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Francia
París reelige a la alcaldesa que limitó los alquileres y quiere expulsar a Airbnb del centro
Con un programa marcadamente ecologista, Anne Hidalgo, de París en Común, gobernará la capital francesa hasta 2026. Su reelección confirma el apoyo a su política de control de precios del alquiler y de limitar los abusos de la plataforma vacacional Airbnb.
La alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, ha sido reelegida para un nuevo mandato con más del 50% de los votos, muy por delante de la exministra conservadora Rachida Dati y la candidata de Emmanuel Macron, Agnès Buzyn.
“Vamos a construir un París más amable, donde se pueda vivir mejor, respirar mejor, un París más solidario, que no deje a nadie en el camino”, proclamó esta política de orígenes andaluces frente a la sede del Ayuntamiento.
El partido de Hidalgo, París en Común, ha obtenido en las elecciones de este domingo 28 de junio un centenar de escaños, una posición que le permitirá avanzar en “la transformación de esta ciudad que ahora es más urgente", en referencia a la crisis del covid-19. “Esta victoria tiene sentido porque es colectiva”, añadió la reelegida alcaldesa, que cumple seis años en el Ayuntamiento.
Con una mezcla de programa ecologista y política social y una popularidad recuperada en los últimos meses de pandemia, esta alianza entre socialistas, verdes y comunistas gobernará la capital de Francia hasta 2026
Con una mezcla de programa ecologista y política social, y una popularidad recuperada en los últimos meses de pandemia, esta alianza entre socialistas, verdes y comunistas gobernará la capital de Francia hasta 2026. “La base de nuestro proyecto es la ecología”, sostenía esta política parisina en la primera vuelta de las elecciones municipales, celebrada días antes del inicio de la pandemia. Entre las principales promesas de París en Común: comedores escolares con menús ecológicos, peatonalizar el centro de París o convertir la ciudad en un paraíso para las bicicletas. Unas promesas electorales que se veían reafirmadas con la gestión municipal en los meses de pandemia, en los que amplió 50 km los carriles bici o decidió el cierre de calles al tráfico.
Tras años de baja popularidad y diversos escándalos, Hidalgo ha sabido recoger el apoyo de un electorado ecologista en auge, una tendencia que quedó reflejada en el 19% de voto verde en las pasadas elecciones europeas. París en Común ha conseguido captar buena parte de este voto ecologista y se ha convertido en una excepción dentro de un partido socialista en caída libre. Plantar bosques urbanos y 170.000 árboles o crear una zona de exclusión de emisiones, siguiendo el modelo de Madrid Central, son otras de las apuestas del Ayuntamiento.
Limitación de precios y AiRbnb
Otro frente de batalla del Ayuntamiento son los problemas de acceso a la vivienda en una de las ciudades más caras del mundo. Las declaraciones e iniciativas del concejal de Vivienda de París, el comunista Ian Brossat, han alarmado a los inversores y aumentado las esperanzas de que, algún día, alquilar un piso en la Ciudad Luz no sea prohibitivo para la mayoría de la población.
Bajo el mandato de Hidalgo, París fue una de las ciudades que utilizó la ley aprobada por el presidente socialista François Hollande en 2014 para limitar el precio de los alquileres. Después de dos años de aplicación, la medida fue suspendida por los tribunales por un detalle legal utilizado por el lobby inmobiliario para tumbarla. En julio de 2019, tras una reforma legal que sorteaba dicho obstáculo, París consiguió volver a aplicarla.
La intermitente aplicación del control de los precios en París ha sido útil para contener la subida de los alquileres, pero, al menos hasta ahora, no ha valido para bajarlos
Este intento de “luchar contra los alquileres abusivos” en un “sistema de locos”, según palabras de Brossat, permite a los inquilinos denunciar a los propietarios y multarlos. Sin embargo, la norma deja en manos de los inquilinos las denuncias judiciales —algo que desincentiva que se utilice la ley— y permite aumentos de hasta el 20% por encima de los índices de referencia —que recogen unos precios de mercados ya inalcanzables para la mayoría—, según un informe del Observatori Metropolità de l’Habitatge de Barcelona. Este estudio señalaba que la intermitente aplicación del control de los precios en París, que sigue el modelo alemán, ha sido útil para contener la subida de los alquileres, pero, al menos hasta ahora, no ha valido para bajarlos.
