Partidos políticos
A la portuguesa o a la turca

La táctica del presidente en funciones está definida ya. Su plan puede funcionar a corto plazo, pero eliminar la política de su programa de Gobierno acarrea importantes riesgos.

Reunión Sindicatos Podemos
Reunión entre Unidas Podemos y los representantes de los sindicatos CC OO y UGT. Dani Gago
Pablo Elorduy
26 jun 2019 11:21

El margen de acción es pequeño, casi mínimo, pero Unidas Podemos no ceja en el empeño de explorarlo. El lunes, con los sindicatos de concertación, Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores, la plana mayor del grupo confederal reivindicó un Gobierno de izquierdas. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, fue el más explícito reclamando un acuerdo inmediato y a largo plazo. Una fórmula de Gobierno “a la portuguesa” (pero con entrada en el Gobierno) que UGT y CC OO ligan tanto a un cambio en política de contratación y derechos laborales como a la derogación de la Ley Mordaza.

El plan es revertir el espíritu del “no hay alternativa” que presidió la acción de Gobierno de Mariano Rajoy. El margen de acción es pequeño, pero la propuesta es sencilla: ante la tentación de la “erdoganización” que se extiende por todas las sociedades europeas —y la represión a los chalecos amarillos es un síntoma de que el olor a pólvora que empezó en la plaza Syntagma no se ha diluido del aire— la izquierda sindical y los diputados confederales oponen la ampliación de las libertades sociales, acompañado por un programa de recuperación de derechos laborales.

Un plan no excesivamente trazado que pueda situar a la Península Ibérica como una modesta alternativa continental —en un continente en una grave crisis de modelo económico y en alerta climática—. Tal vez efímera, tal vez posible. En todo caso, modesta, en cuanto a que la aspiración es armonizar las condiciones laborales básicas con las medias de los países de la zona euro y hacerlo mediante una reforma fiscal cuyo objetivo tampoco va más allá de armonizar la presión fiscal con lo que se recauda en el resto de Europa.

Nadie se fía de que Unidas Podemos vaya a ser completamente domesticado —quizá si tuviera créditos bancarios sería posible—, pero hay partidarios de asumirlos, acaso de integrarlos en ese juego de “lo posible” que es gobernar desde los tiempos de Maastricht. La percepción es que se trata de la última oportunidad de ese partido para cambiar de fase tras una deriva de crisis que dura desde 2016. El PSOE se ha propuesto evitar ese cambio de escenario por dos motivos: por la oportunidad de dar una estocada definitiva a Podemos y, en segundo lugar, por compromiso con su noción de Estado, sin cambios sustanciales desde su victoria electoral de 1982.

podemos quiere estar al otro lado

Si damos por bueno que la política que queda a los Estados modernos los obliga a garantizar cierto orden social —y el recurso a la mano dura ha sido la fórmula prioritaria—, les sitúa en una posición de regulador económico en la que tiene poca capacidad de intervención —cedidos los objetivos de déficit y deuda, política monetaria, etc— y los hace piezas imprescindibles en la expansión de la globalización financiera —es paradigmático el caso Blackstone, convertido en el primer comprador de ladrillo en menos de un lustro—, se entiende la precaución a esa asimilación o integración de “bárbaros” que no procedan de las escuelas clásicas (o laboratorios punteros) de estadistas.

Es cierto que la fórmula del Estado de las Autonomías y el auge de las ciudades-marca ha rebajado más el papel director del Estado, pero una serie de fibras y, recordemos, entre las primeras están las derivadas de la demanda de “seguridad” y las derivadas del concepto de “orden” imperante, siguen siendo competencia exclusiva y han sido usadas como palanca siempre que ha sido necesario para la redefinición de sus límites y la remodelación de sus estructuras. Ejemplos claros son el caso Aturem el Parlament en 2011, el reciente juicio del 1 de octubre, y, en otra clave, la jubilación en dos etapas del rey Juan Carlos I. También hay que reseñar cómo la fibra de la ingeniería, el urbanismo y las obras públicas ha servido con frecuencia para beneficiar directamente a los manijeros de la cosa-Estado.

En cualquier caso, el control de esa manija ha correspondido a dos grandes familias políticas que, como es lógico cuando se funciona en términos de oligopolio, están de acuerdo en lo esencial: evitar que entren otras familias. La consecuencia lógica de ese entendimiento es que los dos grandes partidos de Estado parten de una idéntica premisa: el ejercicio del poder es el principal programa político. Y los programas, en abstracto, quedan supeditados a la coyuntura. Desde esa lógica, el ejercicio compartido del poder es molesto en un Gobierno de coalición, ya que las discusiones de la instancia concreta —desde la revisión de la ley franquista de secretos oficiales hasta los acuerdos con Marruecos o la colaboración militar con Estados Unidos— se dirimen finalmente en la remisión al programa o en negociaciones que parten de la desconfianza o el provecho partidista. 

