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Laboral
Uber, Cabify y Bolt sortean las leyes de competencia para perjudicar al trabajador
La muerte de la libre competencia, un fenómeno asociado con el auge del neoliberalismo, ha dado lugar en la era digital a una disrupción que va desde el trabajo hasta el consumo. Las grandes plataformas han esquivado las reglas del mercado, en muchos casos colocando sus sistemas de decisión automáticas por encima de los derechos laborales, de los consumidores e incluso de la transparencia algorítmica, como había comenzado a contemplar la legislación española.
Así se desprende de los resultados de una auditoría de plataformas de transporte en España encabezada por Taxi Project 2.0, un think tank que pretende mejorar las condiciones de los trabajadores del sector del taxi, y el Observatorio TAS, que defiende los intereses de los trabajadores de la economía de plataformas. Entre sus conclusiones principales están que los algoritmos de precios de Uber, Cabify y Bolt “parecen coludir en algunas de las rutas más importantes de Andalucía y Madrid, lo que sugiere una fijación de precios por medios algorítmicos”.
El uso de algoritmos en las plataformas de transporte con VTC para mediar en las relaciones laborales “carece de transparencia en el pago y la elaboración de perfiles”, según el informe
También evidencia que el uso de algoritmos en las plataformas de transporte con VTC para mediar en las relaciones laborales “carece de transparencia en el pago y la elaboración de perfiles, y puede llevar a discriminar a los trabajadores de las plataformas por ausencias debidas a motivos legalmente protegidos”.
El algoritmo de precios de Uber incluso “puede discriminar en función de las características socioeconómicas de los barrios”, especialmente en lo que respecto a que los servicios de movilidad sean menos accesibles en los barrios con bajos ingresos.
“Con los algoritmos, las empresas ya no tienen que sentarse alrededor de una mesa para acordar precios o repartirse el mercado”, comenta Tito Álvarez de Taxi Project 2.0. “Basta con poner sus mecanismos automatizados a funcionar para evitar la competencia. Esperemos que las autoridades se den cuenta de que su actual postura en la regulación de las plataformas digitales favorece a los monopolios”, explica.
Ataque a la competencia
Esta auditoría, de la que se ha responsabilizado Eticas, quien ha realizado trabajos para todos los actores (también privados) de la economía de plataforma, se compone de tres elementos.
El primero demuestra que estos algoritmos “podrían estar perjudicando la elección del consumidor incluso en ausencia de un cártel establecido para fijar los precios,” pese a que la CNMC determinara en 2020 que Uber y Cabify fijaban sus precios de forma independiente y diferente, sin encontrar indicios de conducta anticompetitiva.
Recopilando datos utilizando una combinación de métodos de sock-puppet (los auditores utilizan programas informáticos para suplantar a los usuarios de la plataforma) y scraping (extracción de información de sitios web), los resultados encuentran una correlación positiva moderada y estadísticamente significativa de precios para todas las rutas monitorizadas en Andalucía entre Uber y Cabify, y una correlación positiva fuerte y estadísticamente significativa de precios para cinco de ocho viajes en Madrid entre Uber y Bolt.
Como denuncian los autores, “la coordinación indirecta de precios mediante algoritmos crea unas condiciones de competencia desiguales y perjudica a otros agentes del mercado, como los taxis tradicionales y los posibles nuevos operadores”.Falta de transparencia algorítmica
En segundo lugar, si bien la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, introdujo una modificación de la Ley del Estatuto de los Trabajadores (Real Decreto Legislativo 2/2015) conocida como Ley Rider para garantizar el derecho de los trabajadores a la transparencia algorítmica, las conclusiones del informe indican que “el uso de este tipo de algoritmos a la hora de mediar en las relaciones laborales carece de transparencia en cuanto al pago y la elaboración de perfiles, y puede dar lugar a discriminación de trabajadores en caso de baja por motivos legalmente protegidos”.
En otras palabras, no se da “la neutralización de los castigos algorítmicos, las penalizaciones por rendimiento y la parcialidad”, como buscaba Díaz.
Basándose en conversaciones con los conductores de VTC, el informe identifica dos niveles en la estructura de toma de decisiones sin un punto focal claro de responsabilidad en esta problemática: en el primer nivel, los algoritmos conectan vehículos y pasajeros, procesan pagos y determinan la puntuación de los conductores, bloqueando su acceso a las plataformas si no cumplen con las reglas impuestas. En el segundo nivel, las empresas titulares de autorizaciones VTC determinan cómo, cuándo y cuánto tiempo trabajan los conductores y si pueden recibir propinas, mientras que los gestores de flota hacen determinan la asignación de franjas horarias y los castigos.
Los conductores de VTC denuncian sistemáticamente que se sienten presionados para trabajar más turnos y más largos a pesar de las disposiciones legales sobre el descanso durante las horas de trabajo y los días libres
A este respecto, los conductores de VTC denuncian sistemáticamente que se sienten presionados para trabajar más turnos y más largos a pesar de las disposiciones legales sobre el descanso durante las horas de trabajo y los días libres. Por ejemplo, un conductor expresó su preocupación por el hecho de que no puede rechazar “ni un solo minuto de las horas de trabajo asignadas”, ya que esto puede acarrear sanciones, recortes salariales e incluso el despido.
Asimismo, el informe descubre que los algoritmos pueden sancionar a los conductores. Un conductor señala que, en casos de cancelaciones excesivas, quejas de los pasajeros y bajas puntuaciones de satisfacción del cliente, un algoritmo puede bloquear la conexión de los trabajadores a la aplicación durante un periodo de tiempo (por ejemplo, un día) o indefinidamente, limitando así directamente la oportunidad de trabajar de los conductores. Este fenómeno se conoce como “despido-robot”, bajo el cual los algoritmos pueden tomar decisiones automatizadas para echar a la calle a los trabajadores, a menudo sin transparencia en cuanto a los motivos.
Por último, las entrevistas revelan que las aplicaciones de transporte en España carecen de transparencia en sus estructuras de pago, especialmente en el caso de los incentivos por rendimiento y las propinas. Un conductor comentó que todavía está esperando recibir sus propinas de Uber, mientras que otro señaló que todavía no ha recibido ninguna propina de Cabify.
Contra la soberanía del consumidor
Además, el informe concluye que el algoritmo de precios de Uber puede discriminar en función de las características socioeconómicas de los barrios, lo que hace que los servicios de movilidad sean menos accesibles en barrios con ingresos más bajo.
Ello se desprende de una metodología particular debido a las dificultades existentes en Uber para monitorizar el proceso. Las investigadoras del informe optaron por realizar un estudio limitado y exploratorio de la discriminación socioeconómica de precios mediante la recopilación de tarifas de viaje para 20 rutas, utilizando las aplicaciones Uber, Cabify y Bolt. A este respecto, hay indicios de que los precios de las aplicaciones de transporte tienden a ser más bajos en los barrios más acomodados.
La publicación de este informe llega en un momento de creciente preocupación por el impacto de la toma de decisiones algorítmica. A medida que los algoritmos ocupar más parcelas de la vida, la información de las investigaciones de la sociedad civil muestra que en pocas ocasione son transparentes, responsables y justos.