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Guerra en Ucrania
La UE asume el racionamiento energético como futuro a corto plazo tras un nuevo corte por parte de Rusia
El lunes comenzó la cuenta atrás que, hasta el 21 de julio, van a llevar los principales Gobiernos europeos para saber si, pasados estos diez días, Rusia vuelve a reestablecer el paso del gas por la tubería Nord Stream 1, que el operador Gazprom ha cerrado en su paso hacia Alemania para, oficialmente, realizar tareas de mantenimiento. En el caso de Italia, Nord Stream 1 permanece abierto, pero el caudal ha bajado en once millones de metros cúbicos respecto a la media de cada día.
Los ejecutivos de Olaf Sholz y Emmanuel Macron reconocen que no saben si el suministro volverá pasada la fecha del 21 de julio. En Italia ya se habla de “racionamiento energético”, una medida que viene cobrando fuerza desde que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) diera la voz de alarma el pasado 22 de junio. En junio, otro episodio —la falta de una turbina, cuyo envío bloqueo Canadá, el país donde se estaba reparando— redujo en un 60% el flujo regular desde Rusia al conjunto de los países europeos.
Cinco días después de que finalice el plazo dado por Gazprom, tendrá lugar una reunión de los miembros de la UE en la que debe consensuarse un plan de contingencia común, basado en los planes que cada uno de los países miembros deben entregar esta semana. Posteriormente será la Comisión Europea la que plantee su propio programa. El 26 de julio debe estar encima de la mesa esa posición común de cara al próximo invierno.
En España, la ministra Teresa Ribera ha reconocido que la situación es de máxima tensión pero no ha avanzado gran cosa en las medidas que se van a proponer. Ribera ha pedido a la ciudadanía que lleve a cabo gestos de ahorro energético como compartir vehículos, cerrar las ventanas o reducir la potencia de los aires acondicionados, en solidaridad con los países con mayor dependencia del gas y el petróleo ruso. “Estamos preparándonos para cualquier eventualidad de cara al otoño”, completó anoche la titulae de Economía, Nadia Calviño. La ministra reconoció que el gasto energético plantea un escenario de inflación más alta y durante más tiempo.
Elizabeth Borne, primera ministra francesa explicó ayer que es plausible que Nord Stream 1 no bombee más gas y que, en ese momento, será necesaria la cooperación ciudadana. Seguía la línea de Bruno Le Maire, que el domingo insistía en esa posibilidad: "Preparémonos para un corte total del gas ruso”. En Francia, además de proteger las reservas existentes, la orden de prepararse para un nuevo tiempo lleva aparejada la decisión de construir nuevos reactores nucleares.
Antes de que Putin desatara la invasión de Ucrania el 24 de febrero, Macron ya había anunciado la construcción inminente de seis nuevos reactores y el estudio de la viabilidad de otros ocho.
Alemania, que no cuenta con esa posibilidad ya que en sus planes está cerrar a finales de 2022 los tres reactores nucleares que el país mantiene abiertos: los de Isar 2, Emsland y Neckarwestheim II. “Hay varios escenarios según los cuales entraríamos en una emergencia de gas”, ha dicho Klaus Mueller, presidente del Bundesnetzagentur, el regulador energético alemán.
Los miedos acerca del final del suministro llegan cuando se cumplen tres meses de los primeros cortes de suministro a países europeos. Polonia y Bulgaria, enemigos declarados de Rusia, fueron excluidos del gas por Gazprom cuando Putin anunció que las transacciones energéticas debían ser abonadas en rublos, como medida para detener la caída en la valoración de la moneda como consecuencia de las sanciones aprobadas por la UE. Después han ido Finlandia, Países Bajos, Dinamarca, bajo el mismo pretexto. Aunque el corte no ha sido total, Francia, Alemania e Italia han visto la caída del suministro en las últimas semanas, igual que Austria, Eslovaquia y República Checa.