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Maltrato animal
No son juguetes
En el resplandor de la Navidad, en muchos hogares es común recibir como “regalo” la llegada de una mascota. Sin embargo, es frecuente que para estos animales esto solo sea el comienzo de una historia de abandono. Después de las celebraciones, los refugios —ya habitualmente saturados—, reciben el impacto de una ola de mascotas abandonadas, una realidad cruda que ilustra una problemática globalmente subestimada: el abandono animal.
España ya se ha consolidado como líder a nivel europeo en este ámbito. Según cifras reveladas por el Estudio de Abandono y Adopción de la Fundación Affinity, alrededor de 300 mil animales son rescatados anualmente. Las razones mencionadas por profesionales suelen ser el cambio de trabajo o domicilio, una mala previsión económica. En términos generales, una falta de concienciación civil. De los datos proporcionados por el estudio en 2023 de Fundación Affinity, solo la mitad de los animales abandonados logran encontrar un hogar.
Hay que tener en consideración que estos datos sólo muestran los animales “contabilizados” por los centros, es decir, se estima que otros muchos miles acaban teniendo un destino similar en centros más pequeños que no se tuvieron en consideración, o encontraron un lugar donde consiguen periódicamente los recursos básicos. La situación, así, se convierte en un reto tanto para los refugios como las organizaciones de rescate, pues abastecer semejante cantidad de animales no es una tarea fácil.
Sobre quienes enfrentan el problema
En el frente del conflicto están aquellas personas que cooperan y luchan para conseguir que menos animales tengan que pasar por esta situación. Personas voluntarias, trabajadoras de los centros o equipos veterinarios están en primera línea para cumplir una misión: rescatar, rehabilitar y encontrar hogares o espacios en los que los animales estén a salvo.
No obstante, en el trabajo se presentan ciertas dificultades, como la falta de recursos consecuente de la dependencia de las donaciones, o el excesivo volumen de trabajo causado por la corta relación entre la cantidad de animales a tratar y la cantidad de personal cualificado.
Para un problema de tal magnitud son necesarias multitud de personas, de profesionales en diversas áreas sociales, veterinarias, animalistas. Personas que trabajan activamente, que contribuyen a crear una sociedad más compasiva. En su conjunto, forman una cadena que agiliza mucho los procesos de rehabilitación y el encuentro de un nuevo hogar.
Los voluntarios y voluntarias que colaboran con las fundaciones de animales juegan un papel crucial tanto en la mejora de su bienestar como de su confianza. Dando paseos, jugando y pasando tiempo con ellos, ayudando a que vuelvan a socializar y se familiaricen con el nuevo entorno y con las personas, ya que, irremediablemente, en sus situaciones los traumas generados por el abandono usualmente los disocia del contacto con los demás.
Estas personas resultan ser también valiosos informadores para los trabajadores de la fundación. A través de un seguimiento constante, comunican observaciones e ideas sobre su comportamiento, sus preferencias y necesidades. Esta retroalimentación se convierte en un recurso fundamental para el personal de los centros, permitiéndoles comprender y abordar mejor los requisitos individuales de cada animal para posteriormente dar las indicaciones más precisas para quien lo adopte.
Actualmente en España hay más de 600 protectoras animales, de las cuales alrededor de un 45% son públicas y 55% privadas, aunque tres de cada cuatro protectoras privadas tiene convenio con algún ayuntamiento o entidad pública. De media, tienen cuatro empleados en contrato, enfatizando la importancia del rol de las personas voluntarias, que ejercen una gran parte de las actividades requeridas en los centros.
En cuanto a financiación, el peso principal proviene de las aportaciones de socios y socias. Lamentablemente, los recursos no son suficientes y conllevan a la limitación de las capacidades de servicios que se pueden ofrecer. Es usual crear campañas de mecenazgo a través de eventos y redes para dar visibilidad a la problemática y tratar de captar más aportaciones por parte de las personas.
La ley del bienestar animal
Estas han sido las primeras fiestas de Navidad después de la reciente actualización de la ley de bienestar animal, que tiene como objetivo asegurar cero maltrato y erradicar el abandono, promoviendo la responsabilidad de tenencia y adopción. La ley pasa a considerar animales de compañía sólo a perros, gatos y hurones, y las especies silvestres que estén incluidas en el Listado positivo de animales de compañía, como las aves de cetrería y los animales de acuariofilia no incluidos en el catálogo de especies exóticas invasoras ni de especies silvestres protegidas.
Se establecen, además, varias obligaciones para los dueños de mascotas. Estas incluyen la identificación mediante microchip para perros, gatos y hurones, así como el anillado para aves; además, bajo ningún caso se pueden dejar sin atención por más de tres días, o en el caso de perros, por más de 24 horas seguidas.
También se requiere registrar la baja de mascotas fallecidas con la documentación correspondiente. Se insta a proveer cuidados sanitarios y reconocimientos veterinarios periódicos, aunque sus detalles aún están por definirse. La esterilización es obligatoria para gatos antes de los seis meses, excepto para los inscritos como reproductores. Se deberá hacer un curso obligatorio de formación para tenencia de perros, aunque aún no está completamente definido. Asimismo, se prevé la obligatoriedad de mantener un seguro de responsabilidad civil para cubrir daños a terceros durante toda la vida del animal. La ley prohíbe explícitamente el sacrificio, de forma que la eutanasia solo se permite bajo criterio y control veterinario.
