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Congreso de los Diputados
Mojo picón y exigencias de Junts un día antes de la decisiva votación para la Mesa del Congreso
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha querido dejar ningún resquicio de duda. Quiere la confianza del Parlamento y descarta por completo un escenario de repetición electoral. En su alocución a los diputados y senadores electos, un día antes de la sesión constitutiva de la XV legislatura, Sánchez ha hablado de una legislatura con más "soluciones, justicia, unión, convivencia y avances”, y ha anunciado que promoverá que las instituciones de la Unión Europea incorporen las lenguas cooficiales en su uso corriente. Un anuncio que no es nuevo y que está, de hecho, en la mesa del Parlamento Europeo desde hace casi un año.
En cualquier caso es un guiño a la España plurilingüe, aquella que le sostuvo el pasado 23 de julio, y también a los partidos de los que depende para el primero de los hitos de la legislatura, la conformación de la Mesa del Congreso. Sin embargo, el candidato a la investidura no ha aclarado si esa incorporación del catalán, el euskera y el gallego permitirá que los y las diputadas que así lo quieran, se expresen en esta lengua en el Congreso, algo que hasta ahora ha estado prohibido expresamente y ha dado lugar a amonestaciones verbales por parte de la presidencia de la cámara.
Estaban presentes en el acto los candidatos del PSOE a la presidencia del Congreso y el Senado. Francina Armengol, expresidenta de las Illes Balears, cuenta con posibilidades de salida para ser la sucesora de Meritxell Batet al frente de la tercera institución en rango del Estado. El PSOE todavía no tiene amarrada la mayoría que le permitiría controlar la mesa por eso las últimas horas tienen salsa y acento canario.
Díaz ha explicado que, junto con el exdiputado Jaume Asens, está negociando “al más alto nivel” para lograr el sí de Junts al acuerdo
Los socialistas tienen dos opciones abiertas. Una es la del soberanismo moderado de Coalición Canaria y el Partido Nacionalista Vasco, que se han coordinado para pedir un puesto en la mesa para los jeltzales. La propuesta de máximos, la presidencia para el PNV, se ha desvanecido en las últimas horas, pero el voto positivo de los vascos y los canarios podría servir para empatar frente a los 171 que suma el PP con Vox y Unión del Pueblo Navarro y terminar de decantar al menos un voto de Junts.
Hoy, tanto ERC como BNG han dejado ver que apoyarán a Armengol y nadie duda de que EH Bildu y Sumar añadirán sus escaños. Pero las posibilidades de que fracase este primer hito de la legislatura y que esto desencadene un periodo de ingobernabilidad en el Congreso que desemboque en elecciones son altas. Como también lo son las posibilidades de que Alberto Núñez Feijóo pida al jefe de Estado que le otorgue la venia para intentar formar Gobierno a pesar de que, a priori, tiene menos opciones de lograrlo que Sánchez. En ese sentido, este ha pedido que no se presione a Felipe VI ante la ronda de consultas que comenzará tras la sesión constitutiva de mañana jueves.
La segunda opción es que Sánchez cierre ya un acuerdo con Junts que permita vislumbrar el acuerdo primordial de la investidura. Para ello, el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, que permanece en Waterloo, ha pedido “hechos comprobables” y ha asegurado que no se fía de los partidos españoles. Desde su cuenta de Twitter Blue, el político gironés ha lanzado un mensaje con un sentido inequívoco. Junts no va a dejarse la piel en buscar un acuerdo para la mesa, que puede dar por perdida por lo que esto supondría de aviso a navegantes.
Sánchez no ha aludido al voto de Junts, ni de ninguna otra fuerza y el mensaje desde Waterloo llegó antes, de forma que no es fácil pensar en que se hayan producido más avances al margen de las declaraciones públicas.
Más sustantiva ha sido Yolanda Díaz. En su primera comparecencia como líder de una fuerza parlamentaria en el Congreso de los Diputados, la ferrolana ha explicado que, junto con el exdiputado de los Comunes Jaume Asens, está negociando “al más alto nivel” para lograr el sí de Junts al acuerdo y se ha mostrado optimista para la resolución del mismo. Díaz ha ido un poco más allá que Sánchez y ha asegurado que Sumar quiere que las otras lenguas del Estado sean también oficiales en la cámara alta en lo que parece uno de los elementos sobre los que, a estas alturas al menos, se puede negociar. Aspectos como una posible amnistía a los encausados por el Procés son de demasiado alto voltaje como para que estén encima de la mesa para, valga la redundancia, el acuerdo sobre la mesa.
