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El 15 de marzo de 2018 fue un día soleado. Mame Mbaye tomó su mercancía animado por un amigo. Fueron al centro, a esas calles transitadas por turistas y gente de paso que de vez en cuando compra a los vendedores ambulantes permitiéndoles sumar algunos euros. Estuvo en la Puerta del Sol, alerta, ante la eventual llegada de la policía municipal. Cuando vieron a los agentes aparecer con las motos, salieron corriendo, según narró poco después el amigo que le acompañaba a El Salto. Los agentes salieron detrás.
Poco después el cuerpo de Mame Mbaye se desvanecía en la calle del Oso, en Lavapiés. Su corazón se había detenido. Llegado a España doce años atrás, Mbaye nunca había conseguido regularizar su situación, quedándole como último recurso la manta. “No puedo más”, cuentan que dijo, sin aliento, mientras huía de la policía.
El amigo que acompañaba a Mame intentó socorrerlo junto a otras personas. Al llegar la policía, lo apartaron. Durante dos horas les mantuvieron sin noticias sobre su situación hasta que se enteraron por las redes. Mame había sufrido un paro cardíaco. Decenas de manteros empiezan a congregarse, la tensión y la rabia van en aumento. Cuando las fuerzas de seguridad se llevaban el cuerpo del senegalés, la rabia se traduce en botellas volando y enfrentamientos.“Un mantero de 35 años y origen subsahariano ha fallecido esta tarde de una parada cardiorrespiratoria en el corazón del madrileño barrio de Lavapiés en circunstancias que todavía se investigan debido a las diferentes versiones sobre los hechos transmitidas”, anunciaba la agencia Europa Press horas después de la muerte de Mame en una nota de prensa que adelantaba la confusión. En la misma se apuntaba a fuentes policiales contrapuestas: unas, negaban la persecución, versión que defendía el Ayuntamiento. Otras, admitían una persecución que habría arrancado cerca de la Plaza Mayor.
A pesar de los testimonios de los testigos que hablaban de persecución policial, y de datos del Samur que respaldarían este hipótesis, los diarios digitales abrazaron la tesis de la “muerte fortuita” cargando contra quienes protagonizaron las protestas, y contra Podemos. El relato sobre la muerte de Mame ya era objeto de disputa. La batalla del sentido empezó a ejercerse con otras armas. Sindicatos policiales reaccionarían acusando a los críticos. Tanto el portavoz del Sindicato de Manteros, Malick Gueye como la concejala de Ahora Madrid, Rommy Arce enfrentan procesos judiciales por calumnias e injurias, tras haber señalado públicamente racismo institucional en la actuación de la policía.Los compañeros del Sindicato de Manteros, convocaron al día siguiente, 16 de marzo, una concentración en la Plaza Nelson Mandela. Una marcha recorrió Lavapiés haciendo un homenaje a Mbaye en la calle donde falleció, que era la misma donde había residido. En Barcelona o Pamplona se sucedieron manifestaciones en memoria del mantero.El día 20, en rueda de prensa, desde el Sindicato ratificaron la persecución policial que precedió a la muerte de Mame Mbaye, frente a las versiones difundidas por la prensa y las declaraciones contradictorias del concejal Javier Barbero. Recordaron que la muerte de Mame Mbaye, se daba en un marco de recrudecimiento de la presión policial sobre los vendedores ambulantes, perseguidos con frecuencia y despojados de sus mercancías. Dos días después, el concejal de Seguridad Javier Barbero, reconocía que había habido persecución policial.“El racismo institucional condena a la explotación, exclusión, invisibilidad, criminalización”, rezaban los carteles con los que, el Sindicato de Manteros de Madrid empapeló la ciudad a finales de 2017. La muerte de Mame Mbaye se ha convertido en un símbolo de los efectos de este racismo, un hecho traumáticoque espoleó al movimiento antirracista. También en Barcelona, con la ocupación de la escuela Massana por parte de colectivos antirracista, Mame poblaba los discursos de quienes denunciaban las consecuencias de la Ley de Extranjería o la penalización de la manta.
Hoy, 15 de marzo a las 18h, el Sindicato de Manteros ha convocado una concentración en memoria de Mame Mbaye. Hace dos días, lanzaron una campaña en redes en su recuerdo #MameNoOlvidamos, con la que llamaban al acto de esta tarde.Algunas de las respuestas al tweet de los manteros y a otras de las publicaciones que hacen a través de las redes sociales, son una radiografía del racismo social en el Estado. A 12 meses de la muerte de Mame, los discursos de la derecha se han recrudecido y la figura del mantero se presenta como uno de los sujetos más expuestos a un sentido común xenófobo y anti-inmigrante en expansión. En este contexto, y con Mame Mbaye en el recuerdo, desde el Sindicato de Manteros volverán a Lavapiés para exigir el fin del racismo institucional y recordar que sobrevivir no es delito.#MameNoOlvidamos y por ello salimos este viernes en tu memoria para denunciar el #RacismoInstitucional que mata, que nos asfixia a diario a los manteros con leyes racistas como la #LeyDeExtranjeria y con la persecución y la violencia policial, día tras día. pic.twitter.com/JRrcWLk4Mo
— Sindicato de Manteros de Madrid (@sindmaterosM) 13 de marzo de 2019
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Es increíble como tiempo después se sigue con el dilema de la persecución policial , es una tragedia el fallecimiento de una persona siempre lo es , pero no hubo persecución, pero si dos personas intentando devolverle la vida a otra sin cesar durante 35 minutos , hasta que llegaron los equipos sanitarios , samur certificó la muerte natural de esta persona y no al contrario, por mi parte todo mi apoyo a esas dos personas que intentaron salvar a otra .
Es compatible perseguir a alguien, que le de un infarto y luego hacerle respiración asistida. Sí hubo persecución policial.
Respeto tu opinión , pero hay que ser justo , esos policías pasaron por ahí, dicho por todos los testigos y hasta por la persona que lo acompañaba, la verdad es una , las interpretaciones guiadas por la falta de objetividad y por simplemente malestar hacia el gremio policial .
Luego se quejan de la manipulación de los medios del grupo Prisa y de las fake news, cuando estos de El Salto hacen lo mismo o peor.