Un futuro más responsable
Al plantear una adopción, se debería tomar en cuenta una atención emocional a la vista de, como mínimo, 15 años (evitando dejarlas solas periodos largos, teniendo tiempo para sacarlas a pasear, etcétera) y también hacer un estudio de previsión económica para este tiempo para cubrir los recursos básicos como alimentación y otros cuidados, así como los gastos médicos veterinarios en caso de enfermedad o accidente, sumado al seguro.
Cabe mencionar también que, aún habiendo tantos miles de casos de abandono, el hecho de que existan tantas fundaciones, organizaciones y voluntarios dedicando su tiempo a rescatar y cuidar a quienes sí sufrieron el problema muestra una lucha vigente, sirviendo de ejemplo para la solución de un problema que tiene las raíces en una mejor educación sobre nuestro impacto en los animales salvajes. En un sentido más amplio, gracias a este trabajo, en un futuro cercano se llegaría a un cambio cultural en la forma en que vemos a los animales: en su amor incondicional residen muchos de los valores fundamentales de lo que concebimos por humanidad.
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Desde la atalaya de la vida ( soy mas viejo que la brillantina ) he visto la evolución de lo que hoy de ha dado en llamar tener una mascota, osease tener un perro u otro vicho en casa, en los años sesenta los perros eran perseguidos porque dificilmente eran mascotas ( poca gente podía pagar la comida de un can ) estaban en la calle asilvestrados y con mucho parasito y enfermedades, hoy y desde hace rato tenemos encima la moda de tener mascota y quien no tiene dos tiene tres canes en pisos de 50 m2, hay que ser muy pero que muy limpio para vivir en esas condiciones o tener claro que te gusta sobre todo vivir en una perrera, modas que tarde o temprano pasarán aunque mientrás haya gente que le guste tanto vivir con los chuchos que no ve problema en dejarlos solos varias horas e incluso días sin agua o comida o se los suelte en cualquier lugar huyendo de ellos aunque los animales sufran el desarraigo familiar, al fin y al cabo cuando recgemos una mascota la integramos en nuestra familia, pero claro tener un chucho u otro vicho conlleva muchas pero muchas responsabilidades y no todos los que tienen mascotas la acaban aceptando ( las responsabilidades )
Vuelvo a resaltar lo siguiente: la mera existencia de nuestras mascotas requiere el sacrificio, la muerte de otros miles de animales resultan ser su alimento. Más aún cuando hay un exceso de ellas, como es el caso. Insisto también en que la abundancia artificiosa de gatos, animales depredadores, aparte de su pienso diario, conlleva la caza por su parte de otros animales "inocentes" en unas cantidades muy altas. De hecho, en Canarias se ha llegado a poner sobre la mesa la posibilidad de acabar con los gatos, animal aló tono, por el elevado coste ambiental acarrean debido a la caza de miles de animales propios del territorio.
Como no me danla cabeza y el tiempo para análisis sesudos, lanzaré "soflamas" varias cuál francotirador.
A los animales hay que respetarlos, cuidarlos, y, si es imprescindible, darles una muerte indolora y digna. Vivimos en una sociedad estúpida con exceso de mascotas que cubren buenas cuotas de soledad. Ésto es respetable siempre que no idiotizemos a los animales humanizándolos como si fueran personas. Por circunstancias laborales, puedo decir que la inmensa mayoría de personas dueñas de perros, no cumplen alguna o varias normas con mucha habitualidad. Perros sueltos, cacas anónimas, ausencia de bozal en los casos obligatorios, etc. Loss refugios de animales, bienvenidos sean, consumen toneladas de piensos de origen animal para alimentar las mascotas desechadas por el consumismo mascotil. El reconocimiento de algunos derechos lleven a su mejor trato y situación no debe llevarnos al gilipollismo. Los gatos también tienen lo suyo. Hay estudios ambientales que les responsabilizan de la muerte de decenas de miles de animales salvajes, aves, reptiles y pequeños mamíferos, sobretodo, en este país, especialmente en Canarias, querida Sirianta.
Las palomas urbanas Dan más problemas que beneficios. La mayor parte del estupidismobmascotil, se da en las ciudades, lugares con poca cultura de la Naturaleza. Para terminar, es que me canso, en mi opinión se deberían sacrificar de forma indolora, muchos de los animales que refiero.
Pues también creo que hay demasiadas mascotas y que la gran mayoría no recibe un trato adecuado. Por eso todo perro o gato que viene a vivir a mi casa es esterilizado. Ellos ya están aquí en este planeta, pero no procrearán para dar lugar a más animales abandonados.
Lo de la eutanasia a animales sanos... ¡Uf! Mi postura es totalmente opuesta, por supuesto. Intento liberarme a mí misma del especismo en lo que me es posible.
¡Feliz noche!
En mi casa vivimos tres humanos, dos gatos y un podenco canario. He tenido mascotas toda mi vida y no imagino mi vida sin ellas. Es una suerte que mi marido tenga un poco más de sentido común que yo, menos impulsividad, porque mi deseo de adoptar me llevaría sin duda a abarcar más de lo que puedo y no es justo llevar a un ser a tu casa si no puedes darle todo lo que necesita.
Apoyo todas las medidas punitivas que penalicen el maltrato animal, especialmente a los cazadores, que es la cuestión que me toca más de cerca.