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Feminismos
Estudiantes denuncian racismo, transfobia y clasismo en el máster de género de la Universitat de València
En septiembre de 2023, las estudiantes del máster de género de la Universitat de València, Paula Gorrias y Noelia Arias, impugnaron el tribunal que valoraba sus Trabajos de Fin de Máster (TFM). “Fueron ridiculizadas e infantilizadas, fue violencia epistémica”, explica uno de los comunicados emitidos esta semana por parte del estudiantado del máster. Además, se habría cuestionado el uso de la variedad dialectal mallorquina del catalán que empleó una de ellas, aludiendo que “no es un idioma concreto”. Las dos estudiantes recibieron apoyo de las coordinadoras del máster, Lucía Gómez y Clara Arbiol, que defienden que fueron testigos “de actitudes de incomprensión y desprecio al trabajo exploratorio de las estudiantes”.
Gorrias asegura que el tribunal desconocía las metodologías propuestas, “la elección teórica y epistemológica cuestionaba el colonialismo del sur global y contaba con el visto bueno de mi tutora y profesora externa, Yanira Hermida, dado que son ideas incluidas en los objetivos de pluralidad epistémica del máster”. Las estudiantes aseguran que sintieron mucha impotencia al comprender que la polémica iba mucho más allá de sus TFM al ver como fueron tratadas las profesoras que las habían apoyado.
Se ha destituido a las dos coordinadoras del máster y a una de las profesoras de la coordinación académica por haber apoyado las quejas de las estudiantes
Estas últimas semanas, han visto la luz varios comunicados firmados por alumnado actual y exalumnado del máster que apuntan a que no se trataría de un caso aislado. “Es una dinámica que sucede desde hace años, y la dirección del máster es consciente porque durante algunos cursos les hemos hecho llegar internamente encuestas de retroalimentación y evaluación”, explica el texto. Denuncian públicamente que en el máster habría censura, pobreza académica marcada por un pensamiento único y una bibliografía impuesta que solo representaría realidades eurocéntricas, cisheteronormativas y que “no admite ni la más mínima crítica”. En este contexto se ha destituido a las dos coordinadoras del máster y a una de las profesoras de la coordinación académica por haber apoyado las quejas de las estudiantes.
El estudiantado remarca que las personas racializadas estarían claramente infravaloradas, “se desprecia todo lo que sea de fuera del Estado español”. La Directa ha recogido varios testimonios que afirman que habría parte del profesorado que establecería relaciones de forma colonial, haría comentarios clasistas y desacreditaría a las personas trans, intersex y no-binarias, sin que haya ningún tipo de consecuencia. “Consideran que las mujeres trans no son mujeres y que no tienen derechos”, subraya Sergi Senabre, representante de estudiantes en el Máster y en el Consejo del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres (IUED).
Denuncia a la Sindic de Greuges de la UV
Una alumna de segundo presentó en primer curso una queja formal al Sindic Universitari de Greuges (equivalente a la defensoría universitaria) por el trato y comportamiento de la profesora Teresa Yeves, “es irrespetuosa con el alumnado, en especial con las personas no-binarias o que no están de acuerdo con lo que ella opina. Aprovecha la relación de poder para decir su opinión sobre el colectivo trans”, detalla. Una decena de testigos presenciales explican que Yeves, en una clase, habría hecho una intervención de por qué estaba en contra del feminismo transincluyente y se burló de la denominación TERF (acrónimo inglés de trans-exclusionary radical feminist) diciendo: “yo soy terf, turf, tirf” y cuestionando la posibilidad de ser una mujer lesbiana y trans.
En la comunicación a la Síndica, la alumna también señala que no se han revisado ni actualizado los contenidos de algunas asignaturas, como por ejemplo la de Relaciones del género en la historia y la de Grupos, redes y movimientos de mujeres, “lo que supone que baja la asistencia y el nivel de las clases; el máster es muy caro y nosotras muy precarias para asumir la incompetencia del personal universitario”.
A los comentarios tránsfobos, se sumarían los racistas. Dentro del aula se habrían escuchado afirmaciones que han compartido varias alumnas que prefieren mantenerse en el anonimato por miedo a represalias: ”es un oxímoron que una mujer musulmana sea feminista“, o ”que defender que el velo es una elección de las mujeres es como decir que a mi bisabuela valenciana la obligaban a bañarse con ropa y esto era libre elección“ o que ”la decolonialidad, y estas tonterías que ahora se quieren tratar, son una moda“.