Especulación urbanística
Qué ha pasado con las ciudades y países que han limitado el precio del alquiler
¿A qué ciudades se refería la vicepresidenta Nadia Calviño cuando decía que la regulación de precios del alquiler no había funcionado? Repasamos de la mano del Sindicato de Inquilinos de Catalunya qué modelos existen y a cuáles está mirando el Gobierno de coalición.
Otro de los frentes de esta lucha por la vivienda enfrenta al Ayuntamiento de París con Airbnb. Entre las propuestas de París en Común figura prohibir buena parte de la actividad de esta plataforma en el centro de París, donde, según afirmaba Hidalgo, “se han perdido 26.000 hogares”. Sin embargo, la expulsión de Airbnb no va a ser sencilla: el Ayuntamiento lleva tiempo pidiendo al Gobierno francés competencias para poder llevar a cabo esta medida.
La guerra declarada contra esta plataforma vacacional no es nueva. La alcaldesa denuncia el efecto nocivo de Airbnb en el acceso a la vivienda: “Las personas compran edificios completos y alquilan sus apartamentos a precios inmejorables, eliminando del mercado aquellas casas que podrían haber beneficiado a las clases medias“.
Hasta que llegue el momento en que el Ayuntamiento pueda regular su expulsión, el consistorio ha intentado al menos que cumpla la ley. En febrero de 2019, París multó con 12,5 millones de euros a Airbnb por irregularidades en las viviendas que anuncia. “No podemos aceptar que Airbnb y otros no respeten la ley”, dijo entonces la alcaldesa. Las irregularidades que sancionó París son habituales en otras capitales europeas. Si Madrid impusiera las mismas sanciones que París, Airbnb tendría que pagar 100 millones de euros en multas, afirmaba en El Salto Javier Gil, del Sindicato de Inquilinos de Madrid.
Airbnb
París reclama a Airbnb 12,5 millones de euros
El Ayuntamiento de Anna Hidalgo reclama a la plataforma de alquiler de pisos vacacionales una multa por todos aquellos pisos que no cumplen con la nueva normativa de vivienda.
“Queremos devolver París a los parisienses, es lo que nos piden los ciudadanos, que los barrios vuelvan a recuperar su vida de barrio”, aseguraba el líder comunista Ian Brossat, consciente de que el marco legislativo supera las competencias del Ayuntamiento, pero asegura que llegará hasta a Bruselas si es necesario para “defender los intereses de los ciudadanos”.
“La prohibición afectaría solo a las viviendas enteras, pero podrán alquilar una o varias habitaciones”, aseguraba el concejal, una medida similar a la adoptada en Berlín en 2016.
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En ocasiones tenemos tantas ganas de ver lo que buscamos que nos dejamos engatusar con las campañas de comunicación política.
Hidalgo sigue con la política intrapartidista de hacer seguir haciendo de Paris una capital económica mundial: construcción de nuevos rascacielos dentro de la capital, apertura de nuevos museos financiados por la elite económica, celebración de las olimpíadas dentro de pocos años - con las infraestructuras que le acompañan-, etc y aire irrespirable.
Hace un tiempo Paris era una ciudad obrera, con Chirac se empezó a aburguesar toda la ciudad y hasta ahora.
Limitación de los alquileres: por 43 metros cuadrados 1350€ al mes. Ese es el precio autorizado por el ayuntamiento, lo sé porque hablo de mi piso. Mucha gente en Paris gana eso al mes.
Sin duda es mejor tener a Hidalgo que a la derecha de toda la vida o a la macronista, al menos escucha un poco más, pero nada va a cambiar de manera sustancial en la vida de los parisinos más pobres, racializados, ni tampoco en la protección de la naturaleza.
Recuerdo un graffiti en la orilla del Sena. Corría el invierno de 1982. Decía así. A París la mort c´est bien plus dulce que la vie.
En España esa mujer habría sido tildada de bolivariana filocomunista por la oposición, despellejada e insultada continuamente por los medios de desinformación y abandonada por los votantes extremocentristas .