Eso lo decidirá, en cualquier caso, Junts, que ha convocado una reunión de su ejecutiva para mañana jueves 17, con poco tiempo para la discusión sobre la estrategia a seguir en el Congreso unas horas después, cuando tendrá lugar la votación, en la que Junts no presenta candidatura.
Aritmética apretada
Pasadas las 18h, el PP ha anunciado por fin su opción para la presidencia del Congreso. Ha sido en un encuentro de Feijóo con diputados y senadores en las que ha celebrado los resultados del PP el 23 de julio. “Es nuestro mejor resultado en los últimos 12 años; es la mejor subida del PP en unas elecciones” ha declarado el político gallego: “Hemos ganado aunque alguno de nuestros rivales no quieran reconocerlo”, en un discurso muy confrontativo con el PSOE.
Lo más sustancioso venía después: Feijóo ha pedido al jefe de Estado que actúe en consecuencia, es decir, pedirá a Felipe VI que le dé el plácet para tentar la investidura. Desde el partido se han hecho críticas a Armengol y a Sánchez pero no se dan pistas sobre cómo conseguirá amarrar los votos que pueden darle la mayoría.
El plato fuerte era el anuncio de la candidatura a presidir la mesa del Congreso. Feijóo ha postulado a Cuca Gamarra, hasta ahora portavoz del PP en la cámara, como presidenta de la Cámara alta. En el Senado, Pedro Rollán será elegido gracias a la mayoría popular en la sede parlamentaria de la Plaza de España.
Si el PP, por ejemplo, suma a Vox, UPN y Coalición Canaria, su candidato llegaría a 172 diputados. Uno más que los que obtendría el PSOE con el 'sí' de Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG
La fórmula de votación en la sesión de mañana puede tener también un papel en el voto de los partidos que hasta ahora se muestran más ambiguos: Junts pero también PNV y Coalición Canaria. En primer lugar, se producirá una votación secreta en la que se emitirá en una papeleta el nombre de la opción. Si, como previsiblemente pasará, no se llega a los 176 diputados que dan la mayoría absoluta, se producirá un desempate entre las dos opciones más votadas —la que presente el PP y Armengol— en el que obtiene la presidencia la que más votos saque.
Si el PP, por ejemplo, suma a Vox, UPN y Coalición Canaria, su candidato llegaría a 172 diputados. Sería uno más que los que obtendría el PSOE con el 'sí' asegurado de Sumar, ERC, EH Bildu, PNV (de momento no lo está) y BNG. Si la diputada canaria suma su voto a la candidatura de Amengol, la aritmética daría la mesa a los socialistas y no serían imprescindibles los siete escaños de Junts. Posteriormente se votarán las cuatro plazas de vicepresidencia y las cuatro de secretarias de la mesa.
Si hay acuerdo para que salga adelante el voto de Armengol, el equilibrio debería arrojar un resultado de cinco-cuatro a favor de la mayoría progresista y soberanista frente al eje PP-Vox. En las próximas horas, los distintos grupos deben afinar su capacidad de llegar a acuerdos para apuntalar una mesa que satisfaga lo más posible a los que se espera como socios de legislatura. Sumar ha anunciado que presentará a Esther Gil como su candidata a vicepresidenta y a Gerardo Pisarello para la secretaría del Congreso. El PNV también aspira a conseguir uno de los puestos en la mesa.
Aunque la votación de mañana es independiente de la posible investidura de Alberto Núñez Feijóo o de Pedro Sánchez, el control de la mesa es importante a la hora de proponer a los candidatos y las fechas para echar a andar el reloj de una posible repetición electoral. Incluso en el caso de que se recondujese la situación y Sánchez lograse ser investido, una Mesa del Congreso controlada por la derecha podría entorpecer el desarrollo de la agenda legislativa, aunque hay precedentes: después de la moción de censura, Ana Pastor (PP) siguió siendo presidenta de la mesa.