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Tóxicos
La UE se salta su propio plan para reducir las sustancias nocivas en los productos cotidianos
Un análisis publicado por ClientEarth y la Oficina Europea de Medio Ambiente revela que la Unión Europea está incumpliendo sus propias normas y hoja de ruta para para eliminar los tóxicos más peligrosos de los productos de consumo. La responsabilidad recae, según los autores del informe, en la Comisión Europea por permitir “una regulación lenta y débil” y a la presión del lobby de la industria química.
El 25 de abril de 2022, hace exactamente un año, la Comisión Europea lanzaba una hoja de ruta para controlar y restringir el uso en productos de consumo cotidiano de las “sustancias más nocivas para la salud y el medio ambiente”.
Estas restricciones, declaró entonces el Comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius, “tienen como objetivo reducir la exposición de las personas y el medio ambiente a algunos de los productos químicos más dañinos, abordando una amplia gama de sus usos: industrial, profesional y en productos de consumo”. Esta hoja de ruta forma parte del Pacto Verde Europeo y de una revisión del reglamento de la Unión sobre productos tóxicos presentes en la vida diaria conocido como Reach.
La hoja de ruta también se proponía restringir el uso de los bisfenoles, presentes en un largo abanico de usos cotidianos, entre ellos los plásticos de las botellas de agua o el recubrimiento interior de latas de comida
En esta hoja de ruta, la Comisión prometía prohibir sustancias y mezclas químicas de uso cotidiano que contribuyen al aumento de la infertilidad humana a enfermedades graves y daños en el medio ambiente. Entre ellas, los retardantes de llama nocivos, presentes en numerosos productos textiles, plásticos y todo tipo de revestimientos, una sustancia relacionada con el desarrollo de diversos cánceres. La hoja de ruta también se proponía restringir el uso de los bisfenoles, presentes en un largo abanico de usos cotidianos, entre ellos los plásticos de las botellas de agua o el recubrimiento interior de latas de comida. El plan de la Comisión también incluía limitar el uso de las PFAS, más conocidas como “sustancias químicas eternas”, químicos extraordinariamente persistentes en el medio ambiente y en los cuerpos animales y humanos que “pueden provocar problemas de salud como daños hepáticos, enfermedad tiroides, obesidad, problemas de fertilidad y cáncer”, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Entre el resto de sustancias, señala Ecologistas en Acción, se encontraban miles de tóxicos que “todavía contaminan pañales, chupetes y otros productos de puericultura”. En total, la hoja de ruta planteaba prohibir hasta 7.000 sustancias químicas nocivas antes de 2030, algo que supondría, según esta organización, “un enorme avance respecto a las aproximadamente 2.000 que la UE, puntera en estas restricciones, ha regulado en los últimos 14 años”.
En esta hoja de ruta, la Comisión prometía prohibir sustancias y mezclas químicas de uso cotidiano que contribuyen al aumento de la infertilidad humana a enfermedades graves y daños en el medio ambiente
A pesar de este plan, el análisis publicado por ClientEarth y la Oficina Europea de Medio Ambiente demuestra que la Comisión ha “incumplido los compromisos” adquiridos. A pesar de que ha cumplido con lo previsto y ha presentado prohibiciones para 14 grupos de sustancias químicas, “solo dos de ellos son lo suficientemente fuertes y amplios como para impedir que se produzcan daños”. Otros 11 grupos, señala Ecologistas en Acción, cubren solo un pequeños número de de sustancias químicas o sus usos, “lo que permite que continúe la gran mayoría de la contaminación y sus impactos”.
Entre los fallos de la aplicación de la hoja de ruta, estas organizaciones señalan que solo está prevista restringir cinco de los 148 bisfenoles, “lo que deja sin controlar docenas de sustancias que perjudican a los seres humanos”. Según aclaran los autores del informe, la mayoría de los usos del “controvertido” Bisfenol A (BPA), utilizado en recubrimiento de plásticos alimenticios entre otros usos, va a continuar.
Otra “laguna legal”, señalan, va a permitir que los cazadores sigan disparando miles de toneladas de munición de plomo “altamente tóxica para el medio ambiente”. Otro de los problemas detectados es que la amenaza de sustancias químicas “muy graves” en pañales de bebé continuará “después de que la Comisión rechazara una prohibición, en contra del consejo de sus expertos”.
El estudio culpa, además de a la Comisión, al lobby de la industria química, que reaccionó con una “tormenta de protestas” contra los primeros borradores de la propuesta. Esto no quita responsabilidad, apuntan en el informe, a la Comisión Europea, responsable última de aplicar el plan que ella misma ha creado.
“Hemos sobrepasado los límites de la contaminación química. Nuestro medio ambiente, el agua potable, los alimentos, nuestros hogares incluyen volúmenes cada vez mayores de sustancias químicas sintéticas peligrosas”, dice Dolores Romano, de Ecologistas en Acción
Dolores Romano, subdirectora de política de sustancias químicas de la Oficina Europea de Medio Ambiente y miembro de Ecologistas en Acción, señala la urgencia de actuar contra la proliferación de sustancias tóxicas que nos rodean en el día a día: “Hemos sobrepasado los límites de la contaminación química. Nuestro medio ambiente, el agua potable, los alimentos, nuestros hogares incluyen volúmenes cada vez mayores de sustancias químicas sintéticas peligrosas relacionadas con alergias, enfermedades e infertilidad, tanto en los seres humanos como en el mundo natural. Europa tiene una visión inspiradora de un futuro sin tóxicos. ¿Son palabras vacías?”.