Pueblo gitano
Antigitanismo: memoria histórica y reparación

El 16 de mayo, Día de la Resistencia Romaní, se recuerda la noche de 1944 en la que las gitanas y gitanos confinados en la sección romaní de Auschwitz-Birkenau se enfrentaron a las SS para evitar ser gaseados. Pero el holocausto gitano de la Segunda Guerra Mundial no es el primer genocidio que diezma a este pueblo. Activistas apuntan a recuperar la memoria histórica del exterminio y la persecución para avanzar hacia la reparación. 

Grupo de niños romaníes internados en Lety.
Grupo de niños romaníes internados en Lety. Foto de la Academia de la Ciencias de la República Checa.
16 may 2019 06:00

Cuando el 16 de mayo de 1944 los 6.000 gitanos encerrados en el Zigeunerlager —la sección donde retenían a los prisioneros de esta etnia— del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau supieron que aquella noche serían gaseados, tomaron una determinación: evitarían a toda costa su exterminio. A tal fin se pertrecharon de todo lo que encontraron para preparar su levantamiento contra las SS y así, insurgiendo, lograron escapar.

No fue por mucho tiempo. Aunque menos conocido que el genocidio judío, el holocausto del pueblo gitano —al que se ha llamado Samudaripen o Porraimos— supuso la aniquilación de hasta 800.000 romaníes. De hecho, pocos meses después de aquel 16 de mayo, la noche del 2 de agosto de 1944, 4.000 gitanos murieron en las cámaras de gas del mismo Auschwitz-Birkenau por orden del comandante en jefe de las SS Heinrich Himmler. Aquella matanza se recuerda como “La noche de los gitanos”.

La persecución al pueblo gitano no es monopolio de los nazis. “El primer genocidio gitano que ocurre en la historia no es el de la segunda guerra mundial”, remarca Celia Montoya integrante de las organizaciones Rromani Pativ y Ververipén. Esta activista recuerda cómo casi dos siglos atrás, el 30 de julio de 1749, miles de gitanas y gitanos fueron capturados en la península, en un episodio que ha quedado registrado como “La gran redada” o “La prisión general de gitanos” y que supuso un salto adelante en un proceso iniciado dos siglos y medio atrás, cuando en 1499, bajo el reinado de los Reyes Católicos, se decretaron las primeras leyes contra el pueblo Roma. Así, aquel 30 de julio de 1749, relata Montoya, “decidieron que nos querían exterminar físicamente y borrarnos del mapa”. El Marqués de la Ensenada fue quien ordenó La gran redada, “un dirigente al que se estudia hoy en día en los libros de texto como el gran modernizador del estado español”, denuncia por su parte Cayetano Fernández de Kale Amenge. “Separaron a los niños mayores de siete años de sus madres, a quienes apresaron y aislaron con el fin de impedir la reproducción de nuestro pueblo. Mientras, los hombres fueron encadenados y forzados a trabajar levantando los puertos de Ferrol, Cartagena y la Carraca”, describe. Como los gitanos retenidos en Auschwitz-Birkenau, en aquella ocasión las mujeres se resistieron a los planes de exterminio, cuenta Montoya: “En Zaragoza, en el Palacio Pignatelli —que ahora curiosamente es la sede de la diputación— metieron presas a las mujeres y a los niños gitanos. Ellas hicieron una resistencia brutal con lo único que tenían que eran sus cuerpos y sus manos, se desnudaban para llevar al infierno a esos monjes que las tenían prisioneras”. El plan de exterminio del Marqués de la Ensenada continuó durante 14 años más, hasta que en 1563 se dictaminara la puesta en libertad de las gitanas y los gitanos presos. Fue la resistencia la que permitió que el pueblo gitano sobreviviera. Siglos después, los descendientes de aquellas personas cazadas y apresadas durante años aún pueden leer el nombre de quien planeó su extinción en las placas de las calles: “Imagínate la violencia simbólica: la sede del Consejo General del Poder Judicial está en la calle Marqués de la Ensenada”, denuncia Iñaki Vázquez, también de Rromani Pativ y Ververipén, “cada vez que se nos cita ahí porque tenemos interlocución para aclarar temas judiciales se nos revuelve el estómago”.Han pasado 75 años desde aquel 16 de mayo, 270 desde La gran redada y el antigitanismo sigue manifestándose en Europa y en España. Siguen frescas en la memoria propuestas como la del censo de gitanos de Salvini, o la gran deportación que Sarkozy puso en marcha en el 2010. Mientras, en los países del este, se escuchan discursos explícitamente antigitanos, como los que provienen del gobierno del Jobbik en Hungría, liderado por el actual presidente Viktor Orban. 

