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Coronavirus
Trabajadores sanitarios del Ifema denuncian que carecen de farmacia, radiología y toma de oxígeno
Desde CAS Madrid denuncian que el hospital de campaña de Ifema carece de mínimos recursos para tratar a los pacientes de coronavirus.
No hay toma de oxígenos, no hay farmacia, no hay radiología. Son algunas de las carencias del hospital de campaña instalado en Ifema denunciadas por varios trabajadores del espacio y hechas públicas por la Coordinadora Anti Privatización de la Sanidad Pública de Madrid (CAS Madrid). El recinto, preparado en un tiempo récord de 48 horas —al menos parcialmente— entre la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Sanidad y la Unidad Militar de Emergencias (UME) alojaba a fecha de 24 de marzo a al menos 300 pacientes. A este hospital de campaña ha sido trasladado el personal sanitario del servicio de urgencia de Atención Primaria y del Servicio de Urgencia Médica (Summa), sin embargo, según denuncian desde CAS Madrid, sus recursos materiales son insuficientes para hacer frente a la crisis sanitaria.
Según publicaba ayer la revista sectorial Redacción Médica, el improvisado centro de salud ya habría resuelto el problema de abastecimiento de oxígeno usando balas o botellas de oxígeno. Pero otros problemas continúan. A la falta de servicio de farmacia y radiología se suma que las camas no son articulables. “No se puede poner a los pacientes en semi incorporación ni en prono”, denuncian los trabajadores. Son posturas necesarias de adoptar por los enfermos de coronavirus ya que facilitan la oxigenación.
También destacan que la obligación de utilizar trajes de ébola que tachan de “absurdos” porque imposibilitan que puedan trabajar mucho más de tres horas seguidas. “Hay gente a la que les ha dado un síncope”, señalan. Como no pueden portar relojes, a los trabajadores les pegan un papel con su hora de entrada sujeto con un esparadrapo y hay otros trabajadores que controlan las horas para que no sobrepasen las cuatro. Pero, a la hora de descansar, tampoco se han habilitado espacios, ni un sitio en el que sentarse, según denuncian. “Cualquier película de terror se queda corta”, sentencia uno de estos trabajadores.