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Laboral
Cobrar 600 euros y pagar 250 de cuota: la progresividad de la reforma de Escrivá no convence a los autónomos más precarios
En las últimas semanas el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Jose Luis Escrivá ha estado reunido en mesa de negociaciones con los principales asociaciones de autónomos, el objetivo, consensuar una reforma del Régimen General de Trabajadores Autónomos que se adecue a lo solicitado por Bruselas: una mayor progresividad que pase por la cotización según los ingresos reales. Mientras el tiempo para presentar la reforma definitiva se agota, ya hace meses que salieron a la luz las primeras propuestas en cuanto a las cuotas por tramos por parte del Ministerio.
Fue en febrero de este año cuando se evidenciaron los límites en la progresividad de dichas cuotas —que si bien gravaban más en los tramos más altos, no rebajaban prácticamente el mínimo, algo difícil de afrontar para las personas en régimen de autónomas con los ingresos más bajos. La última propuesta, presentada el pasado 27 de mayo, baja ligeramente el mínimo a 250€. Esta cuota correspondería a aquellas personas cuyos rendimientos netos no superan los 670€, y que suponen poco más de un 1.300.00 personas, para quienes ingresan desde ese umbral hasta los 1.125€, las cuotas ascienden 260 o 270€, si se superan los 900€. En el extremo superior, las cuotas mínimas ascienden a 550€ a partir de los 4.050€ de rendimiento neto. La Unión de Autónomos (UATAE) presiona para bajar las cuotas mínimas, mientras que la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), la organización que representa a la patronal, impugna las cuotas para los tramos más altos. Por su parte la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), que ha celebrado la propuesta del ministerio en cuanto a las cuotas, ha insistido en la necesidad de una reforma en la fiscalidad para las personas en el régimen de autónomos.
No cejaremos en el empeño de cambiar el actual sistema de cotización de los autónomos.
— Eduardo Abad Sabaris (@EDUARDOABADSABA) May 30, 2022
Es de justicia que los que menos pueden tengan que hacer un esfuerzo menor,los que tienen la suerte de tener mas ,tienen la obligación de contribuir mas .
Nadie puede estar en contra @upta_es pic.twitter.com/wtSELh6Cq7
Mientras negocia con las organizaciones Escrivá anunció esta misma semana avances en cuanto al cese de actividad, el paro de las personas autónomas. Una propuesta que aún no ha sido presentada por escrito, como se le ha reclamadod esde UATAE. La reforma afectará a las 3,3 millones de personas que figuran en el RETA. Muchas de ellas no tienen muchas expectativas en los cambios, tras ver cómo se conserva un elevado mínimo, y se sienten lejos de las asociaciones. Tras los difíciles tiempos de la pandemia, ven desvanecerse las expectativas de una progresividad real que incluyera cuotas asumibles.
Resaca de una pandemia
Son mediados de junio y Raquel trabaja 10 u 11 horas al día en su agencia de viajes, situada en Madrid. Eso entre semana, los sábados y los domingos, le echa unas siete horas. Quedan lejos los tiempos en los que todo se paró y el sector turístico entró en una zozobra sin precedentes. Desde entonces se han sucedido meses de altibajos en los que de pronto aparecía una nueva variante de coronavirus, cerraban alguna frontera, o subía la incidencia en algún destino turístico: una imprevisibilidad que representa de manera ampliada la incertidumbre en la que viven muchos autónomos respecto a sus ingresos.
Por ahora, los peores momentos del turismo han quedado atrás, y la gente tiene hasta demasiadas ganas de viajar, piensa Raquel, que a duras penas logra satisfacer una demanda que de pronto se ha disparado. Hace dos años, su empresa pudo sobrevivir gracias al escudo social, con la prestación para autónomos que recibió ella y el ERTE para sus empleados. Muchas empresas tuvieron que cerrar, y las que quedan se desbordan para absorber el trabajo. La inseguridad sobre qué pasará los próximos meses le impide ampliar plantilla y trabajar menos horas. La incertidumbre es una inquietud compartida por las personas que trabajan en este régimen.