Otras voces coinciden que habría profesoras que exotizan los contenidos, por ejemplo refiriéndose a África como si fuera un único país y mostrándola cómo si fuera una jungla
Otros testimonios también exponen que hay docentes que tratarían con frivolidad temas sobre los países de origen del alumnado. Otras voces coinciden que habría profesoras que exotizan los contenidos, por ejemplo refiriéndose a África como si fuera un único país y mostrándola cómo si fuera una jungla. Subrayan que hay profesoras que desconocerían todo lo que pasa fuera de Europa e incluso a veces harían bromas respecto a realidades que resultarían ofensivas al alumnado.
La alumna de primer curso Alejandra Bedoya explica que su tutora consideró insuficiente la bibliografía con autoras colombianas de un ensayo que hablaba específicamente de afrocolombianidades, ”es xenofobia proponer eliminar autoras válidas de mi tierra e imponerme una bibliografía europea“, afirma la estudiante. En último término, el alumnado de origen migrante, que asciende al 50% del total de estudiantes, también denuncia que habría clasismo en una parte del profesorado, ”son blancas y tienen una actitud patriarcal, jerárquica y dominante; nos tratan desde arriba porque son europeas y nosotras parece que no sabemos tanto como ellas“.
Espejo del movimiento feminista
El comunicado firmado por 71 alumnas refiere taxativamente que lo que está pasando en el máster es un conflicto que excedería la universidad, ”es un reflejo de la tensión imparable que está transitando los feminismos, por los tipos de debates que se están dando o las rupturas que se están produciendo“. En un lado, se situaría el estudiantado, las coordinadoras que han sido destituidas y algunas figuras referentes de un feminismo crítico como el profesorado externo. En otro lado, estaría el grupo de profesoras de la IUED de la vertiente del feminismo hegemónico y con formas clásicas de entender la academia. Ante estos hechos, algunas profesoras de la Universitat de València, como Ruth Mestre o Arantxa Grau, habrían hecho una apelación pública al diálogo ”por el bien común como vía feminista y democrática de transitar el conflicto“, cosa que también habría expresado la misma Unidad de Igualdad de la Universitat de València.
La situación actual dentro de la academia habría transcendido a espacios feministas de València. Desde Mujeres, Voces y Resistencias (MVR), colectivo feminista, antirracista y anticolonial, han emitido un comunicado mostrando apoyo al estudiantado y las profesoras que ahora ”están siendo castigadas por haber buscado la manera de incluir narrativas intereseccionales no hegemónicas“, pero hacen hincapié en que dentro de la academia habría dos feminismos, ”lo que está sucediendo va más allá de la Universidad y de profesoras concretas, es una cuestión estructural e ideológica“.
Recalcan que las personas migrantes no tendrían que ser objeto de estudio y sí sujetos políticos con voz propia, ”somos consideradas las ‘otras’, se teoriza sobre nuestras vidas mientras la policía, la ley de extranjería y el feminismo blanco hegemónico nos persigue“
Recalcan que las personas migrantes no tendrían que ser objeto de estudio y sí sujetos políticos con voz propia, ”somos consideradas las ‘otras’, se teoriza sobre nuestras vidas mientras la policía, la ley de extranjería y el feminismo blanco hegemónico nos persigue“. Por último, denuncian que las ideologías del feminismo liberal se habrían filtrado en la universidad y piden transformar el presente y no retroceder a pensamientos totalitarios. Lucia Gómez refuerza, desde posicionamientos del feminismo anticapitalista, que lo que está pasando sería una disputa política para transformar la academia neoliberal desde dentro, ”hay que romper el silencio y decir muy alto que los estudios feministas no pueden ser una mercancía“, resuelve.
Así, los testimonios coinciden en que se trataría de una cuestión estructural. El plan de estudios muestra un máster muy diverso, pero el alumnado de diferentes promociones asegura que en la práctica imperaría la propuesta ”binaria y eurocéntrica“. Las, hasta ahora, coordinadoras del máster han querido escuchar y recoger las críticas del estudiantado estos años y hacer cambios, pero manifiestan que ”hemos intentado poner en juego una mirada feminista que tuviera en cuenta las genealogías feministas y que confrontara con el capitalismo académico, pero hemos encontrado un muro impenetrable y finalmente hemos encontrado la destitución de nuestros cargos“. Así mismo, exalumnas del máster y militantes antirracistas también piensan que sería ”negligente“ que en el máster no se aborde el tema de las infancias trans ni se hable del trabajo sexual.