Sobre la inclusión

En España, durante las últimas décadas la cuestión gitana se ha abordado desde la óptica de la integración o la inclusión, con iniciativas lideradas durante mucho tiempo por organizaciones cuyas integrantes, o dirigentes, eran personas payas. Actualmente cada vez más gitanas y gitanos realizan este trabajo. “Las personas payas, con buena voluntad, pero que vienen de servicios sociales, tienen una mirada más caritativa. Siendo ellas quienes ejecutan, la mirada va a ser siempre una mirada paya, nosotros marcamos diferencia porque la junta es gitana aunque el equipo es mixto: somos 20 gitanas y 10 payos”, cuenta Isabel Giménez, trabajadora social e integrante de la Asociación Gitana por el Futuro de Gipuzkoa. Las actividades de esta organización van desde la lucha contra los prejuicios a la colaboración con servicios sociales. Respecto a estos últimos reconoce que “hay cierto control, no sé si esa es la palabra, entendemos que del mismo modo que la hay en la sociedad en general, hay una mirada muy acusada sobre las familias gitanas. Aquí muchas familias dependen de ayudas y la contraprestación es que servicios sociales hace un seguimiento muy exhaustivo”.

Para Iñaki Vázquez el marco de las políticas de inclusión tiene un trasfondo problemático: “Cuando hablan de incluirnos habría que pensar dónde quieren incluirnos. Quizás no nos queremos incluir e integrar ahí. Esa palabra lleva implícita una parte de pérdida de identidad y eso no lo queremos. Lo que sí que queremos es convivir y mezclarnos, intercambiar”. Más allá de lo erróneo del punto de partida, para este activista, este marco ha mostrado su ineficacia: “después de 40 años de políticas de integración la situación de los gitanos no ha cambiado sustancialmente, no en proporción a la cantidad de recursos públicos y esfuerzos realizados”, concluye este activista. “Son realidades complejas pero lo que atraviesa a esta situación es el antigitanismo, el racismo estructural antigitano”.

“Nosotros pensamos que la integración ha sido una ideología que ha servido a veces para controlar a nuestro pueblo, una zanahoria que pones delante del burro”
“Nosotros pensamos que la integración ha sido una ideología que ha servido a veces para controlar a nuestro pueblo”, apunta Fernández, “una zanahoria que pones delante del burro”. El problema para Kale Amenge es que la agenda, el camino, “siempre ha sido la agenda del payo, siempre se ha entendido que los gitanos teníamos un problema de adaptación”. Se habla de convivencia, se habla de integración, prosigue, pero “nadie habla de racismo, ni siquiera cuando hay una larga tradición de pogromo en el estado español”.

A la cuestión de la integración le sigue la de la representación. Para Montoya y Vázquez se trata de una cuestión clave: se preguntan por qué se destina más del 80% de los que se dedican al pueblo gitano a “una organización de la Iglesia Católica gobernada por un cura miembro de la Conferencia Episcopal” y que además, apuntalan, usa el dominio gitanos.org, circunstancia de fuerte carga simbólica. Pero también plantean que, aún habiendo cada vez más gitanos en las asociaciones, son pocas en las que estos ocupan espacios de toma de decisiones y de interlocución ante el poder: “En el Parlamento español, las Cortes llaman al presidente de esta gran organización para hablar en nombre de los gitanos pero los gitanos tenemos voz, tenemos voces diversas”, defiende Vázquez.

Como las voces de las personas que integran Kale Amenge, que ponen en el centro del debate lo que denominan antirracismo político —que apunta al racismo como estructura— frente al antirracismo moral —que presupondría que el racismo es algo no deseable que se supera con más educación. “Cuando formamos Kale Amenge lo hicimos con una dimensión política porque entendemos que el antigitanismo es un problema político y que necesitamos herramientas políticas para confrontarlo”, explica Fernández.

