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784.000 mujeres trabajan en España bajo la perfecta fórmula de la precariedad: con un contrato temporal y con jornada a tiempo parcial. Se trata de una combinación de elementos que ha crecido significativamente desde la aprobación de la reforma laboral en 2012, cuando había cien mil mujeres menos en esa situación. Hoy, nueve de cada diez contratos que se firman son temporales, y la combinación entre jornada parcial y contrato temporal supone un 11% de todos los contratos que se firman en el país.
Según el informe “Mujeres en el mercado de trabajo, Mujeres pensionistas y mujeres migrantes en el siglo XXI”, publicado el pasado viernes por el Ministerio de Trabajo, una de cada cuatro mujeres ocupadas tiene contratos a tiempo parcial. Es una cifra inferior a las de la media de la Unión Europea, pero con una salvedad definitiva, en España más de la mitad de las mujeres que trabajan en jornada parcial no desean hacerlo. Son un millón de trabajadoras.
Se trata de uno de los capítulos en los que la brecha de género es más ancha: hay hasta un 18% de diferencia entre la tasa de parcialidad de hombres y mujeres. De hecho, el tres de cada cuatro personas con contratos a tiempo parcial es mujer. Son casi dos millones de mujeres en esa situación, la cifra más alta alcanzada en toda la historia.
Entre el conjunto de población ocupada a tiempo parcial, un 22,3% de mujeres —482.300— ha optado voluntariamente por ese modelo de jornada para ocuparse del cuidado de personas dependientes o por otras obligaciones. La jornada parcial por esas causas la copan las mujeres en un 94,7%.
El Ministerio reconoce que la brecha entre mujeres y hombres en la combinación de precariedades que supone la contratación temporal con la jornada parcial solo se ha reducido por el empeoramiento de las condiciones de los asalariados masculinos. A finales de 2018, una de cada diez mujeres se encontraba en esa situación de empleo “de peor calidad”. Entre los hombres, solo el 4,6% encadena temporalidad y jornada parcial. Aunque durante los años centrales de la crisis, entre 2008 y 2012, la fórmula de la precariedad creció más entre los varones, después de la reforma laboral la balanza ha seguido inclinándose: en la actualidad, dos de cada tres de estos empleos los ocupan mujeres.
Uno de los elementos que destaca el Gobierno es que su plan Director por un Trabajo Digno ha conseguido algún resultado en la persecución de jornadas a tiempo completo camufladas de jornadas parciales. Así, el Ministerio cifra en 5.212 los contratos que han visto la jornada revisada al alza tras la intervención de las inspecciones de trabajo. Esto ha tenido especial interés en las acciones en empleo de hogar, actividades sanitarias y Educación, donde la práctica totalidad de contratos revisados a supuesto una mejora para las condiciones de contratación de mujeres.
Pero las cifras palidecen ante el aumento de la combinación de ambos factores: tres de cada diez contratos temporales se firman en condiciones de parcialidad, y en contratos indefinidos, la cifra asciende al 40%. Esta doble circunstancia favorece que un 40% de las mujeres trabajadoras en los escalones más bajos de la estructura salarial.
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En el Aeropuerto de Málaga existe discriminación en todoas las contrataciones los hombres tienen más ventajas realizando trabajos de menor carga de trabajo además todas las contrataciones parciales son irregulares obligándonos a realizar horas extras estando totalmente prohibida al no tener ni siquiera horas complementarias pactadas no quieren realizar jornadas completas y lossindicatos miran hacia otro lado permitiéndole