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Medio ambiente
Varios ecologistas taponan los vertidos contaminantes de una mina gallega que autorizó la Xunta
La Xunta no está ni se la espera. Ante la falta de respuesta del Gobierno gallego a las demandas de la sociedad civil de las Rías Baixas, Ecoloxistas en Acción ha taponado una tubería de vertidos contaminantes de la mina de San Finx (Lousame, A Coruña), propiedad de la multinacional australiana Pivotal Metals. Una tubería por la que la explotación minera vierte de forma constante aguas contaminadas con altas concentraciones de cadmio, cobre y zinc. Un atentado medioambiental que se produce a tan sólo 7 kilómetros de la ría de Muros y Noia y el Lugar de Importancia Comunitaria del Esteiro do Tambre, en Rede Natura 2000.
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Una docena de activistas han llevado a cabo una acción este jueves adentrándose en las instalaciones mineras para colocar un gran corcho en la canalización de rebose de la balsa de decantación final. Uno de los últimos pasos desde donde el agua de los vertidos ya se mezcla con la del río. Una balsa que, denuncian, “fue construida ilegalmente sobre el lecho del río, y a la que van a parar tanto los achiques de mina procedentes, por gravedad, del interior de la mina, como las aguas en contacto con las escombreras de residuos”.
“Con esta acción, la organización ecologista queremos alertar, no sólo sobre la contaminación actual, sino también sobre la contaminación que se avecina con la nueva autorización de vertido otorgada por la Xunta. Una autorización con la que la empresa minera podrá verter por este mismo tubo casi 1.000 millones de litros anuales de residuos mineros, con alta concentración de metales pesados, procedentes de las plantas de mina hasta ahora inundadas”, señala Xoán Evans, portavoz de Ecoloxistas en Acción.
Ecologistas en Acción y otras decenas de colectivos ambientalistas y también todas las cofradías de pescadores señalan a la Xunta para que “esta misma semana revoque de inmediato la autorización de vertido”. “La propia empresa ha anunciado ante la bolsa australiana que no dispone de financiación para acometer las obras previstas y, mucho menos, para asumir las consecuencias de un potencial desastre multimillonario”, reclaman.
La organización ecologista subraya que, a tan sólo 7 kilómetros aguas abajo, más de 10.000 puestos de trabajo dependen directa o indirectamente del marisqueo en la ría, ahora amenazados por una mina que apenas promete 12 empleos según su proyecto de explotación. Las cofradías, que encabezan una plataforma comarcal contra los vertidos, han convocado una gran movilización de protesta en las minas este sábado 8 a las 11:00.