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Conflictos bélicos
Estados Unidos se enfrenta a su papel en Yemen tras el mes más mortífero de los últimos cinco años de guerra
La guerra de Yemen sigue sumando años y la peor noticia es que no hay signos de mejora. Enero fue el mes más sangriento desde que en 2015 la Coalición Saudí lanzase su ofensiva. La campaña Yemen Data Project registró 139 muertes de civiles a lo largo del mes pasado como resultado de los bombardeos saudíes, 287 personas resultaron heridas en esos ataques.
En términos globales, ya son 19.000 los civiles asesinados durante un conflicto que comenzó en 2015. Enero de 2022 ha sido el peor mes desde octubre de 2016, según Yemen Data Project. La campaña saudí se ha recrudecido después de que, el octubre de 2021, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidiera tras una votación poner fin al mandato del Grupo de Expertos Eminentes en Yemen. Desde la disolución de ese organismo, designado de la ONU para encargarse de la vigilancia de los abusos contra los derechos humanos cometidos en Yemen, no hay observación internacional alguna de las violaciones de derechos humanos, según ha denunciado Oxfam.
“La intensificación de la campaña de bombardeos en enero incluyó dos ataques aéreos a hospitales; dos depósitos de agua bombardeados, 11 ataques aéreos contra vehículos civiles; el bombardeo de una estación de radio y televisión; un camión de comida y una unidad de almacenamiento de alimentos”, explica Yemen Data Project.
El pasado 22 de enero tuvo lugar el ataque más mortífero desde 2020. Tres ataques se sucedieron sobre la prisión preventiva de la ciudad de Sa'ada. Al menos 82 personas murieron y 266 resultaron heridas, según el Ministerio yemení de Sanidad. “En los últimos días hemos sido testigos de una escalada preocupante en la guerra en Yemen”, explicó el jefe de Misión de Médicos sin Fronteras en Yemen. “También ha habido intensos combates recientemente en el frente en todo el país. Todo esto muestra que, a pesar de que la guerra se prolonga desde hace siete años, no se vislumbra el fin del sufrimiento de la población de Yemen”.
One hour ago, capital Sana'a was under bombardment by #Saudi & #UAE fighter jets.#Yemen. pic.twitter.com/06p1wDDX88
— Ahmad Algohbary (@AhmadAlgohbary) February 8, 2022
En este contexto, 20 organizaciones pacifistas de Estados Unidos han solicitado al presidente de ese país, Joe Biden, que recapacite sobre el anuncio realizado recientemente de que su administración contempla volver a clasificar a la organización Ansar Allah dentro del registro de organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés) y en la lista de Terroristas Globales Especialmente Designados. Ansar Allah es la designación “oficial” de la insurgencia hutí, que controla la región de Sa'dah, epicentro de los ataques áereos de la Coalición Saudí.
El Pentágono estaría dispuesto a devolver la calificación de terrorista a los hutíes pese a que una de las primeras decisiones de Biden fue revocar la orden de Trump en ese sentido. El motivo que ha argüido la Casa Blanca es el ataque con aviones no tripulados por parte de los hutíes a la base aérea de Al Dhafra en Abu Dhabi, uno de los socios de la coalición saudí, el pasado 24 de enero. Los ataques fueron interceptados y no causaron víctimas.
No se trata de un movimiento retórico, si no que la clasificación dentro de las FTO, conllevaría importantes sanciones sobre las zonas controladas por la insurgencia e imposibilitaría trabajar sobre el terreno a las ONG de ayuda humanitaria. La experiencia de las sanciones aplicadas bajo la designación aprobada por Trump dificultaron el acceso a alimentos y a medicamentos básicos. “Designar a los hutíes como una FTO podría tener un impacto devastador en los esfuerzos para llevar asistencia humanitaria al pueblo yemení, razón por la cual la Administración revocó la designación de Trump hace un año”, ha explicado un experto del Brookings Institution’s Center for Middle East Policy en declaraciones al medio estadounidense The Intercept.
Las discrepancias en el Partido Demócrata sobre el papel de EE UU en el conflicto de Yemen son profundas. Dos congresistas, Tom Malinowski y Jim McGovern han propuesto una moratoria de dos años a la concesión de licencias para asistencia a la aviación saudí, que se aplicaría a las empresas estadounidenses. El proyecto suspendería las licencias de suministro vigentes.
“Cuando tienes aviones sauditas matando a docenas y docenas de civiles en ataques que parecen completamente injustificables, usando aviones que se mantienen en el aire mediante un contrato aprobado por el gobierno de EE UU, creo que tenemos la obligación de mirar lo que estamos haciendo”, declaró Malinowski a The Washington Post.
Yemen está actualmente en su cuarta oleada de Covid-19, y muchas personas desplazadas carecen de acceso a servicios básicos tales como las letrinas y el agua potable, según ha alertado Oxfam esta semana.