El colectivo parte de una doble frustración, la que sus integrantes sienten respecto al asociacionismo gitano que acaban identificando como una parte del sistema incapaz de generar un cambio y por otro lado, la que les queda tras su paso por organizaciones de la izquierda blanca: “Todos al final compartíamos esa frustración de ver que no se entendía realmente la lucha gitana, que la izquierda buscaba referencias en Palestina, en Chiapas que son luchas evidentemente muy loables en sí pero que eran incapaces de entender la violencia que se genera contra el pueblo gitano que en muchos casos está enfrente de su casa”, explica Fernández.

Una memoria histórica más amplia

Los activistas entrevistados proponen ensanchar el debate sobre la Memoria Histórica, pues hallan límites en su temporalidad y en su sujeto. Para empezar los represaliados durante la guerra civil y el franquismo también fueron gitanos, para continuar, el solo hecho de ser gitanos ya constituía un motivo de persecución. Así lo explica Montoya: “En el pueblo gitano había mucha gente con ideología revolucionaria republicana: hablo de mi abuelo que era sargento republicano y decidió coger las armas y defender a su familia, las mujeres gitanas durante la dictadura actuaban como mensajeras con la gente que estaba en el monte para llevarles comida”. Por otro lado estaban las leyes antigitanas, como la Ley de Vagos y Maleantes —que no solo perseguía a los calés, pero que les nombraba de manera explícita. “Mis abuelos me han contado”, explica Montoya, “que si un guardia civil durante el franquismo decidía que una familia tenía que irse de un pueblo, pues tenían que irse. Su palabra era ordeno y mando en ese momento en el que cualquiera que tuviese el más mínimo roce con alguien podría ver señalada a toda una familia”.
“Nuestra batalla por la memoria histórica es doble, pues se trata de decidir que se reconozca esa memoria histórica, pero también de criticar los marcos blancos donde se ha discutido, no para confrontar, pero sí para ampliarlos”
Fernández coincide con la izquierda blanca en la necesidad de que se afronte la memoria histórica del franquismo, pero en su opinión es necesario ir más allá. Considera que el antigitanismo constituye la identidad española desde 1499, cuando, por vía de las primeras leyes antigitanas, se obligó al pueblo romaní, que hasta entonces tenía libertad de movimiento y capacidad de autogobierno, a sedenterizarse y someterse a los Reyes Católicos, los mismos que expulsaron a judíos y musulmanes en la búsqueda de una identidad unitaria, al tiempo que invadían el continente americano.La invisibilización de la historia del pueblo gitano y del antigitanismo se pone de manifiesto en las escuelas e institutos: “Lo que se estudia es muy frustrante, una historia donde los gitanos no existimos, como tampoco se habla de la venta de esclavos negros aquí en España, ni de las barbaridades de la colonización”, denuncia Fernández. “Hay una batalla por delante respecto a la memoria histórica, pero nuestra batalla aquí es doble, pues se trata de conseguir que se reconozca esa memoria histórica, pero también de criticar los marcos blancos donde se ha discutido esta memoria, no para confrontar, pero sí para ampliarlos”.

