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Estados Unidos
Alexandria Ocasio-Cortez es reelegida congresista y aumenta su crédito en el Partido Demócrata
Las elecciones al Congreso y el Senado siguen el mismo cauce que las presidenciales: un resultado estrecho hasta el final. La congresista Ocasio-Cortez vence a su rival republicano.
Ha sido la segunda campaña electoral más cara en la historia de la Cámara de Representantes, el Congreso, de Estados Unidos. Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista latina del Bronx que emergió en las elecciones legislativas mid-term de 2018 como una de las caras nuevas del desgastado Partido Demócrata, ha obtenido su segunda nominación por el Estado de Nueva York con una clara victoria sobre su rival republicano: la candidata latina ha obtenido dos de cada tres votos en su circunscripción.
Los partidarios de Ocasio-Cortez recaudaron 17 millones de dólares a favor de la candidata, una cifra récord que esconde algo más. La ambición de la congresista está justificada por las adhesiones que despierta y ya se especula que dé el paso para presentarse como gobernadora de Nueva York cuando, en 2022, concluya el mandato de Andrew M. Cuomo, quien a su vez aparece en todas las agendas para ser el candidato presidencial demócrata si se confirma la derrota de Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre de 2020.
De momento, Ocasio-Cortez ha derrotado claramente al expolicía John Cummings, que había, a su vez, recaudado diez millones de dólares para la nominación el Congreso.
Nacida en el Bronx en 1989, hija de una familia de clase media de origen puertorriqueño, Ocasio-Cortez ha retado al establishment demócrata, se convirtió en uno de los grandes activos de la campaña de Bernie Sanders y se ha erigido en una estrella emergente del Partido Demócrata, enfrentándose a una dinosauria como Nancy Pelosi a cuenta de su proyecto de Green New Deal.
La victoria de los Demócratas en estados como Nueva York se daba por descontada. El transcurso de la noche electoral está mostrando que el efecto Trump, la remontada que está llevando a cabo el actual presidente, se transfiere también a las elecciones al Congreso, donde los Republicanos han conseguido entrar en departamentos que, a priori, parecían favorables para los Demócratas. En el Senado se ha dado la misma situación y, a falta de los resultados definitivos en cinco Estados “dudosos”, la cámara va adquiriendo un tono predominantemente rojo, el color de los republicanos.