Renta básica
Un horizonte feminista: la renta básica

Sí, se ha hablado mucho de renta básica en estos tiempos pero creemos que es necesario sumar una mirada feminista atenta a las realidades materiales de las mujeres, a la desigualdad económica de género que esta crisis profundiza, a las consecuencias en nuestras vidas de la privatización de los cuidados. 

Nosotras Granada
Manifestación del 8M en Granada Susana Sarrión

Mucho se ha escrito en las últimas semanas sobre la necesidad y urgencia de una renta básica. Interrumpida la dinámica naturalizada por la que la única forma posible y legítima de acceder a recursos económicos para las mayorías sociales es el empleo asalariado, se ha hecho evidente la inseguridad vital que implica para millones de personas la dependencia de un mercado laboral cada vez más precarizado. Que la supervivencia y serenidad de las personas no puede depender completamente de su sueldo, de quienes les emplean, se hizo dramáticamente visible bien pronto. Por eso a los pocos días de iniciado el confinamiento, el Estado tuvo que intervenir garantizando un piso material, un piso que fue llegando de forma lenta, irregular y desigual para toda aquella gente que perdía de un plumazo su sustento.

Era natural en este contexto que se pusiera en el centro la discusión sobre la necesidad de contar con un suelo material, que evite que las vidas de las personas dependan totalmente de las prioridades de sus empleadores. Un ingreso igual y suficiente para todas como derecho garantizado por el estado y sin las trabas burocráticas que convierten las rentas mínimas en un tristísimo premio al final de una carrera de obstáculos. En definitiva, una renta básica libre de las hipotecas a la autonomía y el paternalismo institucional que implican las condicionalidades.

Con la crisis se ha hecho evidente la inseguridad vital que implica para millones de personas la dependencia de un mercado laboral cada vez más precarizado

En paralelo, desde el inicio de la pandemia, los trabajos de cuidados se han revelado tan esenciales como invisibles, tan imprescindibles como mal pagos, tan irrenunciables, como, en muchos casos, insostenibles. El teletrabajo que se ha apuntado como una solución para la economía productiva y que se señala como método de trabajo futuro, ha supuesto un gran costo de energía para las familias y, muy especialmente para las mujeres que han visto como su hogar era espacio de confinamiento, de trabajo, de cuidados y de convivencia. Sin el apoyo de la red social y sin medidas para favorecer la conciliación, el hogar ha sido una trampa insostenible 7 días a la semana, 24 horas al día. Así durante dos meses.

Veníamos ya tocadas en este ámbito, tras la crisis económica que siguió al 2008 los recortes sociales han afectado a la conciliación del trabajo en el ámbito productivo y el familiar, un hecho con consecuencias en la posición de las mujeres en el mercado laboral formal —en el informal no existen derechos—. Consecuencias que se hacen sentir en las condiciones de acceso al empleo: contratación parcial, brecha salarial, precarización… Una precarización particularmente virulenta cuando hablamos de los trabajos más feminizados, es decir, aquellos ligados a los cuidados. El colapso al que se abocó a las familias monoparentales, en un porcentaje muy alto encabezadas por mujeres, da fe de la profundidad de la crisis sistémica que se recrudeció hace más de diez años y que vemos hoy dar varias vueltas de tuerca más.

Y no, no es que antes del 2008 no existieran las dobles jornadas, dentro y fuera de la casa, no es que extrañemos una corresponsabilidad que nunca existió, no es que hace más de diez años se valorasen los cuidados más que ahora. Antes de la gran crisis ya existía la precariedad para grandes capas de la sociedad, una precariedad sistémica y tremendamente desempoderante: te deja sin nada con lo que negociar, sin contrapesos, sin autonomía para decidir ni oxígeno para pensar a largo plazo.

Los aprendizajes de este golpe a la inercia que ha supuesto la crisis sanitaria, que también es económica y social, quedan pues ahí para quienes quieran verlos: Por un lado nuestra existencia no puede depender del empleo. Por otro, los cuidados son esenciales y no hay crisis que los interrumpa. Haber puesto estos elementos sobre la mesa, ¿ha servido para pensar medidas que mejoren las condiciones de vida de la población precarizada y en particular, las de las mujeres? ¿contribuye a un cambio en los valores que ponen en el centro la economía productiva? ¿se va a aprovechar este decrecimiento obligado para repensar parámetros económicos y sociales?