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Reforma del régimen de autónomos Trabajadoras autónomas organizan su respuesta a las nuevas cuotas propuestas por el Ministerio de Escrivá
Al norte, en Cantabria, a Alfonso, maestro luthier, la pandemia también le pegó fuerte, le dejó sin encargos de los músicos para construir instrumentos y sin la posibilidad de impartir formación. Si este hombre de 60 años sobrevivió fue gracias al paro y a gastar lo mínimo al vivir en el campo “aquí también tengo menos gastos porque tengo todo y tengo gallinas y la leña la corto de mi terreno y llevo 22 años viviendo así”. Alfonso está muy alejado de esa imagen de emprendedor o empresario que a menudo se quiere ligar con la figura de autónomo. Reclama que la mayor parte de las personas en este régimen son como él, gente que se ha autoempleado y sobrevive en la precariedad. Y sostiene que sus necesidades como trabajadores se han quedado fuera de la reforma laboral, mientras que las propuestas para la mejora del régimen de autónomos están siendo decepcionantes.
“Muchísima gente estaba esperando como agua de mayo esa reforma de las cuotas y la primera propuesta de Escrivá, pues cayó como un jarro de agua fría. Absolutamente. ¿Y las siguientes? Pues también”
“Muchísima gente estaba esperando como agua de mayo esa reforma de las cuotas y la primera propuesta de Escrivá, pues cayó como un jarro de agua fría. Absolutamente. ¿Y las siguientes? Pues también”, así lo resume Nazaret, periodista free lance, quien considera el mínimo de 250€ difícil de asumir por ella misma y por mucha de la gente que trabaja en su sector. Así, señala la “falta de proporcionalidad”, una situación que aboca a la gente a buscarse la vida, y darse de alta y de baja según sus ingresos: “Me parece una oportunidad perdida totalmente”.
Y es que no es fácil sobrevivir cuando tus ingresos se acercan tan peligrosamente a tus gastos, dejando un escaso margen entre los 600€ que conseguiste ingresar y los 250€ que supondrá la cuota mínima. Por eso mucha gente lo pasa mal cuando pasa de la tarifa plana inicial a pagar la cuota completa. Esto le pasó a Lidia, que lleva siete años siendo autónoma. Ha ido aprendiendo y tirando, pero a Lidia, que es psicóloga y ofrece talleres relacionados con este ámbito y con la escritura, la pandemia también le pegó fuerte. Sobrevivió gracias a la ayuda extraordinaria para autónomos. Las nuevas cuotas le dejan igual, de las cuotas para los tramos altos, prefiere no opinar: “veo los tramos altos y claro, me da la risa, porque yo lo que veo ahí es una empresa, no veo un autónomo”
Heterogeneidad y representación
Ser free lance conlleva estar fuera de una situación de dependencia con una empresa, y cobrar por un servicio. En el caso de las y los periodistas hace años que se denuncia la bajada de tarifas en las colaboraciones de este tipo de figuras. Es algo que Nazaret achaca a todo el sector, pagar 100€ por un reportaje, o porque el medio no cuenta con más presupuesto, o sí que cuenta pero no lo quiere gastar. Con los honorarios cada vez más bajos y las cuotas más altas, se estrecha el margen para sobrevivir. Hubo un tiempo en que esta periodista conseguía vivir de su trabajo, siendo autónoma, sin tantos problemas. Fue fuera de España. En Argentina, donde vivió nueve años, ser monotributista (autónomo) es mucho menos oneroso. Una vez de vuelta a España se aproxima el cambio de cuota tras agotar la bonificación de los primeros años y a veces piensa en buscar otro trabajo.
