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Vigo
Caballero evita participar en el pleno que juzga el concurso público que simuló para Guns N’ Roses
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha decidido no participar en el Pleno extraordinario del Ayuntamiento de Vigo que pretendía analizar y juzgar el papel que él y su gabinete jugaron en la simulación de un concurso público de 1,9 millones de euros para celebrar un concierto de Guns N' Roses previamente acordado con la banda y que destapó El Salto en exclusiva. El alcalde de Vigo se limitó a presidir la sesión extraordinaria y dejó en manos de su portavoz la defensa de su argumentario en el que culpó de todo al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. El Gobierno municipal del PSdeG-PSOE simuló una licitación abierta para contratar a dedo a la banda norteamericana, que actuó el 12 de junio en el estadio municipal de Balaídos. Fuentes oficiales de la promotora multinacional Live Nation, que gestiona las actuaciones de la banda en Europa, reconocieron a esta redacción que contaban con un acuerdo previo con el Ayuntamiento para patrocinar la actuación de la exitosa banda de rock en la ciudad. Las mismas fuentes explicaron, de hecho, que ese patrocinio era el principal aliciente para que la banda hiciese escala en Vigo y no en cualquier otra ciudad donde obtener una rentabilidad mayor. Apenas un mes y medio después, se hizo público un documento interno en el que el Gobierno local ofrecía esos 1,9 millones a la multinacional.
Vigo
Alcalde de Vigo Abel Caballero simuló un concurso público de 1,9 millones para pagar un concierto ya acordado con Guns N'Roses
No ha servido de mucho que el Bloque Nacionalista Galego le recordase ayer expresamente al alcalde de Vigo por carta su “obligación legal de asistir y presidir los plenos”. Lo hacían, “ante el riesgo de que el alcalde se escapase del Pleno Extraordinario” y, aunque no abandonó la sesión sí se negó a participar como máximo responsable en el debate de su reprobación. No sólo él. Su mano derecha, la teniente alcalde y expresidenta de la Deputación de Pontevedra, Carmela Silva, que enchufó a dos sobrinas en el gabinete de Caballero, abandonó las instalaciones municipales al poco de comenzar la celebración de la sesión extraordinaria. “El incumplimiento de esa obligación legal, como ha ocurrido reiteradamente, representa un inaceptable desacato al máximo órgano de representación democrática de la ciudad que es el Pleno Municipal”, explica Xabier P. Igrexas, portavoz municipal del BNG de Vigo.
Así fue proceso de simulación del concurso
Todo comenzó en febrero de este año, cuando la mítica banda puso a Vigo en los canales oficiales de su gira. Pocas horas después, el propio alcalde se jactaba de su gestión en el programa semanal con el que cuenta en la televisión local que su propio Gobierno financia: “Nosotros sabemos operar muy bien con [el estadio municipal] Balaídos. Vamos a meter a más de 30.000 personas. Esto nos permite un gran concierto”. A pesar de que, en ese momento, ni había reserva de crédito presupuestario ni licitación abierta, el alarde continuaba: “Guns N' Roses viene a Vigo y a Madrid. A ningún otro sitio de España. En la gira está en París, en Roma, en Londres... Está en las capitales de Europa y en Vigo (ríe). Estoy recibiendo muchísimas felicitaciones”.
A finales de marzo, las entradas salieron a la venta y, en menos de 24 horas, se vendieron casi 25.000 al mismo precio que, por cierto, la actuación privada de la banda en Madrid, algo que aupó las críticas de los partidos de izquierdas en la cámara municipal como el BNG o la Marea de Vigo: “¿Cómo es posible que un concierto realizado a coste cero en un estadio municipal y que se dice que va a contar con dinero público no tenga ningún descuento en las entradas?”.
El Ayuntamiento de Vigo se ha negado en rotundo a responder cualquiera de las preguntas de esta redacción y su actitud de obstrucción le ha valido la reprimenda del Colexio de Xornalistas
Con casi todos los boletos vendidos, todavía no se sabía nada del patrocinio que el Gobierno local había anunciado a bombo y platillo hasta que, a finales de abril, la Concellería de Festas licitó un contrato de patrocinio publicitario valorado en 1.891.946,12 euros. Pero no era una licitación al uso. En teoría se presentaba como “licitación abierta” a la que cualquier empresa podía concurrir. El objeto del contrato, eso sí, ya sembraba dudas de esa supuesta concurrencia competitiva: “El patrocinio publicitario de un concierto internacional a celebrar en el estadio de Balaidos en la fecha propuesta por el adjudicatario entre lo 5 y el 27 de junio de 2023”. El contexto para entender la singularidad: no había ningún otro concierto programado en esas fechas y, hasta el año pasado, el estadio municipal llevaba más de dos décadas sin acoger ninguna actuación. Además, solamente dieron diez días para la presentación de propuestas en los que, en teoría, una banda internacional tendría que organizar un concierto en el estadio y presentarse al concurso.
Pero el acotamiento no fue suficiente. En las condiciones, los técnicos se esforzaron en garantizar a Guns N' Roses. Según los requisitos del contrato, la banda debía ser ganadora “como mínimo, de un premio internacional de prestigio en el campo musical, tal como el Grammy o el World Music Award o similar”; “contar con una discografía de al menos cinco discos de estudio, que en su conjunto superen los 60 millones de copias vendidas en todo el mundo”; “haber realizado un mínimo de cinco giras internacionales”; y acumular “el número mínimo de suscriptores” en redes sociales de 15 millones. Un concejal de la oposición bromeaba el día en que salió el concurso en los pasillos del Pleno del Ayuntamiento: “Les ha faltado poner que la actuación debía ser de una banda cuyo nombre empiece por Guns y acabe por Roses”.
El Ayuntamiento de Vigo se ha negado en rotundo a responder cualquiera de las preguntas de esta redacción. Es más, cuando El Salto consiguió preguntarle en una rueda de prensa al respecto, la actitud de Abel Caballero le valió una reprimenda del Colexio de Xornalistas de Galicia por limitar la libertad de prensa y el derecho a informar.