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Guerra en Ucrania
Ucrania recupera terreno en el frente de Kyiv y Rusia amenaza con cortar el suministro de gas el 31 de marzo
"¡Nuestro Irpin está libre del mal de Moscú!”, anunciaba este 28 de marzo el alcalde de esta ciudad de 60.000 habitantes a pocos kilómetros de la capital. El presidente ucraniano, Volidimir Zelenski, también mostraba su alegría: “Hoy tenemos buenas noticias. Nuestros defensores avanzan en la región de Kyiv, recuperando el control del territorio ucraniano. Irpin fue liberado”, pero advertía frente a triunfalismos, ya que la situación en el país “sigue siendo tensa, muy difícil”. Pese a los avances en algunas localidades cercanas a la capital — Irpin, Bucha y Hostomel— la inteligencia británica advierte de que Rusia todavía supone una “amenaza significativa sobre Kyiv”.
Además de en la región de la capital, los pocos cambios en los frentes de guerra se han dado en el sur de Mariúpol, la ciudad del Mar de Azov convertida en el objetivo clave del ejército ruso ya que es la última pieza para conectar la anexionada península de Crimea con los territorios del Donbass (Lugansk y Donetsk), en el este del país. En esta ciudad asediada y al borde de la “catástrofe humanitaria”, según Zelenski, las tropas rusas han tomado la mayor parte del sur metropolitano. En esa zona, informa el Ministerio británico de Defensa, continúan los combates para hacerse con el puerto de la ciudad.
Además de en la región de la capital, los pocos cambios en los frentes de guerra se han dado en el sur de Mariúpol, la ciudad del Mar de Azov convertida en el objetivo clave del ejército ruso ya que es la última pieza para conectar la península de Crimea con los territorios del Donbass
Lejos de las bombas, los equipos negociadores de Rusia y Ucrania retoman hoy las negociaciones en Estambul. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, apeló a los embajadores a actuar con “responsabilidad” y pactar un alto el fuego. Las posiciones quedaron marcadas en los días previos, cuando Zelenski aceptó que Ucrania se reserve un “estatus neutral y no nuclear”, una de las principales causas del conflicto, según reconoció el propio Zelenski.
Sin embargo, sigue sin haber consenso sobre el otro gran punto de negociación: el futuro de Crimea, de los territorios de Donetsk y Lugansk y del corredor que une estas regiones pasando por Mariúpol. Las últimas declaraciones de Moscú apuntaban a una concentración de los esfuerzos bélicos en estos objetivos. Zelenski se mostró favorable a hablar sobre la situación de estos territorios, pero también insistió en que no aceptaría un ataque a la “integridad territorial” de Ucrania.
Oficialmente, Rusia exige, además de la neutralidad, el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia y de las repúblicas del Donbass como independientes. El presidente turco expresó su esperanza de que esta nueva ronda de negociaciones abra la puerta a un encuentro directo entre los presidentes Putin y Zelenski.
El lío de los rublos y de las armas
La escalada de desafíos entre Rusia y la Unión Europea se han centrado en los últimos días en el frente energético. Moscú anunció que los “países hostiles” que quieran comprar gas ruso tendrán que hacerlo en rublos a partir del 31 de marzo. La única forma de hacer eso es comprar moneda al asfixiado banco central de Rusia, algo que está prohibido por las sanciones económicas a Moscú. El ministro alemán de Economía y Clima, Robert Habeck, calificó de “inadmisible” la decisión rusa, ya que supondría un cambio en los contratos de forma unilateral. El Gobierno ruso asegura que dejará de enviar gas a los países que rechacen la demanda. “El hecho de que no entregaremos gas gratis es indiscutible. En nuestra situación, no es posible ni conveniente la caridad con Europa”, dijo el secretario de prensa del Kremlin, Dmitri Peskov
Un corte repentino en el suministro de gas ruso supondría un grave problema para los países del este y el centro de Europa, especialmente para los países que pertenecían a la órbita soviética —Polonia, Hungría, República Checa, entre una larga lista—, pero también para grandes potencias industriales, como Alemania o Italia.
Moscú anunció que los “países hostiles” que quieran comprar gas ruso tendrán que hacerlo en rublos a partir del 31 de marzo. La UE considera esto “inaceptable”. Si no aceptan la demanda, Rusia amenaza con cortar el gas
Mientras la UE sigue financiando la maquinaria de guerra de Putin —desde enero Moscú consiguió ingresos récord por importación de gas de 8.860 millones de euros—, los países de la OTAN han multiplicado la ayuda militar a Ucrania.
EE UU aprobó hace una semana el envío de 10.000 armas antiaéreas y anticarro, un paquete que costará unos 800 millones de euros. A ese montó se le suma unos 500 millones de euros en material bélico que la UE se ha comprometido con Kyiv. Sin embargo, no parece ser suficiente para Zelenski y ya ha solicitado a sus aliados que incrementen sus envíos de armamento: “Tenéis al menos 20.000 carros de combate, Ucrania está pidiendo solo el 1%”.
El aumento del gasto militar ya está afectando a los presupuestos de diversos países, entre ellos Estados Unidos, que ha solicitado al Congreso un presupuesto de 5,8 billones de dólares con un aumento del 4% en el gasto militar junto con una amplio paquete de medidas sociales, todo ello financiado en parte con un nuevo impuesto a las grandes fortunas. Este impuesto reducirá el déficit previsto en 361.000 millones de dólares.