Sí, se ha hablado mucho de renta básica en estos tiempos, pero han sido pocas las voces feministas que se han sumado a este debate. Creemos que es necesaria una mirada feminista atenta a las realidades materiales de las mujeres, a la desigualdad económica de género que esta crisis profundiza, a las consecuencias en nuestras vidas de la privatización de los cuidados durante meses. Y es bajo esta mirada que afirmamos que una renta básica universal, incondicional, suficiente e individual, es necesaria para apuntalar un camino feminista de salida a esta crisis.

Nos sorprende que un gobierno que se define feminista haya dejado dos cuestiones fundamentales para nuestra agenda relegadas en la respuesta a la crisis: los cuidados y la autonomía de las mujeres

La puesta en marcha del ingreso mínimo vital puede significar una medida paliativa para situaciones de emergencia pero sigue siendo una renta económica condicional y que, además, se nutre de otras ayudas económicas como, por ejemplo, la ayuda por hijo a cargo que queda integrada en el IMV, hecho que tiene impacto directo sobre las familias monoparentales. Así, siendo el IMV, una renta condicionada y para colectivos vulnerables no aporta soluciones a largo plazo, no cuestiona la centralidad del trabajo productivo, ni brinda herramientas para la autonomía.

Además el ingreso mínimo vital adolece del mismo mal que sufren muchas políticas de protección social: es familiocéntrico. Al tomar a la unidad de convivencia (principalmente la familia) como referencia, y asignar a uno de sus miembros como receptor, se afianza la dependencia económica de unos miembros de la familia respecto a otros, pudiendo reforzarse relaciones de poder estructuralmente desiguales.

Como feministas nos sorprende que un gobierno que se considera como tal haya dejado dos cuestiones fundamentales para nuestra agenda relegadas en la respuesta a la crisis: los cuidados y la autonomía de las mujeres. Los cuidados en cuanto que se ha seguido adelante de la mano de la ficción del trabajador champiñón, pretendiendo que el mundo del trabajo asalariado puede continuar como siempre, a pesar de no contar con ningún apoyo en la organización de los cuidados. Imaginando que niñas y niños iban a estar bien, sin adultos con el tiempo necesario para atenderles.

La única opción que se ha dado hasta ahora para conciliar: reducirse la jornada con la correspondiente reducción de salario, obvia la realidad de millones de familias —y en particular aquellas monomarentales— que no pueden permitirse prescindir de sus ingresos. Denota pues una ceguera preocupante en cuanto a las realidades materiales de quienes cuidan: año a año, los informes sobre el Estado de la Pobreza señalan que tener hijas e hijos es un factor de riesgo para caer en la pobreza en este país. Y eso cuando aún había colegios.

El teletrabajo, una de las soluciones propuestas para quien pueda permitirse trabajar desde casa, era una asignatura pendiente de conceptualizar, de regular, ahora ha llegado para quedarse sin esa regulación previa necesaria. Algunas multinacionales ya plantean recortes en locales y pasarán a ser las personas trabajadoras quienes asuman los costes derivados del trabajo sin que los salarios cambien, aunque las condiciones lo harán. Actualmente se obvia el debate sobre conciliación y teletrabajo, una cuestión que determina la cotidianeidad de millones de personas ahora, particularmente las mujeres. ¿Cuándo vamos a discutir esto?

Ni la medidas de conciliación ni el Ingreso Mínimo Vital tienen en cuenta a las mujeres migrantes en situación irregular. Entendemos que ampliar el derecho a un mínimo material para todas es radicalmente feminista

Y si hablamos de renta básica universal es porque como con la Educación o la Sanidad, entendemos la universalidad en un sentido amplio desde la perspectiva del derecho: un derecho que incluya también a las mujeres (y hombres) migrantes independientemente de su situación administrativa, uno de los colectivos que más cara está pagando esta crisis. Ni la medidas de conciliación ni el Ingreso Mínimo Vital las tiene en cuenta. Entendemos que ampliar el derecho a un mínimo material para todas es radicalmente feminista.

Se nos está hablando de una “nueva normalidad”, nosotras queremos hablar de una nueva construcción social en base a la equidad y no seguir reproduciendo los errores de la crisis del 2008. El actual modelo económico es injusto y desigual. Necesitamos un piso común, un mínimo seguro que nos preserve de la dependencia económica, que nos permita planificar cual es la nueva normalidad que queremos sin la presión de no poder mirar más allá de la supervivencia. Y esto nos iguala a todas, y también a todos.

