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Corrupción
Las revelaciones del segundo de Interior de la era Rajoy apuntan al expresidente, Cospedal y Jorge Fernández
Aún no han sido imputados, pero la exministra de Defensa María Dolores de Cospedal y el exministro de Interior Jorge Fernández Díaz viven sus horas más tensas después de que el juez que instruye la denominada Operación Kitchen en la Audiencia Nacional, usando un lenguaje rebuscado, apuntase a la responsabilidad de “órganos superiores o directivos de la Administración General del Estado” en el espionaje de la familia Bárcenas. El magistrado Manuel García Castellón ha hecho suyos los argumentos de la Fiscalía, que el viernes 4 de septiembre solicitó la imputación de los dos exministros por delitos de malversación, prevaricación y revelación de secretos.
A última hora de la tarde de ayer, 7 de septiembre, el Ministerio Fiscal filtraba a Europa Press el documento de 56 páginas que vertebra la acusación en la pieza 7 del caso Villarejo u Operación Kitchen, que incluye los mensajes y notas del que fuera número dos de Interior, Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad durante la era Rajoy. Martínez, aparentemente, se protegió de las consecuencias que iba a tener su imputación dejando constancia ante notario de cuatro SMS en los que aseguraba haber recibido “instrucciones muy claras y explícitas sobre los supuestos operativos policiales” por parte de sus superiores.
La consigna bajo custodia policial y notarial de estos mensajes estaría destinada a cubrir las espaldas de Martínez ante los intentos de Fernández Díaz de desmarcarse del presunto espionaje a Bárcenas, explícitos tras una entrevista en el digital Voz Pópuli. La policía habría intervenido esos mensajes en un registro de la casa de Martínez el 14 de marzo de este mismo año.
Uno de los mensajes, dirigido al presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, muestra la conciencia del papel que Martínez tiene en esta historia. El exalto cargo de Interior, se sentía abandonado por sus superiores: “Esta será la primera declaración de un político, a la que seguirán varias más, pues como sabes muy bien mi grandísimo error en el ministerio fue ser leal a miserables como Jorge [Fernández Díaz], Rajoy o Cospedal”
En septiembre del pasado año, Martínez habría enviado un mensaje al excomisario Eugenio Pino, también imputado en la pieza, en el que muestra su distancia con su anterior superior. Según la transcripción, Martínez creía que “Probablemente él [Fernández Díaz] crea que implicándome a mi el asunto termina en mi y no ‘escala’. Pero te garantizo que si yo tengo que declarar porque me implique GP también irán JFD y probablemente MR”. GP sería García Castaño, JFD el propio exministro Fernández Díaz y MR, el expresidente M. Rajoy.
Además de la apertura del secreto de sumario de la pieza 7 del caso Villarejo en la tarde de ayer, 7 de septiembre, la Audiencia Nacional ha señalado la responsabilidad de esos “órganos superiores o directivos de la Administración General del Estado” durante las dos legislaturas de Gobierno de Mariano Rajoy como responsables de un “operativo parapolicial” que habría funcionado bajo la batuta de Villarejo para espiar al tesorero de la formación, Luis Bárcenas. En la misma pieza, el juez ha confirmado asimismo la imputación del empresario Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal.
Anticorrupción apunta a la exministra de Defensa en cuanto sería una de las principales afectadas del “material” que el extesorero del partido, Luis Bárcenas, había guardado para precaverse de posibles medidas contra él. Desde el comienzo de la investigación de los “papeles de Bárcenas”, Cospedal y López del Hierro han quedado marcados por las posibles comisiones recibidas, concretamente en la contrata de los servicios de recogida de basuras en Toledo a Sufi (Sacyr). López del Hierro, según la Fiscalía, habría sido el enlace entre el excomisario José Villarejo y el policía Andrés Gómez Gordo, hombre de confianza de la expresidenta de Castilla La Mancha.
Según publica Pedro Águeda en eldiario.es, la causa habría cobrado vuelo tras la aparición de los “recibís” firmados por Ríos en la casa de Villarejo, que le habría pagado 2.000 euros mensuales por su labor de espionaje. Esa labor de captación se habría realizado, según el auto de García Castellón, al menos entre 2013 y 2015. La malversación que se atribuye a los dos exministros estaría estructurada por medio del recurso de los fondos reservados de interior para la obtención de la información que Bárcenas poseía sobre la financiación “en b” del Partido Popular.
Desde enero está investigado en el sumario Francisco Martínez. En febrero de 2019, Eugenio Pino, exdirector Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional, y el comisario Marcelino Martín-Blas, director de asuntos internos, se encuentran imputados en la misma causa, aunque solo ahora se ha dado el salto hacia la búsqueda de los últimos responsables políticos del espionaje a Bárcenas.