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Contaminación
La mejor calidad del aire fue el efecto no buscado del confinamiento: en España se evitaron más de cien muertes prematuras
Efectos colaterales de los confinamientos duros de 2020: en Valencia se evitaron 15 muertes, en Madrid, 56, y en Barcelona casi 62. Los resultados de un informe titulado “Impacto diferencial de las políticas gubernamentales de confinamiento en la reducción de los niveles de contaminación del aire y la mortalidad relacionada en Europa” ponen en evidencia el problema de la mala calidad del aire aprovechando las condiciones de lock down aplicadas en los países de la UE entre febrero y julio de 2020.
Así, el estudio del Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos a Medio Plazo estima que en el conjunto de la UE se evitaron 800 muertes prematuras. La rebaja de la exposición a los principales contaminantes del aire urbano, fundamentalmente dióxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3) y partículas en suspensión PM₁₀ y PM25, alcanzó entre el 50 y el 60% de los valores habituales en España, Francia e Italia.
“El confinamiento durante la primera ola de la pandemia de Covid-19 supuso inmensos costos sociales y de salud“, ha explicado Antonio Gasparrini, el autor del estudio, “sin embargo, ha ofrecido condiciones únicas para investigar los efectos potenciales de políticas estrictas para reducir los niveles de contaminación en áreas urbanas”. De este modo, la información obtenida en esos tiempos de excepción “puede ser importante para diseñar políticas efectivas para abordar el problema de la contaminación en nuestras ciudades”, indica Gasparrini.
Las políticas gubernamentales decididas durante la primavera y principios del verano de 2020 brindaron a los investigadores una oportunidad de estudiar un escenario de la “vida real” con niveles más bajos de contaminación del aire. París, Londres, Barcelona, y Milán fueron por este orden, las ciudades en las que se evitaron más muertes prematuras durante el periodo de referencia.
El papel de la bicicleta
Otro estudio publicado esta misma semana incide en la necesidad de sustituir los viajes en coche por los trayectos en bicicleta en el interior de las ciudades. “Mortalidad prematura en 2050: escenarios de alto uso de bicicletas en 17 países” refleja que el uso intensivo de bicis y bicis eléctricas, al nivel de las ciudades de los respectivos países en los que más se usa este tipo de transporte, puede evitar 205.000 muertes en esos 17 focos —entre los que no se ha incluido a España—.
Las medidas que pueden generar ese escenario proclive a las bicicletas —y de reducción de muertes prematuras— pasan por la modernización de la infraestructura para bicicletas; la implementación de sistemas de bicicletas públicas; inversión en instalaciones para caminar y transporte público para ofrecer opciones de transporte que se puedan combinar con viajes en bicicleta; eliminación de políticas que apoyan el uso adicional de vehículos motorizados, como estacionamiento gratuito y subsidios para combustible; y el establecimiento de tarifas de congestión, tarifas de vehículos por kilómetro recorrido y tarifas de impacto que impongan un precio por conducir.
Entre los factores de morbilidad asociados al tráfico rodado que analiza este estudio de movilidad se incluyen los accidentes de coche, los atropellos a ciclistas o la concentración de partículas contaminantes. Las conclusiones del informe subrayan que las reducciones futuras en la mortalidad prematura gracias al uso de bicicletas “dependerán de las políticas de transporte y entorno construido actuales y futuras, que promuevan el transporte activo, la sustitución de automóviles por bicicletas, la calidad del aire y la seguridad vial. La implementación de políticas urbanas ambiciosas que apoyen el uso de bicicletas y la sustitución de automóviles por bicicletas deben considerarse intervenciones clave de salud pública para un diseño urbano saludable”.