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Derecho a la vivienda
Los sindicatos de inquilinos toman dos hoteles de Blackstone en Madrid y Barcelona
“¡Estamos ocupando dos hoteles de Blackstone simultáneamente!”. Así informaba los sindicatos de inquilinos de Madrid y Barcelona la acción paralela realizada este 14 de julio a media tarde en estas dos ciudades. Los objetivos fueron el Axel Hotel Madrid, en plena calle Atocha de la capital, y el Ramblas Vincci, situado en uno de los barrios más gentrificados de la ciudad condal. Ambos edificios son propiedad de Blackstone, el mayor propietario de viviendas y de hoteles de España, y el fondo de inversión con más denuncias por prácticas abusivas, subidas de precio y diversas tácticas de mobbing inmobiliario. También es la gestora elegida por la nacionalizada Sareb —junto con el fondo de inversión KKR— para gestionar su patrimonio.
🔥ESTAMOS OCUPANDO DOS HOTELES DE @BLACKSTONE SIMULTÁNEAMENTE🔥
— Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid (@InquilinatoMad) July 14, 2022
📌Madrid: Calle Atocha, 49
📌Barcelona: Carrer de l'Hospital, 26
¡Vente a apoyar la lucha! pic.twitter.com/8Cu8bKn2b1
Dentro y fuera de los hoteles, cientos de activistas de los sindicatos y otros colectivos de vivienda, como la PAH y asambleas barriales, pegaron pegatinas y carteles, bailaron y gritaron para exigir a Blackstone que se siente a negociar para evitar la “expulsión de varias familias de sus casas”, exigir la renovación de los contratos sin subidas abusivas y la implementación de alquileres sociales para las familias vulnerables.
Además de defender a las familias en peligro de expulsión, estos colectivos pretendían visibilizar los problemas que se derivan de la turistificación y la gentrificación, fenómenos entrecruzados que sufren tanto Madrid como Barcelona, según denuncian en un comunicado. Un fenómeno que se ha traducido en “un millón de desahucios” en la última década en las dos localidades. “Desahuciar familias al imponerles subidas abusivas inabarcables, expandir la presencia de casas de apuestas en barrios trabajadores para potenciar la ludopatía e invertir en hoteles que defienden un modelo de turistificación salvaje vinculado a la gentrificación no son hechos aislados, sino un modelo de negocio estratégico que pone el beneficio propio de un fondo buitre extranjero por encima de las necesidades de las familias afectadas”, señalan desde los sindicatos.
En Madrid, la ocupación del hotel Axel estuvo protagonizada por familias de Alcorcón, Aranjuez, Carabanchel, Torrejón de Ardoz y Vallecas, organizadas en el Sindicato de Inquilinas de Madrid, la PAH o el Sindicato de Vivienda de Carabanchel
En Madrid, la ocupación del hotel Axel estuvo protagonizada por familias de Alcorcón, Aranjuez, Carabanchel, Torrejón de Ardoz y Vallecas, organizadas en el Sindicato de Inquilinas de Madrid, la PAH y el Sindicato de Vivienda de Carabanchel. El objetivo no es otro que volver a sentar al fondo de inversión en una negociación colectiva, como ya consiguió en 2021. Entonces, el sindicato negoció con Blackstone alquileres estables para más de 200 personas sin subidas abusivas durante siete años.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Sindicato de Inquilinas ocupa un bloque de la Sareb en el Penedès
Entre las familias afectadas está la Antonio y Mari, de 84 y 80 años, que llevan 22 años viviendo en la misma casa, que ahora pueden perder. Se trata de una vivienda de promoción pública en Alcorcón, que pasó a manos de Blackstone cuando perdió la protección. Ahora, el fondo pretende aumentar en un 40% el alquiler, “un caso más en este bloque”, denuncian desde el sindicato. Los ingresos de la pareja y de sus hijos no permite hacer frente a ese aumento. El 30 de junio finalizó su contrato, pero no se han ido, sino que se han sumado a la estrategia clave del Sindicato de Inquilinas y de sus “bloques en lucha”: permanecer en la vivienda fuera de contrato, consignar el alquiler en los juzgados y “luchar para que el fondo acepte una negociación colectiva”.
“Sin mis vecinos y vecinas no voy a aceptar nada, no podría vivir tranquilo en mi casa, sabiendo que vosotros (sus vecinos) aún lo estáis pasando mal”
Sin embargo, Blackstone se niega a negociar, cuentan, y al igual a otras decenas de familias les daban elegir entre aceptar el nuevo alquiler o aceptar un desahucio. Después de la presión, el fondo ha aceptado dar a Antonio y Mari un año de margen para abandonar la vivienda, pero se niegan a aceptar una solución individual: “Sin mis vecinos y vecinas no voy a aceptar nada, no podría vivir tranquilo en mi casa, sabiendo que vosotros (sus vecinos) aún lo estáis pasando mal”, decía Antonio.
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El nuevo conflicto con Blackstone se hizo público el 3 de mayo y ahora afecta a cientos de familias, 80 de ellas organizadas en el Sindicato de Inquilinas y con nuevos “bloques en lucha” en Vallecas, Alcorcón, Aranjuez, Carabanchel y Hortaleza, todos ellos integrados en la campaña #NosQuedamos, que consiste en quedarse en las viviendas y no aceptar la subida del alquiler impuesta.
En Barcelona, la ocupación del hotel Ramblas Vincci estuvo coordinada por el Sindicat de Llogaters de Catalunya, la PAH y Raval Rebel, colectivo vecinal contra la especulación del barrio donde se ubica este negocio de Blackstone. Según denunciaba el Sindicat, más de 2.000 familias podrían perder sus hogares ante la negativa de Blackstones de renovar sus contratos.