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Precariedad laboral
Profesionales de la cultura, a la espera de soluciones
La nueva normalidad ha cambiado muchos ámbitos y entre los que más se han visto afectado es el relacionado con el mundo de la cultura y los eventos. Sus profesionales buscan resurgir, con nuevos escenarios y propuestas seguras, pero exigiendo medidas urgentes y un diálogo directo con el gobierno y las instituciones.
Cuesta imaginar la última vez que se veían colas de gente a la espera de un concierto; carteles de festivales que invadían las calles, los pequeños conciertos en los bares del centro, los teatros de barrio con funciones dobles…
Impulsada por la recién nacida MUTE (Movilización Unida de Trabajadores del Espectáculo), justo hace una semana —el 17 de septiembre— escenificaban la #AlertaRoja, tildada de histórica por los convocantes, celebrada a la vez en 25 ciudades españolas y parte del movimiento internacional #wemakeevents y #redalerts.
La falta de medidas específicas y la ausencia de respuestas para el mundo de la cultura son los motivos que llevan a al sector de la cultura y el espectáculo a una organización que crece en su articulación para mostrar su unión ante las consecuencias de la crisis del Covid-19. “Es un momento que consideramos histórico porque supone la agrupación de todas las trabajadoras y trabajadores del mundo de la cultura, los espectáculos y los eventos. Estamos siendo especialmente perseguidos y seguimos parados, con muchas personas sin trabajar desde marzo. Las medidas que se están tomando nos dejan fuera, somos un sector de contratos intermitentes y estamos literalmente desapareciendo”. Es la reflexión de Laura, integrante del equipo de prensa de Alerta Roja Granada, en referencia a la movilización del 17S.
Crisis económica
El sector de los espectáculos en directo da la alerta roja el 17 de septiembre
En la ciudad andaluza, como en todas las demás, la marcha estuvo encabezada por decenas de flight cases, ordenadas en fila y con el negro y el rojo como colores protagonistas. Para asistir al evento había que apuntarse en una web que asignaba un código QR donde marcada el lugar en la concentración. “El primer día casi quedaron agotadas, queremos demostrar que podemos seguir haciendo eventos creativos, seguros y con impacto”, aclara Laura y apunta: “Somos una industria esencial, que aporta casi el 4% del PIB y emplea a más de 700.000 personas, no nos pueden dejar de lado más tiempo”.
“De la noche al día nos han dejado sin poder pagar, comer y sin ninguna ayuda a la que acogernos”
“Podemos seguir nuestra actividad y hacerlo de forma segura. Queremos trabajar y estamos listos para hacerlo”, cuenta Pepe, orquestista y dueño de una empresa de sonido. Clara y Laura son actrices jóvenes que pertenecen a varias plataformas culturales de Granada. “Llevamos desde marzo sin trabajar y sin ingresos porque la empresa tampoco se hace cargo de nosotras. Con la programación cancelada todos nuestros planes cambiaron y es muy difícil el día a día”, cuentan.
Son muchas las voces desde los diferentes sectores que reclaman acciones concretas. Juan Ángel, actor, Jessica, cantante, o Juan, teclista, llevan también desde marzo sin trabajar y la oportunidad de generar una acción común les animó a asistir. Nuria y José tienen un dúo musical y José trabaja además en una orquesta. Él ha perdido todos los bolos sustento del año y ambos viven de la música. “De la noche al día nos han dejado sin poder pagar, comer y sin ninguna ayuda a la que acogernos”, relatan.
Piden medidas urgentes
Uno de los puntos más desarrollados en el manifiesto de #AlertaRoja es precisamente la puesta en marcha de medidas que atiendan las particularidades de un sector donde los contratos temporales y la precariedad no son un escenario nuevo. Reclaman “construir unas bases firmes, sólidas y duraderas para el sector y una reglamentación homogeneizada, específica y adaptada a las especiales teniendo en cuenta todas las disciplinas”.
Entre estas medidas se exige que se retomen programaciones culturales —especialmente en administraciones locales—, medidas laborales hasta que se recupere el 100% del aforo —tanto para autónomos como para trabajadoras por cuenta ajena— o moratorias en créditos ICO. Se exige además la creación de una mesa sectorial y la regulación y negociación de un convenio colectivo del sector de ámbito nacional.
“Estamos preparando gente que va directa al paro”
Esta crisis ha azotado a todo el entramado que compone el mundo de la cultura y los espectáculos, una industria muy diversificada y que vislumbra un futuro como esperanzador. “Nosotros preparamos a los futuros trabajadores y en este contexto estamos preparando gente que va directa al paro. Si las empresas no pueden seguir o siguen a medias no van a ser capaces de captar nuevos puestos de trabajo”, comenta un profesor de una escuela de imagen y sonido de FP.
No es la primera vez durante esta crisis del Covid-19 que el mundo de la cultura busca hacerse escuchar. En el mes de abril, 37 asociaciones culturales, remitieron un comunicado al Ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, e instaron a un “apagón cultural” que exigía también medidas urgentes y diálogo del sector con las principales instituciones culturales a nivel nacional. El mismo mes se lanzó un manifiesto pidiendo la implantación de una renta básica universal.
Renta básica
Más de un millar de profesionales de la cultura reclaman una renta básica universal como “la mejor política cultural posible”
Un manifiesto firmado por más de mil trabajadores del sector cultural pide la implantación de una renta básica universal, que sería “la mejor política cultural posible”.
Si bien las demandas y protestas no han cesado, varios meses después las trabajadoras y trabajadores sienten que siguen a la cola de las propuestas. “El sector se ha visto de una manera brutal, hay gente que está pasando hambre y nos han dejado de lado. Estos seis meses hemos estado esperando pero vemos que no hay ningún plan específico por parte del gobierno. Estamos buscando soluciones urgentes, porque estamos en alerta, advierte Elena, técnica de sonido.
“Somos un país hambriento de cultura, la necesitamos, la creamos, la respiramos y la vivimos. Y sobre todo, es un derecho fundamental que se nos está arrebatando. Somos fuente de trabajo y de riqueza, somos motor y somos industria”. Estas palabras son parte del texto del manifiesto colectivo leído al unísono en todas las ciudades como cierre de las diversas concentraciones del 17S. Y son una declaración de intenciones, que insta a visibilizar el sector y generar un tejido fuerte para futuras negociaciones.
Precariedad laboral
Seis de cada diez trabajadores culturales recibieron propuestas para trabajar sin cobrar durante el confinamiento
Durante el confinamiento se ha producido un desarrollo “significativo y generalizado” de trabajos sin remunerar para su exposición y consumo online, según una encuesta de la Universitat de València que estima pérdidas superiores al 75% en los ingresos de la mitad de los trabajadores culturales en el segundo semestre del año.