We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Castilla y León
El PP gana las elecciones pero necesitará a la ultraderecha para mantener el Gobierno de Castilla y León
El Partido Popular de Alfonso Fernández Mañueco tendrá en su mano la formación de Gobierno en la Junta de Castilla y León si pacta con Vox. El PSOE, partido más votado en 2019, no se desploma y, salvo desencuentro de las dos fuerzas de derechas, seguirá encabezando en solitario la oposición en Valladolid. Irrumpe con fuerza Soria Ya, la sorpresa anunciada de la noche. Unidas Podemos ha visto durante toda la noche cómo bailaban dos escaños enscaños en Burgos y Valladolid. Unión del Pueblo Leonés aumenta a dos sus procuradores en Valladolid y la escisión del PP, Por Ávila también conserva su procurador en esa provincia. La participación ha sido del 63%, un par de puntos por debajo de la de 2019.
Aunque los resultados dejan a Mañueco en mejor posición de lo que estaba respecto al PSOE, la convocatoria electoral del 13 de febrero será recordada como un intento fallido de recuperar la mayoría absoluta que el PP había ostentado en la comunidad castellano y leonesa hasta 2019.
El protagonismo absoluto de Pablo Casado en campaña no ha servido para el objetivo de conseguir que estos comicios fueran un momento de impugnación del Gobierno de Sánchez. Más bien al contrario: el PP ve cómo Vox sale reforzado en clave nacional en un territorio para el que la extrema derecha no tiene proyecto alguno, donde incluso le ha costado encontrar un candidato.
La campaña en línea descendente ha quedado en un susto para el PP, que podrá mantener el Gobierno y la red de poder que tiene sobre el territorio
Casado y Mañueco tampoco han conseguido totalmente el objetivo de acabar definitivamente con Ciudadanos. El exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, paradójicamente uno de los pocos candidatos autonómicos de los naranjas que no pertenecían al core del partido en los tiempos de Albert Rivera, ha conseguido el último escaño por Valladolid, muy disputado hasta bien avanzado el escrutinio. Al final de la noche, la derecha de ámbito estatal consigue sumar tres escaños: el PP suma dos respecto a 2019, Vox se come a Ciudadanos y obtiene 12 escaños más, y los de Igea pierden un asiento.
Mañueco sale vivo, Casado no tanto
La campaña se ha hecho larga y el candidato salmantino del PP ha tenido que echar mano del tirón de Isabel Díaz Ayuso en los últimos días para corregir lo que parecía un disparate tras otro por parte de Pablo Casado. Era cuestión de perspectiva, o ganas de moverle la silla a Casado. Lo cierto es que el resultado del PP es menos rotundo de lo que se esperaba en diciembre, cuando Mañueco rompió el Gobierno y convocó elecciones, pero se aúpa de nuevo como el partido más votado en una autonomía que le ha sido propicia desde hace más de tres décadas.
La línea descendente de los últimos días ha quedado en un susto para el PP, que podrá mantener el Gobierno y la red de poder que tiene sobre el territorio. Si se cumple el anuncio de Vox en campaña, tendrá que compartirlo, eso sí, con la ultraderecha, que tiene como objetivo comenzar a formar parte de las coaliciones del Gobierno desde las que seguir segando la hierba por debajo de los pies del Partido Popular.
Se esperaba que la subida más pronunciada de la noche fuera la de Vox. El partido, que cerró la víspera de la jornada de reflexión con canciones típicas de los grupúsculos nazis, sube por encima del 15% y ya no es noticia que sea la tercera fuerza en un parlamento autonómico.
El PSOE ha conseguido estrechar al margen que le separaba del PP de Mañueco en las encuestas antes de la campaña electoral y Luis Tudanca ofrece a Pedro Sánchez un resultado discreto pero suficiente para que el presidente mantenga su rumbo: perder en los territorios tradicionalmente propicios al PP parece un a priori con el que cuenta Sánchez. Los socialistas logran, eso sí, que la derrota no sea tan estrepitosa como la de Ángel Gabilondo en mayo de 2021 en Madrid.
Resultados tristes para Unidas Podemos, que por primera vez se presentaba a la Junta de Castilla y León con la fórmula de las elecciones generales. La fusión fría entre Podemos e Izquierda Unida ha mejorado los resultados de 2019 en Valladolid, donde aspiraba a meter a Pablo Fernández (Podemos) y María Sánchez (Izquierda Unida). Al final, se ha llegado a alcanzar el de Fernández pero no el de Sánchez. En Burgos, Juan Gascón, el candidato de UP, ha estado cerca toda la noche de conseguir un escaño. Para Unidas Podemos, la diferencia entre un solo escaño y dos, por dos provincias, era significativa. No lo será para la composición de la Junta si, como parece probable, el PP se arroja en los brazos de la extrema derecha para conservar el poder en Castilla y León.