Destituciones de profesorado y estudiantado en lucha
A principio de marzo, la directora del máster, Gabriela Moriana, pidió la dimisión de las coordinadoras Gómez y Arbiol y la sustitución de la profesora Almudena Navas de la coordinación académica, sin especificar ningún motivo. No lo hicieron y Moriana convocó un consejo extraordinario del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres (IUED), órgano académico responsable del máster, para votar la renovación de algunas profesoras siguiendo los procedimientos establecidos por la normativa de másteres, según explican desde el Rectorado de la UV.
Sin embargo, la sustitución en medio del curso académico, sin haber establecido un diálogo y a pesar de tener el apoyo del estudiantado, podría marcar un precedente en el máster. Moriana instó al alumnado, que explícitamente había pedido quedarse, a marcharse del consejo. El estudiantado denuncia que fue una situación muy violenta y que se quedaron al margen de toda decisión que les pudiera afectar. «La sesión fue bronca, con interrupciones, faltas de respeto y tono agresivo», declara Senabre, que como representante de estudiantes sí pudo participar.
El profesorado externo ha jugado un papel capital en toda esta situación. Compuesto por feministas de referencia como Yayo Herrero, Amaia P. Orozco, Begoña Ribera, Dado García, Marta Malo o Astrid Agenjo, así como defensoras de la pluralidad epistemológica y feminista, consideran que por eso se habría forzado a las coordinadoras Gómez y Arbiol a dimitir y denuncian públicamente que ”se impuso una no-solución usando las herramientas normativas, negando el debate y mostrando una actitud despótica“. Valoran la opción de no continuar el curso próximo, puesto que ”no es la academia feminista por la cual apostamos“, según concluyen en la carta de apoyo hecha pública hace unos días.
El estudiantado denomina los hechos como ”purga y resolución autoritaria por parte de la directora; un intento de tapar y silenciar el conflicto que atraviesa la IUED y el máster“
El estudiantado actual y de otros años ha denominado los hechos de ”purga y resolución autoritaria por parte de la directora; un intento de tapar y silenciar el conflicto que atraviesa la IUED y el máster; han sustituido a quien tiene una voz disidente y defiende la pluralidad epistemológica y feminista, y no han autorizado ni escuchado la voz del estudiantado ni del profesorado externo“. Con todo, en la sesión se llegó a afirmar que todo el mundo que había firmado los comunicados y estaba protestando estaría manipulado por ciertas profesoras, ”esto es una infantilización y quieren instaurar el silencio y la división entre nosotras“, sentencia Senabre. Según Gómez y Arbiol, se ejecutó el ”plan previsto, pactado y organizado durante semanas: votar la nueva coordinación académica afín a la figura de la directora del IUED y al feminismo que ella representa“.
En la actualidad reina un ambiente de rabia, pero también de desasosiego, entre el alumnado. Bedoya explica que hay otras estudiantes que no están dando la cara porque tienen miedo de represalias académicas, miedo a que les afecte en las notas o las becas, ”estoy muy preocupada por nuestra salud mental, por toda la presión que estamos soportando“, afirma. El estudiantado piensa que en la universidad tendría que haber una puerta abierta a la comunicación y el debate crítico, «sentimos que es imposible exponer discriminaciones vividas en primera persona dentro del aula», corrobora Senabre. Por su parte, la alumna apunta que no saben qué puede pasar ahora que las profesoras que más las han apoyado dejan de tener responsabilidad en el máster.
Ellas, Gómez, Arbiol y Navas, valoran que se ha abierto un diálogo imprevisto entre posiciones diversas «entre blancas que no-tenemos-formas, compañeras de colectivas antirracistas, estudiantes indignadas o agotadas y estamos entendiendo lo que tenemos en común. Aun así, el representante del alumnado defiende que el estudiantado ha dado un paso valiente rompiendo el silencio, «hemos dicho basta». En los comunicados colectivos aseguran que están en pie de guerra contra el autoritarismo y la discriminación, «continuaremos tejiendo alianzas, esto no es el final. Todo acaba de empezar».
Pueden consultarse todos los comunicados aquí