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Sanidad pública
El clamor por la Sanidad pública desborda Madrid y lanza una advertencia a Ayuso
La asistencia a la manifestación por la Sanidad Pública este domingo 13 de noviembre ha superado las previsiones de los colectivos convocantes y ha desbordado las calles de Madrid, fruto de una rebelión sanitaria contra las medidas privatizadoras del gobierno de Isabel Díaz Ayuso. La Delegación de Gobierno ha cifrado la asistencia en más de 200.000 personas, mientras que la organización eleva la cifra hasta las 670.000 personas.
La precipitada y caótica apertura de los nuevos Puntos de Atención Continuada (PAC) sin la plantilla suficiente, ya que se desplegaron 80 PAC con la plantilla de los 40 extintos Servicios de Atención Rural (SAR), ha provocado una huelga indefinida convocada por el sindicato médico AMYTS, a la que se suman los paros promovidos por los sindicatos SUMMAT y MATS para todo el personal de los PAC durante los fines de semana y las renuncias de facultativos. Al mismo tiempo la preocupación entre la ciudadanía escalaba hasta desborar las previsiones iniciales para la manifestación de este domingo.
A eso se suma el abandono de altos dirigentes de la Consejería de Sanidad al conocer los nuevos planes para las urgencias extrahospitalarias.
Todo esto explica la respuesta masiva de la ciudadanía este domingo. Pasadas las 12.30, salir de la estación de Atocha para dirigirse a la marcha era prácticamente imposible, informa Susana Albarrán, de El Salto Madrid. Las cuatro columnas que se dirigirían hacia Cibeles desde Nuevos Ministerios, Ópera, Hospital de la Princesa y Atocha han confluido en el Paseo del Prado demostrando la repulsa de las madrileñas y los madrileños a la gestión sanitaria de su presidenta.
Pañuelos blancos, consignas por la Sanidad pública y peticiones de dimisión a Ayuso han sido algunos de los mensajes. Antes de la lectura del manifiesto, ha habido un recuerdo especial para las personas mayores fallecidas en las residencias de la Comunidad de Madrid. “No son muertes, son asesinatos”, han coreados los asistentes para mostrar su indignación por los protocolos que se firmaron entre el 18 al 25 de marzo y que establecieron los criterios para que no se produjesen estos traslados en función de sus capacidades físicas o cognitivas. 7.291 mayores perecieron dentro de las residencias sin ser trasladados a un hospital.
Desde el escenario donde se han teñido las reivindicaciones, Lola Barquero ha recordado que las mujeres son quienes más cuidan y acompañan en las gestiones relacionadas con la salud. “El injusto reparto de las tareas de cuidado hace que las mujeres suframos las deficiencias de la atención primaria”, ha asegurado, para poner en valor el papel de la atención de cercanía que suponen los ambulatorios de atención primaria. Barquero ha recordado a todas las mujeres que hacen posible la Sanidad —celadoras, limpiadoras—, que comparten con muchas mujeres las consecuencias de la precariedad.
Después ha tomado la palabra Rebeca, una paciente de covid persistente. “Intentar recuperar la salud no puede depender de que tengas el dinero suficiente”, que en Madrid afecta a más de 200.000 personas, ha dicho, con hasta 200 síntomas diferentes que se cronifican y no tienen cura.
Antonio Cabrera, de CC OO, ha recordado que entre las consecuencias de la pandemia está la necesidad de una atención a la salud mental, frente a la falta de recursos y políticas adecuadas. Icíar Valero, trabajadora del Servicio de Atención Rural (SAR), ha descrito la situación de las urgencias rurales y ha sido muy crítica con el plan del Gobierno regional para implantar la teleasistencia.
La organización ha recordado a Mar Noguerol, médica expediéntada tras grabar un vídeo de una protesta en su centro de salud. También ha habido una advertencia ante la exclusión sanitaria a las personas migrantes: la Sanidad que ha reclamado la ciudadanía es universal y ninguna persona debe verse privada de ella.
“Esto es histórico”, ha asegurado la organización antes de dar por concluida la marcha dando paso a la Solfónica.