Del reconocimiento a la reparación

El pasado 8 de abril  se conmemoró el Día Internacional del Pueblo Gitano. Ayuntamientos y otras administraciones se sumaron a los actos de conmemoración, luciendo banderas romaníes —como en Zamora— o iluminando el consistorio con los colores de la bandera —como se hizo en Madrid—. También se celebró la Ceremonia del Río en numerosas ciudades, un ritual de ofrenda en el que se depositan pétalos de flores en el agua en memoria de los ancestros perseguidos. Pocas semanas antes la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, promovió una petición institucional de perdón al pueblo gitano. Un año antes, el gobierno había reconocido sus símbolos: la bandera, el himno, y el día internacional del 8 de abril. Se diría que hay en marcha indicios de reparación simbólica.Si bien los activistas valoran positivamente estos gestos, urgen a ir más allá, lo que demandan es un auténtico “proceso de la verdad”: “Igual que se ha hecho con otros pueblos como con el pueblo judío, o en Sudáfrica tras el apartheid”, explica Vázquez:  “En este caso debería empezar con un proceso de reflexión no sólo hecho por personas gitanas, sino en general, en el que haya reconocimiento, por ejemplo, de las más de 200 leyes expresamente antigitanas que hubo en España,” propone. A partir de ahí, evaluar el daño hecho al pueblo y que las políticas públicas pivoten desde ese eje, para no centrarse solo en políticas contra la pobreza. Un ejemplo de política pública necesaria sería contribuir a la recuperación de la lengua, plantea Montoya: que en España se haya perdido el romanés “tiene que ver, no con una incapacidad nuestra, sino con que se prohibió hablar nuestra lengua bajo pena de cortar las orejas a quien lo hiciera”. Por todo esto, señala Vázquez, “trabajar lo simbólico es muy importante pero queremos políticas concretas de reparación: el tema de la lengua, el de la falta de referentes, quitar del nombre de las calles a quienes han sido nuestros verdugos, poder contar nuestra historia no solo a las gitanas y gitanos sino para que toda la población la conozca”.“El reconocimiento simbólico ayuda a sanar esa herida colonial del pueblo gitano. Pero lo simbólico debe ir acompañado de la materialidad”, opina por su parte Fernández. “¿Qué pasa con los beneficios económicos de esos puertos que están construidos sobre la sangre y el dolor de nuestros antepasados? También habría que hablar del fracaso del sistema educativo hacia el pueblo gitano y pensar cómo cambiar eso, que pasaría por la inclusión de nuestra historia y nuestra cultura como materia de estudio, de cuotas en las universidades, o de sistemas de becas que nos ayuden a remontar esas brechas”.

Racismo
Del eslogan a la pura realidad: el antigitanismo es siempre institucional

La realidad sangrante de la brutalidad policial en base al perfil racial/étnico está todavía velada en nuestro territorio a causa de siglos de tabú en torno al carácter represor de las fuerzas de seguridad del Estado.

En las elecciones generales del pasado 28 de abril, cuatro personas de etnia gitana accedieron a un escaño: Juan José Cortés del PP, Beatriz Carrillo del PSOE, Sara Giménez por parte de Ciudadanos e Ismael Cortés proveniente de En Comú. El dato es histórico, hasta ahora había sido testimonial la presencia de personas gitanas en las instituciones. Sin embargo, no está claro que una mayor presencia de gitanas y gitanos en el Congreso se traduzca automáticamente en avances en la lucha contra el antigitanismo y en la mejora de las condiciones de vida del pueblo gitano. 

De hecho, recuerda Vázquez, “hay gente que habla de cupos como los que ya existen en los países balcánicos —aunque la situación de los gitanos en esos países no ha cambiado mucho siendo incluso más dramática—, pero también hay otra que habla de una autonomía política gitana como una especie de parlamento gitano autonómico pero no territorial”. El problema viene de que un proyecto así implicaría tener un censo, algo que despierta muchas resistencias. “Es un debate que está absolutamente abierto, pero lo que sí que es cierto es que en una posible reforma constitucional o un proceso de repensar España el tema gitano tiene que estar encima de la mesa”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Pueblo gitano
Pueblo Gitano El caso de Daniel Jiménez, o cómo resistir al antigitanismo desde el derecho
En los últimos meses, la reapertura de los casos de Daniel Jiménez y Eleazar García, ambos fallecidos bajo custodia policial, han supuesto dos victorias en la lucha contra al antigitanismo en el ámbito judicial.
Pueblo gitano
Pueblo gitano Silvia Agüero y Nicolás Jiménez: “Hay que gitanizar a los anarquistas que se han burocratizado”
Son pareja en la vida, en la divulgación y en la tarea de gitanizar el mundo. Silvia Agüero y Nicolás Jiménez acaban de publicar '¿Anarquismo gitano?' para romper estereotipos y profundizar en la realidad de su pueblo.
En el margen
Celia Montoya x4 veces “Situarte ante la sociedad como gitano o gitana es un acto político que tiene consecuencias”
Actriz y divulgadora de la historia y la realidad del pueblo gitano, la activista antirracista Celia Montoya confabula contra el antigitanismo desde La Fragua Projects y el programa de Radio “Gitanos: Arte y cultura Rromaní”
#34316
17/5/2019 10:33

. si a ls payos se ns hub tratado siglos como a ls gichos estariamos como ellos
y ahora esos antigitanos deberian estar criticandose a si mismos + no tienen autocritica ninguna ni empatia a la realidad, solo saben dañar al mas debil socialmente

