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Guerra en Ucrania
Biden firma una ayuda sin precedentes a Ucrania y el foco de la guerra se desplaza hacia Kherson y Odessa
La guerra sigue girando en torno a la acerería de Azovstal, donde un grupo de soldados ucranianos resiste después de que en los últimos días hayan sido evacuadas mujeres, criaturas y personal médico, cien civiles siguen en la planta, según el testimonio del alcalde de Mariupol, donde se encuentra esa sede industrial. Ayer. 11 de mayo, el canal de Telegram del ultraderechista Regimiento Azov publicó las imágenes de algunos de los últimos combatientes en ese punto.
Con la conquista final de Mariupol, Rusia conseguirá uno de sus principales objetivos después de que a principios de abril el propio Vladimir Putin anunciase un cambio de rumbo para centrarse en el frente del este: el objetivo de generar una franja bajo su control desde Lugansk hasta Kherson, con la mirada puesta unos cientos de kilómetros al oeste, en el enclave de Odessa.
Tanto Kherson como Odessa son otros de los puntos calientes de la guerra, que hoy cumple su día 78. El miércoles, Kiril Stremousov, segundo de abordo de la Administración Civil y Militar de ese oblast, controlado por Rusia, pidió la anexión de Kherson a la Federación que preside Vladimir Putin y descartó que se hiciera mediante referéndum, ya que, a juicio de la administración prorrusa, el que tuvo lugar en Crimea en 2014 no ha sido tomado en serio por la comunidad internacional.
No toda la población vive con el mismo entusiasmo la posible anexión. La BBC inglesa calculaba en base a la información del alcalde de la ciudad de Kherson que el 40% de la población ha huido como consecuencia de la guerra. El próximo paso será el reingreso del oblast en el rublo.
Odessa
A 144 kilómetros en línea recta, la histórica ciudad de Odessa, sobre el mar negro es el otro punto clave de una guerra que se encamina hacia su tercer mes. El lunes la visitó Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, quien —según fuentes del ejército ucraniano— tuvo que buscar refugio para cubrirse de los bombardeos rusos sobre la ciudad.
Las autoridades ucranianas han denunciado que Rusia está usando su mejor armamento sobre ese punto. En concreto los misiles Kinzhal, o “Daga”, un arma hipersónica aire-tierra, y los misiles Bastión.
Volodimir Zelensky, primer ministro ucraniano, ha vuelto a pedir un aumento de la asistencia militar por parte de sus países aliados para desbloquear el puerto de la ciudad, clave para el suministro agrícola: “Decenas de países de diferentes partes del mundo están ya al borde de la escasez de alimentos”, ha denunciado Zelensky, que ha hecho la correlación entre la situación de crisis alimentaria de la que han advertido organizaciones como la FAO y las necesidades militares de su país. Contó para ello con el apoyo de Michel, que refirió haber visto silos de cereal parados por la dificultad de acceso al puerto de Odessa: “El bloqueo de los puertos del Mar Negro [está] provocando consecuencias dramáticas para los países vulnerables”, explicó el mandatario europeo.
Gas y petróleo
Pese a las proclamas, la UE sigue empantanada en sus discusiones sobre el embargo al petróleo ruso. La Hungría de Viktor Orban y la Eslovaquia de Eduard Heger son un hueso duro de roer para la Comisión Europea, que a través de Ursula Von der Leyen pide desde hace semanas que el crudo entre en el paquete de sanciones a aplicar en los próximos seis meses.
Ambos países piden excepciones para mantener el flujo de combustible, muy importante para distintos países de la UE, como reconoce la propia Von der Leyen. La respuesta de la presidenta de la Comisión Europea ha sido recordar los nombres de pueblos y ciudades en los que el ejército ruso habría cometido crímenes de guerra desde el 24 de febrero.
La ONG Europe Beyond Coal estima que cada día 600 millones fluyen hacia Moscú procedentes de las exportaciones de petróleo. Uno de cada cuatro litros que consume la UE proceden de Rusia, si bien la dependencia del fuel tiene un carácter menos apremiante que la del gas natural, una medida que sigue sin estar encima de la mesa.
El problema del gas ruso existe también para Ucrania que, pese a la guerra, no ha cortado la llave de paso del gaseoducto Nord Stream 1, que reporta tasas de tránsito para el país. El 11 de mayo hubo novedades en ese sentido, cuando el Gobierno de Kyiv anunció su intención de cortar uno de los puntos de acceso, el de Sokhranivka, lo que reduciría un tercio del volumen de gas que viaja hasta centroeuropa. El anuncio estaba justificado como un motivo de “fuerza mayor”, al tiempo que el operador ucraniano GTSOU acusaba a Rusia de estar priorizando los pasos de las regiones del Donbás que están bajo su control.
Por su parte, Gazprom advirtió de la imposibilidad técnica de llevar a cabo ese corte selectivo. Unas horas después, GTSOU informaba de una inusual reducción del suministro en el punto de acceso de Sokhranivka: “Gazprom ha cerrado el grifo”. Una medida que puede recrudecer los costes económicos de la guerra en el conjunto de la UE.
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Estados Unidos presiona
El Fondo Monetario Internacional ha advertido que la situación financiera de Ucrania es preocupante. El país dirigido por Zelensky precisará de 5.000 millones de euros mensuales para pagar pensiones y subsidios. Algo que apela a UE y EE UU, que siguen impulsando una agenda diplomática para incrementar el monto y la dimensión de las “ayudas” a Ucrania.
El lunes, Joe Biden firmó una Ley de Préstamo y Arriendo (Lend-Lease Act) que puede llegar hasta los 40.000 millones de dólares —7.000 millones más de lo esperado—en ayudas. Al mismo tiempo, se conocían más detalles sobre cómo el asesoramiento de EE UU en el hundimiento del crucero Moscú y para la selección de objetivos, lo que habría permitido al ejército ucraniano liquidar a militares de alta graduación, entre ellos, siempre según la información de Kyiv, 12 generales, una cifra inusual en guerra. La filtración a la prensa de esa ayuda militar prestada directamente ha sido censurada por Biden quien, según The New York Times, habría llamado a capítulo al secretario de Defensa, el director de Inteligencia y el de la CIA para que no trascendieran más informaciones sobre esa asistencia militar.