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Crisis energética
Bruselas propone poner coto a los beneficios de eléctricas y petroleras
No hay como una crisis para dar la vuelta a la tortilla y que una institución como la Comisión Europea plantee medidas que meses atrás era impensable que aceptasen. La presidenta del organismo, Ursula von der Leyen, ha propuesto oficialmente este miércoles establecer “un tope” a los ingresos que las empresas que producen electricidad a bajo coste pueden obtener, así como a los de las petroleras y gasísticas. “Las fuentes de energía bajas en carbono están generando ingresos inesperados que no reflejan sus costos de producción”, ha señalado la mandataria en relación a las primeras. Von der Leyen añadía además: “Ha llegado el momento de que los consumidores se beneficien de los bajos costes de las fuentes de energía bajas en carbono, como las energías renovables”.
Respecto a las empresas dedicadas al petróleo y al gas, la presidenta de la Comisión ha indicado que “han obtenido ganancias “masivas” e “inesperadas”, por lo que desde el organismo propondrán “una contribución solidaria” de estas.
La propuesta la hace la presidenta apenas 24 horas antes de que tenga lugar un encuentro de los ministros de Energía de la Unión Europea donde se van a abordar medidas clave para afrontar el recrudecimiento de la crisis energética surgida de la guerra de Ucrania y el encarecimiento de los combustibles, especialmente los fósiles.
El objetivo último de Bruselas es poner fin a la escalada de precios, que han llegado a cifras jamás vistas: de hasta más de 1.000 euros el megavatio hora (MWh) tanto en Alemania como en Francia. En España, aunque la llamada excepción ibérica ha conseguido reducir los costes, el precio de la electricidad ha llegado a máximos históricos de en torno a los 500 MWh, siendo agosto el mes en el que la energía eléctrica ha salido más cara en toda la historia.
Fin de los beneficios caídos del cielo
La propuesta de Von der Leyen podría suponer un nuevo paso hacia el final de los llamados “beneficios caídos del cielo”, inmensas cantidades de dinero que el oligopolio eléctrico lleva años obteniendo gracias a una regulación del mercado que les favorece y les permite vender energía a un precio exponencialmente más caro del que les cuesta producirla, vendiendo a precio de gas la producida mediante tecnología hidroeléctrica o nuclear, con plantas ya amortizadas y costes radicalmente inferiores.
Entre las medidas anunciadas, Von der Leyen propone también un “ahorro inteligente de electricidad”. “Lo que ha cambiado es que el suministro mundial de energía es escaso. Esto exige una reducción inteligente de la demanda”, ha señalado la mandataria. Con ello, la Comisión propondrá un objetivo obligatorio para reducir el uso de electricidad en las horas pico.
Crisis climática
Regasificación España fue el mayor importador global de gas licuado ruso este verano
La presidenta de la Comisión Europea ha acusado a Rusia de manipular los mercados energéticos apenas unos días después de que el operador ruso Gazprom anunciase una nueva interrupción del suministro de combustible a Alemania, esta vez sine die. El lunes, por primera vez, un mandatario ruso reconocía públicamente que las repetidas interrupciones del suministro tienen un objetivo político y de represalia por el apoyo europeo al Gobierno ucraniano. “Los problemas de bombeo de gas surgieron debido a las sanciones que los países occidentales impusieron contra nuestro país y varias empresas”, señalaba el 5 de septiembre Dmitry Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin, según recogía la agencia de noticias rusa Interfax.
Las dos medidas adelantadas por Von der Leyen forman parte de todo un paquete de iniciativas que la Comisión tiene previsto presentar en la reunión de este jueves. “Nos enfrentamos a precios astronómicos de la electricidad para hogares y empresas ya una enorme volatilidad del mercado”, advierte la presidenta.
Entre las propuestas de la Comisión también se encuentra que “las empresas de servicios públicos de energía reciban apoyo para hacer frente a la volatilidad de los mercados”, así como un límite cuantitativo al gas ruso con un objetivo claro: “Debemos recortar los ingresos de Rusia que Putin utiliza para financiar esta guerra”, apuntaba Von der Leyen.