1780 cn la ilustracion en Espñ qeriendo eliminar racismo antigitano=integrarls
 s separarom muchos  menores d sus padres=se dieron a familias payas
 =ahora hay qe hablan incluso vasco
 Fue modo malo de intentar acabar cn el racismo anti-gitano
  paradogicamente cn + racismo

1
2
#34328
17/5/2019 13:12

Que sí, joder. Que el pueblo gitano ha sufrido atrocidades durante siglos, eso es cierto e incuestionable. Quien lo niege es una persona que debería morirse por el bien del planeta. Ahora bien, desde hace décadas el pueblo romaní ha podido vivir exactamente igual que el resto. Por otro lado, cuando leeremos un artículo sobre su cultura, sobre qué opinan sobre temas como la homosexualidad, la soltería femenina, las relaciones prematrimoniales, los matrimonios mixtos y cualquier otro tema de interés.

4
2
#34315
17/5/2019 10:33

INMIGRACION RACISMO "EXTRANGEROS" "GITANOS" "INMIGRANTES"
ANTIFAKE https://www.youtube.com/watch?v=sYklJn6xMsg
-
ISLAM ANTIFAKES
https://www.youtube.com/watch?v=7uJPiJ8UEO8

0
0
#34305
17/5/2019 0:23

Que si. Que todo esto está muy bien. Que esto es periodismo fácil. Decir lo que todos tus lectores quieren oír. Que lo que esperamos de vosotros, periodistas comprometidos y valientes, es que nos digáis como viven los colectivos más desfavorecidos del pueblo romaní dentro de su mismo pueblo: las mujeres, los homosexuales, los transexuales, las chicas que se quedan embarazadas y quieren abortar..... ¿O de eso no hay en ese pueblo tan bueno, tan igualitario, tan poco homofóbico, tan poco racista, tan integrador en su propio seno....? ....Ah. ¿que tenéis miedo?.....

8
4
#43992
2/12/2019 16:41

La opinión respecto a estos temas que planteas es igual de diversa que en cualquier sociedad o familia paya. No somos diferentes a vosotros y la ignorancia de ru comentario está llena de prejuicios pensando que somos "alienígenas" o que los gitanos vamos en oacks como las natillas y somos de pensamiento único y generalizado. No se si te has dado cuenta o ha sido intencionado, pero tu comentario es muy racista, cargado de prejuicios antigitanos, generalizaciones y estigmatización de un pueblo entero por simple y puro morbo payo! Desconocimiento y racismo histórico que parece os salga del subconsciente...

2
2
#44888
18/12/2019 23:19

Está tan cargado de generalizaciones como el artículo principal. Porque, la sociedad paya es mucho más diversa también.....

0
0
#57297
17/4/2020 7:18

Llamar a todos racistas x no pensar como uno, es una falacia. Siempre se hablan de prejuicios, pero todos pecamos de tener prejuicios contra algo o alguien por no entender o por no compartir su fe o cultura, en ambos sentidos. Aunque sin ser suficiente el Estado debe involucrarse mas en dar empleo directamente a las personas cales mas desfavorecidas. Para así evitar el rechazo de primera mano. Ahora la oportunidad de ir a la escuela y de educar mínimamente a los nenes, las hay, ya esta en uno si hacerlo o no. Por otra parte, la religión no ayuda mucho en lo de multiplicaos. Cuando no se tiene dinero, tener hijos pq Dios lo ha querido así es otra falacia y una irresponsabilidad de los padres, por permitir mas nacimientos, sin tener como mantenerlos. El control de natalidad de las culturas ancestrales y de fe, no lo tienen en cuenta. Y con respecto a los derechos LGTBI y de la mujer, reproductivo, sexual, autonomia economica, libertad en general, no todas, pero un gran porcentaje, no disfrutan de estos derechos ni libertades. Así q no es tan diversa, ni libre. Opto por la integración y los mismos derechos y oportunidades para las personas en general, ahora dar tanta importancia a la cultura o fe, no facilitan las cosas. Aquí hay diferentes etnias y culturas, con sus costumbre, creencias y no llevando siglos asentados, como la calé, se han integrado, sin problemas. Los conflictos vecinales, pueden existir en cualquier lugar, pero a nivel mundial, no se habla de otra cultura que en convivencia de tantos problemas. Y hay muchas minorías q conviven sin devastar barrios. Pero de esto no se habla, las asociaciones defensoras de gitanos, no se pronuncian, solo se centrar en culpar al exterior de todo, hasta de su propio patriarcado. Una cosa es ayudar a la integración laboral, para evitar marginalidad y otra es hacer responsable de las malas decisiones y del comportamiento de las personas, pq con ellos solo importa su cultura y fe... Y cuidado q eres racista por puntualizar el aspecto q se omite, el que la gente no quiere vivir con miedo a las represalias, de aquellos q imponen sus intereses y costumbres rompiendo la convivencia y degradando el entorno. Aquí mejor atacar q reconocer y denunciar a su propia gente.