Porque el margen es estrecho, Iglesias renunció pronto a la solicitud de ministerios “de Estado” y aceptó entrar como cadete en un Consejo de Ministros a través de carteras que, sin suficiente presupuesto, pueden quedarse vacías de contenido. Así fue con el Ministerio de Vivienda, desgajado de Fomento, en la etapa de las “kely finder” de María Antonia Trujillo. Aun así, la lectura de Podemos es recurrente: si no hay una primera vez —si no se entra en esta ocasión— es posible que no haya otra oportunidad.

Al margen de si quien lee esto está de acuerdo en esa táctica, la negociación del PSOE con Unidas Podemos ha partido de la base de las debilidades de la apuesta. Ese “es posible que no haya otra oportunidad” con el que el partido morado sorprendió en campaña electoral. Los socialistas quieren asegurarse de que, en efecto, no la haya.

Apocalípticos los integrados

Pedro Sánchez aprovechó el desfallecimiento del Partido Popular tras una década cercado por las investigaciones de su corrupción. Aprovechó el miedo a la extrema derecha, la necesidad de la mayoría social de mantener la tolerancia como último dique ante la progresiva polarización de la vida pública. Aprovechó que el uso de la fuerza en Catalunya el 1 de octubre solo iba a pasar factura al PP y planteó una fecha que se anticipase a la, previsiblemente, desquiciada condena judicial a los políticos del Procés. A falta de justicia social, la propuesta de pacificación social de Sánchez fue suficiente para ganar el ciclo electoral.

El conflicto en torno a la demanda de autodeterminación de Catalunya, en el que la estructura Estado ha tomado una sola dirección con pocos matices —fijada por el jefe del invento, Felipe VI, en su discurso del 3 de octubre— dará paso a una nueva encrucijada: entre quienes dentro de esa estructura opten por lo “ejemplarizante” y quienes opten por comenzar a hablar de indultos. El PSOE conserva esas dos almas y las dudas sobre quién será su socio para el próximo ciclo está destinada a pender finalmente de esa decisión: un acuerdo con Unidas Podemos abre la puerta a una revisión de la política de Estado respecto a las demandas independentistas. Con Ciudadanos solo cabe la entrada de los socialistas —escondidos y disimulando— en el consenso de Colón.

La campaña, una vez dada por segura la victoria, se centró en abrir posibilidades para un gran acuerdo de centro, no dependiente más que de un partido y ajeno a las bancadas independentistas y del nacionalismo “otro”. Presionar a Albert Rivera, pensaron, sería fácil. Sí, es soberbio y tiene un punto de protagonista maligno de película de sobremesa, pero la máquina naranja había funcionado siempre como un Consejo de Administración y ese tipo de estructuras —a diferencia de las mafiosas, las sectarias o, a menudo, las asamblearias— son capaces de cambiar el sentido de la marcha en el momento preciso.

Pero Rivera optó por alargar la inestabilidad, aun a costa de contradecir a quienes lo consideraron una apuesta de Estado frente a los bárbaros a las puertas. Entre los descartados de Ciudadanos en su crisis interna, no por casualidad, están el exdiputado Fernando Maura —dentro de la ejecutiva, este hombre de Estado por vía sanguínea votó por levantar “el veto” a Sánchez— y Francesc de Carreras, uno de los intelectuales del casi invisible movimiento por la reforma del Estado de 1978.

Contradicción histórica

La negativa de Rivera —a la espera de revisión— sitúa a Sánchez ante la verdadera presión. Sin Ciudadanos como plan A, Unidas Podemos es, siempre ha sido, un plan B incómodo. Quizá no tanto para el propio Sánchez como para quienes defienden una visión patrimonialista del Estado.

Y mientras el PSOE se enfrenta a sus propias contradicciones históricas —es significativo que el dirigente sindical más claro sobre el pacto haya sido el de UGT—,  la pregunta que plantea ese rechazo al Gobierno de coalición es si se debe descartar ya que un proyecto de transformación  —incluso, si se quiere reducir a lo más básico, de rectificación de la oferta socialdemócrata y ampliación de la autonomía de las autonomías (valga la perogrullada)— sea aceptado como una pieza posible en la tramoya estatal. Lo que, finalmente, abriría una pequeña y modesta posibilidad de reforma.

