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Crisis económica
Julio se cerró con 167.000 puestos de trabajo menos en el sector hostelero
El descenso de pernoctaciones y número de viajeros afecta al conjunto del país pero las Baleares, más dependiente del turismo, y municipios como Marbella o Roquetas de Mar se ven más perjudicadas por el peso específico del sector en su economía.
Como se preveía, y a pesar de que se ha tratado del primer mes en el que con carácter general se han levantado todas las medidas de confinamiento, julio ha sido un mes malo para el turismo en España. El corte en la llegada de visitantes extranjeros ha marcado la tendencia de un mes en el que se han perdido 167.000 puestos de trabajo respecto a julio de 2019, según ha referido el propio sector para la Encuesta de ocupación hotelera publicada ayer, 24 de agosto, por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un 29% de establecimientos turísticos ha echado el cierre respecto a julio de 2019, según la misma encuesta.
La magnitud de la crisis es mayor en los puntos turísticos más dependientes de esta “industria”. Así, en capitales como Palma o municipios como San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) solo se ha mantenido un tercio del empleo en el sector hotelero respecto al año anterior, y en Marbella se han destruido uno de cada dos empleos en el mismo sector.
Las peores previsiones sobre el impacto del coronavirus sobre el PIB de los litorales, —especialmente del balear, más dependiente de la estación veraniega— que apuntaban a caídas superiores al 40% del Producto de Interior Bruto, van camino de cumplirse cuando apenas queda una semana para el cierre de la temporada. El Govern balear estimaba recientemente una pérdida aproximada de 9.000 millones de euros para la economía de las islas.
Turismo
Ivan Murray: “El turismo global es el Lehman Brothers de la crisis del covid-19”
El turismo ha frenado en seco con la pandemia y el hundimiento del sector tendrá un impacto brutal en la economía española. Iván Murray, profesor de la UIB e investigador en economía ecológica del turismo, analiza un fenómeno que tendrá en Baleares y Canarias su “zona cero del desastre”.
En el conjunto del Estado, las pernoctaciones hoteleras descendieron un 73%, los viajeros pasaron menos días en los establecimientos turísticos habilitados —hoteles, campings, apartamentos turísticos y alojamientos de turismo rural— pese a que bajaron ligeramente los precios.
En los diez municipios con más tirón para los viajeros extranjeros, la caída ha sido muy significativa: Calvià, municipio en el que se encuentra Magaluf, punto de destino del llamado “turismo de borrachera”, ha perdido 1,3 millones de pernoctaciones en julio; Madrid y Barcelona, que el año pasado “acogieron” a más de medio millón y 700.000 viajeros en 2019 se han encontrado con la realidad del turismo en los tiempos del covid-19: solo 60.000 viajeros extranjeros visitaron Barcelona en julio, apenas 35.000 pasaron por Madrid.
La situación en municipios costeros como el almeriense Roquetas de Mar ha pasado a ser extremadamente grave. El municipio, que aglutina más de un tercio del conjunto de la oferta hostelera de toda la provincia de Almería ha sufrido un descenso vertical en julio: ha perdido 142.459 pernoctaciones de turistas extranjeros pero no lo ha compensado con las pernoctaciones de viajeros con documento español. Pese a que ha habido cien mil pernoctaciones de turistas interiores, se han caído 200.000 respecto al año 2019.
Mientras el grueso del sector hostelero, compuesto por pequeños propietarios avista un otoño y un invierno complicadísimos, el capital internacional ya anuncia que la crisis traerá más “oportunidades” para la concentración de activos. Ayer una información del portal económico Bloomberg anunciaba el comienzo de la presión para que determinadas empresas vendan sus activos a fondos internacionales.
Crisis económica
El sector turístico, ante el fin de una época
Desde los años 60, la economía ligada a la costa, el buen tiempo y la gastronomía no ha dejado de crecer. España ha sido una pieza central del tablero turístico global. La llegada del covid-19, que hará que el empleo se vea resentido en el corto, medio y largo plazo, abre una serie de incógnitas respecto a un modelo productivo centrado en el sector túristico y sus consecuencias para el mercado laboral y el medio ambiente.
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El sector hostelero en España era productivo.... Tachán...
pagar una mierda al personal y atraer a una mierda de turistas de alcohol y fiestuquis.... Lo siento. No lo siento....
Es una Crísis Sistémica (no solo económica)... El coronavirus es anticapitalista, solo necesita tiempo suficiente.🦠
Si el turismo de borrachera no existiera ganaría el turismo entendido como debe ser. Es una buena oportunidad para repensar qué turismo se quiere vender en Europa y en el mundo. La masificación y la presión sobre los vecinos de toda la vida en ciudades turísticas no parecen aconsejables. Tampoco parece buena opción destruir el litoral a base de construir y construir hoteles, urbanizaciones y campos de golf. Toca repensar hacia dónde quiere ir el turismo, tanto por los ayuntamientos y las CC.AA. como por el Estado.
En cuanto al empleo-desempleo en el sector turístico, las Administraciones deberían ofrecer alternativas laborales más estables y con mejores salarios impulsando el sector industrial, el sector de los cuidados, los sectores sanitarios y educativos, etc. y en el “mientras tanto” seguir ofreciendo protección adecuada a trabajadores, autónomos y pequeñas empresas del sector: ERTEs, prestación por desempleo, subsidios, IMV, etc.