0
0
#57299
17/4/2020 7:23

Lo ves, q uno no comparta ciertos hábitos nada progresistas, no significa q no existan. Lo q ha dicho el otro lector, no es mas q una visión q se da de la cultura, nada progresistas, enfrascada en el convencionalismo, mas ancestral. La religión tampoco ayuda, con el machismo y la homofobia q hay en ella. Pero cuidado, q sí no obvias lo q esta presente, eres un racista.

0
0
Elecciones
Elecciones europeas Derrota suave del PSOE en unas elecciones en las que la derecha obtiene la mayoría
PP, Vox y Se Acabó la Fiesta han obtenido conjuntamente 31 diputados, uno más que el bloque de la investidura de noviembre. El PSOE cae 2,6% puntos respecto a las elecciones de 2019.
Extrema derecha
Elecciones Europeas La extrema derecha escala posiciones en Europa y gana en Austria, Italia y Francia
El voto ultra crece en la Unión Europea y se convierte en la segunda opción favorita tras el grupo popular europeo. Uno de cada cuatro eurodiputados serán de extrema derecha.
Elecciones
Elecciones La fiesta de Alvise Pérez acaba de empezar (y se mantendrá alejada de los juzgados)
El agitador ultra alcanza su objetivo de conseguir el aforamiento judicial para entorpecer sus causas penales pendientes. En la actualidad, se enfrenta a dos procesos judiciales.
Elecciones
Elecciones Podemos supera a Sumar en Catalunya, pero pierde en el resto de territorios
Las fuerzas que en 2019 estaban bajo la marca Podemos IU han perdido más de 800.000 votos en estos cinco años. Sumar aguanta gracias a Compromís y gana a su rival con solvencia también en Andalucía y Asturias.
Unión Europea
Elecciones La antifascista italiana Ilaria Salis obtiene escaño y libertad, gracias a la inmunidad parlamentaria
Lleva 15 meses de encarcelamiento y arresto domiciliario tras ser acusada en Hungría de agresión y conspiración criminal por, supuestamente, atacar a manifestantes de extrema derecha durante una protesta neonazi.
Elecciones
Elecciones Europeas En las elecciones europeas gana la abstención
En España la abstención se sitúa en un 50,78% en estas elecciones europeas de 2024. En el conjunto de los países miembros, solo once superan el 50% en porcentaje de participación.
Unión Europea
Elecciones EH Bildu consigue ser la fuerza más votada en el País Vasco mientras el PNV se hunde y pierde el 51% de votos
El PSE fue el otro ganador de la noche, situándose como segunda fuerza política. Sumar supera ligeramente a Podemos y el espacio político de la izquierda confederal pierde la mitad de los votos de 2019.
Elecciones
Elecciones Europeas Los soberanismos de izquierda resisten y se imponen a una izquierda federal fracturada
La coalición de ERC, EH Bidlu, BNG y Ara Més aguantan la debacle de la izquierda catalana con el refuerzo del nacionalismo en Euskadi, Galicia e Islas Baleares. A pesar de perder 395.639 votos, mantendrán sus tres escaños en el Parlamento europeo.
Análisis
Análisis Alemania gira a la derecha
En un contexto europeo de ascenso de los partidos de extrema derecha, Alternativa por Alemania recaba el apoyo de un tercio del electorado de rentas bajas e incrementa su voto joven, mientras la coalición gobernante sufre un rapapolvo electoral.
Opinión
Opinión La ultraderecha está muy fuerte y todo mal
No se trata de no intentar entender, se trata de que entender no paralice. No convertir los afinados diagnósticos en el sudario de cualquier energía política.