Porque el veto puede achacarse a los errores de Pablo Iglesias, a su casa en Galapagar, o a los Congresos de Vistalegre, pero también cabe preguntarse qué programa puede llevar a cabo el PSOE fiándolo todo a la baraka —la estrella— de su candidato. Y si ese programa “constitucionalista” tiene otro destino que la gestión de la represión y la impotencia —o aprovechamiento corrupto— ante la desposesión planificada por los Blackstone de turno. Los sindicatos mayoritarios le recordaron el lunes al presidente en funciones que, por pequeño y reformista que sea, el plan de recuperar algunos derechos fue el compromiso del PSOE durante la campaña. Ayer, martes, Sánchez, hombre de Estado tocado por la fortuna, marcó el mensaje como no leído. 

En efecto, es un margen mínimo el que ahora está explorando Unidas Podemos. Pero a quien compete, en último lugar, definir si se puede trabajar —y recordemos que prácticamente solo se trata de homogeneizar condiciones laborales y garantizar libertades cívicas— es a Pedro Sánchez. Si se puede resetear a Ciudadanos a su función original en las próximas semanas el margen se cerrará definitivamente para Unidas Podemos. El Estado mantendrá, algunos años más, la tramoya intacta. Hasta que los lemas “lo llaman democracia y no lo es” y “no nos representan” estallen de nuevo de formas que ningún gurú político puede adivinar. En estallidos que se llevan todo el capital electoral con la fuerza de un maremoto.

Archivado en: Partidos políticos
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Política
Política Redes clientelares, falta de autogoberno e consensos neoliberais: as claves do novo Goberno galego sen Feijóo
Políticas e analistas debullan a folla de ruta da primeira lexislatura galega da era post-Feijóo: reforzamento dos fíos de poder locais, falta de vocación autonómica, complexo de inferioridade e a axenda marcada polos grandes consensos neoliberais.
Opinión
Opinión La libertad de Sánchez, el último kantiano
Aunque parezca contradictorio, es el hecho de “dejar de ser” presidente, aunque sea en potencia, lo que le devuelve a sus ojos su condición de hombre libre y lo engrandece.
Partidos políticos
Política El PP recrudece la bunkerización del Senado en un choque inédito y el PSOE finge demencia
Con el mismo esquema practicado hace dos décadas contra el Matrimonio Igualitario, los ‘populares’ aprobarán el miércoles la colisión con los diputados para entorpecer el trámite de la amnistía acusando una “reforma constitucional encubierta”.
#36426
28/6/2019 12:30

Esto me recuerda más un griego.

4
0
brinco061
27/6/2019 13:10

Patetico. Que un PSOE que se autodefine de " somos izquierda"...
Cuando esta en el gobierno se le tenga que forzar por parte de UNIDAS PODEMOS para que se realucen politicas sociale y laborales que defienden los detechos de los ciudadanos...
El PSOE en su inmenso trabajo desde siempre en destrozar la verdadera izquierda....
La noche que gano las elecciones sus votates decian. " con Cs no"....
Y al dia siguiente lo primero que hacen es llamar a Cs para llegar a un pacto...
Como es posible que quieran pactar con Cs antes que hacerlo co UNIDAS PODEMOS????
Menuda estafa estos del PSOE...decadas engañando a sus votantes.
Y cumpliendo el encargo del IBEX35 y la Banca....
Sujetar a la izquierda de edte pais....

2
6
#36394
27/6/2019 13:49

Pardilla

4
1
#36359
26/6/2019 16:25

Gracias Unidas Pudimos por rescatar al régimen del 78. Ya podéis vivir como burgueses, os lo habéis ganado.

12
7
#36358
26/6/2019 16:23

La cuestión es si ahora que el fachonalismo Madrileño a dado orden de disolución de sus marcas morada y naranja el autor del articulo se reintegra en el PSOE o abandona la política.

10
2
Kynikos
26/6/2019 13:59

Gracias por estos análisis. Informan y entretienen. Un lujo!

