar el aragonés.