Últimas

Europa
Elecciones Europeas Juanma Moreno, el yerno perfecto, quiere saber alemán
El PP gana por primera vez las elecciones europeas en Andalucía, un territorio donde más de la mitad del censo electoral no ha ido a votar este domingo y una de las regiones europeas donde reinan las políticas de sacrificio.
Crisis climática
Lavado de imagen Ecologistas, librerías, autores y dinosaurios critican el patrocinio de Repsol en la Feria del Libro
Una campaña denuncia la doble cara de Repsol en la Feria del Libro de Madrid, donde se presenta como proveedor de energía renovable mientras sigue siendo la empresa más contaminante de España.
Israel
Crisis de gobierno en Israel Gantz sale del Gobierno de Netanyahu, el genocidio sigue
Las grietas en el gobierno de guerra de Netanyahu no comprometen la continuidad de la campaña contra Gaza, espoleada por el reciente rescate de tres de los cautivos israelís en medio de un baño de sangre en el campo de refugiados de Nuseirat.
Sidecar
Sidecar Lituania en tiempos de guerra
Mientras el gobierno lituano da la bienvenida a una presencia militar alemana «permanente» en el suelo nacional, sigue erosionando el sentimiento de soberanía que muchos lituanos ansían.
Palestina
Genocidio Antisemita: ¿persona que denuncia un genocidio?
Respuesta de una integrante de la Acampada de Barcelona a José María Asencio Gallego, que el 16 de mayo publicó en el diario 'La Vanguardia' el artículo “Antisemitismo en los campus”.
Más noticias
Palestina
Genocidio Israel mata a más de 200 personas para liberar a cuatro rehenes
El Estado sionista prosigue con el genocidio en Gaza, atacando campos de refugiados en el centro de la Franja y colapsando hospitales. Tras ocho meses de genocidio, solo hay 15 centros sanitarios parcialmente activos y cinco de campaña.
Artes escénicas
Artes escénicas Las violaciones de Lucrecia: el legado del #MeToo en el teatro
Cuatro siglos después, Lucrecia responde a Shakespeare no con refinadas rimas reales, sino con la dura prosa del testimonio escénico. En el teatro se multiplican las Lucrecias de carne y hueso que cuentan su historia en todos los formatos posibles.
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
30 años del levantamiento del EZLN Los retos del zapatismo hoy: cárteles, gobierno y militarización
En el tercer artículo de la serie de “30 años del levantamiento del EZLN”, el autor hace un recuento de la extraordinaria militarización de Chiapas y de cómo la narcoviolencia se hizo presente en este Estado del sureste mexicano
Sidecar
Sidecar Mauritania, Mali: guerra y crisis de refugiados en el Sahel
En los últimos meses las tensiones internacionales en Mauritania han amenazado con desbordarse. El origen de las mismas es el colapso de la indisputada hegemonía occidental en el Sahel.

Recomendadas

Estados Unidos
Keeanga-Yamahtta Taylor “La vivienda es un tema extremadamente político”
La profesora universitaria Keeanga-Yamahtta Taylor considera que la falta de una regulación eficaz en materia de vivienda en Estados Unidos obedece a la gran influencia del capital privado en las decisiones del gobierno.
Lobbies
Lobbies Atlas Network, el think tank ultraliberal que gana terreno en la UE de la mano de la agenda anticlimática
Una investigación de un laboratorio de control corporativo francés revela que una poderosa asociación global de lobistas libertarios empieza a abrir puertas en la UE en el afán de retroceder la justicia social y las políticas ambientales.
Entrevista La Poderío
Bethlehem Habboob “Es fundamental llevar el boicot a Israel a lo académico”
Bethlehem Habboob es una activista andaluzo-palestina. Junto al estudiantado, y gracias a las movilizaciones contra el genocidio del pueblo palestino en Gaza, han conseguido que la Universidad de Granada rompa sus relaciones académicas con Israel.
Ecología
Ecologismo Las dos caras de Teresa Ribera
La vicepresidenta tercera del Gobierno es la número uno en la papeleta del PSOE para las elecciones europeas.