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Países Bajos
El Gobierno de Países Bajos presenta su dimisión tras un escándalo masivo de criminalización de la pobreza
El caso ya le ha costado el puesto y la candidatura al líder del partido Laborista de los Países Bajos, Lodewijk Asscher, y hoy viernes al Gobierno de Mark Rutte. Los medios neerlandeses dan por hecho, a las 13:30h del 15 de enero, que Rutte presentará la dimisión de su gabinete al rey Willem-Alexander.
Durante el viernes, el Gobierno ha discutido si debe dimitir al completo o esperar a las elecciones generales de marzo, en las que el escándalo seguirá resonando. Dimiten, aunque continuarán como Gobierno en funciones hasta las generales.
Los hechos tuvieron lugar en la legislatura anterior, entre 2012 y 2017, cuando 20.000 familias fueron requeridas por el Fisco holandés por presunto fraude. Se trataba de hogares que recibían subsidios del Estado. Hoy se sabe que la hacienda neerlandesa los acusó sin pruebas, los hizo devolver las cantidades recibidas y los persiguió judicialmente. En varios casos esto tuvo consecuencias como la bancarrota de los hogares o la pérdida de sus domicilios.
A los hogares beneficiarios de ayudas, se les consideró delincuentes por meros defectos de forma en la cumplimentación de requisitos administrativos
El Defensor del Pueblo denunció que la acción de Hacienda puso a las familias en una situación “imposible” y atentó contra los derechos de la infancia. Un grupo de familias, víctimas de estas decisiones, han impulsado una denuncia colectiva contra cinco responsables políticos del caso.
Este caso de “guerra contra el pobre” salió a la luz a mediados de diciembre. Un informe de una comisión parlamentaria, titulado Injusticia sin precedentes, estableció que se había seguido a rajatabla una serie de consignas que vulneraron el amparo legal de los hogares beneficiarios de ayudas, a quienes se consideró delincuentes por meros defectos de forma en la cumplimentación de requisitos administrativos.
El informe señaló al actual primer ministro Mark Rutte, del Partido Popular por la Libertad y la Democracia, y los ex miembros del gobierno del gabinete anterior Lodewijk Asscher y Eric Wiebes, entonces ministro de Finanzas y hoy ministro de Asuntos Económico.
Las consecuencias económicas del escándalo alcanzan ya los 500 millones de euros en compensaciones, pero las consecuencias políticas amenazan con alterar a un Gobierno, el de Rutte, que anunció que quería seguir en el cargo para luchar contra la pandemia del covid-19. No dependía solo de su voluntad, sino también de la de sus tres socios en el Gobierno de Coalición, que temen verse arrastrados por el impacto que el caso pueda tener en las próximas semanas.
La dimisión en bloque está destinada a evitar una moción de confianza y el consiguiente rapapolvo parlamentario: el martes se discutirá el informe de la comisión parlamentaria.
El caso de “guerra contra los pobres” paradójicamente puede beneficiar al Partido de la Libertad (PVV), de extrema derecha, que se sitúa como segunda fuerza más votada en los sondeos
El líder laborista, Asscher, ha dimitido ya que ocupaba entonces el cargo de Asuntos Sociales. “Sí, fui ministro de Asuntos Sociales durante la anterior gran crisis que enfrentó nuestro país. No, no sabía que la Autoridad Tributaria inició una caza injusta de miles de familias”, ha declarado el exministro.
Pese al escándalo, el mapa electoral de uno de los países autodenominados “frugales” no aporta grandes cambios sobre la situación actual. El Partido Popular por la Libertad y la Democracia, especialmente beligerante en las discusiones de la pasada primavera sobre los fondos de apoyo europeos, aumentaría sus apoyos en las elecciones de marzo, aunque no opta a una mayoría absoluta, que es especialmente cara en el caso neerlandés. El caso de “guerra contra los pobres” paradójicamente puede beneficiar al Partido de la Libertad (PVV), de extrema derecha, que se sitúa como segunda fuerza más votada en los sondeos.
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Os imagináis que aquí, no sé, por poner un ejemplo reciente, dimitiese el gobierno de coalición (o ya no todo el gobierno, con Escrivá me conformo) por rechazarle y retrasar, indefinidamente e injustamente, el Ingreso Mínimo Vital, a casi un millón de personas que lo necesitan para vivir urgentemente?
En los Países Bajos, aparentemente, dimite el gobierno entero por pedirle los pagos de vuelta a veinte mil personas. Aquí podrían fusilar a veinte mil personas tranquilamente, y como mucho dimitiría la de la limpieza por no fregar bien la sangre del paredón. Diría algo tipo "país de pandereta" pero tengo miedo a que venga Escrivá a preguntarme cuántas panderetas toqué en 2019.
Este asunto huele a clasismo, racismo y xenofobia que apesta.¿Fue culpa de los funcionarios o de los políticos o de ambos? Lo mejor es que han subsanado el problema de los perjudicados.