Imaginemos un futuro donde empleadas domésticas o kellys no tienen que aceptar condiciones de mierda para trabajar porque saben que su supervivencia está garantizada por una renta básica incondicional. Imaginemos un futuro donde ninguna mujer piense que no puede permitirse separarse de su maltratador. Imaginemos un futuro donde un hombre decida reducir su horario para cuidar sin que eso implique caer en la pobreza. Contar no con una ayuda mínima y condicionada, si no con el derecho a un piso material que sea caja de resistencia, colchón, recurso para negociar. Con una renta básica —universal, incondicional— es posible una existencia más digna, una posibilidad de futuro, un nuevo marco para pensar la relación entre empleo y cuidados.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Fortalecernos para hacer frente al capital
Lo que limita la libertad es la falta de condiciones materiales de existencia que la forma de producir capitalista aboca a la gran mayoría de la población no rica.
Opinión
Opinión Contra la renta básica universal
La reivindicación de la RBU contribuirá a naturalizar la relación social capitalista, a distraer al proletariado de sus tareas urgentes.
Opinión
Opinión La nueva RGI: no solo recortes
Las declaraciones triunfalistas de los políticos profesionales hicieron pasar desapercibido un sutil movimiento burocrático destinado a reducir, a efectos prácticos, el acceso a la RGI para los estratos más empobrecidos de la población.
#66553
1/8/2020 12:41

Quienes habláis de "paguita" no os habéis molestado en comprender.

1
0
#62713
8/6/2020 13:52

¿Ustedes sois conscientes de que un gobierno que implantara la renta básica sería un gobierno sobre el que sería muy difícil ejercer presión popular? El resultado 'real' de la renta básica es el pesebre, la gente se adormecería aún más y se acostumbraría a ser aún más sumisa y dependiente.

1
3
#62719
8/6/2020 14:54

en este medio ya lo hacen gratis alineadas al gobierno y de rodillas

5
4
#67016
8/8/2020 14:45

¿Dirías lo mismo de la sanidad y educación universal? Porque es igual.

Muy al contrario, lo que se fuerza es a que todos los partidos acaben defendiendola, y que les sea muy difícil eliminarla precisamente porque hay presión social.

0
0
#62701
8/6/2020 11:05

Renta básica para depender del gobierno, una idea cojonuda. Pedid medios y tierra!!

4
1
#62699
8/6/2020 10:55

Unidas Paguitas!!!

5
3
#62685
7/6/2020 21:13

Sois unos manipuladores, no tratéis de mejoras las condiciones laborales de la gente para que cada cual se gane la vida dignamente. Es mejor darles dinero en casa, no depender del mal empresario si no del buen gobierno. Que asco dais

2
1
#62681
7/6/2020 17:59

Dejad las drogas.

2
2
#62671
7/6/2020 13:37

renta básica universal e individual ya!

2
1
#62720
8/6/2020 14:55

esa paguita buena

2
2
Elecciones
Elecciones europeas La derecha suma votos y una nueva fuerza, derrota suave del PSOE
PP, Vox y Se Acabó la Fiesta han obtenido conjuntamente 31 diputados, uno más que el bloque de la investidura de noviembre. El PSOE cae 2,6% puntos respecto a las elecciones de 2019.
Elecciones
Elecciones Podemos supera a Sumar en Catalunya, pero pierde en el resto de territorios
Las fuerzas que en 2019 estaban bajo la marca Podemos IU han perdido más de 800.000 votos en estos cinco años. Sumar aguanta gracias a Compromís y gana a su rival con solvencia también en Andalucía y Asturias.
Estados Unidos
Keeanga-Yamahtta Taylor “La vivienda es un tema extremadamente político”
La profesora universitaria Keeanga-Yamahtta Taylor considera que la falta de una regulación eficaz en materia de vivienda en Estados Unidos obedece a la gran influencia del capital privado en las decisiones del gobierno.
Análisis
Análisis Alemania gira a la derecha
En un contexto europeo de ascenso de los partidos de extrema derecha, Alternativa por Alemania recaba el apoyo de un tercio del electorado de rentas bajas e incrementa su voto joven, mientras la coalición gobernante sufre un rapapolvo electoral.
Sidecar
Sidecar Lituania en tiempos de guerra
Mientras el gobierno lituano da la bienvenida a una presencia militar alemana «permanente» en el suelo nacional, sigue erosionando el sentimiento de soberanía que muchos lituanos ansían.
Elecciones
Elecciones La fiesta de Alvise Pérez acaba de empezar (y se mantendrá alejada de los juzgados)
El agitador ultra alcanza su objetivo de conseguir el aforamiento judicial para entorpecer sus causas penales pendientes. En la actualidad, se enfrenta a dos procesos judiciales.