5
12
Palestina
Palestina Activistas reclaman al Gobierno español: el reconocimiento del Estado palestino no acabará con el genocidio
Decenas de personas han toman el vestíbulo de Atocha en protesta por la intensificación de los bombardeos de las FDI sobre la población civil y ven inutilidad en el reconocimiento de Palestina como Estado si acciones reales contra Israel.
Palestina
Genocidio España reconoce el Estado palestino y reafirma su amistad con Israel a pesar del genocidio en Gaza
Pese a que el gesto de España, Irlanda y Noruega ha sido bienvenido por las autoridades palestinas, la última semana ha puesto en evidencia la voluntad sionista de arrasar con cualquier posibilidad de un Estado palestino real.
Sumar
Propuesta de Sumar España es uno de los siete países de la Unión Europea sin prestaciones universales para la crianza
Todos los países del norte y el centro de la Europa de los 27 tienen ayudas para la crianza, que van desde los casi 50 euros mensuales en Eslovaquia, Letonia y Bulgaria a la 'Kindergeld' de Alemania (250 euros) y los 373 euros de los Países Bajos.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Bebés robados
Bebés Robados La ley de bebés robados vuelve al Congreso por tercera vez
Siete años después de su primera entrada en la cámara, la propuesta de ley para la investigación del robo de bebés durante el franquismo y los primeros años de la democracia será tramitada de nuevo gracias a la lucha de las asociaciones.
Opinión
Opinión Brutalismo supremacista libertariano
Reflexiones sobre la cumbre de Madrid en la que se reunieron los líderes mundiales del capitalismo gore y formación del Anthropos 2.0.
Actualidad LGTBIQ+
Derechos LGTBI+ Las asociaciones LGTBI+ dejan la organización del Gay Games en València
La Fundació València Diversitat, Lambda, Avegal y Dracs acusan a PP y Vox de secuestrar el proyecto y de aplicar políticas de recorte de derechos LGTBIQ+.
Genocidio
Genocidio La Unión Europea convocará a Israel para evaluar el acuerdo preferencial por la violación de derechos humanos
El Consejo de la Unión Europea envía una señal de advertencia al régimen de Netanyahu después de que la Corte Internacional de Justicia pidiera el fin inmediato de la campaña de exterminio en Rafah.

Últimas

Genocidio
Lucha contra el genocidio Acampada en la Universidad Complutense: las esporas del 15M que han germinado por Palestina
Estudiantado organizado de manera asamblearia que ya suma 500 tiendas de campaña desafía al consejo de rectores madrileños y promete resistir hasta que se rompan relaciones con Israel.
Mugimendu Sozialista
Mugimendu Sozialista Bernardo Atxaga y Joseba Sarrionandia censuran el veto a GKS en las txosnas de Bilbao y Gasteiz
Los escritores se adhieren a una lista de 150 artistas, entre los que están Fermin Muguruza o Itziar Ituño, para reclamar que “la participación en las fiestas populares sea un derecho universal”
Más noticias
Sidecar
Sidecar Nación favorecida: anatomía del vínculo anglo-estadounidense
El lento crecimiento económico de la economía británica registrado desde 2008 contrasta con el vertiginoso aumento de los beneficios obtenidos en el país por las empresas tecnológicas estadounidenses.
Investigación
Investigación Un cargo de Sumar se llevó seis millones para gestionar una residencia pública con una empresa con cinco días de antigüedad
Una de las personas clave de Yolanda Díaz en Galicia, Iván Olmos, recibió de su madre la concesión tras ganar un concurso millonario del Ayuntamiento de Verín (PSOE) al que solo se presentó ella para gestionar un centro de día durante 15 años.
Memoria histórica
Laura Muñoz Encinar “La arqueología es un escenario para discutir temas conflictivos en la memoria colectiva”
Laura Muñoz Encinar, arqueóloga forense y antropóloga, dirige ‘Des-Alambrar’, un proyecto pionero que investiga los campos de concentración franquistas a través del estudio arqueológico y las huellas que quedan de su pasado.
Fútbol
Bilbao El buen fútbol: el que gana y sana
53.479 aficionadas abarrotaron San Mamés. Lejos quedan los 1.200 aficionados que acudieron a la primera final europea que el equipo jugó o los documentales que prefería emitir la televisión antes que retransmitir un partido del equipo femenino.

Recomendadas

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial IA y crisis climática: las grandes tecnológicas escogen España para instalar sus gigantescos centros de datos
El boom de la IA ha disparado las necesidades de computación de los centros de datos y su consumo de agua. Las grandes tecnológicas buscan nuevas regiones para instalarlos. España entre ellos.
Unión Europea
Fronteras La ultraderecha prepara su asalto al Parlamento Europeo capitalizando el discurso antiinmigración
Las encuestan apuntan a una mayor representación en la Eurocámara de los dos espacios políticos de extrema derecha, mientras los países que demandan un endurecimiento del Pacto de Migración y Asilo son mayoría.
Memoria histórica
Eduardo Pérez “Quería recordar a las mejores generaciones que han pasado por España”
El periodista Eduardo Pérez, colaborador habitual de El Salto, firma ‘Contigo empezó todo’ un libro que rescata 30 momentos estelares de la otra historia de España, olvidada, silenciada y vilipendiada por el relato oficial.
Albania
Turistificación La otra cara de la Riviera Albanesa
La apuesta del Gobierno albanés de poner el futuro económico en manos del sector turístico está llevando a una masificación del sector que se traduce en la degradación del medio ambiente y un fuerte encarecimiento de la vivienda.