“Se estimula mucho a la gente hacia el autoempleo, ya que la iniciativa privada se dedica al turismo, al ladrillo y a la especulación. El empleo público sigue siendo deficitario aquí en el Estado español”. Para Alfonso, es el desempleo estructural el que está detrás de esta apología del emprendedor en las últimas dos décadas, algo que afecta en gran medida a la gente joven. “Son parte del precariado estructural que hay aquí. Lo que le viene muy bien a las grandes empresas porque externalizan servicios y entonces las relaciones laborales son más de estilo neoliberal. Todo el mundo es responsable de su destino laboral y de su destino vital”, resume.
Mientras son estas realidades las que predominan, el luthier, muy crítico, considera que las organizaciones representan fundamentalmente a empresarios, mientras que “los sindicatos mayoritarios, la obsesión que tienen con los autónomos es que si defraudamos, que si no cotizamos bastante. Ok, esto sirve para los autónomos que son parte de la patronal, pero no para los autónomos que somos clase trabajadora”. Por su parte, participa en Lucha Autónoma, un colectivo que aúna a trabajadoras autónomas que trabajan por su cuenta.
Aunque Raquel tenga a personas a su cargo, no consigue verse como empresaria sino como autónoma, pues tenía la idea de que un empresario es alguien que no trabaja tantas horas y vive con cierto desahogo económico. Ve problemático satisfacer con las mismas medidas situaciones tan diversas: pero considera esencial cuidar a PYMES, como la suya, que dan trabajo, y que “en muchas ocasiones son autónomos con tres o cuatro empleados. Tal y como están las cosas, cuesta bastante sacarlas adelante”. No se trata solo de una cuestión de cuotas, cuando pasó de ser asalariada a trabajar por su cuenta “de repente, todo es mucho más difícil, antes no me preocupaba, ahorraba todos los meses, sabía que si me ponía enferma cogía una baja. La gestión como autónoma es mucho más complicada”.
Coronavirus
Los autónomos buscan seguridad para el futuro en el BOE
Entre las medidas sociales que el gobierno anunció el pasado martes figuraban algunas dedicadas a paliar la incertidumbre económica entre las trabajadoras y trabajadores autónomos. Sus principales beneficiarios: quienes se hayan visto obligados a cerrar sus negocios tras el estado de alarma o puedan demostrar un descenso de un 75% en sus ingresos.
Más allá de las cuotas
“En España hay mucho papeleo cuando eres autónomo”, así lo resume Alfonso. Un ejemplo que tortura cuatro veces al año a los autónomos: la liquidación trimestral de IVA, aún teniendo facturación cero. El luthier no entiende el por qué de esta gestión, un papeleo más que puede ser absorbido por una empresa con un departamento administrativo, pero que, como persona que se autoemplea, consume mucho tiempo en “gestiones engorrosas”. Alfonso apunta a una cierta excepcionalidad española. “Yo he trabajado como autónomo en otros países europeos y si no facturas, no cotizas. Y luego tus cotizaciones van en función de tu declaración de la renta. Tanto ganas, tanto pagas”. Dificultades que se repiten para solicitar ayudas, laberintos burocráticos por los que es fácil perderse. A veces para ayudas puntuales que no resuelven carencias estructurales.
“Yo he trabajado como autónomo en otros países europeos y si no facturas, no cotizas. Y luego tus cotizaciones van en función de tu declaración de la renta. Tanto ganas, tanto pagas”
Para no enloquecer ante la burocracia, y no quedarse con la preocupación de haber hecho las cosas correctamente o no (pues equivocarse muchas veces no sale gratis) son muchas las personas autónomas que contratan servicios de profesionales, algo que supone, recuerda Nazaret, otro gasto añadido. Ante las quejas de las personas autónomas, muchas veces se les contesta que las personas asalariadas pagan más dinero a la seguridad social, la empresa también cotiza por ellos, y por consiguiente es justo que tengan más derechos. Aún reconociendo que hay situaciones de mucha precariedad y explotación entre las personas empleadas por cuenta ajena, el argumento no convence: “somos trabajadores sin derechos, sin vacaciones remuneradas, ni baja, ni nada, mi sensación siempre ha sido como que estoy pagando una multa por ser trabajadora por cuenta propia”, comparte Lidia.