Últimas

Extrema derecha
Elecciones Europeas La extrema derecha escala posiciones en Europa y gana en Austria, Italia y Francia
El voto ultra crece en la Unión Europea en estas Elecciones Europeas y se convierte en la segunda opción favorita tras el voto a los partidos adscritos al grupo popular europeo.
Palestina
Genocidio Antisemita: ¿persona que denuncia un genocidio?
Respuesta de una integrante de la Acampada de Barcelona a José María Asencio Gallego, que el 16 de mayo publicó en el diario 'La Vanguardia' el artículo “Antisemitismo en los campus”.
Elecciones
Elecciones europeas Lo verde ya no cotiza al alza: la difícil campaña en Europa para los ecologistas
El grupo de los verdes podría perder en estas elecciones europeas un tercio de sus eurodiputados y pasar de cuarta a sexta fuerza en el Parlamento Europeo.
Italia
Italia Meloni proyecta su modelo ultraderechista sobre Europa
Todas las encuestas indican que Hermanos de Italia se impondrá en las elecciones a la Eurocámara con un 27% de los votos. Su líder se presenta como cabeza de lista en los comicios, aunque renunciará a su acta.
Palestina
Genocidio Israel mata a más de 200 personas para liberar a cuatro rehenes
El Estado sionista prosigue con el genocidio en Gaza, atacando campos de refugiados en el centro de la Franja y colapsando hospitales. Tras ocho meses de genocidio, solo hay 15 centros sanitarios parcialmente activos y cinco de campaña.
Más noticias
Artes escénicas
Artes escénicas Las violaciones de Lucrecia: el legado del #MeToo en el teatro
Cuatro siglos después, Lucrecia responde a Shakespeare no con refinadas rimas reales, sino con la dura prosa del testimonio escénico. En el teatro se multiplican las Lucrecias de carne y hueso que cuentan su historia en todos los formatos posibles.
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
30 años del levantamiento del EZLN Los retos del zapatismo hoy: cárteles, gobierno y militarización
En el tercer artículo de la serie de “30 años del levantamiento del EZLN”, el autor hace un recuento de la extraordinaria militarización de Chiapas y de cómo la narcoviolencia se hizo presente en este Estado del sureste mexicano
Sidecar
Sidecar Mauritania, Mali: guerra y crisis de refugiados en el Sahel
En los últimos meses las tensiones internacionales en Mauritania han amenazado con desbordarse. El origen de las mismas es el colapso de la indisputada hegemonía occidental en el Sahel.
La vida y ya
La vida y ya Preguntas no hechas
No me atreví nunca a preguntarles qué había dentro de la frase “no hay nada peor que una guerra y una posguerra”.
Desigualdad
Solidaritat Aprenentatge entre iguals per a garantir el dret a l'alimentació
Justícia Alimentària i ACOEC continuen per tercer any consecutiu amb el seu projecte Entre Iguales. Aquest projecte impulsa la formació de líders comunitàries per fomentar el dret a l’alimentació a la ciutat de València.

Recomendadas

Unión Europea
Unión Europea La extrema derecha impone su visión de las migraciones en unas elecciones presididas por el miedo
Los discursos antimigración han protagonizado la campaña en toda la Unión Europea. El Partido Popular de Manfred Weber y Ursula Von der Leyen ha marcado el tempo de sus sucursales nacionales, incluyendo al PP de Feijóo.
Ecología
Ecologismo Las dos caras de Teresa Ribera
La vicepresidenta tercera del Gobierno es la número uno en la papeleta del PSOE para las elecciones europeas.
Lobbies
Lobbies Atlas Network, el think tank ultraliberal que gana terreno en la UE de la mano de la agenda anticlimática
Una investigación de un laboratorio de control corporativo francés revela que una poderosa asociación global de lobistas libertarios empieza a abrir puertas en la UE en el afán de retroceder la justicia social y las políticas ambientales.
Migración
Migraciones Hein de Haas: “Hay que hablar menos de inmigración y más de los problemas socioeconómicos”
El libro 'Los mitos sobre la inmigración' (Península), de Hein de Haas, pretende los prejuicios que asfixian el debate e impiden emprender políticas migratorias coherentes y humanas.